jueves, 27 de octubre de 2011

Upo

El monte Upo al que nos referimos (no confundir con otro del mismo nombre en el área del Gorbea) forma parte de un macizo más bien disperso que se extiende al este del Nervión, del que forman parte también su vecino Artanda y el Mandoia, que constituye su mayor elevación. Upo y Artanda son dos cumbres que no llegan a los 600 metros, y que forman una especie de Twins Peaks fácilmente identificables desde el norte.

En esta excursión accedemos desde Zaratamo, para conocer la zona de la que parten las rutas más fáciles hacia las cimas citadas, así como uno de los más bonitos hayedos de esta parte de Bizkaia, y finalmente, la cumbre, con estupendas vistas; todo ello en un recorrido corto y sencillo, al alcance de cualquiera.


DISTANCIA: 3,1 kms
            DESNIVEL: 200 m. (365-567) CENTENARIO
DIFICULTAD: Muy Baja 3 (2-0-1)  Rampas del 20%
            ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y Final: Collado de Axola (Zaratamo)
            VIAS: Pistas de tierra
            ACCESOS: Desde Bilbao, bien por la AP-8 (dirección Vitoria-Gasteiz), o mejor por la A-8 (Donostia-San Sebastián) se llega a Arrigorriaga, tomando, en ambos casos, la primera salida de la autopista. Hay que seguir la dirección Arrigorriaga-Zaratamo por la BI-625 hasta encontrar la desviación a Moiordin (BI-3702). Se sigue entre pabellones industriales dejando a la derecha una desviación a Burbustu y Altamira. Se pasa junto a la cantera de Atxeta y poco más adelante, en una curva cerrada a la izquierda, surge por la derecha una pista que hay que tomar. Se sigue toda la pista (unos 2 kms.), que unas veces es de cemento y otras de tierra, hasta el collado de Axola, con una instalación ganadera, donde se puede aparcar.
En Bizkaibus, la parada más próxima es en c/ Severo Otxoa, 13 de Arrigorriaga (varias líneas) y hasta la misma localidad se llega también en RENFE línea C3. Habría que continuar unos 2,5 km. a pie siguiendo la ruta de acceso hasta abandonar la carretera, y otros 2 kms. hasta el punto de inicio.
            Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 43






Señales en Axola
Aunque hemos fijado como inicio del trayecto el collado de Axola, si nuestros escrúpulos montañeros no nos permiten subir tanto en coche, podemos aparcar sin mucho problema en el punto donde abandonamos la carretera, y ascender a pie los casi 200 m. desde la BI-3702 por una pista de cemento, lo que prolongará la excursión unos 4 kms. (ida y vuelta). Esta carreterilla no tiene sin embargo mucho aliciente, al margen de los paisajes que podamos disfrutar sobre el barranco que separa Upo y Artanda, por la ladera del primero de los cuales vamos subiendo. Sí conviene hacer la travesía con precaución, porque, aunque no suele haber muchos vehículos, la vía es estrecha y apenas hay senderos alternativos.

Sea como fuere que hayamos alcanzado el punto de partida, el collado de Axola es un bonito paraje en el que, junto a una gran explotación ganadera, nos encontramos en una encrucijada de caminos que se dirigen a las dos elevaciones citadas y al no muy lejano Mandoia.

Área recreativa
Con la granja a nuestra espalda, tomamos la pista que sale más a la izquierda, dejando también detrás el sendero que asciende hacia la ermita de San Segismundo, y en poco más de 100 metros divisamos ya a la izquierda el área recreativa del hayedo (Upo Pagadia). Aunque podríamos continuar por la pista, la abandonamos por un sendero que sube por la izquierda (HAYEDO) y accede a la zona de picnic atravesando una puerta en el vallado.

Estamos en una zona con bancos, alguna parrilla y una fuente, junto a la que se encuentra un precioso hayedo, mínima muestra del bosque autóctono que debió ser dominante en nuestros montes tiempo atrás. Las soberbias hayas se yerguen como gigantescas columnas de un misterioso palacio, sin apenas dejar penetrar la luz, con lo que el suelo permanece casi desprovisto de otra vegetación que no sean los pequeños acebos que crecen junto a la base de los fantásticos ejemplares. El paraje tiene algo mágico que invita a deambular por su interior sintiendo al tacto el poder de los enormes ejemplares.

VARIANTE: Si lo que pretendemos es simplemente dar un paseo mañanero y conocer un sitio agradable, podemos también dar aquí por terminada la ruta, sin pasar a empresas más exigentes.

Hayedo de Upo

Lamentablemente, este espectáculo se ve turbado de forma reiterada por la presencia sin control de todo tipo de vehículos, en especial motos y quads, que no sólo circulan a sus anchas por las pistas, sino que hemos visto con pavor recorriendo a toda velocidad el interior del propio hayedo, con su estela de polvo y ruido ensordecedor. Suelen verse también coches y furgonetas estacionados dentro del propio recinto. No sabemos a quién corresponden las competencias en este asunto (el área recreativa pertenece a la Diputación, pero el ayuntamiento de Zaratamo también podía limitar el acceso de vehículos, como hacen otros), pero esta invasión de los espacios naturales resulta inadmisible.

Y hecho el discursito, seguimos.

 Podríamos continuar por la pista que discurre junto a la zona de mesas, pero optaremos ahora por internarnos en este precioso bosque de camino a nuestro objetivo. Para ello tenemos que ascender hasta la parte más alta del hayedo, sin camino y en línea más o menos recta desde la ubicación de la fuente. La rampa es dura, pero se compensa con la saludable sensación de estar descubriendo los misterios ocultos de un lugar desconocido –siempre que ningún motor atruene a nuestro lado.

Pista de subida
Llegamos así a un vallado que delimita el área supuestamente protegida, en el que deberemos buscar un paso (DESVIO-1) por el que saldremos a una pista -en realidad, la misma que dejamos antes, cuyo trazado hemos atajado. La tomamos hacia la izquierda en muy suave subida, y vamos desechando sucesivos caminos que salen por la izquierda, y que son accesos a las distintas explotaciones forestales que ocupan grandes superficies de los alrededores. Es muy probable que el tránsito de vehículos madereros sea la causa de que no se limite el acceso rodado, aunque esto tampoco es justificación, porque para eso existen las puertas, como puede verse en multitud de lugares.

Collado en la base de Upo
Tras pasar un par de curvas, alcanzamos así un bonito collado donde se suelen ver caballos, desde el que observamos de frente el cono final de Upo. Hasta ahora, todo el camino recorrido se encontraba dentro del municipio de Zeberio, y el que sigue hacia la cumbre marca la divisoria entre Zaratamo y Galdakano.

Avanzamos hacia la base del promontorio y, aunque podríamos remontar el empinado sendero que asciende recto hacia la cima, lo reservaremos para la vuelta, y tomaremos un camino más cómodo para subir. Para ello seguimos por la derecha (DESVIO-2) por un camino que bordea la cumbre para, en pocos minutos, encontrar el pequeño repecho que nos conduce a la cima (UPO, 567 m.) por su parte norte.

A falta de mojón, hay lo que parecen ser un par de mugarris, una placa conmemorativa y un original buzón. Las vistas son excelentes, distinguiendose con claridad el cercano Malmasín, Ganeko y la cordillera del Pagasarri, los montes de Triano y el valle del Nervión, con los montes de Durango al este y más al sur el no muy lejano Mandoia.

Cima

Bajada desde la cumbre
Ahora sí vamos a descender por la pala que hemos visto al llegar. Hay que hacerlo con cuidado, porque presenta abundante piedra suelta, pero es posible serpentear por los márgenes más herbosos para evitar resbalones. De nuevo en la pista, desandamos el camino de subida, pero dejamos a la derecha la puerta de acceso al hayedo y continuamos, siempre en moderada pendiente, pasando una pronunciada curva, tras la cual estamos de regreso en el área recreativa, que bien podemos rodear por el camino principal, bien atravesar de nuevo por un sendero poco visible que lleva la misma dirección.

Otra vista del hayedo

En pocos minutos estaremos de vuelta en Axola, donde concluimos la excursión si es aquí donde hemos dejado el coche, o tomaremos la carretera de descenso, según los casos. Tampoco estaría de más una visita a la muy cercana ermita de San Segismundo, que se alcanza ascendiendo por el camino que pasa por el lateral de la explotación ganadera, en dirección a Artanda. Junto al sencillo edificio parece que se celebra una romería anual, y existen mesas y asadores donde pasar un rato reponiendo fuerzas.



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