lunes, 1 de octubre de 2012

Vía Verde de Piquillo

El tramo de la costa más oriental de Bizkaia y su continuación por el litoral cántabro muestran abundantes restos de la actividad minera que se desarrolló en la zona hasta las primeras décadas del siglo XX.  Por aquí circulaban diversos transportes de mineral para su embarque y posterior exportación, a través de cargaderos que asomaban sobre el mar. La huella de esta industria nos ha dejado desmontes y túneles, viejas instalaciones y edificios a lo largo de varios kilómetros, que conviven con la belleza de los rompientes.

Un sencillo paseo enlaza la primera localidad cántabra (Ontón) con Kobaron, ya en Bizkaia, recorriendo la fachada marítima para contemplar sus recios paisajes.


DISTANCIA: 5,8 kms 
            DESNIVEL: 15 m. (30–55)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (0-1-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Antiguo cargadero de Ontón
VIAS: Pista asfaltada y de cemento
ACCESOS: En coche, de Bilbao a Ontón, autopista A8 dirección Santander salida 139 El Haya. Se toma la N-634 en dirección Santander, y antes de entrar en Ontón, tomar una carreterilla que sale por la derecha, pasando bajo la autopista y llegando al parking junto al inicio de la Vía Verde. Autobús Encartaciones (Termibus) Bilbao-Castro por Nacional
                 Si queremos partir de Kobaron, tomar la misma salida de autopista e inmediatamente la BI-3795, para encontrarnos en pocos metros en esta localidad. También Bizkaibus A3321 desde Portugalete
ENLACES CON Itsaslur
Más información:


El Piquillo –que no tiene nada que ver con los pimientos- es justamente el lugar del que partimos, una pequeña punta próxima a Ontón, junto a la Rada de Berrón, una cala visible si nos asomamos un poco hacia el oeste, en donde parece que se practica el buceo, como atestigua este video: 



Pero como nosotros somos del palo pedestre, nos fijamos en lo que hay en tierra firme. Aquí mismo ya podemos observar restos de antiguas instalaciones mineras, como la llamativa chimenea que se conserva en la misma explanada junto a la cual se inicia el camino. También distinguimos los muros de un cargadero, al parecer diseñado por Alberto Palacio (el del Puente Colgante) y destruido por una tempestad en los 80. Con estos elementos a la vista, y el Cantábrico a nuestros pies, ya estamos plenamente integrados en el ambiente por el que nos vamos a mover.

Chimenea e inicio del camino
Según miramos al mar, tenemos que seguir unos metros hacia la derecha para encontrar junto a unas casas unos paneles informativos que nos indican el comienzo de la Vía Verde. Por cierto, que acumulan tantas advertencias sobre acantilados, desprendimientos y adversidades meteorológicas, que dotan a la ruta de una emoción que en realidad no tiene… aunque si nos viniéramos por aquí un día de temporal duro, igual cambiábamos de opinión.

Avanzamos sobre los acantilados, delimitados por una valla de madera, rodeando la bonita ensenada de Ontón, mientras vemos delante el trazado del camino y al fondo, el túnel de la Galerna. Realmente, lo de los desprendimientos no es broma, porque en el camino se aprecia  alguna zona hundida y parcheada; y la propia mina de la Galerna –muy próxima al túnel al que da nombre- parece que terminó desmoronándose, lo que indica que el terreno debe ser bastante inestable.

Llegando al túnel
Llegados al túnel, además de nuevos carteles de advertencia, el aspecto de la boca resulta de por sí algo intimidante: asoma por ella un aparatoso entibado de madera que lo recorre en su totalidad, y las laderas están sujetas –como en algunos tramos anteriores- por redes metálicas. El túnel está completamente a oscuras, y las paredes rezuman agua. Con todo, y aunque pueda parecer una atracción de parque temático, tiene uno la convicción de que todo es bastante real, con lo que el pasaje impone cierto respeto, pese a su escasa longitud.

Y salida
A la salida se aprecia también algún voladizo a modo de visera y una zona apuntalada, lo que confirma la sensación de inestabilidad.

A partir de aquí las emociones se reducen considerablemente. El camino continúa bordeando los acantilados, con buenas vistas sobre el este, con protagonismo de Punta Lucero y sus molinos. Los rompientes dejan ver pliegues geológicos notables y también algunos hundimientos.

Pasamos un cepo que impide la entrada a vehículos, y después dejamos a la izquierda un caserío. Nos vamos alejando del litoral, y poco después de pasar junto a una chabola (derecha) cruzamos sin enterarnos la muga entre Cantabria y Bizkaia.  

La costa hacia Bizkaia
Se van sucediendo algunas casas de labranza y, tras otra curva que nos aproxima de nuevo a la costa, nos volvemos a dirigir tierra adentro, ahora en línea recta hacia un edificio en ruinas, seguramente de origen minero. Poco más adelante surge por la izquierda uno de los varios caminos que cruzan, y que se dirige a la zona de Aguadulce.

VARIANTE: Podemos hacer una pequeña incursión en esta dirección, para contemplar la pequeña cascada de un arroyo que vierte directamente al mar.

Zona minera del Hoyo
Enseguida estamos junto a los viejas construcciones mineras de la zona de El Hoyo, y continuamos hacia el interior bordeando una vaguada con abundante vegetación por donde discurre el arroyo de la Sequilla. Junto a un pequeño recinto rodeado de altos setos salimos a un parking muy bacheado, y ya no tenemos más que seguir la carretera hacia el grupo de casas que tenemos a la vista, para llegar a Kobaron, punto final de la excursión.

VARIANTE: Si queremos enlazar con la ruta de Itsaslur, junto al seto hay que girar a la izquierda y seguir el camino hacia un pinar con un nuevo aparcamiento, donde ya tomamos la parte vizcaina de la ruta. También desde Kobaron podemos tomar (por la izquierda, según llegamos) un camino interior que nos conduce a Pobeña por la zona de Campomar, aunque por aquí el tránsito es algo más complicado y menos espectacular.

La ruta nos lleva poco más de media hora (ida), que esta vez sí que lo hemos controlado, y en Kobaron, además de un parquecillo con juegos infantiles, tenemos varios bares agradables donde picar algo, una cosa imprescindible cuando una se da un paseo respirando los aires marinos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario