jueves, 2 de mayo de 2013

Mandoia desde Bedia

El conjunto de pequeñas elevaciones que encuadramos en la comarca de Nerbioi-Ibaizabal presenta una situación central entre Bilbao y los parques naturales de Urkiola, al Este, y Gorbeia, al sur, con sus emblemáticas cimas.

Mandoia, con sus 637 metros, constituye la cumbre más relevante de este macizo, aunque por sus características orográficas quizá no nos ofrece las panorámicas que pudieran esperarse. Sin embargo su ascensión configura una ruta montañera tan genuina como asequible, cualquiera que sea el punto de partida que elijamos, entre los muchos posibles.

En esta ocasión optamos por iniciar la marcha desde el norte, y alargaremos la ruta algo más de lo imprescindible, para hacer un recorrido por sus boscosas laderas.

DISTANCIA: 6,5 kms 
DESNIVEL: 380 m. (255-637)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (3-2-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Ereño (Bedia)
VIAS: Pista de tierra y senderos
ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia, hasta salida Vitoria-Gasteiz N-240. En Bedia, justo después de la iglesia, se gira a la derecha. Se sigue la carretera pasando un puente sobre el Ibaizabal y después otro sobre el tren. Se pasa el barrio de Eroso-Ugarte y en la bifurcación siguiente se toma la dirección a Ereño. Eusko Tren línea Bilbao-Donostia parada Bedia. Varias líneas de Bizkaibus. En caso de ir en transporte público, hay unos 3,5 kms. hasta Ereño.
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 43



            Para empezar, tenemos que irnos a Bedia, localidad cercana a Bilbao y bien comunicada, desde la cual nos desplazaremos hasta el pequeño y montaraz barrio de Ereño. No vayamos a confundir este punto con la población del mismo nombre, más allá de Urdaibai, porque entonces haremos una tournée turística muy bonita, pero no subiremos al Mandoia.

Ermita en Ereño
El puñado de casas de Ereño se agrupa a casi 400 metros de altitud junto a la coqueta ermita de San Martín Obispo. Por cierto, que este señor debía ser alguien realmente importante, porque nos venimos encontrando edificios religiosos bajo su advocación en sitios muy dispares. Justo al lado tenemos la tachuela de Zeata (o Ereñoko Atxa) y, de frente según hemos llegado, el camino que debemos seguir, único posible, por el costado de la ermita. Al fondo vemos la picuda silueta del Gazteluzar y, a su izquierda, el Mandoia, que veremos mejor unos metros más adelante.

Iniciando la marcha, pasamos muy poco después junto a la fuente de Atxandi, y continuamos siempre en la misma dirección (sur),
Sendero
con algunas curvas y una pendiente moderada y continua, alrededor del 20%. El camino es en general pedregoso, aunque alterna con algunas zonas más de tierra y otras herbosas. Así seguimos un rato, desechando toda posible desviación; en realidad sólo hay un cruce que puede inducir a confusión, y en él hay que tirar por la derecha, siguiendo junto a un vallado.

El tramo completo es como de 1,5 kms., y se puede hacer algo monótono, aunque el entorno es arbolado y agradable, predominando el pino, como ocurrirá el resto del día. Las vistas son escasas, excepto a la espalda, donde siempre distinguimos la pequeña aldea bediatarra (o bediarra?) de donde hemos partido.

Artanda y Ganeko desde el collado
Salimos finalmente a una pista de cemento, donde giramos a la derecha en subida, y en pocos metros llegamos a un pequeño COLLADO, que no estamos seguros de que sea el que Mendikat llama Bazterreko Landa. En los últimos minutos hemos venido bordeando una colina que constituye una especie de antecima del cercano Gazteluzar, y aquí hacemos un pequeño inciso sobre la toponimia. La Cartografía de Bizkaia denomina Kastillozar a esta loma, y nada menos que Munurrutu a lo que la gente conoce como Gazteluzar. No vamos a enmendar la plana a quienes hacen los mapas, pero –como hemos visto en otras ocasiones- parece que hay excesiva distancia entre las denominaciones oficiales y las que todo el mundo utiliza, incluidas fuentes tan fidedignas como puede ser Mendikat.

VARIANTE: Desde este collado el mencionado Gazteluzar es fácilmente accesible. Hay que tomar la pista que sale por la derecha, para bajar y situarnos entre las dos elevaciones, y de ahí remontar por un senderito la potente pendiente que lleva directamente a la cima.

Seguimos. En el cruce que encontramos en el collado desechamos por la derecha primero un senderito y luego otro camino más ancho, y seguimos digamos de frente, por la dirección marcada con una flecha rosa -sin duda una marca de los madereros, pues estamos en plena zona de explotaciones de este tipo. Ahora nos adentramos en un bonito camino de ladera que va faldeando por la vertiente occidental del Mandoia, un sendero prácticamente llano que discurre también por bosque.

Sentido práctico
VARIANTE: En el mismo collado encontramos otro sendero que llega por la izquierda, en un claro. Si lo tomamos iremos serpenteando en fuerte subida por la ladera, con una alambrada por la izquierda. Remontandolo hasta el final, nos sitúa en la arista oriental del Mandoia y, cumbreando hacia la derecha, alcanzamos la cima. Es la ruta más directa a la cumbre, ahorrandonos un par de kilómetros; pero nos perdemos un agradable paseo por los bosques, así que proponemos guardar este camino para la vuelta.

El recorrido por la ladera resulta agradable y fácil, rodeados de grandes árboles (algunos pinos de altura impresionante) y con escorrentías que descienden por la roca. Aquí tenemos alguna vista fugaz de los vecinos Upo y Artanda, con el Ganeko al fondo y, si nadie lo ha retirado, encontraremos también el prodigio del ingenio que vemos en la foto: ¿qué hacemos ante un tronco caído que cierra el paso? ¿retirarlo, quizás? Nada, sierra por aquí, sierra por allá, y tira para delante. Qué mofa.

Pasamos a zona algo más abierta, y encontramos una fuente con un desvío justo después; y poco más adelante, otro camino que cruza de derecha a izquierda, con un hito en este último lado. También por cualquier de estos dos caminos podríamos, girando a la izquierda, alcanzar la cima, pero seguiremos un poco más adelante.

Tras cosa de un kilómetro de llaneo, salimos finalmente al punto que buscábamos: un extraordinario MIRADOR sobre la cabecera del barranco de Lekubaso. Sobre el fondo de las siluetas que se elevan por el Oeste más allá del valle de Zeberio, entre las que destaca el afilado Untzueta, se erige un monolito dedicado a un montañero, cuyo nombre lamento no recordar. Desde luego, el lugar es inigualable como homenaje a un mendizale.

Ahora hay que prestar un poco de atención. Por la izquierda sube un camino que da un cierto rodeo para ganar el cordal, pero lo vamos a desechar. Retrocedemos una decena de metros por donde hemos llegado y tomamos el sendero ligeramente verde que arranca por la derecha, separandose del nuestro poco a poco y
De nuevo por el pinar
muy ligeramente por encima. Ahora seguimos unos 400 m. de tranquilo paseo, casi llano, de nuevo entre el pinar, observando a veces por la izquierda el camino de ida.

Así llegamos a un DESVIO, donde tenemos que tomar el camino que sube por la derecha. La traza de sendero se va borrando poco a poco, y el tránsito resulta dificultado por numerosas ramas caídas que hay que ir sorteando. Encontramos un vallado abierto que atravesamos para salir a otra pista, que tomamos hacia la izquierda, en subida casi recta y con desnivel suave.

Avanzamos entre repoblaciones forestales y vallados que delimitan un cuartel de caza, con suave pendiente y prácticamente en línea recta. Por la izquierda llega uno de los caminos que antes desechamos.

Llegando a la cima (izquierda)

Montes de Durango
Y casi sin darnos cuenta, de repente vemos por la izquierda el vértice geodésico (MANDOIA, 637 m.), tras un paso en la valla tipo escalera, y un árbol. Las vistas son amplias, aunque sólo hacia el sureste, con la imagen completa de los montes de Durango como telón de fondo. Según vayamos avanzando después iremos ampliando la perspectiva.

Los alrededores de la cumbre presentan enormes cortados, y por la izquierda tenemos un espectacular promontorio rocoso al que tal vez no resulte muy recomendable encaramarse, sobre todo si las condiciones meteorológicas no son idóneas.

Bajada por la arista
Para iniciar el regreso, seguimos el senderillo que se dirige hacia esta atalaya y, dejandola por la derecha, continuamos cresteando como se ve en este video (que por algún oscuro motivo, no podemos poner directamente). El entorno es a veces algo caótico, debiendo sortear troncos abatidos y numerosas ramas; pero merece la pena, porque vamos disfrutando de todas las perspectivas posibles sobre el valle, incluida la vista sobre el Gorbea, que ahora aparece formidable por nuestra derecha, parapetado tras la muralla de Itxina.

El trayecto es divertido y apenas perdemos altura. Al fondo del valle vemos Bedia y el hospital de Galdakano. Para saber dónde hay que girar para empezar a descender hay que llegar hasta el final del cordal, donde nos encontramos un vallado, y ahí tiramos a la izquierda, bajando con fuerte pendiente, justamente por el trazado que proponíamos como subida en la segunda variante.  

Nos encontramos con un sendero terroso que tomamos a la derecha, y que nos conduce con rapidez al COLLADO donde hemos comenzado la travesía por las laderas. A partir de aquí, deshacemos el camino de ida para volver a nuestro punto de partida, que iremos teniendo a la vista buena parte del tiempo.



2 comentarios:

  1. Guardo especial cariño a este monte. Fue uno de los primeros que subí, aunque yo lo hice desde Zeberio con un papel en la mano, ni gps ni mapas.... vaya cambio!!!!! Volveré dentro de poco para acompañar a un amigo que todavía no lo ha subido.

    Hay que aprovechar que ahora va a hacer bueno varios dias!!!!!!

    un saludo

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  2. No cabe duda de que tiene su encanto eso de subir a pelo, o con un dibujo cutre que te has hecho mirando algún mapa. Claro, luego viene el sendero que no existía o el perderse y dar un rodeo chungo. Pero, yendo sin prisas, la gracia es que te lo has hecho tú mismo, en plan descubridor... aunque luego te encuentres un mogollón en la cima, jaja.

    Saludos, colega.

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