viernes, 19 de abril de 2013

Arraba

En la montaña vasca los pastos de altura ofrecen con frecuencia estampas espectaculares en las que el verde intenso de los prados contrasta con impactantes afloraciones calizas, escoltado todo ello por cresteríos y cimas que parecen inexpugnables. Podemos verlo por ejemplo en varios collados en las cercanías del cordal de Anboto, o en las formidables extensiones de Urbia, al pie del Aizkorri.

En Bizkaia quizá el ejemplo más clásico y conocido es el de las campas de Arraba, la más popular puerta de acceso al Gorbea. Colindante al macizo de Itxina y bajo la mirada de los colosos Lekanda y Aldamin, accedemos a Arraba en una tranquila excursión familiar; y si las nubes no lo impiden, tendremos el placer de ver emerger en lo alto la cruz del Gorbea, techo del territorio.

DISTANCIA: 6,2 kms 
DESNIVEL: 200 m. (845-1045)
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-2-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Pagomakurre (Areatza)
VIAS: Pista de tierra
ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia, hasta salida Vitoria-Gasteiz N-240. Se pasa Lemoa y Artea, y en Areatza se toma a la derecha desviación señalizada al Parque Natural del Gorbeia. En 6 kms. se pasa el área de Larreder y en dos más se llega a Pagomakurre (parking)
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 63


Perfil (ida)

Como Pagomakurre es el punto más cercano al Gorbea al que se puede acceder en coche, hay que contar con que un día festivo con meteorología más o menos decente nos encontraremos el aparcamiento lleno hasta los topes, con lo que probablemente deberemos dejar el vehículo algo más abajo.

Inicio de la pista en Pagomakurre
Además del parking, Pagomakurre constituye todo un meeting point para montañeros de todo pelaje, desde quienes arrancan decididos a hollar la mítica cima vizcaina o alguna otra de las innumerables que tenemos en los alrededores, hasta los domingueros que, como nosotros, nos daremos por satisfechos con un paseíto para despachar el bocata en una estupenda campa. Tenemos una agradable zona verde con fuente y bancos a ambos lados del asfalto, la minúscula ermita de Nuestra Señora de la Paz y las primeras imágenes de los colosos que nos escoltarán por el camino.


Ermita
Tenemos que recorrer todo lo largo el aparcamiento y al final del mismo, a la derecha del hostal, nace un único camino, señalado con una indicación de 2,8 kms. a Arraba. En lo alto, para empezar a impresionarnos, tenemos los blancos peñascos de Lekanda, bajo cuya sombra circularemos casi todo el trayecto. Y como aquí siempre estamos al loro con los detalles geográficos, en cuanto tomamos la pista, dejamos el municipio de Areatza para entrar en Zeanuri, de donde no volveremos a salir hasta la vuelta.

Como a veces nos ocurre, la cosa tiene tan poco misterio que podríamos limitarnos a decir que debemos subir hasta encontrarnos una preciosa campa con un refugio y un par de hileras de arbolillos jóvenes, con lo que habremos llegado al destino. Pero ¿qué pensarían entonces nuestros seguidores? ¿en qué se diferenciaría el blog de la Guía Repsol? ¿No sería más provechoso y eficiente irnos directos al Wikiloc y olvidarnos de la literatura?

Pues sí, cierto es, pero es que nos apetece contar cosas, enseñar foticos y enredar un poco, para eso estamos.

El camino avanza con una pendiente muy moderada, pasando de vez en cuando junto a alguna casa 
Vista sobre Anboto
que, según nos cuentan, son en su mayoría refugios privados. Muy pronto, quizás a mitad de camino, distinguimos justo delante del Gorbea una verde alfombra, que será justamente nuestro punto de llegada.

Durante todo el recorrido vamos bordeando el contorno oriental del Lekanda, con un par de vistosos cantiles, y el paisaje se abre por la izquierda hacia el valle de Arratia. Si el día es claro, tendremos un hermoso panorama hacia los montes de Durangaldea, con el Saibi en primer término, Oiz más a la izquierda y Aizkorri máas lejos hacia el Este, entre otros muchos.

Y según nos vamos acercando, aparecerán la rotunda silueta de Aldamin por la izquierda, y la redondeada y majestuosa del Gorbea como telón de fondo.

Aldamin y Gorbea desde el camino

La pista, bordeando Lekanda
Así, admirando con calma las fantásticas perspectivas, llegamos tranquilamente al objetivo que hemos tenido casi todo el tiempo a la vista.

Estamos en una extensión amplia y verde, salpicada de pequeñas dolinas, algunas relativamente profundas. El camino de llegada se bifurca en dos: uno sigue por la izquierda en dirección a Eregiñao y el Gorbea, y el de la derecha se dirige, tras pasar junto al refugio Ganguren, hacia algunas de las crestas que delimitan Itxina por el Este.

Cruz de señales
Las campas invitan a deambular por los alrededores, con la compañía de ovejas y caballos, disfrutando del idílico entorno. Mirando al valle, junto al camino del Gorbea y sobre el barranco de Lanbreabe, una mesa de orientación nos ayuda a identificar los innumerables picos que se van extendiendo al Norte y Este. Por cierto que a nuestros pies encontramos –aunque a simple vista es difícil de distinguir- varios seles o kortak, las antiguas demarcaciones agrícolas de forma circular que dan nombre a tantos montes de nuestro territorio.

Vista parcial de las campas

Lógicamente, llegados aquí lo primero que se nos ocurre es tumbarnos en la hierba, sacar el piskolabis o simplemente mirar el paisaje. Pero como todo esto es muy aburrido, proponemos darse algún garbeo por los alrededores:
  • por el camino que indica ‘Eregiñao’ continuamos la ruta hacia el gigante bocinero. En poco más de 1 km. llegaríamos al paso de Aldape, uno de los lugares más conocidos de este itinerario, con un tramo más o menos aéreo y vistas incluso más amplias que desde Arraba
  • siguiendo el camino de la derecha según hemos llegado pasamos el refugio y seguimos junto a un arroyo, para encaminarnos hacia Kargaleku por donde, entre pedreras y con el Gorosteta por la izquierda, nos adentramos en el biotopo de Itxina. No obstante la belleza del lugar, de no conocer bien la zona tampoco conviene internarse mucho más porque a partir de aquí la orografía empieza a ponerse complicada
  • y podemos optar también por atacar una buena rampa que enfila por el verde hacia Lekanda, con las pequeñas crestas de Kuxatx y Arteta por la izquierda (paso de Igalerantz). La pala tiene su desnivel, aunque no presenta mayores dificultades; otra cosa será la ascensión a la cumbre, que ya tiene más sustancia y la dejaremos para mejor ocasión.
 Y terminamos con algunas vistas más:

Gorbea bajo las nubes



Vistas al Este

Peñas de Arteta
Como se puede comprobar, el camino en sí no nos da pie a contar muchas cosas. Pero recorrerlo merece la pena para admirar todo lo que ofrece este espléndido escaparate montañero, un trayecto y un destino que nos dejarán el magnífico recuerdo de una incursión por las cercanías de algunos lugares míticos de los montes de Bizkaia.

3 comentarios:

  1. La verdad es que las campas de Arraba tienen su encanto. Me tengo que acercar por alli y hacer unas rutillas, este verano caen varias por alli.

    Un saludo

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  2. Hola Pedro. Como te acerques por allí seguro que no queda cumbre sin hollar en todo el Gorbea, jeje.

    Por cierto, qué tal en el Eretza, no lo he visto en tu blog, igual es que no he mirado bien.

    Saludos.

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  3. Jaja, como casi siempre pasa lo que tengo intención de hacer termino no haciéndolo. El Eretza está sin conquistar todavía. Por suerte no tengo mucho tiempo libre. Ya habrá momento de hacerla. Un saludo.

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