sábado, 18 de mayo de 2019

Bustarrigan

Ereño es un pequeño municipio de menos de trescientos habitantes, estratégicamente situado entre la costa oriental de Bizkaia (Ea, Ispaster) y el área de Urdaibai. Su nombre es famoso por el llamado ‘mármol rojo’, explotado en canteras que fácilmente podemos ver en los alrededores, y utilizado en la propia iglesia parroquial de San Miguel y en numerosos edificios de lugares muy diferentes, gracias a su carácter ornamental. Además, pese a sus reducidas dimensiones, Ereño alberga en su término municipal dos montes significativos: el emblemático Ereñozar, justo encima de las cuevas de Santimamiñe, y Bustarrigan, que aunque menos conocido es el techo de este núcleo de población.

Ascendemos a este último monte en una excursión sencilla por las últimas elevaciones de la sierra de Leia, que se prolonga desde el voluminoso Iluntzar hacia el norte, cerrando el pequeño valle del que partimos.

            DISTANCIA: 8,2 km.
            DESNIVEL: 285 m. (274-561)
DIFICULTAD: Muy Baja 5 (2-3-0)  Techo municipal (Ereño)
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio/Final: Ereño
            VIAS: Pista de cemento y tierra, sendero
ACCESOS: Desde Bilbao, autopista Bilbao-Behobia dirección Donostia-San Sebastián salida Amorebieta-Gernika. Después, BI-635 dirección Gernika, y aquí, BI-2238 dirección Lekeitio. Pasando Gautegiz-Arteaga (se puede atajar por la BI-3223) seguir dirección Lekeitio hasta encontrar indicación a Ereño (derecha). Bizkaibus A-3514 y A-3515 hasta Gernika, y A-3532 Gernika-Ereño (Elexalde)
ENLACES CON Ereñozar
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 11-18
IGN MTN50-038 Bermeo




La descomunal iglesia de San Miguel, junto a la que hay un viejo hórreo, nos anuncia sin lugar a dudas que estamos en el núcleo de Ereño, un lugar encantador que para el visitante tiene además el aliciente de contar nada menos que con dos aparcamientos, uno cubierto a la izquierda, justo a la entrada, y otro a pie de calle a la salida, camino de Nabarniz. Así que todo son facilidades para los comodones que vamos en coche.

Al lado de este segundo parking, a la izquierda de la carretera, hay una cruz de señales donde arranca una pista de cemento, que es la que hay que tomar. Una de las flechas indica 4,9 kms. a Bustarrigan, aunque creo que puede ser algo menos. Bordeamos una vivienda unifamiliar (antes de ella arranca el camino que indica la página del Correo para subir Garanda y visitar un yacimiento y una sima) y enfilamos un tramo recto bajo arbolado, con
Camino bajo el pinar
pendiente muy muy suave. Son unos 500 metros que, como será la mayor parte de la ruta, resultan algo aburridos pero extremadamente cómodos. Por la derecha divisamos entre los árboles Ereñozar, con su ermita bien visible, y el cercano Iturrintxaurreta, porque aquí todo son pequeños montes.

Con una ‘S’ remontamos algunos metros hasta un edificio, tras el cual se afronta una nueva recta, parecida a la anterior, pero esta vez a cielo abierto, con lo que se hace más pesada. Estamos ahora bordeando el collado Motrollo, en el mismo cordal de la sierra de Leia que vamos a ir recorriendo. El camino pasa a ser de tierra, y tenemos un desvío por la izquierda que ignoramos. Hay que decir que esta debe ser una ruta ecuestre que lleva hasta Nabarniz, y todo está lleno de señales que le hacen referencia; a veces son una ayuda (enseguida lo veremos), pero no siempre hay que hacerles caso. Igual ocurre con unas marcas azules y naranjas que nos acompañarán enseguida, y que pudieran ser de madereros (todo esto son explotaciones forestales) e inducirnos a error.

Incursión por el bosque
Muy poco a poco vamos cogiendo metros, y por la izquierda ya se divisa el mar, distinguiéndose Ogoño por la izquierda y Otoio por la derecha, con los núcleos de Ea e Ispaster entre ambos. Pronto encontramos otro DESVIO, esta vez por la derecha, con la ruta de los caballos que abandona la pista. Esta vez lo seguimos, aunque no sea más que para tomar un trazado paralelo a la pista, pero sirve para variar un poco y caminar unos minutos por sendero de tierra bajo arbolado, mucho más agradable. Estamos ahora en la falda de Sakonandietako Tontorra, la elevación más próxima a nuestro objetivo, sólo unos metros más pequeña.

Colorido
De nuevo en la pista, y ya sin sombra de ningún tipo, describimos una amplia curva al fondo de la cual se observa nuestra cima. Tras unos 200 metros en dirección sur, llegamos a una BIFURCACIÓN. Siguiendo por la derecha nos llevaría directos a la cima, pero todavía daremos un pequeño rodeo, siguiendo en dirección Este. Se llega así a un cruce de caminos, con unos carteles de cotos de caza o algo así (por aquí también hay muchos) y aquí (GIRO) tiramos a la derecha para pasar junto a un refugio con alguna barbacoa y, aunque el camino baja ligeramente, vamos girando hacia el objetivo correcto.

Enseguida nos encontramos ante una TRIFURCACION. Como estamos ya cerca de la cima, tomamos el camino que más sube, una pala terrosa y con el único desnivel digno de mención de todo el recorrido. Aunque el sendero se pierde a veces bajo montones de ramas caídas, pronto se distingue un pequeño arbolado, a través del cual una pequeña trocha nos conduce directos, y ya estamos arriba (BUSTARRIGAN, 561 m.). Tapada por la maleza, la cima no tiene más vistas que los ya conocidos Ogoño y Otoio.

Cima

Otoio al fondo
Para la bajada, para no dar el mismo rodeo, seguimos la dirección de subida NW, avanzando sin camino, entre multitud de ramas y zarzas bajas, aunque practicable sin problema. Aunque parece un punto algo confuso, pronto tenemos a la vista la pista, que queda por la derecha, y un sendero bien marcado nos conduce a ella, saliendo cómodamente a la BIFURCACIÓN anterior.

De ahí al punto de inicio, siguiendo el camino de subida, con comodidad y sin más que admirar algunas vistas nuevas desde la parte final, completamos esta excursión, sin complicaciones aunque sin demasiada emoción, para retornar a Ereño, nuestro punto de partida.

Ereñozar, entre árboles


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