lunes, 17 de septiembre de 2018

Garaigorta

La sierra de Mendigisa discurre de NW a SE, desde el valle de Orozko hacia las estribaciones del Gorbea, con diversas cimas secundarias colgando del Untzueta, la más relevante y norteña. Es una alineación afilada y relativamente abrupta y exigente, recorrido montañero bastante habitual que se inicia en cualquiera de sus extremos. El más sencillo es el alto de Bikotzgane, en la carretera que une Orozko y Artea.

Precisamente desde este punto iniciamos la ascensión a la primera de las cimas de la sierra, que se levanta a escasa distancia con un perfil calizo muy vistoso. Garaigorta guarda viejas leyendas de akelarres, ofrece excelentes vistas y una ascensión brevísima pero entretenida, una buena oportunidad para una excursión express.

              DISTANCIA: 3 km.      
DESNIVEL: 110 m. (553-662) 
DIFICULTAD: Ninguna (1-0-1) Dificultad de tránsito en el karst
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y final: Alto de Bikotzgane (entre Orozko y Artea)
            VIAS: Sendero de tierra, karst
ACCESOS: De Bilbao a Orozko, autopista A-68 dirección Vitoria-Gasteiz salida Llodio-Orozko. Se toma la dirección a Orozko por la BI-2522 hasta Zubiaur, donde se toma la dirección a Ibarra y Artea. Seguir sin ninguna desviación por la BI-3513 hasta el alto de Bikotzgane (parking). Por Artea: A-8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida hospital de Galdakano. Se toma la N-240 dirección Vitoria-Gasteiz hasta Artea, y de aquí BI-3513 dirección Orozko hasta el alto.
TRACKWikiloc
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia Mapa 57
IGN MTN50-087-Elorrio


Perfil (subida) No hacer caso al pico, son cosas de Google Earth


Garaigorta, desde Bikotzgane
Aunque el acceso más habitual a esta cima es desde Ibarra (Orozko) siguiendo el PR BI-32, dejamos esa ruta para otra ocasión, e iniciamos la nuestra desde el alto de Bikotzgane, desde donde se tiene una perspectiva cercana y directa de la hermosa corona rocosa que culmina esta pequeña elevación. En el mismo alto tenemos un pequeño aparcamiento y una pequeña área de descanso con buenas vistas sobre todo hacia el norte.

Por la carretera tenemos que retroceder unos metros en dirección Orozko (sur), pasando por el cartel del alto (565 m.), y en unos pocos metros encontramos un desvío a la derecha, con una valla que hay que atravesar o, unos pasos más abajo, otro camino, más amplio y limpio, que también podemos tomar. Las dos opciones
Empieza el camino
se reúnen unos 30 metros más adelante, remontando muy suavemente entre repoblaciones de pinos, y ya con las primeras excepcionales vistas por la izquierda sobre Itxina y Oderiaga. Vamos bordeando una pequeña elevación previa quizá llamada Urdunbide, y enseguida tenemos a la vista el objetivo. Aunque habrá que perder unos metros, desde aquí apenas quedarán unos 100 para llegar a la cima, aunque desde abajo no está muy claro por dónde se podrá atacar esa especie de fortaleza rocosa.

Descendemos un poco hasta el collado de Adarro Atea y cruzamos un nuevo vallado con paso habilitado. Seguimos subiendo, siempre suavemente y con alguna vista sobre el Mandoia, y en unos minutos encontramos un cruce con tres caminos junto a un cartelito que pone ‘25’. Tomamos el sendero central, que sube más decididamente, con roca que aflora en el primer tramo, y tierra bastante resbaladiza. El sendero se va haciendo menos visible según vamos subiendo, y en el arbolado de la izquierda es fácil ver pastar animales.

Último tramo
Ya tenemos una perspectiva completa del camino que lleva desde los barrios de Orozko, con Gallartu en primer término y Urigoiti más arriba (derecha), hacia la muralla de Itxina. Ahora entramos ya en el lapiaz, con roca cada vez más abundante, por lo que hay que ir extremando las precauciones. Aunque hay alguna trazada –seguramente de la las propias cabras- no se puede fijar un itinerario claro, debiendo buscarse el paso más cómodo y evitar las hendiduras.

Seguimos superando como buenamente se puede la zona de rocas bastante afiladas, disfrutando con las inmensas vistas. No se llega a ver Gorbea, pero sí claramente la mayor parte del camino recorrido, y el área de descanso de BikotxGane, con el Murga por la izquierda. Al fondo, Anboto y a la izquierda las dos grandes masas de Eskuagatx y Leungane. Abajo queda el valle por el que discurre el Gesale hacia Zeberio. Así seguimos sin más hasta alcanzar la cima (GARAIGORTA, 662 m., también llamado Trangatx), con un pequeño buzón metálico por toda señal. Parece que hay una cima secundaria con otro buzón en forma de zeppelín, y siguiendo hacia el NW el cordal de Mendigisa, llegaríamos hasta el Untzueta.


Oderiaga y montes de Arno
Parece ser que este monte era también famoso por las leyendas y los aquelarres que se celebraban en sus laderas, como se cuenta en este artículo, que reúne historias realmente curiosas sobre el particular. A veces piensa uno si no viviremos en un país un poquito inquietante, porque allá por donde vayamos nos topamos con demonios, seres fantásticos, espíritus y magia de distinto signo.

Como ocurre con estos parajes calizos y algo tortuosos, aparte de circular con el debido cuidado, si la subida la hemos hecho por un trazado más o menos cómodo conviene fijar algunas referencias para la vuelta porque, aunque el lugar es bastante pequeño, en la bajada podemos complicarnos sin necesidad.

De vuelta a la carretera por el mismo camino de subida, justo al otro lado de la calzada arranca el sendero que nos lleva al muy cercano Pikubikotx, y por allí mismo podemos seguir el paseo, ahora mucho más tranquilo hacia la zona de Mendigana y Larreder, según lo que contamos en la entrada que pongo arriba (Enlaces).

sábado, 1 de septiembre de 2018

Metrokat


Ya no sabe uno qué hacer para sacar pasta a las instituciones. Ensalzamos los encantos de nuestros pueblos, hacemos publi de sus bares de pintxos y sus terrazas, promocionamos pequeñas ermitas escondidas por los montes, ponemos por las nubes páginas web, revistas y libros sobre senderismo.
Pero nada, oiga, ni ayuntamientos, ni asociaciones de hosteleros, ni la Iglesia católica, oficinas de turismo, Diputaciones ni editoriales. Aquí todos se ponen de perfil mientras ocultan una sonrisa y piensan ‘serán panolis estos de ibilkat, nos hacen propaganda gratis, sólo a cambio de aguantarles alguna pataleta de vez en cuando’. Y así es. Al final habrá que recurrir a eso que Blogger llamaba antes ‘monetizar’, es decir, meter publicidad de algún portal de venta de accesorios por internet, ceras para depilación o búsqueda de hoteles para perros. Tal vez junto con un reportaje fotográfico de Elsa Pataky (con o sin compañía) subiendo la cara Este de Anboto.



Tampoco de Metro Bilbao espero sacar nada pero, fiel a nuestros estúpidos principios de integridad y desprecio por lo crematístico, vamos a darle también un poco de bola. Como tal vez ya hayan advertido algunos de nuestros millones de visitantes, hemos introducido una nueva etiqueta que llamamos ‘Metrokat’. La idea es que todas las rutas con esta etiqueta tienen origen y/o destino accesible desde paradas del Metro, en plan  ¿a dónde podríamos ir viajando en el Metro?, pincha uno en esta etiqueta y se encuentra las mejores alternativas.

De momento, hemos incluido once rutas, que parten de o terminan en las estaciones de Deusto, Kukullaga, Plentzia, Larrabasterra, Areeta, Matiko, Santurtzi, Bidezabal, Algorta y Sarriko. La idea es ir introduciendo itinerarios que conecten con todas las paradas de las tres líneas, lo cual, al paso que normalmente vamos, tardará tanto en completarse que para entonces ya existirán las líneas 4, 5 o tal vez más. Con lo cual nunca acabaremos la tarea, una especie de mito de Sísifo ferroviario. Pero aún así serán bienvenidas las sugerencias.

Más sobre Artxanda

Ya, ya sé que a la mayoría de los senderistas o montañeros Artxanda les trae sin cuidado, por lo pseudourbano, hiperhumanizado y raquítico. Pero algunos le tenemos cariño, y además nos viene al pelo para pequeñas escapaditas de un rato, cuando no se puede (o no apetece) hacer nada de más enjundia. Y a pesar de todo, hay cosas que dan pena.

Ese ondulante camino que recorre la ladera sur mirando a Bilbao es un estupendo ejemplo de la interacción entre el hombre (o mejor, la autoridad municipal) y la naturaleza: fue primero un camino feo, artificial, incómodo, una superficie estéril, sin gracia y cubierta de guijarros. Es una lástima pero, por mucho que he buscado, no he encontrado fotos de cómo era la cosa allá por 2007, por ejemplo. Pero pasó el tiempo, se dejó hacer a la meteorología y un poco también a los paseantes y, salvo algunos tramos, se convirtió en un recorrido amable, con el arbolado crecido y el firme colonizado por la hierba, quedando en algunos lugares reducido a un esbelto senderito que nos hacía olvidar que estábamos en esta colina maltrecha. Tampoco tengo muchos testimonios, pero valgan estos dos de aquí al lado.
Antes
Después




Pero no. Si los poderes públicos dejan de meter la mano en el monte durante demasiado tiempo, les crece una comezón peligrosa, les salen sarpullidos, se les encanece el pelo y hasta pueden sufrir ataques de pánico en casos extremos. Así que dicho y hecho: hace cosa de un año, quizá algo más, pudimos contemplar el retorno de las máquinas, se levantó la superficie del camino, se montó un tremendo desagüe de cemento en toda su longitud y, lo mejor de todo, se volvió a recubrir de una espesa capa de guijarros de buen calibre, una capa que en algunos momentos levanta 30 o 40 cms. sobre el nivel anterior.

Oh, el desagüe
¿No se pudo construir el desagüe con menos material, y de forma menos agresiva? ¿Tanto costaba incorporar una capa de tierra vegetal o de zahorra que facilitase el crecimiento de la hierba una vez más? ¿Es que para que una obra ‘luzca’ se tiene que notar el paso de la excavadora, mejor cuanto mayor sea el destrozo? ¿O es que lo que tienen en mente –suponiendo que tengan algo- es redondear la faena con hormigón, asfalto o similar, vamos, lo que otros pretendieron hacer en el Pagasarri?

Sí, está ahí debajo
Ni qué decir tiene que el famoso desagüe se encuentra, sólo unos meses después, invadido por la vegetación y por ello completamente inservible en muchos tramos.

Tenemos aquí mismo, al lado de casa, una zona de esparcimiento que, aunque no llegue a ser un monte, es al menos un poco mejor que un parque. Y, como ya hemos dicho aquí alguna que otra vez (enlace) se podría (y debería) hacer mucho por mejorarla. Pero por lo visto, en vez de eso han decidido destrozarla del todo. Eso sí, que no se descuiden o dejen pasar demasiado tiempo, que la naturaleza ya va avanzando para recuperar lo suyo. Bueno, sí, empezando por los desagües.