jueves, 2 de enero de 2014

Camino '87 14ª Jornada: Astorga-Foncebadón (25,3 kms.)




Seguramente reconfortados por la minietapa anterior y la escala en población tan acogedora como Astorga, la expedición empieza ya a abandonar las oceánicas llanuras castellanas, y empezará a conocer los montes de León, es decir, poco a poco recobraremos la compañía del verde, aunque también empezaremos a encontrar desniveles que creíamos olvidados.

Iglesia en Murias de Rechivaldo
Salimos de Astorga por la LE-142, siempre en dirección oeste, y en un par de kilómetros pasamos VALDEVIEJAS (km. 359) y en otros dos, la población que recibe el gótico nombre de MURIAS DE RECHIVALDO (km. 361). La ruta ataja en esta ocasión por un camino vecinal, dejando por la derecha Castrillo de los Polvazares, minúscula pero muy interesante aldea, cuyo nombre proviene del polvo rojizo que domina toda la zona.

Continuamos ganando altura muy suavemente atravesando los pequeños núcleos de SANTA CATALINA DE SOMOZA (km. 365) y EL GANSO (km. 370), ya por encima de los 1.000 metros. En algunos momentos tenemos a la vista el Teleno, un señor monte que se va más allá de los 2.100, y es la cumbre de todo el macizo leonés. Poco antes de alcanzar la siguiente población se encontraba el Roble del Peregrino. El viejo árbol era uno de
Roble del peregrino
esos hitos clásicos que dotan de simbología al Camino. Lo vieron nuestros amigos en 1.987 y se fotografió junto a él servidor años después; pero hace poco más de un mes lo tronchó un vendaval de viento. Así que dejamos aquí la foto para el recuerdo.

Con perfil similar al que traíamos alcanzamos en unos 7 kms. RABANAL DEL CAMINO (km. 377), a donde se accede por una calle empedrada en ligera subida.

Rabanal del Camino
Este recoleto pueblo posee interesantes muestras de la arquitectura típica de la comarca, y una curiosa plazoleta junto a uno de los albergues más antiguos, muy anterior a la eclosión jacobea del 93. Es probable que nuestros amigos hiciesen una parada en este punto, ya recorridos 20 kms. desde Astorga, porque es la localización perfecta para reponer fuerzas y afrontar mejor el tramo final de la etapa, donde habrá que empezar a subir de verdad, como bien comprobamos en el perfil. Lo que no sabemos es si habrán catado la memorable sopa de un mesón al final de la calle principal (lástima no recordar el nombre) aunque, si lo hubiesen hecho, seguro que lo habrían hecho constar.

En Rabanal ya estamos a 1.100 metros, y nos vamos adentrando sin remedio en los montes de León. Así que iremos subiendo cotas, poco a poco pero sin apenas descanso, bordeando lomas, mientras el paisaje alrededor se va volviendo más accidentado, y sucesivas curvas nos hacen olvidar los enloquecedores trazados rectilíneos de jornadas anteriores. Pero tampoco nos engañemos, las tierras de la Maragatería son todavía ásperas y solitarias, y los desniveles contribuirán a minar nuestras fuerzas.

Llegamos así al final de etapa en FONCEBADÓN (km. 382), un lugar que no deja indiferente a nadie que haya pasado por allí. Mi primera noticia de este paraje fueron unas impresionantes fotos de un libro que no
recuerdo: un pueblo abandonado, con todas sus casas en ruinas desde hace décadas, la piedra de los muros derrumbada y esparcida bajo el sol, silencio y olvido, un auténtico pueblo fantasma de aspecto un poco sobrecogedor.




La hoja de ruta dice que ‘trae recuerdos a la mente de lo que tuvo que ser en pleno florecimiento del Camino en la Edad Media, núcleo importantísimo en el peregrinaje con hospitales, monasterios, hospederías... hoy abandonado". Así lo encontraron en 1.987, y así seguía cuando lo vimos más de diez años después, aunque ya entonces se veían un par de edificios en proceso de restauración.



Por lo que hemos visto, parece que actualmente el enclave ha recobrado algo de vida, con algún albergue y restaurante, y la rehabilitación de su iglesia. No es extraño este renacer, porque estamos en un punto estratégico de esta parte del Camino, muy cerca de algunos lugares emblemáticos que nos esperan para la próxima jornada.

Lo que no queda claro es dónde pernoctaron los peregrinos de Santurtzi, si acaso una vez más a la fresca junto a las inestables paredes de algún viejo edificio, o tal vez algo más adelante. Pero como se señala Foncebadón como final de etapa, lo dejaremos aquí hasta la próxima ocasión.

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