sábado, 19 de diciembre de 2020

Gazteluzar

Al sur del río Ibaizabal, el Mandoia es uno de los montes con más solera de Bizkaia, objetivo de excursiones clásicas, bien desde Bedia por el norte, o enlazando con el cercano Upo desde el oeste, o por vía más directa desde Zeberio. Aproximándonos desde el primero de estos municipios –enlace entre las zonas urbanas e industriales, y el entorno más rural- pocos reparan en la pequeña elevación de Gazteluzar, que constituye una especie de antecima desprendida del mismo Mandoia hacia el norte. Es por tanto un monte ignorado y modesto, que tal vez en tiempos tuvo su relevancia estratégica como parece indicar su topónimo. En ibilkat lo recuperamos para una salida muy breve aunque no del todo plácida, como ahora veremos.

             DISTANCIA: 3,6 kms.

            DESNIVEL: 255 m. (259-515)

DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-1-1) Rampas del 30%                  

            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y Final: Ereño (Bedia)

            VIAS: Pista de tierra, senderos

ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia, hasta salida Vitoria-Gasteiz N-240. Seguir hasta Bedia, y justo después de la iglesia, girar a la derecha hacia Ereño y Eroso-Ugarte. Se sigue la carretera pasando un puente sobre el Ibaizabal y después otro sobre el tren. Se pasa el barrio de Eroso-Ugarte y en la bifurcación siguiente se toma la dirección a Ereño. Eusko Tren línea Bilbao-Donostia parada Bedia. Varias líneas de Bizkaibus (en los dos casos, hay casi 4 kms. hasta Ereño)

ENLACES CON: Mandoia desde Bedia

Más información:

https://www.mendikat.net/com/mount/2308

http://www.bedia.biz/es-ES/Turismo/Bediaysusbarrios/Paginas/Ereno.aspx

http://www.bedia.biz/es-ES/Turismo/ConoceBedia/Documents/4%20Gui%C3%B3n%20del%20recorrido%20de%20Ere%C3%B1o.pdf  (recorrido)

http://www.bedia.biz/es-ES/Turismo/ConoceBedia/Paginas/Galeriadeimagenes.aspx?album=3706 (fotos)

Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 43

IGN MTN50-0062 Durango

 



Vista aérea del barrio de Ereño
Generalmente, en este saludable blog preferimos (y recomendamos) utilizar el transporte público para nuestras salidas, pero esta vez va a ser la excepción porque, amigos, si llegamos a Bedia en tren o autobús tenemos por delante cerca de 4 kms. y 200 metros de desnivel hasta llegar al barrio de Ereño, nuestro punto de partida. Es un buen paseíto al que hay que añadir otro tanto a la vuelta. Lo cual no tiene nada de particular, pero si de lo que se trata es de coronar un pequeño monte al que dedicamos apenas veinte minutos en subir y bajar desde su base, igual la maniobra de aproximación es un poco desproporcionada. Avisados quedan.

Fuente de Atxandi
El pequeño barrio de Ereño (no confundir con el pueblo de Urdaibai) es un grupo de caseríos, algunos imponentes, otros más antiguos, encaramado en el monte, con una pequeña y encantadora ermita dedicada a San Martín Obispo. Desde ahí mismo arrancamos, siguiendo la dirección de la carretera junto a las últimas casas, para alcanzar en unos pocos metros la fuente de Atxandi, justo al lado de una trifurcación en la que seguimos de frente. Estamos en el camino normal al Mandoia, por lo que también nos podemos guiar por lo comentado en la entrada indicada arriba. 

Mandoia (iz) y Gazteluzar (dcha)
Seguimos por cómodo sendero, con un par de zonas algo más exigentes, tal vez por encima del 20%, hasta encontrar un vallado junto al que debemos girar a la derecha. Llegamos así a una pista de cemento donde de nuevo giramos a la derecha, y en un pis pas llegamos al collado Bazterreko Landa, con un nuevo cruce de caminos. El que trepa por la izquierda y el que sigue de frente en muy ligero descenso llevan al vecino Mandoia, pero en esta ocasión nuestro objetivo es más próximo y también más pequeño.

Gazteluzar desde Munurrutu (o algo así)
Por la derecha de ese cruce hay un pequeño montículo que por lo visto se llama nada menos que Munurrutu (la cartografía confunde claramente los nombres de las dos elevaciones), y desde esa alturita tenemos a la vista el hermoso perfil del Gazteluzar, aproximadamente cónico desde esta perspectiva. Podemos simplemente descender por la loma hasta su base, o rodearla por la pista para encontrarnos al pie mismo de nuestra subida. Parece ser que hay una ruta posible –y más fácil que la que planteamos aquí- para acceder a la cima dando un rodeo por la derecha y tirar para arriba desde el norte, por la cara que ahora no vemos. Pero nuestra ruta de subida está bien clara en la ladera que tenemos a la vista, así que no hay más que picar para arriba sin contemplaciones.  

Hacia el pino
 La trocha es muy visible en su primera parte, para luego desdibujarse un poco, pero siempre con una pendiente bastante respetable (como un 30%, quizá más). En caso de duda, el punto de referencia es un hermoso y viejo pino hasta el que tenemos que llegar. Hasta ahí es lo más sencillo, ahora viene la complicación. Primero encontramos un paso algo delicado, con buena caída por la izquierda, con la que hay que tener cuidado aunque es apenas un par de metros. Pero ya el fuerte desnivel que mira a SW nos acompañará casi hasta arriba. El sendero gira ligeramente hacia el oeste, y seguirá por el borde de una ladera muy empinada, entre zarzas, argomas y algún espino, un paso verdaderamente agreste en el que hay que avanzar despacito, evitando un tropezón.  

Cima, con Ereño abajo (dcha.)

 Así, con mucho cuidadito, vamos ganando metros, girando ligeramente hacia la izquierda, y ya con el paso más franco, hasta alcanzar la cima (GAZTELUZAR o Kastillozar, 515 m.). Las vistas son excelentes, excepto hacia el sur, donde domina el cercano Mandoia: vemos claramente Oiz e Iluntzar hacia el oeste, y la sierra de Aramotz, Eskuagatz y Leungane algo más al sur. Por el norte y oeste observamos Etxebarri y parte de Bilbao, así como el Abra y el Serantes, y el poderoso perfil de Kamaraka y Ganeko, entro otros.

Upo y Ganeko desde el camino
Con las misma cautelas que en la subida en los alrededores de la cima, accedemos de nuevo al sendero anterior, ya que –que sepamos- no hay otra ruta que enlace con el camino de subida sin dar el rodeo hasta el collado citado antes. Por tanto, nos volvemos por donde hemos venido tras visitar esta pequeña, ignorada y un poco áspera montañita.