miércoles, 16 de marzo de 2016

El Noticiero

Hoy rescatamos cierta vieja vocación periodística y -eso, sí, fusilando cosas de varios medios que hemos encontrado por ahí- contamos algunas noticias que tienen que ver con el entorno habitual del blog: los montes y senderos de Bizkaia. Vamos con ello.

Senderos en ruinas

Lo sé, es un oxímoron, un sendero no puede, por definición, estar en ruinas. Pero se me permite la figura retórica, no? En cualquier caso, se trata de un reportaje de prensa de hace unos días y que desgraciadamente no consigo encontrar en la red (es del Correo, por si alguien me echa una mano). Venía a decir que de los muchos senderos homologados que hay en Bizkaia (creo que más de cien)  la mayor parte se encuentran en estado deplorable (señalización, limpieza, etc.), y la Federación Vizcaina parece que ha decidido meter mano al tema, y 'deshomologar' aquéllos que en un plazo no se dejasen en condiciones. Lo cual, aunque dé algo de pena, resulta completamente lógico.

En nuestra trayectoria senderista y bloguera hemos conocido, total o parcialmente, unos cuantos de estos senderos, y es bien cierto que algunos se encuentran completamente abandonados y les falta poco para intransitables (véase por ejemplo la entrada Artea, con el penoso recorrido del PR BI-10). Marcas borradas, maleza cerrando los caminos y cierres infranqueables son algunos de los obstáculos que se ponen al paseante que pretendía conocer la ruta ofrecida, especialmente por Ayuntamientos de toda nuestra geografía. E insisto, nos parece perfecto que si alguien se ha comprometido a tener algo en condiciones y con ello ha adquirido cierta notoriedad, si no lo cumple, se le retire el reconocimiento.

A los que somos aficionados a conocer lugares y deambular por pueblos nos fastidia que esta iniciativa se vaya al carajo, aunque obviamente no todos los caminos tenían el mismo interés. Pero las cosas hay que hacerlas con un poco de seriedad. Me parece que muchos Ayuntamientos se subieron al carro del senderismo (por cierto, una moda en auge) y después han perdido por completo el interés y han pasado del mantenimiento de los caminos. Y algo parecido se puede decir de la Diputación, que ya se cargó aquélla excelente página de Senderos de Bizkaia, como contamos en su día. Por supuesto, también hay excepciones, claro, como este PR de Grazal en Sodupe (en la foto), bien conservado y señalizado.

Dirán que es la crisis, la falta de fondos, pero yo sigo pensando que marcar y dejar transitable un sendero de cinco, ocho o diez kilómetros no requiere apenas ninguna inversión ni mucho trabajo. Y, poniendo algo de interés, tampoco costaría mucho que las instituciones velasen porque se conserven recorridos homologados, que se consideran oficialmente como 'instalaciones deportivas'. Es una lástima, pero parece que buena parte de todo esto puede desaparecer por simple desidia.

Artxanda recycling

Miedo nos da cuando desde los poderes públicos se arrancan con iniciativas destinadas a ‘mejorar’ nuestros montes. Ya hemos hablado aquí de aquel disparatado proyecto de hormigonar las pistas del Pagasarri, y también hemos defendido que lo mejor que pueden hacer es dejar el monte en paz, y a lo sumo limitarse a limpiar y conservar lo que tenemos.

Lo último en este aspecto es casi de anteayer: el pleno del Ayuntamiento de Bilbao acordó el mes pasado elaborar un Plan Integral de Regeneración de Artxanda, destinado entre otras cosas a reducir el tránsito de vehículos e impulsar la zona para actividades deportivas y de ocio. Como se ve en este enlace a la noticia, se hace referencia más concreta a la zona de los restaurantes, y se comenta la necesidad de mejorar la seguridad en la carretera.

Para cualquiera que conozca un poco Artxanda es evidente que la zona más alta es la que presenta un deterioro mayor. Entre la cima y la carretera que baja a Sondika, es decir, en las cercanías del campo de fútbol, se concentran varios restaurantes que tuvieron sus años de gloria, pero hoy languidecen, cuando no se encuentran por completo cerrados (Parrilla) o en estado de abandono total (San Roque). Por cierto que, aunque varios de estos edificios pertenezcan al Ayuntamiento, los terrenos se encuentran en el municipio de Sondika, así que no sé hasta qué punto Bilbao tiene mucho que decir en el tema.  Hay además viales para coches que no tienen razón de ser, varios edificios fantasmales sin utilidad desde hace décadas, zonas de juegos infantiles totalmente degradadas, y espacios verdes abandonados a su suerte. Estos lugares merecerían efectivamente un buen repaso y, ya que están urbanizados de forma irreversible, podrían reciclarse a ese concepto de parque periurbano que tanto mola a los políticos.

Pero, pese a lo modesto de su perfil y los años de maltrato de su superficie, Artxanda también guarda algunas zonas que más o menos se han mantenido fuera del alcance de los coches, la maquinaria y los diseños municipales: hablamos de algunas localizaciones en las laderas sur (la que mira a Bilbao) y norte (Txorierri), manchas aisladas de bosquecillos –algunos utilizados como picaderos-, Potongo, Guardaviñas o Pikotamendi. Harían bien las autoridades municipales en mantenerlos limpios respetando sin más la fisionomía de lo poco que queda de natural en nuestra colina.  

Y si quieren notoriedad, les ofrecemos algunas ideas sobre zonas olvidadas donde sí merecería la pena actuar para permitir su disfrute, ahora imposible: monte Banderas, Ugasko, o la inexistente conexión peatonal Santo Domingo-Monte Avril, zonas intransitables de gran valor paisajístico, o inaccesibles por efecto de antiguos usos, o con rutas senderistas interrumpidas por fincas o carreteras. Muchos lugares susceptibles de mejorar sin tener que tocar lo que, pese a todo, se ha conservado.


Adiós al parque

Y, siguiendo con la iniciativas públicas y parecida localización, parece ser que este año se iniciará la demolición del viejo Parque de Atracciones, situado en la ladera de Eperlanda, al pie del Ganguren. Esta noticia de ETB lo comenta, con video incluido sobre su pasado y presente.

Cabe plantearse si la ubicación del Parque era la más adecuada teniendo en cuenta la meteorología de la zona, o si se le pudo dar algún uso lógico tras su cierre. Pero, al margen de consideraciones nostálgicas para los que lo conocieron en su apogeo, se plantea ahora qué hacer con esa enorme extensión. Lo primero será eliminar las fantasmagóricas instalaciones que llevan veinticinco años en desuso y anular la posible contaminación del suelo por restos de materiales, que seguramente no serán inocuos.

Después, tampoco está claro qué se hará. Se puede pensar simplemente en recuperar el entorno, dejando que la naturaleza lo vaya asimilando. Sería quizá lo mejor -y más barato-, considerando que se encuentra en una zona relativamente bien comunicada y donde no abundan las áreas naturales bien conservadas. Pero dudo mucho de que los políticos, si los fondos lo permiten, se resistan a introducir novedades en forma de parques, zonas deportivas o cosas similares. Es una extensión muy amplia en un lugar muy visible, y por tanto el corte de cinta puede ser muy apetecible para los intereses electorales, así que igual hay que irse preparando.

Parece que es muy difícil admitir que se cometió un error montando una instalación así en este emplazamiento y ahora sencillamente lo eliminamos y reponemos el entorno a su estado anterior, el monte recupera lo que es suyo, y lo dejamos estar. Veremos lo que pasa, pero puede que haya que estar atentos a que no se cometan nuevas tropelías.

Misterios sin resolver (V)

Y terminamos con uno de nuestros Misterios. Admitamos que la foto es chunga, pero prestemos un poco de atención. Se diría que es el helipuerto de una base militar en el norte de Siria, pero si observamos bien, se distingue un círculo con la hierba pelada, y por la izquierda, un pequeño graderío y una caseta. 

Lo pongo facilito: es un campo de beisbol, ya saben, ese deporte difícil de entender, que sale en todas las pelis de niños que se superan a sí mismos, y en cuya afición coinciden ciudadanos de países con tan poco en común como Estados Unidos, Cuba y Japón. Alguno dirá: ah, pero en Euskadi hay campos de beisbol? Pues oiga, que sepamos, al menos hay uno, y es éste. Pero con ser inusual semejante instalación deportiva en nuestro suelo, más extraño aún es dónde está localizado: es un lugar un poco a desmano de todo, mal comunicado y batido por los vientos… Aunque, eso sí, con unas vistas excepcionales.

Bueno, que son demasiadas pistas. Los que conozcan un poquillo la zona seguro que lo identifican a la primera, y no estaría mal que nos comentasen algo sobre la historia de equipamiento tan singular. 


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