jueves, 2 de abril de 2015

Arnotegi directa

El pequeño Arnotegi (426 m.) se inscribe por entero en el término municipal de Bilbao, siendo una de sus elevaciones más fácilmente accesibles desde la ciudad. Pese a su forma alomada y amable, cuenta también con algunas laderas de pendientes potentes que permiten rutas montañeras muy breves, pero apetecibles para hacernos sudar en unos minutos.

En un trazado de este tipo remontamos hasta la cima sin rodeos, salvando un desnivel más propio de montes de mayor enjundia, y lo descendemos por la vertiente contraria en una bajada igualmente empinada y divertida. Una opción diferente para sacarle partido a una de nuestras cimas domésticas favoritas.   

                DISTANCIA: 5,4 km.   
            DESNIVEL: 305 m.  (120-425)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5  (3-1-1)  Rampas del 30%
           ITINERARIO: circular  Inicio y final: Edificio Iberdrola (Larraskitu)
VIAS: Carretera, senderos, pista de tierra
            ACCESOS: Bilbobus 75 hasta San Adrián, 36 y cruzar la pasarela sobre la autopista; Bilbobus 72 hasta El Fango y continuar subiendo hasta Iberdrola
ENLACES CON BolintxuPagasarri y casi todos los de la etiqueta Pagasarri-Ganeko
TRACK:  Wikiloc (El perfil en Wikiloc sale al revés)
Más información:
            Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 33




        
    En el edificio de Iberdrola en Larraskitu solemos fijar el punto de partida para nuestras incursiones en Arnotegi, y esta vez tampoco faltamos a la cita. Desde que nos acercamos a este lugar, cruzando la pasarela sobre la autopista desde San Adrián, o subiendo desde Rekalde, ya tenemos bien a la vista nuestro objetivo, con la poderosa lomada por donde vamos a subir. Desde la cota en que nos encontramos –unos 100 metros- subiremos por las bravas directamente a la cima, porque la aproximación hasta Irusta es totalmente llana, como se ve en el perfil.

Justo después de Iberdrola, en una pequeña rotonda dejamos la carretera que por la derecha asciende hacia el Paga, y tomamos la de la izquierda. Primero damos un amplio rodeo por encima de la autopista, para luego enfilar en recto hacia un pequeño grupo de casas, con vistas sobre Bilbao por la izquierda.

Un rincón de Irusta
Estamos en Irusta, donde terminará el llaneo y nos aprestamos a subir sin descanso. Como nuestro montecito constituye una especie de cordal en forma de U, vamos a ascenderlo por uno de los lados (el más oriental y que tenemos a la vista) para descenderlo por el contrario. 

Seguimos la carretera atravesando casi todo el barrio, hasta una curva junto a una casa roja. Aquí dejamos el asfalto para por la derecha tomar un camino de tierra con un par de txabolas a ambos lados. Hay que dejarlas atrás y continuar con un vallado por la izquierda, hasta que éste finaliza. Entonces giramos a la izquierda (DESVIO-1), nos alejamos unos metros de la valla llaneando y, tras un pequeño rodeo, volvemos junto a la alambrada. 


Ladera arriba
Como en la finca que estamos atravesando la hierba está muy crecida (se diría que hace mucho que este prado está en desuso), pegaditos a la valla es como progresamos con más comodidad. Pero no nos engañemos: hay que tirar para arriba con todo y sin contemplaciones. Pronto tenemos cerca dos torres eléctricas por la izquierda y otro vallado que nos cierra el paso, de frente. Lo más cómodo es, antes de llegar a ese segundo cierre, cruzar a la finca de al lado (izquierda) donde, tras atravesar dos vallas más, encontramos una trocha que nos guiará ladera arriba. 

Bilbao, a los pies
El repecho es duro, permanentemente por encima del 30% y aproximandose a veces al 40, aunque no llega a los 500 metros de longitud. Pero seguro que nos exige un esfuerzo un poquillo mayor que el clásico paseíto dominguero. Vamos, que o lo tomamos con calma disfrutando de las vistas sobre el botxo a nuestra espalda (o sea, paraditas técnicas), o podemos terminar echando los hígados.

Tras bordear algo que no sabemos si es una sima o una nevera, al poco de internarnos en el arbolado nos reunimos con un sendero que viene por nuestra derecha, por el que seguimos en la
Hacia la antena
ruta Arnotegi por Irusta, y seguimos subiendo. Poco antes de alcanzar la antena -que hemos tenido siempre a la vista- el camino se bifurca en dos, y por cualquiera de ellos llegamos a nuestro siguiente hito, bien sea por la derecha o por la izquierda de la instalación de comunicaciones.

Ya estamos junto a la ANTENA y el refugio, colocados en una cómoda pista, por la cual continuamos, por el lado derecho, apenas 50 metros. Enseguida abandonamos este
Caseta y desvío (izquierda)
pequeño rellano para, tras pasar junto a una caseta, tomar por la izquierda (DESVIO-2) un senderito poco marcado que, entre árboles, nos conduce a una nueva subida. La rampa, moderada y cortita, nos lleva inequívocamente hacia los altos, desembocando en la cresta a cielo abierto, donde giramos a la derecha, siempre siguiendo la senda.

En unos pasos estamos en la cima (ARNOTEGI, 426 m.), con un pequeño buzón junto a las ruinas del fortín carlista, que podemos explorar, aunque poco nos aporta aparte de zarzas y alguna oquedad con la que habrá que tener cuidado. Enfrente tenemos una poderosa imagen del Pagasarri, con sus laderas norteñas cayendo hacia el barranco de Uzkorta, del que emergen las crestas rocosas de Uzkortako Atxa y Erdikoatxa, además por supuesto de la ermita de San Roque.

Camino hacia el mojón
Ahora toca bajar. Aprovechemos el descanso que nos ofrece el bonito sendero que recorre la arista para avanzar unos 100 metros hacia el visible vértice geodésico (MOJON), situado en un paraje conocido como Los Mimbres. Y disfrutemos también de las espectaculares imágenes que esta atalaya nos proporciona sobre Bilbao, prácticamente al completo, el curso de la ría rumbo al Abra, y una buena porción de los montes que, más allá de Artxanda, se extienden cerca del litoral.

Junto al mismo mojón, aparte de una excepcional panorámica, tenemos ya a la vista el senderito por el que vamos a bajar, un caminillo estrecho (puede estar bastante resbaladizo en época de lluvias) que se desploma ladera abajo entre la hierba y esporádicos árboles, más abundantes cuanto más bajamos. El descenso, sin ser vertiginoso, tiene una buena pendiente, siempre entre el 20% y  el 30%, y resulta francamente divertido.

Vamos para abajo
Seguimos prácticamente una línea recta, hasta salir a una pista de gravilla. Por ella podríamos continuar bajando de forma más amable, tanto hacia la izquierda (Igertu) como hacia la derecha (Atxokorre), como indicábamos en la entrada Igertu. Pero esta vez no haremos otra cosa que seguir de frente, continuando el rumbo que traíamos, atravesar sin miramientos la pista hacia un bonito mirador con un par de bancos y panel informativo, y retomar la sendita para volver a tirarnos ladera abajo.

Este segundo tramo es posiblemente algo más empinado que el anterior, de longitud similar y aspecto casi idéntico. Llegamos así a una nueva PISTA, de esas que venimos esquivando todo el rato. Aquí han terminado las pendientes del tobogán. Podríamos sin más tirar por la derecha hacia un cruce con una torre eléctrica, para continuar bajando hacia Atxokorre, y de ahí hasta Iberdrola, pero merece la pena alargar un poco la ruta.

     
Sendero hacia la carretera
       Tomamos por tanto la pista hacia la izquierda para disfrutar de unos minutos adicionales de paseo tranquilo y llano, arbolado y amable. El encantador camino nos lleva en paralelo a la carretera que sube hacia Igertu y el Paga. Nosotros seguimos esa misma dirección, perdiendo altura poco a poco, hasta encontrarnos con el asfalto: atravesamos una puerta y accedemos a la CARRETERA. Si subiéramos por la izquierda podríamos enlazar con diversos itinerarios, algunos de los cuales indicamos en la entradilla; pero por esta vez terminamos aquí y no queda más que regresar al punto de partida.

            Así que giramos a la derecha y en descenso por la carretera pasamos primero junto a una vistosa caseta de aguas y después junto al (casi siempre cerrado) bar Athletic, para tomar después el ATAJO que sale por la derecha junto a los caseríos de Bentabarri. Tras esta fuerte rampa retomamos la carretera, siempre en bajada, hasta llegar sin más problema al edificio de Iberdrola desde donde hemos empezado.

            Una mañanera da para hacer muchas cosas diferentes. Se puede hacer una excursión montañera no muy larga, o se puede dar un suave paseíto por algún lugar más o menos anodino. Pero si queremos hacer un recorrido muy corto, pero potente, a las puertas de casa, atrochando en vez de seguir pistas, esta ‘vía directa’ de Arnotegi es un buen plan.

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