sábado, 2 de febrero de 2019

Berreaga


Mungia y el valle de Butrón al norte, Derio y el Txorierri al sur, y entre ambas, esta pequeña y difusa alineación, que llega hasta Gaztelumendi, y enlaza con Unbe y Munarrikolanda para prolongarse hasta Uribe-Kosta. En ella, Berreaga constituye su máxima altitud, aunque solo alcance poco más de 360 metros, y no sea fácil de distinguir entre las numerosas ondulaciones que salpican la zona.

Un muy breve paseo, en su mayor parte sin vistas, nos permite conocer esta cima, en cuyas lomas se han encontrado restos arqueológicos de distintas épocas, lo que deja claro que ha conocido poblamientos humanos desde tiempos remotos.   

            DISTANCIA: 4,2 km.
            DESNIVEL: 160 m. (205-363)
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)  CENTENARIO
            ITINERARIO (circular)  Inicio/Final: Berreagamendi (Mungia)
            VIAS: Pista de tierra, senderos, camino asfaltado
ACCESOS: En coche desde Bilbao, tomar la BI-631 en dirección Mungia. Pasados loa accesos al aeropuerto, tomar la salida hacia Laukariz-Urbanización Monte Berriaga y poco después el primer desvío a la derecha, pasando junto al Palacio Urgoiti. Continuar subiendo hasta un grupo de chalets donde termina la carretera en un aparcamiento. Bizkaibus A3517 desde Bilbao (Pl. San José) parada Arritugane (unos metros antes del grupo de chalets)
            TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 16
IGN MTN50-061-062




Desde el inicio: Jata, Sollube y Mungia
Aunque puede parecer complicado entrar en el laberinto de caminitos de la urbanización Monte Berriaga, la cosa no presenta mayor problema: pasando junto al Palacio Urgoiti (inmenso vallado de lo que debe ser un campo de entrenamiento de golf) hay que coger el primer desvío a la derecha, con un cartel anunciador de una jardinería, pasamos junto a un invernadero y nos encontramos de golpe ante un pequeño grupo de chalets. Ahí mismo termina la carretera y hay un parking. No sé si el grupo se llama Arribiaga o Arritugane, y hay una buena vista hacia el Este sobre la urbanización con un panel donde se muestra la comarca, dominada al fondo por Jata y Sollube.

Entre eucaliptos
También aquí mismo hay una descomunal columna con antenas de telefonía, y junto a ella arrancan tres caminos. El de la derecha, tras las casas, lo utilizaremos para la vuelta y el intermedio está cerrado con una sólida barrera blanca (con ladridos de perro de fondo) que no invita precisamente a atravesarla. Así que es el de la izquierda el que vamos a seguir. Es un camino amplio, con zonas muy embarradas y otras relativamente pedregosas, que progresa a la sombra de arbolado (mayormente, eucaliptos) y con muy suave pendiente. En la primera bifurcación, un poste de señales del GR BI-280 (Uribe-Kosta) nos indica con claridad que hay que tirar para la derecha.

Ojo a la señal
El camino sale a zona más abierta y poco después estamos ya en la primera curva de herradura, en la que dejamos por la izquierda un camino herboso. Tras este primer giro ganamos un poco de luz, aunque el camino se embarra irremediablemente cada vez que pierde la poca pendiente que tiene. Un par de giros más y estamos ya en una trifurcación, en la que tomamos el camino de la derecha guiados por otra oportuna flecha que indica 240 metros hasta la cima. Por la izquierda quedan dos caminos más anchos, uno de los cuales tomaremos después.

Cima y buzón
Ahora hemos cambiado un poco de entorno. Seguimos bajo arbolado con abundante maleza, pero este es un senderito, estrecho pero cómodo, que claramente circula ya cerca de los altos. Un pequeño claro nos ofrece por la izquierda la única vista del recorrido, teniendo a los pies la zona rural que luego vamos a recorrer, y más allá el valle del Txorierri con Ganguren por la izquierda. Unos metros más por esta sendita, a veces algo confusa, y estamos sin darnos cuenta en la cima (BERREAGA, 363 m.), con un extraño buzón y un cartel que indica ‘mirador’ a 210 metros.

Algunas vistas, no muchas
Así que, alcanzada la cumbre con tan poca emoción, seguimos adelante por la zona quizá más bonita, un senderito algo difuso que serpentea bajo frondosa vegetación, hasta que de repente salimos a un claro, justo detrás de un enorme cartel metálico, que es como un puñetazo en el ojo. No tengo ni idea de qué anuncia. Pero la gracia está en que el senderito gira a la izquierda y efectivamente va a dar a un pequeño mirador desde el que tenemos prácticamente las únicas vistas de todo el recorrido: por allí anda Jata, el valle de Mungia, por la izquierda la terminal del aeropuerto, y justo debajo la urbanización de donde hemos partido. Detrás, entre arbolado que atravesamos con alguna dificultad, aparece escondido un hito de piedras que no sé lo que pueden significar.

El último caserío
Volvemos atrás, pasando de nuevo por la cumbre, hasta el cruce del cartel, y como hemos tardado muy poco en hacerlo todo –unos 25 minutos-, podemos hacer una circular por un barrio cercano. De los dos caminos que antes dejamos por la izquierda, hay que tomar el de la derecha (el más cercano al sendero final) Aunque sigue habiendo barro (zarzabarro sería el neologismo para esta excursión), el sendero es algo menos sombrío y presenta mayor pendiente que el de subida. Pasamos junto a una caseta y, con algunas zonas abiertas a la ladera, iniciamos un nuevo zigzag en descenso hacia un caserío, en la parte alta del barrio de Geldo, ya en Zamudio. Salimos así a un camino vecinal asfaltado, que tomamos hacia la derecha. Dejamos un desvío a la izquierda hacia otra casa y pasamos por delante de otro caserío para girar a la derecha y pasar por delante de un tercero, más nuevo.

Ahora el camino empieza a subir moderadamente con el arbolado cimero por la derecha. Dejamos por la izquierda un último caserío y termina el asfalto. Sin ninguna complicación, enseguida divisamos la enorme torreta junto a la urbanización inicial y, pasando tras las casas, vamos a dar al aparcamiento de donde hemos partido.

No sé, quizá parecen muchas explicaciones para una ruta tan sencilla. Efectivamente, es corta y no presenta más emoción que aquello del barro y las zarzas, pero es también un buen plan para un paseíto cómodo por un entorno más bien poco frecuentado. Y además, por esta zona ha tenido lugar importes hallazgos arqueológicos de la Edad de Hierro, como se comenta en este artículoy un lote de monedas de oro y plata de los siglos XVIII y XIX, como se indica en este otro documentoAsí que anímense ustedes y agudicen la vista, que igual tropiezan con algo valioso.

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