domingo, 4 de diciembre de 2011

Gongeda

Koskorra, Zamaia, Pilipaondo, Tontorra… son algunas pequeñas elevaciones rodeadas por las más prominentes cordilleras del Pagasarri (este), Ganeko (sur) y el cordal que de ésta se desprende hacia La Quadra por el oeste. En el mapa de Mendikat se observan como encerradas en una bolsa. De ellas, es el Gongeda la más elevada (659 m.), una cumbre suave y redondeada por el norte, y abrupta hacia el sur, desde donde contempla con humildad la vecina mole del bocinero.

En contraste con los muy transitados caminos del Paga y sus alrededores, la zona conserva un carácter menos humanizado y más salvaje, del que podemos disfrutar en esta ruta, fácil y vistosa, partiendo desde la barriada de Somo en Alonsotegi.

DISTANCIA: 6,2 kms 
            DESNIVEL: 430 m. (230-659)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 6 (4-2-0)  
VIAS: Pista asfaltada, senderos de tierra y campo a través
ACCESOS: En coche, autopista a Balmaseda, salida Alonsotegi. Se sigue por la BI-636 pasando el centro de Alonsotegi, y dejando después a la izquierda la desviación a La Barranka. Al final de la recta hay que tomar un desvío a la izquierda con carteles de Albergue y ‘paseos a caballo’. Se asciende más o menos 1 km. pasando por los barrios de Aldana y Somo hasta la ermita de San Martín.
Bizkaibus A-3341, A-3342 y A3343, o FEVE Bilbao-Santander Estación Irauregi. Desde el centro de Alonsotegi, seguir a pie lo indicado en los Accesos (unos 2 kms. ida)
            Más información:
http://www.mendiak.net/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=27757 
(con buenas fotos, mapas, track y de todo)
            Mapa Pagasarri del Ayuntamiento de Bilbao
            Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 33




Seguramente, lo más complicado del recorrido que vamos a realizar será el acceso al punto de partida, a no ser que conozcamos la zona o recibamos una ayudita del Tomtom. Pero tranquilos, tampoco es para tanto. Ya sea en coche o a pie, una vez pasado el barrio de Somo, habremos llegado a la pequeña ermita de San Martín Obispo, al parecer de principios del siglo XX, cuya curiosa historia podemos conocer en la página que enlazamos.

Ermita de San Martín
Ya nos encontramos rodeados de verdes extensiones donde pastan caballos y vacas. Tomamos la carretera en el sentido en que hemos llegado, para iniciar una suave y continua ascensión, teniendo a la vista la zona boscosa hacia donde nos dirigimos (sur), y a nuestra espalda, las primeras imágenes del Eretza, sobresaliendo junto a la cordillera de Sasiburu, y los montes del norte, perspectiva que irá mejorando según subimos.


Ganeroitz y Peñas Blancas desde el camino

En unos minutos, tras cruzar un paso canadiense, llegamos junto a un caserío grande (Elortzeta según el mapa), con indicaciones de ‘albergue Mendizain’ y ‘taberna’. Al lado hay un cartel informativo sobre todo el área, incluyendo el conocido PR BI-100 de Azordoiaga, una pequeña parte del cual recorreremos más tarde.

VARIANTE: Para los especialmente perezosos, se puede llegar en coche hasta este punto, donde hay un pequeño espacio para aparcar, con lo que nos ahorramos los 300 metros recorridos hasta ahora.

Tomamos junto al vallado del caserío la pista de piedras que sigue a la derecha (DESVIO-1), y casi de inmediato desechamos otro sendero aún más pedregoso que sale también por la derecha. Tampoco será raro escuchar de fondo el estruendo de motos o quads, que ya sabemos lo permisivo que es el ayuntamiento de Alonsotegi en estas cuestiones, aunque no se suelen ver por la zona concreta en la que estamos ahora. La pendiente no es muy fuerte aunque sí continuada, y el camino, que en los primeros momentos discurre en sombra, se abre poco después para bordear el bosque, con vistas hacia el Este.

Camino de tierra
Tras aproximadamente 1 km. de marcha por sendero de tierra, que recuerda vagamente al Camino Viejo del Paga, encontramos la primera cruz de señales, en la que debemos tomar el camino hacia Zamaia (DESVIO-2). Nos desviamos por tanto a la derecha, pasando junto a una arqueta de recogida de aguas.

A partir de aquí no hay más que seguir las señales en los dos siguientes cruces, siempre en dirección a Zamaia, bajo un frondoso arbolado. Finalmente, en un corto repecho, salimos a campo abierto en un collado donde poco después observamos ya por la izquierda un karst coronado por una gran torre eléctrica. Con excelentes vistas sobre el Paga y el Ganeko, avanzamos hacia la zona rocosa, y en pocos metros nos encontramos junto a la conocida grieta de Zamaia, vallada y con un cartel informativo sobre la actividad minera en Alonsotegi.

Acceso a la grieta de Zamaia
La sima es en realidad la boca de la antigua mina Antón, de unos 90 metros de profundidad, a cielo abierto. Aunque, extremando todas las precauciones, podemos intentar asomarnos al vacío, la verdad es que tampoco merece mucho la pena, porque resulta muy difícil tener alguna perspectiva de la profundidad del tajo, perfectamente apreciable en cualquier vista aérea o mapa topográfico.

Collado y subida al Gongeda
Continuamos nuestro camino en la dirección que traíamos, bordeando el túmulo de roca por un sendero herboso entre helechos con buenas vistas hacia el oeste. Vamos llaneando rodeados de una preciosa alfombra verde, observando a la izquierda el promontorio donde se encuentra la cima de Zamaia, que dejamos para la vuelta. De frente tenemos una pequeña vaguada con algunos árboles donde suelen encontrarse caballos y, ya a la vista, el último tramo de subida al Gongeda. En mi opinión, el solitario paraje resulta de una enorme belleza, con el contraste del verde con la blanca caliza, los animales pastando tranquilamente y el soberbio perfil del Ganeko dominando el horizonte de forma apabullante.

La última pala hacia la cima no presenta ninguna dificultad. La pendiente es moderada y tampoco hay que buscar más accesos que lo que nos parezca más transitable, entre helechos donde se esconden las ovejas, para tirar siempre hacia el punto más alto.

Cima del Gongeda
En la cumbre (GONGEDA, 659 m.) no encontramos más que un pequeño buzón, y la estupenda panorámica sobre los montecillos y valles que nos circundan, todo ello bajo el redondeado cresterío del Ganeko y las oscuras chimeneas del Gallarraga a su derecha. Hacia el norte tenemos las mismas vistas que disfrutamos desde el inicio de la excursión, aunque con la panorámica lógicamente más abierta, en la que destaca siempre el Eretza, divisandose a lo lejos parte de las localidades de la margen izquierda. Por el Este, el cordal del Pagasarri nos oculta Bilbao.

Vista al norte, con Zamaia en primer término
Buzón de Zamaia

Descendemos la ladera por donde hemos subido para visitar ahora la cima de Zamaia. Como la tenemos en todo momento a la vista, no hay más que girar a la derecha para encaramarnos al lapiaz y en pocos metros nos encontramos en esta cumbre (ZAMAIA, 602 m.), algo más modesta que la anterior aunque más atractiva y de acceso más divertido, con un gracioso buzón en forma de caserío.


Estupenda pano desde Zamaia de mendiak.net

           En el descenso, en vez de volver por el camino de subida, podemos variar un poco la ruta, adentrandonos en el desnudo roquedo por un sendero más bien poco visible que pasa cerca de la torreta. Nos encontramos ahora en la parte superior de la grieta, por lo que habrá que prestar mucha atención para no aproximarnos a zonas de peligro, en especial si la visibilidad no es buena o la roca se encuentra resbaladiza. No es broma ni exageración, porque hará un par de años falleció un montañero por esta zona. En cualquier caso, si queremos un recorrido más apacible, no hay más que bordear el karst por la izquierda para volver al camino de subida.

A partir de aquí, el regreso lo hacemos por la misma ruta por donde hemos venido, de no ser que nos interese optar por alguna alternativa como la que indicamos.

VARIANTE: En el segundo cruce que encontramos podemos seguir la dirección marcada hacia Kobatxu (izquierda), con lo que haremos un trayecto añadido de unos 1,5 km. por bosque para, tras describir un largo zigzag, salir de nuevo a las proximidades del albergue Mendizain. El camino no tiene pérdida siempre que no abandonemos la pista principal porque en caso contrario podríamos desviarnos en exceso hacia el valle (Oeste), obligandonos a dar un buen rodeo para volver al punto de partida.

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