sábado, 30 de enero de 2016

Peña del Brusco

La localidad de Noja alberga dos de las más hermosas playas de la costa oriental de Cantabria, Ris en poniente y Trengandín en levante. Esta última se prolonga durante casi cuatro kilómetros hacia la vecina Santoña, recostada sobre la pequeña sierra de Mijedo. Es una playa de naturaleza salvaje, con multitud de rocas asomando en la orilla, y poco menos que desierta en las zonas más distantes del núcleo urbano.

Desde el mismo centro de Noja podemos recorrer toda su extensión hasta finalizar en el promontorio que la separa de la vecina Berria, denominado Peñón del Brusco. El paseo ofrece diversas variantes para terminar en una vistosa y muy sencilla ascensión, disfrutando de espectaculares panorámicas, siempre frente a la inmensidad del Cantábrico.
           
               DISTANCIA: 5 km.  
            DESNIVEL: 65 m.  (0-65)  
DIFICULTAD: Ninguna 1 (0-1-0)
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Barrio Helgueras (Noja)
            VIAS: Carretera, pista de piedrilla, playa, sendero de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Santander salida Beranga-Noja-Isla. Tomar la CA-147 dirección Noja hasta centro de la localidad (Si vamos directamente a Helgueras, mejor que seguir hasta Noja, en la tercera rotonda tomar la CA-141 a la derecha dirección Argoños-Santoña, y girar a la izquierda hacia Helgueras en el primer desvío)
ENLACES CON Brusco, Punta de la Mesa
TRACK: Wikiloc
Más información:

           
           

El itinerario desde el centro de Noja hasta el barrio de Helgueras ya lo conocimos en la ruta descrita en la entrada Brusco, así que no vamos a insistir de nuevo en ella. Podremos circular por la propia playa de Trengandín o por el interior, combinando la carretera con algún tramo de paseo entre jardines y tamarindos. En este último caso podremos conocer el coqueto ‘puente romano’ (que en realidad parece ser medieval) y una buena perspectiva de la marisma de Victoria, que puede apreciarse desde una torreta-mirador emplazada junto al humedal.

Playa de Trengandín desde Helgueras
Nuestro punto de partida lo fijamos por tanto en el barrio de Helgueras, un núcleo alejado del casco urbano al que podemos llegar más fácilmente desde la carretera hacia Argoños que indicamos en Accesos. Si venimos en coche, tenemos la ventaja de que en esta zona no hay regulación de aparcamiento, y nos ahorramos el ticket. La carretera que viene desde Noja en paralelo a la playa finaliza en una rotonda, en cuyas proximidades podremos aparcar.

A partir de aquí hay que tomar otro vial que continúa en la misma dirección, alejándonos de la zona urbana y acercándonos a la arena, en una zona abierta con aire surfero: el bar El Tiburón y varias furgos aparcadas nos retrotraen a tiempos pasados, entre el bañito, la música y la juerga.

La carretera es ahora una pista de piedrilla sin asfaltar de dimensiones que parecen absurdamente amplias, con un aspecto algo desolado. Aunque se ve algún desvío por la izquierda, todos terminan irremisiblemente en la playa, así que si queremos evitar la arena, tenemos que seguir adelante. Después de pasar junto a una
Sendero junto a la playa
casa roja, ya no encontramos más edificios, y nos encontramos en una zona que se podría definir como salvaje: el monte por la derecha y la playa por la izquierda, sólo separada por una irregular línea de vegetación propia de los arenales.

Enseguida el camino se bifurca, y aquí proponemos seguir por el camino de la izquierda, para volver por el lado contrario. Seguimos por tanto más o menos cerca de la playa, y pronto aparece por la izquierda, entre dos grandes piedras, un camino arenoso entre algo de arbolado, que sigue un trazado paralelo al arenal, un sendero parecido al cercano paseo de la Punta de la Mesa, para después adoptar un aspecto más rural. Al fondo tenemos ya la pequeña elevación del Peñón del Brusco, donde se aprecia con nitidez el sendero que luego servirá para ascender.

El camino llega a una casa (llamada, para variar, Casa del Brusco), pasamos por el costado y la rodeamos hacia la izquierda, y casi parece que nos metemos en el interior, para desembocar en unos pasos en la propia playa. Seguimos siempre rumbo al Este, donde espera el alto, y en unos pocos metros –serán como unos 100- llegamos a la ladera rocosa. En un rincón se divisan unos escaloncillos que empiezan a trepar, y por ellos continuamos, una cosa entretenida después de tanta carretera.

Hacia el alto
La subida es bien escarpada, con fuerte pendiente en algunos tramos, una sendita muy estrecha, cuajada de rocas y algo resbaladiza, con lo que hay que subir con algo de cuidado. Pero es sumamente entretenida, y ganamos rápidamente perspectivas: sobre la inmensa playa de Trengandín, que apenas hemos visto en todo el recorrido, y sobre mar abierto, más allá de la ladera, muy empinada y cubierta de algunas zarzas y pequeña vegetación. En algunos puntos también encontramos unos postes con unas frases enigmáticas, algo sorprendente.

Para acceder al punto más alto hay que girar ligeramente a la derecha para ir ganando metros por una especie de arista. En la parte final asoman algunos escarpes rocosos y la gente se disemina por las diversas alturas intentando captar la mejor panorámica. Porque el paisaje es sencillamente fantástico: todo el enorme arenal hasta Noja, por el lado contrario, la preciosa playa de Berria y el espectacular Buciero, con la marisma de Santoña, la bahía, Laredo y la ría de Treto… una maravilla.

Playa de Berria, Buciero y Santoña
Hacia el Cantábrico





Trengandín y Noja, con ciudadana





Un sendero similar nos conduce en descenso hacia la vecina playa de Berria, donde podríamos plantearnos planes alternativos (paseo o bañito en esta fantástica playa, continuación de la ruta hacia Santoña o el Buciero…) Todo dependerá del tiempo que deseemos invertir, o de los posibles transportes de vuelta.

Con un poco de tiento descendemos la sendita y volvemos a la Casa del Brusco, donde se reúne nuestra ruta de ida con el camino que antes hemos dejado de lado. Ahora lo tomaremos, alejándonos de la playa hacia la izquierda.

Camino de vuelta
Es éste un camino sumamente cómodo, más utilizado por los paseantes que el otro, con casi todo el trayecto junto a un vallado. Por la derecha contemplamos fincas que albergan extrañas viviendas: algunas parecen prefabricadas, viejas caravanas, casetas reconvertidas, todo ello con pequeñas extensiones verdes donde florecen hamacas y sombrillas (obviamente, en verano). La cosa tiene un cierto aspecto hippie o alegal, parecen parcelas que hubieran sido ocupadas en los 60 o 70 sin que hasta ahora nadie se haya ocupado de regular su uso, algo raro.

Ruinas de la ermita
Pero se nos reserva una sorpresa final: casi al final del camino aparecen unas ruinas, que corresponden a la vieja ermita de San Nicolás, por lo visto, del siglo XVI, de la que apenas quedan un par de muros y un tejado en el que falta lo que sería la cubierta.

Tras este último paseo, no volveremos a la pista por donde hemos seguido al principio, sino que regresamos directamente a Helgueras, por la parte más interior del barrio. Un paseíto tranquilo que merece la pena por las increíbles vistas, ideal para un día de buen tiempo. 

jueves, 14 de enero de 2016

Yelso de Hayas

El municipio de Limpias se sitúa junto al río Asón, poco antes de que éste se convierta en ría y desagüe poco después en el Cantábrico. Su casco urbano es una verdadera delicia, sembrado de casas señoriales y blasonadas, y con un hermoso paseo junto al curso fluvial. La iglesia parroquial de San Pedro, situada a las afueras, es conocida por el llamado Cristo de Limpias, en razón de ciertos milagros que se atribuyen a la imagen del Cristo de la Agonía.

En este conocido lugar iniciamos una ruta senderista que nos lleva hasta otro punto cargado de historia: el Yelso de Hayas, donde se encuentra un menhir prehistórico de los varios que jalonan el macizo de Asón-Agüera.  

                DISTANCIA: 9,7 km.
            DESNIVEL: 435 m. (35-469)  
DIFICULTAD: Media-Baja 7 (4-3-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Cristo de Limpias
            VIAS: Carretera, senderos y pista de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao, en coche, autovía del Cantábrico dirección Santander, salida 173 (Colindres-Burgos-Logroño). Se toma la N-629 hacia Limpias y Ampuero y, justo al entrar en Limpias, tomar a la izquierda el desvío hacia el Cristo.
            TRACK: Wikiloc
Más información:
           
Perfil (ida)

Iglesia de San Pedro
Pese a ser un lugar bastante frecuentado, es bastante fácil aparcar junto a la iglesia de San Pedro, que alberga la conocida imagen del Cristo de Limpias, sobre cuya historia nos ilustra esta página. La cosa tiene un punto tétrico, pero ha suscitado la curiosidad de mucha gente, incluidos los aficionados a lo paranormal (ver por ejemplo Año Cero). Advierto también que tomamos las fotos con un móvil recién estrenado, con lo que se puede suponer la calidad de las imágenes, y algunas eran tan inservibles que hemos tenido que robar otras por ahí. Pero vayamos a lo nuestro.

Por detrás de la iglesia tomamos la carretera CA-501 en dirección a Seña, y empezamos a ascender. A la espalda va quedando la poderosa imagen del muy cercano Candiano. Pasamos entre dos casas, cruzamos un puente sobre la autopista, y justo después (DESVIO-1) abandonamos el asfalto para, por la izquierda, internarnos en el monte. Hay una huerta por la derecha con un desvío que ignoramos, y continuamos en suave ascenso, por camino que pronto se vuelve más irregular y pedregoso.

Inicio del camino por el monte
Aquí hay que estar un poco atentos. En unos 100 metros desde la txabola encontramos un pequeño derrumbe en la base de varios árboles, y un desvío por la derecha (DESVIO-2). Es el camino que debemos tomar, que parece tallado en la tierra.

VARIANTE (no recomendable): Si en vez de tomar el desvío siguiésemos de frente, podríamos recuperar la ruta más arriba, tras dar un cierto rodeo. Se pasa por el linde de una finca, se cruza una puerta y hay que seguir un sendero bastante sucio hasta encontrar un desvío por la derecha. Siguiendo este camino sin ninguna desviación, pasando un par de curvas, nos reunimos con el itinerario normal donde se indica después. Casi todo el trayecto está bastante cerrado de zarzas y el desvío puede no ser fácil de encontrar, así que cada cual que decida.

Primeras vistas
El sendero resulta pedregoso y abrupto, con una buena pendiente, y luego se suaviza, pasando a discurrir junto a un vallado. Llegamos a una puerta que parece imposible de abrir o franquear, pero podemos hacer esto último, con un poquillo de habilidad, por un costado, y llegamos a una bifurcación. Tenemos que seguir por la derecha, dejando a la izquierda una casa, aunque podemos aproximarnos a ella para admirar una preciosa vista hacia poniente: el soberbio Candiano en primer término, la sierra de la Brena y el pequeño valle, con el inconfundible Pico San Vicente al fondo. Por aquí nos reuniríamos con el trazado de la variante. Atravesamos otra puerta y accedemos a la misma carretera donde iniciamos la marcha, cuyos amplios lazos hemos atajado.

El famoso banco
Siguiendo hacia la izquierda en sentido ligeramente ascendente, describimos una amplia curva y enseguida encontramos un desvío por la derecha, con un banco de piedra (DESVIO-BANCO). Estamos en el kilómetro 7 de la carretera de Limpias a Seña, y este es el punto de inicio señalado en varias páginas de internet. Naturalmente, también podemos llegar hasta aquí en coche, ahorrándonos el trazado anterior.

Ahora estamos en otro mundo. Vamos por un camino vecinal asfaltado, a campo abierto, con vistas a la sierra que culmina en las antenas de Liendo, precisamente hacia donde nos encaminamos.

Por Los Tojos
Pasamos junto a llamada Casa de Tojos, y otra explotación pecuaria, para dejar luego a la izquierda una especie de vaquería en un alto, cerrada con una puerta. Avanzamos siempre en llano o en ligera subida, y sin sombra, y ya tenemos algunas vistas nuevas: por la izquierda vemos ya el mar, con el fantástico perfil del Buciero y, por delante, los caseríos y el núcleo de Seña. Por el lado contrario divisamos ya la pequeña rasa del Yelso de Hayas y, casi a la espalda, se nos van ampliando las vistas anteriores sobre el valle del Asón y los montes circundantes. El camino es amplio, pasa a ser de tierra y piedrilla y apenas tiene desnivel, bordeando una profunda barrancada por donde se atisba la carretera.

La Candina y Cerredo
Llegamos así a un cruce con otra pista. Unas señales indican por la izquierda hacia Liendo, y por la derecha hacia Guriezo y nuestro objetivo, siguiendo un tramo de PR. Empezamos a ganar algo más de altura, y se nos aparece por la izquierda otra panorámica interesante: la Candina, que luce imponente, y el Cerredo, con el valle de Liendo y la autopista a sus pies.

Pasamos una curva pronunciada, en la que tenemos una amplia perspectiva hacia el Oeste, donde distinguimos claramente Montehano y la marisma de Santoña, Noja, Mijedo y el Cincho. Ya estamos cerca. Abandonamos la pista (DESVIO-SENDERO) para
Menhir en el Yeso de Hayas
tomar por la derecha un camino de tierra, flanqueado por arbustos, zarzas y argomas, que remonta con pendiente moderada sobre tierra arenosa y rojiza. Y en cosa de 300 metros , accedemos finalmente al rellano donde descansa el menhir (YELSO DE HAYAS o Mojón Alto).

El lugar marca la divisoria entre los municipios de Limpias, Liendo y Ampuero, y el monumento megalítico resulta llamativo más por su forma afilada que por su envergadura –unos tres metros. Parece ser que tiene una antigüedad de unos 5.000 años y constituye el vestigio más sobresaliente entre otros varios que se encuentran por la zona. Las vistas son espectaculares, reuniendo todas las panorámicas que hemos ido contemplando en la subida, de forma que, pese a lo un poco inhóspito del lugar, haremos bien en disfrutar del paisaje.


VARIANTE: Retomando la pista por la que hemos venido y siguiendo en dirección Este, podemos alargar la excursión hacia las antenas de Liendo o el Alto de Guriezo, éste algo más alejado.

Limpias, junto al río
La opción más cómoda para el regreso es el mismo camino de subida, porque a partir del cruce del banco de piedra, la carretera –aparte de su peligrosidad- se alarga durante 4 kms., que con nuestro atajo quedan reducidos a uno.

Y, ya de vuelta, no deberemos abandonar la zona sin conocer con más detalle la iglesia de San Pedro donde iniciamos la marcha, y dedicar un buen rato a visitar con calma este encantador pueblo de Limpias.