miércoles, 19 de febrero de 2014

Barranco de Delika

Como muy bien describe la página de Aiaraldea, el Nervión nace en Alava ‘de manera casi secreta. Sus aguas circulan subterráneamente a través de una serie de terrenos cársticos, de  caliza, que actúan como una gigantesca esponja, hasta asomar finalmente a la superficie en la llamada garganta Delika.La conocida cascada se desploma 270 metros desde las inmediaciones del monte Santiago o Arando, y el cauce fluvial que sigue ha formado durante millones de años un espectacular cañón, que se abre al norte en dirección a Orduña.  

Desde la pequeña población de Delika, ya en tierras alavesas, una excursión sencilla y muy entretenida nos permite recorrer el curso más alto del río rodeados de los sobrecogedores paredones del barranco. Nos sentimos diminutos al pie mismo del Salto por el que manan las primeras aguas de este río, tan estrechamente vinculado a Bilbao.

                DISTANCIA: 8 km.
            DESNIVEL: 220 m. (320-540) 
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-2-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Delika (Alava)
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, A-68 dirección Vitoria-Gasteiz salida Llodio. Se toma la BI-625 hasta Orduña, y aquí BI-2625 dirección Vitoria-Gasteiz hasta encontrar el indicador a Delika. Seguir recto hasta la explanada o aparcamiento unos metros más adelante. Bizkaibus A-3920 desde el hospital de Galdakano (sólo hasta Orduña). RENFE cercanías línea C3 (id.)
VIAS: Carretera, senderos de tierra
TRACK: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6171744 
Más información:




            Una vez que llegamos a Delika, recorremos primero una zona de caseríos dispersos y llegamos finalmente a un pequeño núcleo donde una amplia explanada nos permite aparcar. Aquí iniciamos la ruta, aunque todavía podríamos avanzar más con el coche, porque el asfalto continúa, pasando junto a un puente ferroviario, hasta otro pequeño parking junto al restaurante El Infierno. Como se ve, nada más empezar ya tenemos fichado un lugar estratégico para nuestro après-marche.

Camino junto al río
Dejamos el local hostelero por la izquierda, y ya no tenemos más que seguir el camino, siempre con rumbo al sur, y más o menos próximos al río, que enseguida nos encontramos. Hay que decir que el trayecto ofrece numerosas variantes, porque los senderos se abren varias veces a ambos lados del curso fluvial y casi siempre podemos seguirlos de forma indistinta sin perder la orientación correcta. Así que aquí describiremos una de las posibilidades, dejando claro que no es ni mucho menos la única posible.

En sólo unos metros de marcha desde el restaurante, el camino nos ofrece la posibilidad de acercarnos a la orilla del río, mediante un senderito que sale por la izquierda. Tras atravesar una puerta en el vallado, accedemos a una zona donde las aguas se remansan plácidamente entre guijarros y cantos rodados. Siguiendo unos metros aguas arriba, regresamos de nuevo a la ruta digamos principal. A nuestro alrededor, las enormes paredes nos van envolviendo poco a poco según avanzamos.

Puente
Pasamos un puente de piedra, cruzando el cual también se puede seguir por la orilla izquierda, y continuamos. Como vamos viendo, casi siempre vamos a tener al menos un camino en cada margen y algunos senderitos que van y vienen de uno a otro lado; pero manteniendo la orientación general, la ruta no tiene pérdida.


Hacia el fondo del cañón
Poco más adelante, desechamos un desvío que sube por la derecha, y pasamos junto a un cercado con ganado. Tras superar una zona rocosa con panorámica más abierta hacia el Este, en otra bifurcación un hito de piedras nos indica el camino, por la izquierda en bajada. Nos vamos hundiendo en la espesura de preciosos bosques, y comenzamos lo que será una larga sucesión de cruces del río, que siempre resultan divertidos. Las infinitas piedras que llenan el cauce nos facilitan el trabajo, aunque hay que advertir que cuando el caudal es mayor podemos encontrar puntos de paso más complicados.

El camino nos conduce –en este momento, en la orilla izquierda- a una alambrada con puerta-escalera, y ya somos conscientes de que nos acercamos a la parte más profunda y angosta de la garganta. El entorno es cada vez más impresionante, las inmensas paredes están ya muy próximas, y en ellas crecen de tanto en tanto árboles colgados en lugares imposibles.

Cruce del río
A partir de aquí sí que no hay más indicaciones que seguir: sólo ir remontando el río, cruzandolo una y otra vez o avanzando por el mismo cauce, tomando a veces senditas casi invisibles a uno y otro lado, trepando entre rocas, y avanzando siempre hacia el fondo del cañón, cada vez más cercano. El entorno es apabullante, salvaje, excepcional, aunque difícilmente disfrutaremos de la soledad, porque la afluencia de excursionistas es bastante elevada. 

Llegamos así a la parte final. La inmensa muralla rocosa nos cierra el paso, mientras por la derecha avistamos el muy conocido mirador volado que se asoma al abismo desde las proximidades del puerto de Orduña. Enormes bloques de roca aparecen caídos a uno y otro lado, y algunas fuentes chorrean vistosamente por las paredes. De aquí en adelante ya no cabe caminar, y si queremos progresar más no hay otra que trepar, usando las manos. Según avanzamos, la piedra empieza a estar cada vez más resbaladiza, la pendiente a salvar es mayor y, en definitiva, las dificultades se incrementan a cada metro. Con lo que cada uno debe ver hasta dónde quiere continuar, porque lo que hay delante lo tenemos a la vista.

Y bueno ¿dónde está la cascada? ¿a dónde se fue el Nervión? Pues señores, el caso es que durante la mayor parte del año no hay ninguna cascada. En realidad el río se filtra entre los pliegues calizos y va surgiendo en esos manantiales que brotan dispersos de las paredes. Sólo en época de lluvias abundantes y/o en determinados periodos del año (principio de la primavera) se puede admirar el gran salto de nuestro pequeño río.

Pero no nos sentiremos decepcionados, porque el paseo -por lo demás cómodo y muy entretenido- merece la pena aunque el famoso salto lo tengamos que ver en fotos, o en videos como los varios que podemos encontrar en la red. Habíamos localizado uno muy bonito, pero oh, decepción! se nos ha perdido...



sábado, 8 de febrero de 2014

Unbe

En el mismo corazón de la comarca de Uribe-Kosta se instaló en los años 70 la que quizá sea la más veterana urbanización de chalets de Bizkaia, cuando el modelo era todavía una rareza en nuestro entorno. En las décadas siguientes, el inicial aislamiento de este privilegiado lugar se fue borrando, por efecto de la mejora en las comunicaciones y la importante expansión de los núcleos más próximos, como Berango, Loiu o Urduliz.

La muy modesta elevación de Unbe, que apenas levanta 300 metros y cuya cima se sitúa al lado mismo de algunas de las viviendas, constituye una estribación que se desprende del cordal de Munarrikolanda, que sigue hacia el noroeste. Un corto y muy sencillo paseo nos acerca a esta pequeña cumbre desde el parque de Akarlanda.


               DISTANCIA: 6,3 km.
            DESNIVEL: 180 m. (120-301)  CENTENARIO   
DIFICULTAD:  Muy Baja (1-2-0)
ITINERARIO: lineal   Inicio y final: Parque Akarlanda (Loiu/Erandio)
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, BI-604 dirección Getxo-Plentzia (carretera de Enekuri) hasta desvío dirección Asua. En la rotonda tras la zona industrial se toma la BI-2704, se pasa Loiu y cuando comienza la subida al alto de Unbe, se toma a la izquierda la desviación señalizada al parque. Bizkaibus A3225 parada Elorritxu
            VIAS: Pista de piedrilla, senderos de tierra y camino asfaltado
ENLACES CON
TRACK: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6121909 
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 15




Akarlanda, desierto
            Si tenemos la mala costumbre de usar el coche, habrá que advertir que según épocas, meteorología y horario, aparcar en Akarlanda puede no resultar sencillo; o, lo que es lo mismo, evitense fines de semana soleados, y de media mañana en adelante. Y si no, pillar el bus, que es bien barato y contaminamos menos.

En el mismo parking tomamos el camino paralelo a la carretera y en subida hacia un un puente de madera que nos conduce a la margen contraria. Nada más empezar tenemos ya algunas vistas sobre el cercano valle del Goierri, donde se distingue a lo lejos la torre de Martiartu, de la que hablamos en otra ocasión. Cruzamos la pasarela y ya estamos en un sendero de piedrilla por el que seguimos avanzando.

Con pendiente suavísima y rodeados de hierba alta, describimos una amplia curva y pronto tenemos a la vista un nuevo puente. Pero muy poco antes de llegar a él (pueden ser 10 o 15 metros) debemos tomar por la derecha un caminillo (DESVIO) al principio casi invisible por el que cambiamos de dirección. Pasamos junto a una pequeña fuente con un rudimentario banco, y seguimos, siempre con un desnivel casi imperceptible, describiendo un amplio zigzag.  

Desde el mirador
Salimos así a una PISTA más ancha, que tomamos hacia la izquierda en subida. Por aquí bajaremos también un trecho a la vuelta. Como todo alrededor es matorral bajo, y apenas hay algunos arbolitos jóvenes, el sol casca de lo lindo, lo que haríamos bien en tener en cuenta en esos días radiantes de verano. Antes de llegar a una curva descubrimos un punto que podríamos denominar como ‘mirador’, en el mismo camino, con una amplia vista sobre el Oeste, el recinto de la UPV, Getxo y Santurtzi, el Serantes y el parque eólico de Punta Lucero… Hacia el interior vemos la secuencia montañosa completa del Gran Bilbao, con el Argalario y montes de Triano detrás, prolongandose por el Eretza hasta el Ganeko.

Justo después dejamos un desvío por la izquierda y, al girar en la curva, vemos por primera vez la urbanización Unbemendi, lo que nos puede servir de orientación.

El sendero se dirige a un pequeño promontorio, a donde llegamos en pocos minutos. Estamos en la modesta cima de KARABEZU (255 m.), con el buzón colocado sobre una vistosa peña a la que podemos trepar sin problema para admirar la panorámica. La perspectiva es similar a la que tuvimos desde el mirador, aunque con algunos metros más.
 
Peña y buzón de Karabezu

Sendero en Areatxu
Volvemos al camino, que inicia una suave bajada hacia un par de caseríos y una carreterilla, en el barrio (¿) de Areatxu. Aparece un CRUCE donde seguimos por la derecha hasta alcanzar el asfalto, por donde avanzamos unos metros hacia la izquierda. Justo donde termina el terreno vallado, una baliza con una marca roja nos señala el senderito que sale por la derecha y que debemos tomar. Se trata sólo de un pequeño atajo, pero la sendita es realmente agradable, tras el algo árido recorrido que llevamos encima. En unos metros, salimos de nuevo a otra pista de piedrilla, que tomamos en subida hacia la derecha.

A partir de aquí no hay más que seguir este camino, por zona bastante
Eucaliptos a saco
más arbolada y en ligero ascenso, casi en línea recta. Ignoramos algún desvío y pasamos un mugarri que delimita los municipios de Erandio y Loiu, para adentramos después en plantaciones de eucaliptos. Cuando el panorama se abre un poco por la izquierda, aparece un invernadero y tras él el mojón cimero, junto a una antena.

El firme pasa a ser de cemento y, al finalizar los árboles, encontramos un vallado y una pequeña rampa de fuerte desnivel, que hay que tomar por la izquierda. En pocos metros nos encontramos en la cumbre (UNBE, 302 m.), con la antena, el aparatoso vértice geodésico, un par de bancos y el curioso buzón azul con forma de muñeco, todo ello literalmente pegado a la valla de un chalet, y sembrados en los alrededores.

Llegando a la cima







Vistas desde el buzón


El mojón es un auténtico mamotreto, algo que no hemos visto en ningún otro lugar, pero tiene la gran virtud de que, encaramados en su estructura, casi nada perjudica las vistas. La perspectiva es más o menos similar a lo que vimos desde el camino, pero divisamos además el aeropuerto, entre el pequeño Lañomendi y Ganguren, y algunas vistas hacia el sur y el Este: Untzueta, Gorbea y los montes de Durango, entre otros. También asoma la parte superior de Jata.

Y, como hace tiempo no hacíamos, fusilamos el oportuno video cimero que casi siempre nos ofrecen los colegas de Biendealtura:


Hay que admitir que de vez en cuando les parasitamos estas estupendas imágenes pero, qué demonios, también citamos la fuente y les damos un poco de publicidad, así que lo uno por lo otro (o no?)

El regreso podemos hacerlo, claro está, por el mismo camino. Pero también podemos introducir un par de cambios.

Retornamos por el último tramo de pista y, desechando el atajo anterior, llegamos a la carreterilla, donde hay diversas señales. Aquí giramos a la izquierda, hacia los caseríos, para tomar luego el camino hasta el cruce W141, todo igual que a la ida.

VARIANTE: Otra alternativa es seguir recto en el cruce de las señales, continuando por asfalto. Si seguimos el
Camino de las torrretas (variante)
camino hasta el final, cruzamos otra pasarela, cerca de la conocida cervecera Goikolanda, y volvemos junto a la carretera hasta el punto de partida.

Pero también podemos hacer otra cosa: unos metros antes de finalizar el camino asfaltado, tomamos un sendero de tierra por la izquierda, al principio ancho y después bastante sucio de zarzas. El camino va ladeando en paralelo a la carretera y siguiendo el trazado de un tendido eléctrico. Hay que pasar un tramo como de unos 150 metros en el que el camino se interrumpe, y hay que seguir atravesando un argomal, aunque se hace sin mucha dificultad. El camino gira después a la izquierda para salir al trayecto de ida junto a lo que hemos llamado ‘mirador’.

Volviendo hacia el parque
En el cruce, en vez de girar a la izquierda para volver por Karabezu, seguimos de frente por camino arenoso. Con vistas al norte (y sobre los postes por donde discurre la variante anterior) y cota ligeramente por debajo de la de ida, enlazamos de nuevo con el trayecto anterior junto al mirador. Y por esta pista, obviando el desvío por la derecha por donde subimos, seguimos recto para trazar después un par de curvas, y salir justo enfrente del parque, en el costado de una valla metálica.

Bien, caminos algo desangelados, un par de cimas que parecen de juguete, pero un recorrido cómodo y buenas vistas, para un paseíto mañanero con que tonificar un poco. Y si el día es tranquilo y la afluencia de público lo permite, podemos completar con una vuelta por el amplio y muy bonito parque de Akarlanda.