viernes, 17 de octubre de 2014

Urizarmendi

Armintza es una pequeña y coqueta localidad pesquera perteneciente al municipio de Lemoiz. Una calle con varios bares y restaurantes nos conduce directamente al puerto, donde las embarcaciones se resguardan tras el poderoso rompeolas. El atractivo de este rincón marinero y su estupenda hostelería hacen que se encuentre repleto de visitantes los fines de semana.

Desde aquí iniciamos la marcha hacia Urizarmendi, una elevación modesta, aunque por su privilegiada ubicación proporciona algunas buenas panorámicas. Completamos la ascensión con una ruta circular por algunos interesantes parajes, escondidos de las carreteras y núcleos urbanos tan próximos.

                DISTANCIA: 8,2 km.
            DESNIVEL: 295 m.  (0-295)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5  (2-3-0)
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Puerto de Armintza
            VIAS: Carretera, camino asfaltado, senderos de tierra y gravilla, pista de cemento
ACCESOS: En coche desde Bilbao, autopista dirección Mungia. Se toma después la BI-2120 dirección Plentzia hasta Andraka y aquí BI-2153 dirección Lemoiz/Armintza. También por Getxo y Plentzia, siguiendo después hacia Gorliz y Andraka. Bizkaibus A-3451 (hay que cogerlo en Las Arenas).
ENLACES CON Ermua
TRACK:  Wikiloc                     
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 3
  


       
       La línea de Bizkaibus nos deja en la BI-3151, en la misma entrada a Armintza, junto a la calle que desciende hacia el puerto (Portubidea). Así que, hayamos venido en transporte público o en coche, tomamos este lugar como punto de partida.

Cala a la salida de Armintza
Avanzamos por la propia carretera en dirección a Bakio (Este), y pasamos enseguida junto a la bonita iglesia de Santo Tomás. Por la derecha, un poste con señales indica dos caminos hacia Urizarmendi, y tomamos el más corto de ellos, siguiendo el GR-123, por lo que continuamos en la misma dirección, hasta salir del casco urbano, muy cerca de la cala. En una pequeña explanada, abandonamos esta vía para desviarnos por la derecha siguiendo un cartel que indica hacia el barrio de Gazitua.  

Ahora nos alejamos del mar y comenzamos a subir, todavía por el asfalto, pasando junto a varios caseríos y chalets. Llegamos al alto (GAZITUA) en una plazoleta con una placa muy urbana que indica ‘plaza Rafael Ciluaga’. Aquí mismo, junto a una casa de curioso diseño en madera clara, otra señal indica hacia nuestro objetivo por la derecha, lo que, unido a las continuas y muy claras marcas rojiblancas, no deja lugar a dudas. En unos metros, termina el asfalto y el sendero pasa a ser de tierra.


Ya nos internamos por el clásico camino terroso rodeados de eucaliptos, con el inconfundible aspecto muy semejante a otras zonas de esta parte de la costa. Hay que apuntar que, según hemos leído (y a veces, comprobado in situ) el crecimiento de los eucaliptos es realmente fulgurante, por lo que en un intervalo de muy pocos años, por estas laderas podemos tener, bien excelentes vistas sobre el tramo litoral más inmediato, bien ninguna en absoluto. 

Bajo los cables
En adelante viene quizá el tramo más confuso. La pintura del GR está más deteriorada o ha desaparecido y, tratándose de zona de explotaciones madereras, los caminos son numerosos, de tanto en tanto se abren algunos nuevos, y otros pueden quedar semiocultos entre restos de las talas. Como orientación general, diremos que obviamos el primer desvío por la izquierda (hay que evitarlo a toda costa, porque está lleno de arañas y zarzas), y seguimos en desnivel moderado y con buen firme. 

En las dos siguientes bifurcaciones tiramos por la izquierda y, tras un tramo algo más pendiente y con algo de piedra suelta, cruzamos un camino. Finalmente, alcanzamos una pista en un CRUCE, con una especie de barras metálicas con pintura naranja. Ya digo que las indicaciones pueden no ser muy exactas, aunque la zona tampoco presenta mucha dificultad para orientarse, y siempre podemos tirar de nuestro habitual principio de optar siempre por el camino que más sube.

Aquí iniciamos el tramo de ida y vuelta que se ve en el mapa, por el que alcanzaremos fácilmente la cima. Tomamos por tanto la pista hacia la izquierda, pasando a terreno abierto, y siempre en ascenso muy moderado. Dejamos una torreta eléctrica por la izquierda, y vamos describiendo primero una curva amplia hacia el sur, para seguir después justo por debajo de unos cables de alta tensión y en línea recta hacia otra torre.

Es posible que en esta segunda torre se encuentre la máxima elevación, pero para llegar al mojón hay que seguir por la izquierda, siempre por la pista. Perdemos algunos metros con algunas vistas sobre Jata, y poco más adelante descubrimos por la derecha el vértice geodésico y el buzón (URIZARMENDI, 295 m.) 

Como se puede observar, cuando hicimos la foto la cima estaba rodeada por arbolado de envergadura, y con una buena pared de helechos por el lado contrario (NE), con lo que apenas tenía vistas. No obstante, vease lo que antes hemos comentado sobre los eucaliptos y las explotaciones forestales, de forma que sería perfectamente posible encontrarnos el paisaje completamente abierto.

De todas formas, si continuamos bajando un poco por el mismo camino accedemos a un punto donde las perspectivas son bastante mejores. Aunque Jata y sus estribaciones nos tapan la vista hacia el Este, por el sur, en la lejanía, se ven con claridad los montes de Durango, Gorbea, el Ganeko, Eretza y los montes de Triano, una panorámica que sorprende en lugar tan alejado y, sobre todo, con tal escasa elevación.

Algunas vistas










Y algunas más





Emprendemos ahora el camino de vuelta, deshaciendo la última parte de la ruta. Esto nos permite descubrir algunas panorámicas que antes tuvimos a la espalda, primero Ermua por la derecha, luego por la izquierda hacia el oeste, Serantes, Castro, Cerredo y Candina y, en días claros, incluso podemos distinguir Santoña y Cabo de Ajo. Regresamos así al CRUCE de las marcas naranjas, y continuamos ahora por la izquierda para completar la ruta circular.

Antena en Ugartemendi
El camino es llano y más arenoso, y se dirige hacia una antena que alcanzamos poco después, ya en bajada. Estamos en la antecima de UGARTEMENDI, y ya tenemos nuevas vistas hacia el oeste: el valle donde se asienta Lemoiz (barrio de Urizar), los montes que se pierden hacia Cantabria, y parte del puerto de Santurtzi.

Seguimos la pista en descenso cada vez más pronunciado, primero de gravilla y más abajo de cemento, describiendo un amplio zigzag, hasta llegar a un par de caseríos (Ugartegoikoa y Ugartebekoa, en la original nomenclatura que es habitual) y un cruce múltiple, todo ello muy cerca de la carretera. Justo entre los dos hermosos edificios encontramos un senderito y de inmediato nuevas marcas del GR, que nos van a guiar en adelante.

Camino a la sombrita

Nos internamos por una preciosa senda bajo arbolado, pegados al arroyo Amorraga (o Andraka), bajo la sombra fresca de especies de ribera, es decir, una cosa totalmente diferente de lo visto en la parte alta del monte, como si fuera un lugar muy lejano. El paseíto es una gozada, a veces muy cerca del lecho del río, otras aproximandonos a caseríos o invernaderos, o pegados a algunos vallados, pero siempre por entorno
Junto al arroyo
tranquilo y sumamente agradable. En la zona parece que existían un par de molinos, y dice Iturriza, en su célebre 'Historia general de Vizcaya', que todas estas tierras pertenecían al marqués de la Torrecilla. Pues qué suerte, el marqués. 

Las marcas rojiblancas son en esta zona muchas, claras e impecables, con lo que no hay pérdida posible. Dejamos por la derecha un par de desvíos que se dirigen a los altos, y nos vamos acercando a la carretera, ya en los aledaños de Armintza. Cruzamos primero un puentecillo de madera y después otro más largo, y seguimos pegados ya al asfalto, con el río ahora por la derecha. El senderito desemboca en la misma carretera, junto a una parada de Bizkaibus; pero, en vez de continuar por el asfalto, aquí mismo giramos a la derecha, en dirección a los caseríos de GOIKOLEA.



Otra vez cruzamos el río, transitando entre huertas y frutales y, junto a una langa, en vez de salir a la carretera, tomamos otro senderito por la derecha que va siguiendo entre huertas y frutales. En definitiva, un camino bien bonito como alternativa a la carretera, por donde salimos finalmente al casco urbano junto a unos bloques de viviendas, dando por finalizado el paseo.

Ahora sí es el momento de dedicarle un ratillo a visitar Armintza. Aparte del inevitable paseo por el puerto y el rompeolas, los bares de la calle indicada al principio nos reciben con buen ambiente e inigualable aperitivo y, si se tercia, hasta una buena jamada.

Y, si acaso nos hemos quedado con ganas de pateo y paisajes, nada mejor que subirnos a la Atalaya, con el pueblo, el puertecito y la inmensa mar océana a nuestros pies. Fantástico.

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