sábado, 10 de agosto de 2019

Urregarai


En la zona oriental de Bizkaia, Markina es la población más importante tierra adentro. Desde su encantador núcleo urbano se pueden iniciar multitud de excursiones hacia los montes circundantes, todos ellos de reducidas dimensiones y muy asequibles a todo tipo de senderistas. Quizá las más sobresalientes son las que apuntan al norte, hacia las elevaciones hermanas de Urregarai y Bedartzandi. El pequeño macizo que forman estas últimas alimenta los manantiales que desaguan por la derecha en el Lea, camino del Cantábrico.

En esta ocasión nos centramos en la primera de ellas, una ascensión que, sin ser muy exigente, sobrepasa un poco la idea de simple paseo. La cima la encontraremos ya en el término municipal de Aulesti, con excelentes vistas y la simpática ermita de Santa Eufemia, a la que llegaremos tras ascender una vieja escalinata de piedra.

            DISTANCIA: 8,9 km.
            DESNIVEL: 625 m. (80-704)
DIFICULTAD: Media 9 (6-3-0)  CENTENARIO / Techo municipal (Aulesti)
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y Final: Ayuntamiento de Markina
            VIAS: Urbanas, camino asfaltado, senderos de tierra, pistas
ACCESOS: En coche desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida 84 Abadiño/Markina. Tomar BI-633 pasando el alto de Trabakua, hasta Markina. Bizkaibus A3512, A3915, A3916
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 27-28
IGN MTN50-062 Durango y 063 Eibar


Perfil (ida)

Puente de Bolu
Markina es una hermosa población que se podía decir que tiene la dimensión justa para no ser demasiado pequeña ni alcanzar un tamaño desagradable. Entre los diversos puntos de interés que se pueden consultar aquí yo destacaría el histórico frontón, conocido como Universidad de la Pelota, y desde luego la ermita de San Miguel de Arretxinaga, de la que hemos hablado en una ocasión anterior. Si llegamos en coche, tenemos un parking amplio detrás del Ayuntamiento, que es un estupendo punto de partida para nuestra ruta.

Atajo
De aquí nos dirigimos al cercano río Artibai, teniendo a la vista el Zapola –junto al que pasaremos luego- y su aparatosa cantera. Recorremos unos metros aguas abajo hasta el puente de Bolu, que cruzamos, encontrando un cartelito del PR BI-27 que será de gran utilidad. Ahora hay que pasar bajo la carretera general, para lo que en una bifurcación tiramos a la derecha para atravesar un túnel. En el siguiente CRUCE giramos a la izquierda siguiendo unos carteles de madera, y en el tercero hay que tirar para la derecha, para abandonar ya la zona urbana.

Subimos por un camino asfaltado junto a alguna casa y con buena pendiente, hasta que alcanzamos un rellano en el que dibuja una amplia curva. Al otro lado del arco se ve una especie de pequeña instalación eléctrica con un camino que arranca a cada lado. Aunque el de la izquierda es más amplio, tiramos por la derecha, tomando un estrecho sendero que se interna en el bosque. Es en realidad un atajo para cortar la curva que describe la pista. (NOTA: Por alguna razón que desconozco, aquí el track se desdobla en dos hasta la cantera de más adelante) Con un desnivel moderado, el camino es entretenido y sobre todo fresco. Alcanzamos así de nuevo a la pista anterior.

Cantera
Tras avanzar por ella (izquierda) unos pocos pasos, enseguida vemos el siguiente desvío que hay que tomar, con las correspondientes marcas blanco-amarillas y una puerta/alambrada que hay que atravesar. De nuevo un sendero similar al anterior, bonito y fácil de recorrer, y ya hemos subido cosa de 200 metros. Otra vez desembocamos en la carreterilla y ahora sí vamos a seguirla porque no hay más remedio. Es un tramo que se hace monótono y aburrido, largo (quizá 800 metros, o más) y, aunque seguimos más o menos en sombra, no dejamos de subir con pendiente media. Por fin termina el asfalto, y llegamos a una CANTERA, donde hay que hacer un giro de casi 180º, a lo que ayuda una nueva indicación.

Vistas desde la majada
Volvemos ahora a un camino de cemento, que sube con fuerza junto a unas explotaciones ganaderas. Ya a campo abierto, el camino, ahora de grava, describe una curva entre prados, con el caserío Igotz en lo alto a la derecha. El entorno recuerda un poco al tramo final de Belatxikieta. Hacia el Este tenemos buenas vistas, con el cercano Akarregi, que luego veremos mejor, y Anboto más al sur. El caserío tiene al lado lo que parece un antiguo hórreo y el camino termina de subir, hasta un punto estratégico: con vallados por todas partes, tenemos por la derecha la alineación rocosa de Bedartzandi, y por la izquierda Urregarai, hacia donde vamos, con la ermita de Santa Eufemia ya visible. De frente hay una especie de dolina, o pequeño valle colgado, que habrá que descender para volver a subir.

Urregarai (izda.) y Bedartzandi (dcha.)
Entre helechos
Describimos una curva amplia –que también podemos cortar por los prados- y subiendo por la vertiente contraria encontramos un cartelito que señala el desvío a Zapola (8 minutos), que también se puede aprovechar para visitar. Llegamos así al último caserío (Larro), pasando por delante para tomar otro camino, ligeramente herboso, que sale por el costado izquierdo. Otro cartel indica 20’ a la cima, que probablemente sea alguno más, porque ya todo será subir sin muchos miramientos.

Empiezan los escalones
El camino pronto se convierte en un confuso sendero entre helechos. La dirección es evidente porque el objetivo está siempre a la vista, pero es mejor intentar seguir las marcas. Este tramo se puede hacer durillo, sobre todo si aprieta el calor. Pasamos una valla con paso de tablones y tras el último repecho (último por ahora) vamos a dar a un collado junto a un pinar. Por esta zona se puede ver más gente, la mayoría seguramente procedente de Aulesti y del alto de Lekoitz, otro buen punto de inicio para alcanzar nuestra cima en una ruta mucho más corta. El caso es que en este colladito estamos ya al pie de las escaleras que trepan a la cumbre: 222 escalones (uno arriba o abajo) estrechos e irregulares que se suben mejor que se bajan, con las facilidades añadidas de contar con varios descansillos, y de poder subir mientras jugamos a contar los dichosos escalones.

Cima y ermita
Oiz y Anboto

Llegamos finalmente junto a la ermita de Santa Eufemia, con excepcionales vistas: el poderoso Bedartzandi al norte y más allá el mar; hacia el Este, a nuestros pies el valle de Igotz, y detrás de Markina, que no se ve, los Montes Vascos que se extienden hacia Gipuzkoa; por el lado contrario se entrevé Urdaibai, custodiado por Ereñozar, y Sollube enfrente. Desde la ermita trepamos entre las rocas para ascender a la cima (URREGARAI, 704 m.), con un pequeño buzón y una estructura metálica que parece un somier.

La vuelta la hacemos por el mismo camino, con la opción citada de la visita al Zapola. Las excursiones clásicas en esta zona incluyen las dos cimas de Urregarai y Bedartzandi, pero si nos quedamos solo con la primera tenemos la excusa para volver y hacer una ruta diferente, que eso también mola.

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