lunes, 20 de julio de 2015

GR 228: el camino (y III)

viene de GR 228: el camino (II)

Tomamos la carretera hacia la izquierda sólo unas decenas de metros y enseguida cruzamos para tomar un camino que asciende, ya fuera del asfalto. Cruzamos una puerta y continuamos en moderada subida por las
Por Santa Marina
amplias pistas de tierra que recorren el parque forestal de SANTA MARINA (km. 22,7). En las dos bifurcaciones que encontramos tomamos el camino de la derecha, siempre adecuadamente marcados, para acometer después una rampa más o menos recta, siguiendo un tendido eléctrico, hasta Gudabikolanda. Es éste un paraje abierto, una encrucijada de caminos que tiene algo de fronterizo, porque en él se reúnen la carretera de Santo Domingo a El Gallo, las pistas de Santa Marina y diversos senderos que bajan hacia Eperlanda o remontan
Gudabikolanda
hacia el vecino Ganguren. Y por eso mismo concurren por aquí una amalgama de coches aparcados (algunos le dan al curveo por esta carretera), montañeros, jubiletas de paseo y ciclistas, una cosa muy cosmopolita. Pero no nos enrollemos, que falta bastante.

Aunque pueda parecerlo, no es éste el lugar más elevado del recorrido por la parte norte del GR. Giramos a la izquierda y tomamos la pista más alta, por donde continuamos, ignorando un par de desvíos que se nos ofrecen por la izquierda (son accesos al GR que no provocan más que confusión, como contaremos en su momento), y otro más por la derecha. En unos 400 metros de falso llano alcanzamos, ahora sí, la mayor altitud de esta mitad de la ruta, un lugar llamado Gaztelu, a unos 380 msnm, sólo identificable por un par de paneles con mapas de situación. Las vistas son excelentes, y hacia el sur tenemos una panorámica de gran parte del recorrido realizado. Y, por cierto, creo que aquí es donde se graba la entrevista a que nos referíamos en la primera entrada sobre el tema.
 
Parte del GR visto desde Gaztelu
Seguimos en suave descenso por esta pista, y recibimos poco después por la derecha el camino que viene de Zamudio, por donde se nos une también el Camino de Santiago, en cuya compañía seguiremos un ratillo. Dejando por la derecha la cima con antena de Monte Avril, accedemos a la parte baja del área de Iturritxualde y, junto al restaurante León (derecha) salimos a la carretera. Tiramos por la izquierda, primero casi en llano y después bajando con decisión, hasta una nueva pasarela sobre la carretera, donde de nuevo tenemos excepcionales vistas.

Más vistas sobre Bilbao
Tras cruzar el puente, en una especie de explanada casi en el mismo casco urbano, dejamos primero por la derecha el restaurante Kate Zaharra y después un par de viviendas, y nos alejamos otra vez del asfalto siguiendo un desvío por la derecha (Estrada MENDIARTE) (km. 26,5). (Si, en vez de tomar este camino, seguimos en bajada recta hacia las casas, muy cerca tenemos la parada del Bilbobus 22 (Sarrikue). Hemos descendido a la cota 200, y en torno a ella vamos ahora a seguir el camino de la ladera de Artxanda, aunque no será plano, sino en un continuo sube y baja.

Cruzamos primero una puerta, y tras un par de curvas remontamos hasta una especie de mirador, para empezar a bajar de nuevo hasta el caserío Guardaviñas. Tomamos un trecho de camino asfaltado en subida (Landetabidea) hasta que otra puerta nos conduce por la izquierda a la siguiente pista (Si no queremos seguir, continuamos ascendiendo hasta salir a la carretera general junto al polideportivo de Artxanda, donde tenemos el Bizkaibus A3216 y por supuesto, el funi.)

La Cantera
Enseguida llegamos al área recreativa de La Cantera-Arrobia, también con buenas vistas, y pronto volvemos a bajar, esta vez la rampa más pronunciada y larga de esta zona, por la que llegamos al pequeño túnel bajo el funicular, que atravesamos. Continuamos hasta una curva, donde el camino torna a subir de nuevo, en una pala corta pero empinada, hasta que otra señal nos invita a desviarnos por la izquierda. Tras unos metros de llaneo, atravesamos otro camino asfaltado flanqueado por dos puertas, y otra vez para abajo, hasta alcanzar las últimas casas de Vía Vieja de Lezama (Bilbobus A1)

Seguimos hacia la derecha y en unos pocos pasos otra puerta nos da acceso a un rellano junto a una caseta vallada con una antena. De los dos caminos que tenemos a la vista tomamos el que sube por la derecha (ojo no liarse con las señales de accesos) y en un pis-pas nos situamos en la parte superior de una amplia área recreativa, que se tiende mirando a Bilbao. Por la derecha un panel con un mapa nos indica el camino a tomar, que ahora es un senderito estrecho que remonta entre árboles jóvenes. Es una subida divertida, agradable, que se empina algo en su
Serantes y el Abra desde Pikotamendi
última parte, y desemboca en una pista, que tomamos hacia la derecha dejando de lado una puerta y, tras pasar un par de curvas, nos coloca junto a la cima de PIKOTAMENDI (km. 29,9), a unos 230 metros, después de la última remontada, que ha sido de casi 100.

Nuevas perspectivas tenemos desde este pequeño promontorio, que deberemos aprovechar, porque de inmediato nos vamos, una vez más, a la carretera, en este caso la general que recorre esta parte del cordal de Artxanda, y que tomamos hacia la izquierda, es decir, alejandonos de su cima. Todo parece indicar que volvemos a abandonar los lindes del municipio bilbaino, porque este pequeño tramo de carretera pertenece a Sondika, siempre según los mapas.

Monte y modernidad
El tramo de asfalto son apenas 600 metros, que bordean dos fincas, la segunda de ellas la que alberga el viejo molino, donde se almacena maquinaria industrial. Justamente junto al muro que la delimita se encuentra un espacio donde tenemos otro panel informativo (Bizkaibus A3216), y las marcas nos indican que volvemos a un sendero pedregoso, pegado a la tapia, que desciende con fuerza por la ladera. La potente bajada nos ofrece insólitas vistas sobre Bilbao, y junto a un gran arce nos deposita en otro camino más amplio que por la derecha conecta con la carreterilla de Ugasko (Aquí, bajando hacia la izquierda, en unos 600 metros estamos en la plaza Pío X, junto al puente de Deusto)

La cruzamos, y tenemos de frente una tremenda pala, un cuestón con incómodo firme de grava gruesa de unos 80 metros de longitud en los que
Bajada hacia Ugasko y nueva subida
remontamos más o menos 30. Aplicando las matemáticas sale fácil: una media de alrededor del 40% de pendiente, algo realmente insólito en esta discreta y domesticada cordillera. De no ser por su brevedad –porque la rampa es cortita-, competiría con el repecho de Erreztaleku como la subida más dura de todo el GR, lo que aún empeora más por lo inestable del suelo que pisamos.

Después el camino, ya en ascenso muy suave, llega a una bifurcación, donde hay que tirar por la derecha, aguzando la vista para encontrar una única marca en el suelo. En este punto es notorio que haría falta una baliza, como la que hemos encontrado metros antes. En una suave subida entre varias fincas accedemos a los caseríos de Berriz, enfrente del recinto de los exámenes de conducir (Bizkaibus A3216). Y aquí hacemos otro inciso de los nuestros.

Según hemos podido saber, el paso por carretera que hemos descrito antes era inicialmente más largo, comprendiendo la distancia completa entre Pikotamendi y Berriz. Después, con buen criterio, se decidió introducir el tramo por senderos que acabamos de describir, mucho más adecuado, con lo que la mayor parte de este trazado es nuevo y expresamente abierto para la ocasión. Es seguramente uno de los muy pocos tramos que no existían antes. Y cabe preguntarse por qué no se completó lo que falta, es decir, la parte que hemos tenido que recorrer por carretera. Quizá se trate de algún problema con las fincas privadas que encontramos de por medio, pero en todo caso es una pena.

Porque infantil en Arangoiti
Ahora sí que ya no queda más que bajar y bajar. Una vez en Berriz, las señales nos conducen hacia el camino asfaltado que conecta con las largas escaleras que nos llevan hasta el barrio de ARANGOITI (km. 35). También nos preguntamos si no habría opción de esquivar la incómoda escalinata, al menos parcialmente, por las laderas aledañas, pero en fin. Atravesamos este simpático barrio (Bilbobus 01 y A6), siempre en bajada y en dirección al botxo (SW), y salimos de él atravesando una zona verde con columpios, accediendo a la carretera.

Y se acabó el monte definitivamente. Descendemos Aranekobidea describiendo una curva, y rodeamos la gran rotonda, pasando por delante de la comisaría de la Ertzaintza, para tomar el primer desvío por la izquierda de la calle Ibarrekolanda,  junto a la parada del autobús. Bajamos en recto hacia la rotonda de Sarriko (Plaza Ugarteko) y cruzamos hacia un parquecillo al que se accede por unas escaleras. Por el camino peatonal llamado Etxezuribidea vamos a dar a otras escaleras, ahora en bajada junto a unas pistas deportivas. Salimos así a la calle Morgan,
Puente de Euskalduna
girando a la izquierda junto al colegio La Salle, y en unos minutos estamos en la rotonda de Euskalduna.

Obviamente, esta parte de la ruta es totalmente urbana, pero todavía encontraremos algo más con cierto encanto. Cruzamos el puente y justo después (Tranvía junto al palacio Euskalduna) giramos a la derecha, encima del Museo Marítimo. Una suave rampa nos deposita en el muelle de Olabeaga, junto a los diques secos, y ahí tomamos el largo paseo junto a la ría. Ciertamente no es monte, pero sí un camino bien agradable, con muchos paseantes y corredores los fines de semana. Si lo hacemos con calma contemplaremos enfrente la degradada pero muy interesante península de Zorrozaurre, con multitud de vestigios del pasado industrial, y los restos de viejos embarcaderos, mientras circulamos junto a la muy próxima mole de San Mamés.

Muelle de Olabeaga

Todo ello mientras recorremos en toda su longitud (que es bastante) el barrio de OLABEAGA (km. 38) (Bilbobus A3, Renfe), todo un carácter, uno de esos rincones de Bilbao que merece la pena conocer, que no todo es titanio y cristal.

Cuando finaliza la carretera, entramos en un paseo peatonal con bidegorri, que atraviesa una zona verde. Ya tenemos a la vista una alta pasarela que debemos tomar y, una vez cruzada, nos situamos justamente junto a la rotonda de ZORROZA (km. 40), donde habíamos dado inicio a la ruta.

Y colorín colorado, este GR 228 se ha acabado. Otro día, los comentarios.

(continuará)

2 comentarios:

  1. Bueno bueno bueno. Creo definitivamente que este GR me le guardo para cuando saque unos días libres..... Muy interesante y encima detalladisimo. 11/10. Jeje

    Saludos!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Y además lo tenemos aquí al ladito, así que cualquier día nos encontramos por ahí.

    Saludos hermano.

    ResponderEliminar