Tomamos la carretera hacia
la izquierda sólo unas decenas de metros y enseguida cruzamos para tomar un
camino que asciende, ya fuera del asfalto. Cruzamos una puerta y continuamos en
moderada subida por las
amplias pistas de tierra que recorren el parque
forestal de SANTA MARINA (km. 22,7).
En las dos bifurcaciones que encontramos tomamos el camino de la derecha,
siempre adecuadamente marcados, para acometer después una rampa más o menos
recta, siguiendo un tendido eléctrico, hasta Gudabikolanda. Es éste un paraje
abierto, una encrucijada de caminos que tiene algo de fronterizo, porque en él
se reúnen la carretera de Santo Domingo a El Gallo, las pistas de Santa Marina
y diversos senderos que bajan hacia Eperlanda o remontan
hacia el vecino
Ganguren. Y por eso mismo concurren por aquí una amalgama de coches aparcados
(algunos le dan al curveo por esta carretera), montañeros, jubiletas de paseo y
ciclistas, una cosa muy cosmopolita. Pero no nos enrollemos, que falta
bastante.
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Por Santa Marina |
Gudabikolanda |
Aunque pueda parecerlo, no
es éste el lugar más elevado del recorrido por la parte norte del GR. Giramos a
la izquierda y tomamos la pista más alta, por donde continuamos, ignorando un
par de desvíos que se nos ofrecen por la izquierda (son accesos al GR que no
provocan más que confusión, como contaremos en su momento), y otro más por la
derecha. En unos 400
metros de falso llano alcanzamos, ahora sí, la mayor
altitud de esta mitad de la ruta, un lugar llamado Gaztelu, a unos 380 msnm,
sólo identificable por un par de paneles con mapas de situación. Las vistas son
excelentes, y hacia el sur tenemos una panorámica
de gran parte del recorrido realizado. Y, por cierto, creo que aquí es
donde se graba la entrevista a que nos referíamos en la primera entrada sobre
el tema.
Seguimos en suave descenso
por esta pista, y recibimos poco después por la derecha el camino que viene de
Zamudio, por donde se nos une también el Camino de Santiago, en cuya compañía
seguiremos un ratillo. Dejando por la derecha la cima con antena de Monte
Avril, accedemos a la parte baja del área de Iturritxualde y, junto al
restaurante León (derecha) salimos a la carretera. Tiramos por la izquierda,
primero casi en llano y después bajando con decisión, hasta una nueva pasarela
sobre la carretera, donde de nuevo tenemos excepcionales vistas.
Más vistas sobre Bilbao |
Tras cruzar el puente, en
una especie de explanada casi en el mismo casco urbano, dejamos primero por la
derecha el restaurante Kate Zaharra y después un par de viviendas, y nos
alejamos otra vez del asfalto siguiendo un desvío por la derecha (Estrada MENDIARTE) (km. 26,5). (Si, en
vez de tomar este camino, seguimos en bajada recta hacia las casas, muy cerca
tenemos la parada del Bilbobus 22 (Sarrikue). Hemos
descendido a la cota 200, y en torno a ella vamos ahora a seguir el camino de
la ladera de Artxanda, aunque no será plano, sino en un continuo sube y baja.
Cruzamos primero una puerta,
y tras un par de curvas remontamos hasta una especie de mirador, para empezar a
bajar de nuevo hasta el caserío Guardaviñas. Tomamos un trecho de camino
asfaltado en subida (Landetabidea) hasta que otra puerta nos conduce por la
izquierda a la siguiente pista (Si no queremos seguir, continuamos ascendiendo
hasta salir a la carretera general junto al polideportivo de Artxanda, donde
tenemos el Bizkaibus A3216 y por supuesto, el funi.)
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La Cantera |
Enseguida llegamos al área
recreativa de La
Cantera-Arrobia , también con buenas vistas, y pronto volvemos
a bajar, esta vez la rampa más pronunciada y larga de esta zona, por la que
llegamos al pequeño túnel bajo el funicular, que atravesamos. Continuamos hasta
una curva, donde el camino torna a subir de nuevo, en una pala corta pero
empinada, hasta que otra señal nos invita a desviarnos por la izquierda. Tras
unos metros de llaneo, atravesamos otro camino asfaltado flanqueado por dos
puertas, y otra vez para abajo, hasta alcanzar las últimas casas de Vía Vieja
de Lezama (Bilbobus A1)
Seguimos hacia la derecha y
en unos pocos pasos otra puerta nos da acceso a un rellano junto a una caseta
vallada con una antena. De los dos caminos que tenemos a la vista tomamos el
que sube por la derecha (ojo no liarse con las señales de accesos) y en un
pis-pas nos situamos en la parte superior de una amplia área recreativa, que se
tiende mirando a Bilbao. Por la derecha un panel con un mapa nos indica el
camino a tomar, que ahora es un senderito estrecho que remonta entre árboles
jóvenes. Es una subida divertida, agradable, que se empina algo en su
última
parte, y desemboca en una pista, que tomamos hacia la derecha dejando de lado
una puerta y, tras pasar un par de curvas, nos coloca junto a la cima de PIKOTAMENDI (km. 29,9), a unos 230 metros , después de
la última remontada, que ha sido de casi 100.
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Serantes y el Abra desde Pikotamendi |
Nuevas perspectivas tenemos
desde este pequeño promontorio, que deberemos aprovechar, porque de inmediato
nos vamos, una vez más, a la carretera, en este caso la general que recorre
esta parte del cordal de Artxanda, y que tomamos hacia la izquierda, es decir,
alejandonos de su cima. Todo parece indicar que volvemos a abandonar los lindes
del municipio bilbaino, porque este pequeño tramo de carretera pertenece a
Sondika, siempre según los mapas.
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Monte y modernidad |
La cruzamos, y tenemos de
frente una tremenda pala, un cuestón con incómodo firme de grava gruesa de unos
80 metros
de longitud en los que
remontamos más o menos 30. Aplicando las matemáticas
sale fácil: una media de alrededor del 40% de pendiente, algo realmente
insólito en esta discreta y domesticada cordillera. De no ser por su brevedad
–porque la rampa es cortita-, competiría con el repecho de Erreztaleku como la
subida más dura de todo el GR, lo que aún empeora más por lo inestable del
suelo que pisamos.
Bajada hacia Ugasko y nueva subida |
Después el camino, ya en
ascenso muy suave, llega a una bifurcación, donde hay que tirar por la
derecha, aguzando la vista para encontrar una única marca en el suelo. En este
punto es notorio que haría falta una baliza, como la que hemos encontrado
metros antes. En una suave subida entre varias fincas accedemos a los
caseríos de Berriz, enfrente del recinto de los exámenes de conducir (Bizkaibus A3216). Y aquí hacemos otro inciso de los nuestros.
Según hemos podido saber, el
paso por carretera que hemos descrito antes era inicialmente más largo, comprendiendo
la distancia completa entre Pikotamendi y Berriz. Después, con buen criterio,
se decidió introducir el tramo por senderos que acabamos de describir, mucho más adecuado, con
lo que la mayor parte de este trazado es nuevo y
expresamente abierto para la ocasión. Es seguramente uno de los muy pocos
tramos que no existían antes. Y cabe preguntarse por qué no se completó lo que
falta, es decir, la parte que hemos tenido que recorrer por carretera. Quizá se trate de algún
problema con las fincas privadas que encontramos de por medio, pero en todo
caso es una pena.
Porque infantil en Arangoiti |
Y se acabó el monte
definitivamente. Descendemos Aranekobidea describiendo una curva, y rodeamos la
gran rotonda, pasando por delante de la comisaría de la Ertzaintza , para tomar
el primer desvío por la izquierda de la calle Ibarrekolanda, junto a la parada del autobús. Bajamos en
recto hacia la rotonda de Sarriko (Plaza Ugarteko) y cruzamos hacia un
parquecillo al que se accede por unas escaleras. Por el camino peatonal llamado
Etxezuribidea vamos a dar a otras escaleras, ahora en bajada junto a unas
pistas deportivas. Salimos así a la calle Morgan,
girando a la izquierda junto
al colegio La Salle ,
y en unos minutos estamos en la rotonda de Euskalduna.
Puente de Euskalduna |
Obviamente, esta parte de la
ruta es totalmente urbana, pero todavía encontraremos algo más con cierto
encanto. Cruzamos el puente y justo después (Tranvía
junto al palacio Euskalduna) giramos a la derecha, encima del Museo Marítimo.
Una suave rampa nos deposita en el muelle de Olabeaga, junto a los diques
secos, y ahí tomamos el largo paseo junto a la ría. Ciertamente no es monte,
pero sí un camino bien agradable, con muchos paseantes y corredores los fines
de semana. Si lo hacemos con calma contemplaremos enfrente la degradada pero
muy interesante península de Zorrozaurre, con multitud de vestigios del pasado
industrial, y los restos de viejos embarcaderos, mientras circulamos junto a la
muy próxima mole de San Mamés.
Todo ello mientras
recorremos en toda su longitud (que es bastante) el barrio de OLABEAGA (km. 38) (Bilbobus A3, Renfe), todo un carácter, uno de esos rincones de Bilbao
que merece la pena conocer, que no todo es titanio y cristal.
Cuando finaliza la
carretera, entramos en un paseo peatonal con bidegorri, que atraviesa una zona
verde. Ya tenemos a la vista una alta pasarela que debemos tomar y, una vez
cruzada, nos situamos justamente junto a la rotonda de ZORROZA (km. 40), donde habíamos dado inicio a la ruta.
Y colorín colorado, este GR
228 se ha acabado. Otro día, los comentarios.
(continuará)