domingo, 4 de marzo de 2012

Ganekogorta

El ‘casi mil’, con sus 998 metros, ocupa según Mendikat una modestísima 83ª posición entre los montes de Bizkaia, aunque si excluimos las cumbres de los macizos de Gorbeia y Anboto, nos vamos a una clasificación mucho más digna. De hecho, es la elevación más importante de las cercanías de Bilbao, lo que hace inevitable que sea también una de las más visitadas. Es también uno de los cinco montes bocineros, cima fundamental en los albores de la afición montañera, y nos anuncia además la llegada de las nieves, ofreciendo desde su cumbre inigualables panorámicas sobre Bizkaia y Araba.

Pero, aunque no lo parezca con tal acumulación de títulos, es también un monte muy accesible al que llegamos sin mucho esfuerzo tras el aperitivo del Pagasarri, en una ruta de lo más tradicional, bilbaina a más no poder… aunque para ello tengamos que traspasar los límites del botxo.


DISTANCIA: 11,7 kms 
            DESNIVEL: 690 m. (310-998) CENTENARIO
DIFICULTAD: Media 11 (6-4-1)  Rampas del 30%
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y Final: Igertu
VIAS: Pistas de tierra y senderos
ACCESOS: En coche, bien desde San Adrián-Larraskitu, bien desde Rekalde, hay que tomar Larraskitubidea hacia arriba, y después Pagasarribidea pasando por el bar Athletic, hasta llegar al parking de Igertu. (Haciendo a pie este último tramo, se puede llegar a San Adrián o Rekalde en las múltiples líneas de Bilbobus)
            Más información:
Montes bocineros:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 33-42
Mapa Pagasarri Ayuntamiento de Bilbao




Aunque al Ganeko se puede acceder por muy diversos caminos, el itinerario más obvio es el que pasa por el Pagasarri. Como la primera parte de la ruta ya la hemos descrito en distintas ocasiones, la despacharemos con sólo cuatro pinceladas, dando por supuesto que quien sube al Ganeko ya conoce un poco el Paga, como parece lógico. Y si se precisa más información, se puede ver en nuestra entrada Pagasarri por el Camino Viejo.

Campa del Pagasarri
Partimos del habitual meeting point de Igertu, para continuar por la carretera en la dirección que traíamos y abandonarla junto al cruce de San Roque para tomar la pista de la derecha. Cruzamos la puerta y subimos las rampas de la Cuesta del Silencio hasta llegar al cruce de Artabe. Aquí tomamos el Camino Viejo, que parte de unos escaloncillos de frente según hemos llegado. Zigzagueando por la ladera –o atajando por la vía directa, si vamos sobrados- llegamos a un paso en una alambrada, donde tomamos la pista hacia la derecha. Y en un corto tramo más, estamos en las campas del PAGASARRI, con el refugio a la izquierda, donde podemos recargar la batería.

En cosa de 35-40 minutos habremos remontado unos 300 metros, algo menos de la mitad del desnivel total. Quizá no sea el mejor momento para dedicarle tiempo al magnífico entorno, así que seguimos para arriba.

Barrera y pista, con la cumbre al fondo
Tenemos que seguir de frente según hemos llegado y casi de inmediato tendremos a la vista la mole del Ganeko y prácticamente todo el recorrido que nos queda por hacer. Es una gran virtud de esta ascensión el que casi siempre vemos el camino a seguir y el objetivo a alcanzar. En pocos metros encontramos una barrera con paso lateral, que debemos cruzar para iniciar un agradable tramo prácticamente llano, por el que vamos bordeando el alto de Lapurzulogane, que queda a nuestra izquierda. Como ya hemos salido de Bilbao y estamos en el municipio de Alonsotegi, será fácil que a partir de aquí empecemos a escuchar motores de quads o motos rugiendo por los alrededores.

Erdikolanda
Con las primeras vistas sobre el norte, iniciamos un descenso moderado que hará que se sumen unas decenas de metros de desnivel acumulado. La bajada nos lleva a la Campa de Enmedio (ERDIKOLANDA), un agradable paraje arbolado donde confluyen las pistas que vienen de la ladera sur del Paga (izquierda) y la que conecta con las neveras (derecha). Una cruz de señales nos indica 3 kms. al Ganeko. Seguimos sin ninguna desviación por un precioso camino con cada vez mejores perspectivas por nuestra derecha.

Llegamos así al collado de MUÑAGANE, donde se puede decir que empieza realmente la subida al Ganeko. Por la izquierda sale un camino que lleva hacia Zollo y al lado tenemos una gran torre eléctrica -nada comparado con lo que podríamos llegar a ver por aquí, como al final apuntaremos. Y de frente, la pala más fuerte de la jornada: la cuesta de Anselmo, una rampa árida y desnuda, de unos 100 metros de longitud y desnivel que ronda el 30%. Aunque por la derecha veamos otro camino que parece ser una alternativa menos áspera, hay que desecharlo porque nos aleja mucho de la ruta prevista.
Llegando a Muñagane
La ascensión exige un cierto esfuerzo, pero tampoco es algo exagerado, de forma que, tomandolo con calma, resulta perfectamente asequible. A mitad de la subida hay un lauburu en recuerdo del tal Anselmo, cuya historia cuenta Luis Alejos en esta página.  Desde luego, tanto la estela como el hecho de que su nombre vaya de boca en boca de muchos montañeros, constituyen un recuerdo bien bonito.

Pasada la cuesta, dejamos de lado otra torreta y pasamos bajo unos cables eléctricos, para tomar un senderito muy evidente que va tomando altura muy poco a poco, siempre en dirección a la cima. Nos encontramos ladeando el Biderdi, cuya cumbre tendremos a nuestra izquierda durante un buen rato. Por la derecha, las amplias y despejadas laderas descienden sin solución de continuidad hacia los valles, y tenemos panorámicas cada vez más amplias e impresionantes hacia el norte: el embalse de Artiba, rodeado de bosque y praderíos, Gongeda, Tontorra y el resto de pequeños montículos cerrados por el este por el cordal del Paga, cada vez más insignificante, al fondo Sasiburu y el Eretza, los montes de Triano… De frente, los enormes farallones que miran hacia el sur impresionan al tiempo que anuncian la proximidad de nuestro objetivo. Este tramo resulta entretenido y fácil.

Camino hacia la cima
            VARIANTE: Una vez sobrepasado el Biderdi, en este punto tenemos la mejor posibilidad de acceso a esta cima, también conocida como Larrentxu o Gane-txiki, entre otros nombres. No hay más que tomar un senderillo muy estrecho que discurre muy cerca de la arista para ir remontando hasta alcanzar la cima.

Finaliza así la lomada del Biderdi, abriendose por nuestra izquierda una nueva perspectiva, esta vez sobre el sur, con el valle de Zollo y el cordal del Kamaraka, que asoma cada vez más cercano. Estamos ya en la divisoria de aguas con un nuevo repecho de frente, y los poderosos peñascos que asoman al abismo, aunque todavía no es la cima lo que vemos. Los cortados sobre la vertiente alavesa presentan desplomes muy fuertes, y es peligroso arrimarse en días de niebla o vientos fuertes.

Subimos la primera rampa, de pendiente moderada y siempre rodeada de verde y, ahora sí, tenemos ya a la vista el mojón del Ganeko. Un último empuje nos hace superar otro repecho más suave, y alcanzamos así la cumbre (GANEKOGORTA, 998 m.). Hay quien dice que el tamaño del vértice geodésico tiene como fin añadir los dos metros que faltan para los 1.000, lo que constituye una genial bilbainada. Junto al mojón hay una mesa de orientación, y unos metros más hacia el este, unos mugarris que marcan el límite de Bizkaia y Araba.


Vistas al norte
Dado que en muchos kilómetros a la redonda no tenemos montes de semejante envergadura, la panorámica es interminable hacia todos los puntos cardinales, por lo que no nos extenderemos sobre el particular. Con la ayuda de unos prismáticos o quizá de algún mapa podemos ir identificando picos aquí y allá, disfrutando de un paisaje sin igual. Sólo el Paga nos oculta buena parte del casco urbano de Bilbao, seguramente celoso de su carácter de guardián del botxo. Y hacia el oeste vemos extenderse el amplio cordal, hasta terminar en las oscuras paredes del Gallarraga. En todo caso, la normalmente venteada cima invita a pasar un buen rato de merecido descanso, recorrer los prados sin rumbo o dar cuenta del bocata, aunque siempre evitando asomarnos demasiado a los cortados, en especial cuando las condiciones meteorológicas no son idóneas.

De vuelta hacia el Biderdi
VARIANTE: Si nos hemos quedado con ganas de más, podemos continuar en la misma dirección que traíamos, pasando las siguientes elevaciones de Arrabatxu (muy pocos metros menor que el Ganeko) y Pagero, aunque si llegamos al último collado antes del Gallarraga habremos perdido casi 200 metros, que después habrá que remontar de nuevo.

El regreso lo hacemos por el mismo camino de subida, disfrutando de las panorámicas que antes dejamos a la espalda, y pudiendo aprovechar para hacer la incursión a la cima del Biderdi que indicamos en la primera variante. Y de nuevo en las campas del Paga, sintiendonos en casa, no olvidemos echar un último vistazo al gigante del sur que acabamos de visitar.

Para el descenso a nuestro punto de inicio proponemos como otras veces la pista de Gangoiti (a la izquierda en la bifurcación junto al Ganeta), que resultará más cómoda después de los esfuerzos de la ascensión (detalles en la entrada que hemos indicado arriba).



¿Y aquí un parque eólico?

Ningún momento mejor que después de nuestra visita al Ganeko –sobre todo si ha sido la primera vez- para, con las imágenes y sensaciones todavía frescas, bucear un poco en la información sobre el proyecto de construcción de un parque eólico en los parajes donde acabamos de estar.

  1. Doce molinos de 197 m. de altura
  2. Dos torres meteorológicas de 55 metros
  3. Un edificio de 200 m2. en la cumbre
  4. Más de 8 kms. de pistas de 4,5 metros de ancho,
  5. Casi 4 kms. de líneas eléctricas (con sus correspondientes torres gigantes)
  6. y 183.000 m3. de movimiento de tierras.
Es decir, donde hoy hay pequeños senderos que atraviesan prados apacibles, tendremos descomunales pistas, enormes torres y aerogeneradores, hormigón a mansalva, cables del alta tensión sobrevolando, excavadoras, vehículos de mantenimiento… ¿Alguien es capaz de imaginarse semejante destrozo?

Para hacernos una pequeña idea, vaya esta foto del ya colonizado monte Oiz, con la diferencia de que éste ya albergaba unas cuantas antenas en su cima y por lo tanto ya había sufrido las heridas del asfalto. Además, el acceso a su cima desde la carretera es mucho más corto, como se puede comprobar llegando tranquilamente en coche hasta la ermita de San Cristóbal.

No estamos en contra de la energía eólica. Estamos a favor de las fuentes sostenibles y por tanto de las energías renovables. Pero no todo vale, y no a cualquier precio. Búsquense emplazamientos más adecuados y respetuosos con el medio ambiente, menos agresivos con el entorno, no nos sigamos cargando nuestros montes más emblemáticos.

Afortunadamente, parece que esta vez las protestas han llegado a los medios de comunicación, y han empezado a calar en la opinión pública –lo que, tratandose del monte, no suele ser muy habitual. Aparte de asociaciones de montaña, grupos ecologistas y otros colectivos sensibilizados con estos temas, todos los ayuntamientos afectados y otros de los alrededores ya se han pronunciado en contra de este disparate. Y muy recientemente, las Juntas Generales de Bizkaia también han mostrado su rechazo, como se recoge en este artículo de prensa.

No sé si esto servirá para enterrar definitivamente esta locura, pero cuanto más vaya engordando la oposición al proyecto y más ruido se vaya haciendo, más difícil será que consigan sacarlo adelante.

Y en ibilkat ponemos nuestro pequeño granito de arena para impedirlo.

Eólicas sí, pero NO EN EL GANEKO

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