viernes, 13 de abril de 2018

Sollube


Sollube es el más pequeño de los montes bocineros de Bizkaia, desde donde se llamaba a las Juntas Generales del Señorío, y es también conocido por la cantidad de enormes antenas que lo coronan y afean su cumbre. Estos dos datos dejan claro que, no obstante su escasa envergadura, la privilegiada situación al oeste de la ría de Gernika y la ausencia de cimas más relevantes en los alrededores hacen de este monte el centinela perfecto, visible desde grandes distancias.

Desde el punto de vista montañero no es sin embargo una cima especialmente apetecible, sin perfiles demasiado espectaculares, sembrada de carreteras y explotaciones ganaderas y forestales. A pesar de todo, permite múltiples accesos de dificultad variable y, como el lector puede ya suponerse, recompensa al excursionista con unas impresionantes vistas sobre esta parte central de Bizkaia. 

            DISTANCIA: 7,8 km.   
DESNIVEL: 335 m. (350-684) CENTENARIO  Techo municipal (Arrieta)
DIFICULTAD: Baja 6 (3-2-1) Rampas del 40%
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y final: Mañuko Benta (BI-631)
            VIAS: Carretera, senderos de tierra, campo a través
ACCESOS: En coche desde Bilbao, BI-631 en dirección Mungia-Bermeo. Pasado Larrauri, en el cruce de Irubide seguimos recto para comenzar la ascensión a Sollube. En unos 6 kms. de subida encontramos por la derecha la casa rural Mañuko Benta, con un pequeño aparcamiento. Bizkaibus A3527 Bilbao-Mungia-Bermeo (Moyua) parada Mañu.
TRACK:
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 4-9
IGN MTN50-038 Bermeo




Punto de inicio
Poco antes de llegar al alto de Sollube encontramos el disperso barrio de Mañu y la casa rural Mañuko Benta, situada en la misma carretera, donde todo son facilidades para el visitante: aparcamiento si venimos en coche, y parada de Bizkaibus muy cerca. Pasando por delante del caserío en dirección Bermeo encontramos una placita, un tanto descuidada, con la hermosa iglesia de Nª Sra. del Carmen, y una casa antigua en la que pone ‘Mañuko babeslekua’, cuyo uso actual no sabemos si seguirá siendo el mismo.

Justo después tomamos por la derecha una carreterilla con varios carteles indicadores, y empezamos a ascender por ella. Así bordeamos el pequeño núcleo de casas (que no estoy seguro si es Arronategi) y vemos la parte trasera, donde se asientan dos cementerios junto a la iglesia: en el nuevo, sobre una campa inclinada, las tumbas están sobre unas pequeñas terrazas, como si tomasen el sol, y coronadas por estelas vascas, algo realmente bonito. Detrás está el antiguo, más pequeño y rodeado por un muro, más apretujado pero también con encanto.

Desvío (dcha.) junto al cruce
Seguimos carretera arriba, y en unos 200 metros llegamos a una encrucijada de caminos (Laubidieta), donde se nos une la BI-4207 que viene desde el alto y continúa hasta la cima. Por la izquierda hay un desvío señalizado hacia el yacimiento romano de Tribis y hacia el agroturismo Lurdeia. Pero vamos a abandonar el asfalto de inmediato. Justo antes de ese desvío tomamos por la derecha un camino de tierra (CRUCE) y nos olvidamos de la carretera. Poco después, en el primer desvío tomamos el camino de la izquierda, marcado por los postes amarillos de un gaseoducto, y que ya no abandonaremos casi hasta el final. Tampoco nos vamos a engañar, el trazado es aburrido y feo a más no poder: firme de tierra, a veces más pedregoso, con algún encharcamiento o rodaduras de vehículos (se ven a veces motos y algún quad), bordeado de pinos y sin ninguna vista. A cambio, es un camino con pendiente suave, que a veces se empina un poco y vuelve a llanear; o sea, perfecto para un paseo tranquilito.

Entre pinos
Cruzamos un camino de cemento, pasamos junto a una finca de adiestramiento de perros de caza, y se presenta una buena rampa que hay que remontar; casi se agradece, por la cosa de romper la monotonía. Tras una subida brava aunque corta, hay que volver a bajar, nos encontramos una zona de eucaliptos, una granja por la izquierda y un nuevo camino de cemento que también cruzamos. 

Tras un trecho que se hace bastante largo y aburrido, ya tenemos
La rampa, desde arriba
de frente uno de esos cortafuegos que a veces se encuentran en nuestros montes, y que son así, tan rectos, tan largos y pendientes que son una especie de desafío (por cierto, justo antes debe haber un dolmen, pero sinceramente ni lo he visto ni sé exactamente dónde está). Cruzamos la carretera de acceso a las antenas, y la pala queda de frente. La primer parte parece suave, pero hacia la mitad se empina de verdad, rondando el 35% cuando llegamos junto a un vallado. La ventaja de ir prevenido es que te lo tomas con calma y todo va mejor, y además el repecho, aunque duro, es bastante más corto de lo que parece y pronto se suaviza y desaparece la inclinación, dando paso a un camino más o menos verde y llano.

Última valla
Tras unos minutos de relax, nos vemos frente a una valla tras la cual hay un prado. Atravesamos el cierre y salimos a una gran zona de pastos y (si la niebla no lo impide) ya tenemos a la vista las grandes antenas de la cima. Vamos ganando metros, quizá siguiendo rodadas de vehículos o el tendido eléctrico, pasamos junto a un mugarri, que seguramente señala la divisoria entre Meñaka y Arrieta, donde se sitúa la cima.

En cosa de una hora estamos arriba, bajo la sombra de una antena descomunal entre la amplia colección que cubre por completo la cumbre (SOLLUBE, 684 m.). Por tan poco apetecible entorno damos una vuelta alrededor de las instalaciones, encontrando la carretera de acceso, donde hay un panel que ilustra sobre las vistas. Urdaibai solo se atisba parcialmente porque nos tapan las propias estribaciones, aunque distinguimos la isla de Izaro y la mole rocosa de Ogoño. Más al Este identificamos Bustarrigan, Iluntzar y Oiz, entre otros muchos, y girando al sur, Anboto y Gorbea, con el valle de Mungia a nuestros pies. Por el Oeste despuntan Ganeko, Eretza y los Montes de Triano, entre un sinfín de elevaciones que podemos entretenernos en ir descubriendo. Ahí quedan unas pocas fotos, con bastante zoom (el mismo para todas):

Bermeo, Izaro y Ogoño
Anboto y Gorbea
Ganeko, Eretza y valle de Mungia

Para el regreso hemos optado por la comodidad de la carretera que, en un trayecto largo y muy lineal, pasando por el hotel Atxurra (también con excelentes vistas) nos llevará al cruce inicial, poco más arriba del barrio de donde hemos partido, y de ahí a nuestro punto de partida.