martes, 5 de marzo de 2013

Ría de Castellanos

El río Campiazo nace en Solórzano, y recorre la comarca cántabra de Trasmiera atravesando algunas de sus principales poblaciones: Hazas de Cesto, Beranga, Meruelo… hasta convertirse en ría a la altura del puente de la Venera. En este punto, el cauce fluvial separa los municipios de Arnuero y Bareyo, que no volverán a encontrarse aguas abajo.

Tras el puente, el Campiazo pasa a ser la ría de Ajo, la Venera o Castellanos, reuniendo paisajes de gran belleza, entre prados y pequeñas zonas boscosas, mientras las mareas dejan al descubierto amplios arenales, viejos molinos y humedales en los que se muestra la biodiversidad de este singular espacio natural.


DISTANCIA: 12,5 kms 
DESNIVEL: 100 m. (0-100) 
DIFICULTAD: Baja 6 (1-5-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Playa de La Arena (Isla)
VIAS: Camino asfaltado y pista de gravilla
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Santander, salida 184 Beranga-Noja-Isla. Se toma la CA-141 en dirección a Noja, y en la segunda rotonda seguir señalización a Isla (6 km). Después torcer a la derecha, y antes de entrar en Isla, en la siguiente rotonda girar a la izquierda (Playa de La Arena), continuando sin ninguna desviación hasta la playa. 
ENLACES CON  Acantilados de Isla
Más información:
Cartografía de Cantabria en



Perfil (ida)


Playa de La Arena
            En la fantástica playa de La Arena, de Isla (Arnuero), las bravas aguas del Cantábrico se adentran en tierra a través de la ría de Castellanos, y las potentes mareas dan forma a un paisaje cambiante y espectacular. Aunque en sus aledaños existen diversos tipos de edificios e instalaciones, salvo una zona muy reducida, el entorno de la playa y ría poseen una belleza casi salvaje.

            Iniciamos la marcha en el aparcamiento, junto al cual ya ha desaparecido una urbanización objeto de dura polémica desde hace años. Tenemos que tomar un camino asfaltado con la indicación ‘salida de emergencia’ que se dirige al monte entre el hotel Campomar y el lateral de otro bloque de apartamentos.

            VARIANTE: Hay un alternativa teórica a este comienzo de la ruta, más pegados al curso fluvial. Para ello hay que continuar por la carretera de llegada hasta el final, unas decenas de metros más allá del curioso lounge-bar ‘La isla del tesoro’. Aquí enlazamos con un sendero que progresa en paralelo a la playa nudista del interior de la ría, para después adentrarse en una colina boscosa. Aunque este itinerario es mucho más atractivo, decimos que es más bien teórico porque el tránsito posterior por el encinar es cada vez más complicado, y no estamos seguros de que tenga una salida lógica. Servidor no ha conseguido encontrarla, y si alguien la conoce, agradeceríamos mucho que nos indique por dónde.

Subiendo desde la playa
            Continuamos en suave ascenso por la solitaria carretera, con una profunda vaguada por la derecha y algunas campas salpicadas de roca por la izquierda. Efectivamente, se trata de una vía de salida alternativa para los residentes junto a la playa, porque no hay otro acceso aparte de la carretera general.

            El camino es agradable, circulando primero entre encinas y más adelante bajo grandes eucaliptos, y por él remontamos unos 80 metros, hasta la altura del camping Punta Marina, que se encuentra en el alto. Aunque no podemos verlo, pasamos por su parte posterior, para salir a una carretera, que tomaremos hacia la derecha (CRUCE-1)

Caminos rurales
            Casi de inmediato, dejamos un desvío por la derecha que supuestamente debería enlazar con la variante anterior. Iniciamos así una larga marcha por tierras interiores, pasando en ocasiones junto a algunos eucaliptales, con algunas vistas a nuestras 5 sobre Ajo y los vertiginosos acantilados que rodean su cabo. Avanzamos por terreno ligeramente ondulado, pasando junto a varias granjas, sin abandonar el trazado del camino vecinal asfaltado.

            VARIANTE: Junto a un caserío con un solitario árbol de tronco retorcido (creemos que es un ficus) sale por la derecha un sendero. Según algunos mapas este camino enlaza con otros sucesivos que llevan una trayectoria paralela a la nuestra pero más cercana a la ría, hasta salir a la marisma que después indicamos. Sin embargo, dado lo poco transitado de los caminos por estas zonas, no podemos asegurar que se encuentre practicable.

Unos minutos después, pasando una pequeña mancha boscosa, tenemos ya a la vista la torre más sobresaliente del pueblo de Isla, llamada el Torrín, tras la que emerge la oscura silueta del Cincho. Pasamos muy cerca de la fortificación indicada y nos dirigimos a ARGATOJO, un pequeño barrio con una placita que cuenta con fuente, lo que para los poco previsores (presente!) vendrá muy bien, sobre todo en época estival.

Vista hacia Noja y el Cincho
            Seguimos la ruta durante un tramo de asfalto, con buenas vistas por la izquierda hacia el mar, el Cincho y la marisma, Noja e Isla, perdiéndose hacia el Buciero. Dejamos por la derecha un camino que remonta por unos prados, y poco más adelante abandonamos, también por la derecha, la vía que seguíamos (DESVIO), y que se dirige al muy cercano núcleo de Arnuero.

Con vistas a Ajo, contemplamos varios grandes pinos solitarios y enseguida tenemos al fondo, todavía lejos, las primeras imágenes de la ría y una pequeña marisma. En pocos metros, este camino, que desciende suavemente, pasa a ser de tierra, enfilando hacia un chalet solitario, con una especie de casa de labranza por la derecha. Aunque parece que el camino finaliza aquí, en realidad rodea completamente la casa y sigue bajando.

El descenso finaliza en una bifurcación bajo arbolado (CRUCE-2), donde encontramos un cartel indicador del molino de Castellanos (500 metros a la derecha) y la ermita de los Mártires (izquierda).

Molino de Castellanos

VARIANTE: Los 500 metros tal vez son algunos menos, y merece la pena hacer una incursión, siguiendo la dirección de la flecha. Es un camino fresco y algo arenoso, que muy pronto desemboca junto a la ría, en una pequeña ensenada con aspecto de marisma, donde se ve un dique y los restos del citado molino. El lugar es realmente precioso, frecuentado por pescadores y, cuando las mareas lo permiten, paseantes por las zonas practicables del cauce. Cerca de este punto parece que desemboca el camino que planteábamos en la variante anterior.

            Tomamos la dirección a la ermita y en pocos metros encontramos una nueva desviación por la derecha (de arena rojiza) que vuelve a indicar hacia el molino, y que enlaza con el camino indicado en la variante, cerca de la marisma. De inmediato, otra flecha indica hacia un mirador, que no es sino una mera plataforma de madera desde la que tenemos una buena vista de la ría, aunque tampoco mejora mucho las que tenemos desde el camino.

Vista sobre la ría
            Pasamos junto a una especie de plazoleta, con abrevadero y una fuente natural, y unos pasos después gozamos de una amplia perspectiva sobre la ría, en cuyo lecho arenoso se encuentran grandes colonias de aves acuáticas.  

            De nuevo salimos a caminos vecinales con sucesivas casas y granjas, donde no debemos perder el rumbo que traíamos. En un cruce múltiple (CRUCE-3), también señalizado, giramos a la derecha, y en unos minutos pasamos junto a la Casa de Labranza Ría de Castellanos, una especie de hotel rural con un bonito jardín-terraza.

Ermita de los Mártires
            Vamos finalizando la ruta, y llegamos así a la ERMITA de los Mártires, con una pequeña plaza y varias casas en su parte posterior. De ahí salimos a la carretera general y unos metros más adelante estamos en el puente de la VENERA., final de trayecto. La vista desde el puente no ofrece nada que no hayamos visto antes, y en la orilla contraria un cartel nos indica que entramos en Bareyo.

              Y para la vuelta ...

            Hay que advertir que, si la ruta se nos ha hecho demasiado larga, en nuestro punto de llegada no es nada fácil encontrar un medio de transporte para volver. De forma que, si no queremos deshacer todo el trayecto, hay que seguir carretera adelante hasta Bareyo, o retroceder como un kilómetro para llegar sin dificultad a Arnuero, donde sí disponemos de bus.

            Otra posibilidad es regresar hasta Argatojo y bajar de allí al núcleo histórico de Isla donde, además de un par de establecimientos muy agradables en que reponer fuerzas, podemos admirar la iglesia de San Julián y Santa Basilisa, el palacio de los Condes y, por supuesto (sólo en verano), la estupenda librería de viejo de ese gran bouquiniste que es Jesús, que no todo van a ser bares.
Más playa
           
            Pero si hemos decidido hacer toda la ruta ida y vuelta, no desaprovechemos tampoco la ocasión de disfrutar un rato de la playa de La Arena y sus alrededores, cuyos paisajes merecen dedicarles un buen rato, sin prisas.

            Y, ya de paso, dejamos una sugerencia para los desconocidos responsables del Ecoparque de Trasmiera, cuya página indicamos arriba. Con un trabajo de desbroce y limpieza más sencillo que en el Cincho se podría abrir una preciosa senda por toda la ribera oriental de la ría. No lo veo difícil y el coste sería poquito, piensenlo.

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