lunes, 16 de diciembre de 2019

Campo Ezquerra

Si circula usted por la A8 entre Santander y Bilbao, un poco después de dejar atrás Castro podrá contemplar, además de la Peña Santullán, destripada por la inmensa cantera, y los pequeños picos calizos que la escoltan, un monte pelado y de perfil chato que la autopista irá bordeando y dejando a la derecha, según vamos ascendiendo hacia Saltacaballo. Es el macizo de Campo Ezquerra, que luce un colosal hundimiento que interrumpe la línea del cresterío y la hace inconfundible.

Estamos en el centro de una amplia extensión de antiguas explotaciones mineras que suministraban material después transportado por mar a través de planos inclinados, vías de vagonetas y cargaderos que salpicaban la costa desde Castro hasta Muskiz. Las profundas cicatrices de aquellas explotaciones, los restos de viejas instalaciones y la sensación de pasear por campos solitarios evocan la actividad de tiempos pasados que dejaron aquí su huella.

            DISTANCIA: 6,7 km.
            DESNIVEL: 345 m. (40-388)
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-1-1) Dificultad de tránsito
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y Final: Mioño (Cantabria)
            VIAS: Carretera, pista de tierra y senderos
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Santander salida 145 (Mioño). En cosa de 1 km. se llega por la N-634 a esta población, atravesada por la propia carretera. La línea B de autobuses a Castro (Termibus) tiene parada en Mioño. 
TRACK: Wikiloc
Más información:
IGN MTN50-036 Castro Urdiales
  




La subida a esta modesta cima –en realidad llamada Pico de Haro- se puede iniciar desde un recodo de la N-634, poco antes de llegar a Mioño, o bien desde el mismo núcleo urbano de esta pequeña población, muy frecuentada en verano. Si hacemos la ruta fuera de temporada no hay problema para dejar el vehículo en alguno de los aparcamientos del pueblo, donde casi sin proponérnoslo iremos a dar a la vieja carretera general.

Ni caso al cartelito
Por ella emprendemos la marcha en dirección a Bilbao, hasta dar con una rampa que asciende por la derecha, que será por donde empecemos a subir. Tras un par de giros, dejamos por la derecha una pequeña urbanización y rodeamos después otro recinto privado tras el cual desaparece el asfalto y tomamos una pista de tierra. De inmediato confluimos con el sendero que viene desde la propia carretera y continuamos entre varias txabolas. En lo alto, a la izquierda, se adivina ya nuestro objetivo, con un afilado pico por la derecha. Tras pasar junto a unas señales arrancadas, con vista de frente a Santullán, el camino conduce a un paso subterráneo bajo la autopista, con señal de prohibido el paso y cerrado con vallas al otro lado, donde se inicia una pista paralela a la carretera. Vamos, el típico lugar junto a una autopista que es cualquier cosa menos apetecible: sucio, abandonado y candidato al perro vagabundo.

Viejas instalaciones
Nada más dar la espalda a la autopista ya vemos algunas cosas significativas: un pequeño hundimiento, que será anuncio de lo mucho que veremos luego, y varias instalaciones mineras derruidas, que siempre aportan un aire misterioso. Aparte de Santullán y el valle de Sámano, vemos hacia el Oeste el pequeño Cueto con sus antenas, y el Cerredo despuntando al fondo. Cruzamos una pista más ancha que va a dar a una explanada con los restos de un viejo túnel, y seguimos de frente en muy ligera subida, por camino pedregoso, no muy agradable, y el esperado entorno árido, inhóspito.

Mioño abajo, Cerredo al fondo
El paisaje va siendo siempre el mismo. Llegamos a un cruce, donde giramos bruscamente a la izquierda, tomando como referencia otro edificio abandonado con graffitis junto al que hay que pasar. Aquí el camino es ligeramente más montañero y menos minero y, pasando algún buen encharcamiento, se ve claro que nos dirigimos a una torre eléctrica que viene a estar sobre la misma arista que conduce a la cima. Poco más arriba encontramos una BIFURCACIÓN a partir de la cual el camino describe dos lazos, uno más largo que el otro, para hacer un recorrido similar. Tomamos el de la derecha, que sube suavemente, y ya tenemos una estupenda vista de Castro. Vemos también con claridad la multitud de urbanizaciones que se extienden por el valle, algunas de aspecto monótono y horrible, al menos desde aquí arriba. Tras una curva, el camino ya es netamente verde y se dirige sin dudas hacia la cumbre.

Por la arista
Llegamos junto a un vallado con una puerta de madera, ya mirando a la vertiente Este, y aquí el camino desaparece o, mejor dicho, gira a la izquierda para seguir el lazo largo que decía antes. En dirección a la cima ya sólo hay una trocha, un caminito de cabras que aparece y desaparece, serpenteando entre argomas. No nos fiemos de lo que parece un camino de hierba que discurre unos metros hacia la derecha (a cota algo más baja): hay que continuar prácticamente por la misma arista, lo que obliga a tener cuidado.

Grietas
Por la izquierda tenemos un potente terraplén, que cae hacia unos prados cerca ya de Saltacaballo. No hablamos de patio, pero sí que podríamos rodar unos cuantos metros ladera abajo entre pinchos y zarzas. Y las grietas. Ya hemos visto desde abajo el espectacular hundimiento cercano a la cima, y hemos visto hondonadas aquí y allá, algunas producto de la actividad minera, otras que parecen naturales. Este monte, por su configuración o sus materiales, está completamente fracturado, resquebrajado, el agua se cuela por las hendiduras y las hace más profundas, hasta que terminan abriéndose del todo o estallando. El caso es que desde que hemos abandonado el camino hasta la cima irán apareciendo, de forma creciente, esas grietas, a veces no muy visibles, con las que habrá que tener mucho cuidado. Algunas están rellenas de zarzas así que no conviene andar despistado: vista al suelo y mucho ojo. Y sobre todo, nada de meterse por aquí con niebla o mala visibilidad.

Cima y mojón al otro lado del tajo

Hacia el este: Mello, Serantes, Ganeko...
Con todo, el senderillo es entretenido y con fantásticas vistas, hasta culminar la ascensión (PICO DE  HARO, 386 m.) en el lugar señalado con una cruz de madera. Justo delante nos encontramos con el hundimiento tan visible desde los alrededores, un corte seco de unos diez metros de profundidad que corresponde a la antigua mina de Las Calizas, actualmente una superficie rectangular desplomada tal cual. Al otro lado se encuentra el vértice geodésico, unos metros por debajo de nuestra cima, al que resulta algo laborioso llegar por la fracturación del suelo.

Pese a la limitada altitud, como decía las vistas son fantásticas, especialmente hacia Bizkaia: por el litoral, tras los tres hermosos montes de Zierbena (Montaño, Serantes y Lucero), la costa es visible hasta cabo Billano; hacia el interior, Mello, Ganekogorta, los montes de Galdames y de Durango, y Oiz, incluido parte del casco urbano de Bilbao; por el sur, Alen y los montes de Saldamando, hasta el cercano Santullán, con su bonita escolta del Pico de la Cruz.

Saltacaballo y costa de Bizkaia



Castro (con zoom)
Con las mismas precauciones volvemos a bajar hasta el vallado y, como la cosa resulta muy cortita, podemos explorar el lazo más largo que decíamos antes. No hay más que seguir recto, pegados al vallado, por un camino verde que sigue en dirección al mar, dejado de lado algún otro hundimiento y el profundo corte de una de las canteras. El sendero termina en la torre eléctrica, y de frente vemos unas pequeñas antenas hacia las que no se ve camino claro. Sin embargo, un poco a la derecha de la arista (Este) reaparece una trocha muy similar a la de la cima, quizá algo más escarpada, que sigue con algo de barro y zarzas, aunque muy transitable. Vamos siempre en ligero descenso hasta llegar a las antenas, de nuevo con fantásticas vistas, justo encima de Saltacaballo, hacia donde sería posible seguir de no ser por la autopista. Al Oeste, lo primero que se ve es la playa de Dícido, que parece que se traga entera la marea alta.

Camino hacia la antena

Para volver al camino lo más sencillo es tomar la pista de servicio de las antenas, que será la que dejamos a la izquierda en la BIFURCACIÓN, confluyendo allí con el camino de subida, por donde se vuelve sin más al punto de partida,




Playa de Dícido y península de Cotolino
Mioño es una población peculiar y con algo de entrañable –aparte de
tener allí al amigo Javi. Aparte de un par de buenos restaurantes, los alrededores de la playa de Dícido tienen, fuera de los meses de verano, un atractivo aire decadente, con un par de casas antiguas y un solitario paseo que bordea el monte para avanzar hacia un cargadero de mineral, que parece ser el último superviviente de la vieja época de esplendor minero. Todo ello, un perfecto ejemplo de eso que hemos llamado après-marche, ese rato que dedicamos a conocer pueblos, gentes y paisajes.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Matxitxako

El cabo de Matxitxako, santo y seña de nuestra vocación marítima, es la punta más septentrional de la Euskadi peninsular. Desde pequeños nos aprendemos su nombre como uno de los accidentes geográficos más importantes del Cantábrico aunque, si hablamos de senderismo, se sitúa fuera de las rutas habituales y no son muchos los vizcaínos que lo han visitado.

En esta excursión ponemos remedio a esta anomalía dedicándole un pequeño paseo en el que contemplamos el viejo faro del siglo XIX y el nuevo, mucho más robusto, que se asoman a mar abierto donde la vista se pierde hasta el horizonte. En nuestro camino de vuelta disfrutaremos de una espléndida perspectiva sobre el peñón de Aketx y Gaztelugatxe, hacia donde podemos continuar, enlazando con una sencilla ruta costera.

            DISTANCIA: 5,5 km.
            DESNIVEL: 180 m. (60-238)
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)
            ITINERARIO (circular)  Inicio y Final: BI-3101 Bermeo-Bakio (desvío)
            VIAS: Carreteras, sendero de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista BI-631 dirección Mungia-Bermeo. En la rotonda final tomar dirección Bermeo. Poco después de entrar en el caso urbano, tomar por la izquierda la BI-3101 dirección Bakio-Gaztelugatxe. Cuando encontramos el desvío a la derecha que indica Matxitxako, tenemos un pequeño espacio para aparcar allí mismo. Hasta Bermeo, Bizkaibus A3527 (autopista) y Euskotren E4 Bilbao-Bermeo. Desde Bermeo hasta el punto de inicio, Bizkaibus A3524 parada Arene 37 Escuelas-Matxitxako
TRACK: Wikiloc
ENLACES CON GaztelugatxeBurgoa (variantes)
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 1-2
IGN MTN50-038 Bermeo




Saliendo de Bermeo por la BI-3101 que lleva hacia Bakio (señalización de Gaztelugatxe), tras pasar junto a la playa de Aritzatxu (no visible desde la carretera) y sortear unas cuantas curvas entre caseríos, en unos minutos llegamos a un desvío con una señal que indica la dirección a Matxitxako (2,8 kms.) por la BI-4203. Estamos en la zona de Arene, también llamada Baratz Eder, y este es nuestro punto de partida, porque en el mismo desvío hay un pequeño espacio para aparcar, y aquí mismo está la parada del bus.

Por esta vía nos dirigimos hacia el cabo. Es una carreterilla asfaltada y puesta en condiciones hace bien poco tiempo, después de décadas de abandono en las que aparecía destripada y ondulante. El camino discurre en suave descenso bajo arbolado de gran porte, inmensos ejemplares –sobro todo, pinos- que se levantan envueltos en enredaderas, una imagen misteriosa de bosque impenetrable sobre laderas vertiginosas, aunque luego tampoco es exactamente así.

VARIANTE: En unos 500 metros desde el inicio encontramos por la derecha el camino que lleva a la playa de Arribolas. Es una estrecha franja de playa pedregosa pero con muy buenas vistas hacia el Este (Izaro y Ogoño), y sus alrededores son muy apreciados para la práctica del submarinismo. Parece ser que por aquí existió un cargadero (ahora desaparecido) para el servicio de la cercana plataforma La Gaviota. El camino desde la carretera no llegará a 1 km., y seguramente hay algún atajo para volver a ella sin tener que desandar (y remontar) por donde hemos bajado, pero tampoco lo puedo asegurar con certeza.

Enseguida empiezan a surgir algunos caminillos a izquierda y derecha que llevan a diferentes caseríos que, aunque parezca mentira, se multiplican en distintos puntos de esta península. La verdad es que el camino resulta muy cómodo, pero también bastante aburrido, sin vistas ni ningún atractivo en el que fijar la atención. El mar apenas se entrevé entre los árboles, y no hay nada más.

En la última parte del corto recorrido el arbolado es menos gigantesco y el panorama más abierto, con otro magnífico caserío por la izquierda. Ya vemos que vamos llegando, con el mar ya por la derecha y algunos carteles del Gobierno vasco sobre tamaños autorizados de las capturas de moluscos y crustáceos. Primero divisamos por la izquierda, en el alto, el faro nuevo y, continuando en bajada, enseguida aparece el viejo, algo más atractivo a la vista, de piedra, rodeado por un jardincillo y con un mirador de madera adosado a la parte más expuesta. Hay un pequeño aparcamiento de ambiente plenamente surfero –furgonas y tal- y varios paneles sobre la fauna de la zona. Sobre el faro y un poco de su historia podemos consultar esta página.


Bajando por la pendiente herbosa se llega a una pequeña antena y abajo se ven las rocas que señalan la punta del cabo, sobre las que rompen las olas. Tengo entendido que se puede explorar algo hacia los acantilados, pero no lo puedo asegurar porque no lo he llegado a ver personalmente. Lo que sí es notable es la vista hacia poniente, muy espectacular, del peñón de Aketx y Gaztelugatxe y la línea de
costa que lleva hasta allí. Una panorámica realmente bonita que seguiremos disfrutando un rato en el siguiente tramo. Y, claro está, esa perspectiva infinita del océano inmenso que tenemos de frente. Por aquello de la tradición anglófila de Bilbao cualquiera diría que la vista se nos perdería hacia el norte hasta dar con la costa inglesa, pero no hay para tanto: en línea recta no llegaríamos mucho más arriba de Burdeos. Desde el observatorio instalado tras el viejo faro lo que sí tenemos oportunidad de ver son distintas especies de aves marinas, e incluso algún gran cetáceo (esto con muchísima suerte y quizá con asesoramiento de algún entendido).

Para la vuelta nos decidimos por algo un poco más montañero que la aburrida carretera, así que vamos a bordear la línea de costa por el lado contrario al de llegada. Pasando a la vertiente occidental del cabo, surge un sendero clarísimo y supercómodo que asciende por el lateral del faro nuevo. Este sendero estaba hasta hace poco casi impracticable (zarzing puro), pero actualmente, aunque la trazada es estrechita, se ha limpiado generosamente, y tenemos un pasillo de al menos metro y medio de anchura entre dos grandes masas de argomas. Puede que el influjo turístico de Gaztelugatxe haya llegado hasta aquí, quién sabe.

El caso es que vamos subiendo suavemente, ganando metros de forma bastante cómoda, aunque sin más vistas que las ya citadas antes, y la ladera de Ermualde, que cae sobre el mar con buena pendiente. Pasamos primero junto a una caseta que parece de alguna instalación eléctrica y poco después, junto a otra de aspecto similar, se ve lo que parece claramente los restos de un antiguo edificio o fortificación, sobre la cual, sorprendentemente, no he encontrado nada. Encontramos un acceso asfaltado que tomamos ahora y nos conduce directamente a la BI-3101 que une Bermeo con Bakio (cartel 1,2 km. a Matxitxako).

Como lo que nos espera es un tramo poco apetecible de carretera de vuelta, se pueden intentar dos posibilidades de alargar la ruta:






  •       Putzu Iluna: junto a la planta de Enagas que tenemos a la vista, al otro lado de la carretera, surge un caminejo no demasiado agradable que nos conduce en ligera subida hacia la balsa llamada Putzu Iluna y un poco más arriba a la antena de Axnabarra, que nos conecta con la ruta del Burgoa sobre la que hablamos hace tiempo. Al ir subiendo, las panorámicas se nos van ampliando, y podemos alcanzar la pequeña cima que separa Bakio de Bermeo en unos veinte minutos desde la carretera.
  •       Lurgorri: si en vez de girar a la izquierda en la carretera lo hacemos a la derecha, en unos minutos estaremos en el área recreativa de Lurgorri, con mirador y zona de picnic. Y casi al lado se encuentra la antigua carretera de acceso a Gaztelugatxe, desde donde podemos aproximarnos a nuestro muy internacional tómbolo
Con o sin visitas adicionales, tomamos la carretera hacia nuestro punto de partida, pudiendo escapar en parte del asfalto por un camino que surge por la izquierda, pasado junto al caserío Talaiepe, que nos ahorra unos 300 metros de no muy agradable (y algo peligrosa) travesía.

Tengo de mi infancia un recuerdo bastante claro de una excursión (en coche) hasta nuestro famoso lurmuturra, con una impresión bastante decepcionante de cierta desolación, un lugar solitario y menos espectacular de lo esperado. Y reconozco que esta última visita no consiguió borrar del todo esas sensaciones. Así que recomiendo que le demos al paseo alicientes que lo hagan más atractivo: desde luego, elegir un día despejado y luminoso, tal vez unos prismáticos, y probablemente, incluir alguna de las variantes que hemos comentado.

sábado, 19 de octubre de 2019

Armañón

El Parque natural de Armañón, declarado como tal en 2006, es seguramente el menos conocido de los tres situados en Bizkaia. Asentado sobre los municipios de Karrantza y Turtzioz, se extiende desde el macizo kárstico de Ranero hasta la doble cima de Armañón y Jorrios, en su parte más oriental. Su perfil ofrece elevaciones moderadas y un amplio contraste entre zonas abruptas de carácter calizo y amplias praderas de uso ganadero, abriéndose siempre a amplias y espectaculares panorámicas.

En esta excursión conocemos la cima que da nombre a este entorno, una mole robusta que justamente marca la divisoria entre los dos municipios sobre los que se extiende, y que permite tanto un acceso sencillo por pistas como una ascensión algo más directa y exigente. La visita nos permite también conocer la pequeña población de Turtzioz, que conserva plenamente su naturaleza rural y reúne algunas construcciones notables que demasiadas veces quedan ignoradas.

            DISTANCIA: 9,6 km.
            DESNIVEL: 595 m. (259-856)
DIFICULTAD: Media 10 (5-3-2) Rampas del 30-40%/Dificultad de tránsito (variante b)  
                      CENTENARIO / Techo municipal (Turtzioz) 
            ITINERARIO (ida y vuelta)  Inicio y Final: Cueto (Turtzioz)
            VIAS: Camino de cemento y asfalto, pistas de tierra, campo a través (variante b)
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Balmaseda BI-636. Antes de entrar en Balmaseda se toma la BI-630 hasta Villaverde, donde se toma la CA-153 hasta Trutzioz. Ahí tomar el desvío hasta el barrio de Cueto. Hasta Turtzioz, FEVE Bilbao-Santander y Ansa línea Bilbao-Lanestosa (luego a pie hasta Cueto como 1,5 kms. y 150 m. de desnivel)
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 21
IGN MTN50-060 Balmaseda



Inicio, con Armañón al fondo
Desde la pequeña localidad de Turtioz (Trucíos, no confundir con Villaverde), un camino asfaltado nos lleva por la izquierda hacia el barrio de Cueto, en cuya parte superior encontramos un cómodo aparcamiento. Ahí mismo, junto a la iglesia, arranca un camino de cemento, con desnivel muy llevadero. Enseguida aparece un segundo grupo de casas, algo retirado a la izquierda del camino, conocido como Recueto.

Siempre con una pendiente similar, el camino va alternando zonas de sombra con otras abiertas, con algunas vistas por la derecha hacia el macizo de Jorrios, y guiados por las marcas tricolor del PR BI-120 (circular a las dos cimas) y el GR 123, creo. Llegamos así a una TRIFURCACIÓN, con dos caminos de cemento y uno de piedrilla por la derecha. Con una señal muy clara, tomamos el del centro y seguimos subiendo. En un claro, cruzamos un paso canadiense junto con una FUENTE (no potable) y poco después vemos ya con más claridad la masa rocosa de Jorrios, con la pequeña elevación de Sierrasolengue en primer término. También tenemos a la vista nuestro objetivo (izquierda), una gran loma pelada que parece lejana y enorme.

Llegamos a continuación junto a lo que parece una cantera, con una excavadora y toneladas de algo parecido a la calcita que brilla, blanca y limpísima, por todas partes. Después veremos grandes cantidades de este mineral sirviendo de grava y haciendo brillar los caminos. Justo después de la cantera se encuentra un murito que cierra primorosamente una finca, en cuyo interior (lo vemos unos metros más adelante) se sitúa una especie de establo de piedra, cercado con mil y un sistemas de cierre. Y junto a esta edificación se inicia un camino verde con las SEÑALES de los senderos marcados. Podríamos seguir por la derecha, pero reservamos la variante para la vuelta, siguiendo por la pista.

¿Refugio o borda?
Tras pasar junto a otra casa (izquierda), llegamos a un cruce con otra pista que sube de izquierda a derecha, con un edificio en lo alto (derecha), que parece un refugio. Hay que dirigirse hacia él, dejando por la izquierda un camino herboso (me cuentan que siguiendo por él también retomaríamos la ruta, unos 300 metros más adelante tras pasar una vieja cabaña de piedra, pero ya tendremos ocasión de aventuras algo más tarde). Ahora pasamos junto al refugio y acometemos las rampas más severas hasta llegar a otra cruz de señales, en un lugar que creo que se llama El Posadero. La flecha indica 55’ a Armañón, aunque cuenta con un rodeo que ya veremos si seguimos, así que, aunque está claro que hemos terminado la primera parte de la ascensión y salimos a campo abierto, la cosa todavía va a dar para bastante.

Ahí lo tenemos
El camino, ahora de grava y tierra, dibuja la primera de varias eses (que podemos atajar sin problema) y pasa junto a varios apriscos. En cosa de 1 km. llegamos a un cruce con un ABREVADERO, donde hay que seguir recto, ganado altura poco a poco, con el panorama ya totalmente claro. De frente tenemos nuestro objetivo, con una exigente pala final que ya veremos cómo atacamos. La loma forma una curva hacia el norte hasta un collado donde enlaza con el vecino Jorrios, de soberbia estampa. Este a su vez encabeza un macizo calizo que se extiende hacia el norte para conectar con el Pico de las Nieves y hacia el Este, en un bonito cordal kárstico, en dirección al valle de Trucíos. El barranco de Valnero de Pando (por donde alguien sugería una ruta complicadilla) separa esa alineación del camino que hemos traído desde Cueto.

Con mucho ganado de por medio llegamos ya al pie de la cima (DESVIO), donde hay que decidir entre dos opciones:

      a)      Alternativa lógica

La que marcan casi todas las rutas que se encuentran por ahí. Seguimos por la pista tranquilamente, faldeando la cresta cimera alrededor de la cota 750 durante algo menos de 1 km., hasta encontrarnos el collado que separa Armañón y Jorrios. Ahí giramos a la izquierda, nos aupamos al cordal subiendo cómodamente unos 100 metros, y todo seguidito por terreno llano hasta la cumbre. Un sencillo paseo de algo más de kilómetro y medio sin ninguna dificultad. Pero puede que a alguien le guste complicarse la vida un poco más: en ese caso tenemos la

      b)      Alternativa absurda (pero, eso sí, montañera a tope)

Subiendo
En el punto anterior (DESVIO) abandonamos la pista y vamos a tirar con todo para llegar arriba por las bravas. Es un tramo potente, pero no para asustar, hay muchos similares en nuestro entorno, unos 150 m. de desnivel con pendiente de alrededor de un 30%, puede que algo más. Pero la gracia está en lo que encontramos a nuestros pies (y a nuestro alrededor), ya verán. Dejando la pista por la izquierda, empezamos a subir suavemente por los pastos, salpicados con algunos arbustos aquí y allá. La pendiente va aumentando y también se multiplican las matas de argomas de distinto tipo, pero cabe ir esquivándolas a la vez que se va zigzagueando para atenuar el desnivel. Al mismo tiempo intentamos progresar hacia la punta sur de la arista sur, donde encontraremos un paso.

Vamos de pintxos
La pendiente sigue creciendo y las argomas colonizan la mayor parte del trayecto, con lo que cada vez es más difícil buscar un trayecto cómodo. Si miran ustedes en Google Earth verán primero una superficie verde con algunos puntitos oscuros, luego esos puntitos se multiplican y el verde se reduce. Y finalmente el verde desaparece y lo oscuro lo invade todo. El verde es la hierba por la que podemos andar, y lo oscuro son las matas de argomas, cuya abundancia se incrementa en la misma proporción que su altura. Vamos, que la cosa está complicada. De vez en cuando se ve alguna traza de camino de cabras, pero las cabras no siempre van hacia arriba, con lo que no podemos fiarnos demasiado. Entre pinchos y arañas la cosa se pone cada vez peor, y realmente hay que ser muy cabezón para empeñarse en subir por aquí. Yo lo advierto, y usted decide.

Si decía que debíamos intentar progresar hacia la punta sur es porque allí está el único paso que hemos conseguido encontrar en la alambrada que recorre todo el cordal. Por cierto, un cierre con aspecto bastante inexpugnable: valla alta, con línea superior de espino y mallazo debajo, a lo que se añade una alambrada medio enroscada, a modo de Melilla, terrible. Así que, si se ha empeñado el lector irreflexivo en tomar este ‘camino’, hará bien en ir atisbando con paciencia lo que hay arriba, porque si no encuentra el paso se acordará a buen seguro de mis queridos difuntos (También digo que podría haber algún otro paso, o podría no existir ya siquiera este, así que eludo toda responsabilidad).

Cima, con Jorrios al fondo

Al fondo, Ranero y sierra de Hornijo
Si hemos conseguido alcanzar la cresta y cruzar la valla, enhorabuena. Estamos en el límite entre Turtzioz y Karranza, con el mojón bien visible, y en unos pocos metros alcanzamos la cima (ARMAÑÓN, 856 m.)… a la que hubiésemos llegado con mucho menos sufrimiento si hubiésemos elegido la ruta civilizada. Muy bonito buzón y vistas increíbles: los montes de Ordunte al sur, desde
Garbea y Kolitza hasta Zalama; el desfiladero de Karrantza con Ranero a la derecha y el pico San Vicente detrás (más al fondo, Porracolina); hacia el mar, la Candina y Buciero (la ermita de las Nieves se ve desde un poco más al norte); hacia el Este Mello, con Betaio y Alen que también serán visibles durante toda la bajada. Una auténtica pasada si pillamos un día despejado.

Montes de Ordunte y Zalama
Una vez arriba, si alguien ha tenido la estúpida idea de subir por la ruta b) está claro que no tendrá ninguna gana de bajar por ahí mismo. Y los que hayan subido por la a) deberían haber aprendido de los errores de los otros. En conclusión: hay que bajar por el camino ‘largo’, es decir, recorriendo el cordal en dirección norte hasta descender, pasando una puerta metálica, hasta el collado que nos separa de Jorrios (que es un monte que se suele hacer en la misma jornada, pero aquí dejamos para otra ocasión). Ahí giramos a la derecha y volvemos por la falda del monte con algunas zonas de rica sombra. Ya no queda más que
Descenso hacia el collado
seguir el camino de subida, recordando que podemos atajar fácilmente las curvas de la última parte, y podemos tomar el atajo que antes dejamos de lado junto al refugio.

De nuevo en Cueto, podemos tomarnos un rato para examinar, al lado del aparcamiento, la ermita de San Roke y, lo que es más llamativo, el espacio circular adyacente, que es nada menos que un coso taurino, algo que uno no había visto en ningún otro lugar.
Por lo visto hay una tradición taurina arraigada en esta parte de las Encartaciones, como se explica en este artículo. Y si nos quedamos con ganas, el pequeño núcleo urbano de Turtzioz alberga también un número apreciables de casas palaciegas y cosas similares que también podemos conocer.

martes, 17 de septiembre de 2019

Ganeta (Barrika)

El tramo de la costa de Bizkaia entre la ría de Bilbao y la de Gernika (o Mundaka) se ha vinculado con las playas y el veraneo con tal fuerza en las últimas décadas que parece haber perdido cualquier otro interés, además de quedar reducido al mínimo su carácter rural tras el empuje de las urbanizaciones y las infraestructuras. Cualquiera que haya conocido esta franja litoral hace veinte o treinta años tendrá dificultades para identificar la mayor parte de estas poblaciones, al margen de sus núcleos urbanos.

Pese a todo, en esta parte de la comarca de Uribe-Kosta todavía se pueden encontrar algunos lugares de cierto interés al menos para un tranquilo paseo. A falta de montañas significativas, hay que rebuscar entre edificios y carreteras para dar con zonas que conserven algo de su vieja personalidad y permitan pequeñas excursiones al margen de vehículos y aglomeraciones. Presentamos a continuación uno de esos lugares, escondido en tierras interiores, por donde podemos pasear sin agobios y disfrutar de magníficas panorámicas.

(Como se ve, señalamos la ubicación de esta cima para distinguirla de otros muchos montes que también se llaman Ganeta, entre ellos el techo municipal de Bilbao).

            DISTANCIA: 5,9 km.
            DESNIVEL: 180 m. (5-187)
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)  Techo municipal (Barrika)  T
            ITINERARIO (circular)  Inicio y Final: Metro Plentzia
            VIAS: Urbanas, camino asfaltado, senderos de tierra
ACCESOS: Metro Bilbao estación Plentzia.
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 3-8
IGN MTN50-037 Algorta



Inicio del camino
Junto a la estación de Metro de Plentzia, cerca de la parada del bus a Gorliz, se encontraba un viejo edificio que albergaba el restaurante Zabala. Situados ahí, vemos la calle que remonta ganando metros por el costado del barrio de Txipio. Será la dirección que tomemos para, tras pasar un hermoso caserón, tomar una rampa peatonal que bordea las casas. Enseguida tenemos una hermosa panorámica de la ría, cruzada por el puente 'nuevo', con el barrio de Gandias y el pequeño alto de Arkotxa detrás. En la parte alta del barrio, justo
Bonita estrada
antes de llegar junto a un colegio, hay que coger el camino de la izquierda (Matrillune bidea), donde abandonamos el asfalto. Un amplio camino de tierra pasa pronto a ser herboso, pasando junto a un moderno bloque de viviendas un tanto aislado, y de inmediato se convierte en un sendero sombreado y muy agradable.

Hacia la antena
Salimos después a un camino asfaltado junto a una fuente (no sé si es la de Gañibi) y los restos de un banco, y lo tomamos a la izquierda en moderada subida. Lo abandonamos por la derecha para tomar otro sendero de tierra. Pasamos junto a una valla metálica y llegamos a una bifurcación a ambos lados de un enorme eucalipto. Continuamos por la derecha, por un nuevo senderito, de aspecto montañero, que sube sin excesiva pendiente para irse haciendo más ancho cuanto más arriba. Por aquí empezamos a encontrarnos zonas
El eucalipto
embarradas, manchas de barro bastante profundo aunque más bien seco, que sin embargo en época de lluvias pueden suponer un problema. En un claro tenemos la primera vista de la antena, y rápidamente llegamos a otra carretera. Venimos recorriendo la ladera de este pequeño monte en dirección norte-sur, más o menos en paralelo a la vía del tren y a la BI-2704 que viene desde Urduliz. Tomamos la carretera a la derecha y enseguida hay una bonita vista sobre Gorliz, Astondo, el faro y un poco de la playa. Hay que aprovechar la panorámica porque será la única, al menos durante la subida.

Antena en la cima
En la zona de Pikekarte, con la antena bien visible por la derecha, llegamos junto a otro caserío (izquierda) con una valla cerrada enfrente. Esta valla es la que cierra precisamente el acceso a la antena, por lo que hay que traspasarla: unos pocos metros antes de la puerta encontramos un hueco por el que se puede superar con facilidad la modesta alambrada, y acceder así al camino deseado, tras algunos metros campo a través. En escasos minutos estamos ya arriba (GANETA, 187 m., también Ganburutxu y otras cosas más), con una caseta y la antena rodeadas por un vallado, y todo ello envuelto en un denso arbolado con enormes masas de maleza por todas partes. Parece que hay un mojón, pero ni se ve ni puede seguirse la exploración, aunque apenas hace unos años todo esto estaba completamente despejado y con muy buenas vistas. De otros tiempos quedan un par de postes que parecían marcar algún PR, hoy totalmente inexistente.

De vuelta a la carretera, seguimos adelante, ahora bajando, con otra fugaz vista sobre Sollube y Oiz, hasta llegar a otra carretera. Si continuásemos por la izquierda bajaríamos hacia Urduliz por la zona del polígono Igeltzera, de forma que giraremos a la derecha, y pasamos junto a unos invernaderos. Justo después, junto a un formidable chalet estratégicamente colocado en el alto, tenemos una panorámica excepcional, desde el Ganeko hasta Santoña, nada menos, pasando por Eretza, montes de Triano, Serantes y Punta Lucero, Cerredo y la Candina. Otra espectacular construcción aparece por la derecha, con una especie de muro con una ventana, medio suspendido en el aire. Pronto empieza también a ser visible la zona de Kurtzio por donde discurre la carretera que lleva a Plentzia por Barrika.




VARIANTE (hipotética): Junto al vallado de otra casa, a la derecha del camino, arranca un sendero que ataja hacia la zona de Sandeliz, pero pronto empieza a cerrarse poco a poco hasta resultar intransitable –salvo que muy recientemente se haya vuelto a abrir. Así que parece mucho más recomendable seguir por la carretera, donde además seguiremos disfrutando de buenas vistas.  

Tras una pequeña bajada se ve que la carretera gira a la derecha junto a las casas de Uribarri y Etxebarri, y vuelve a remontar en la dirección correcta NE, así que continuamos por el asfalto, aunque nos han contado que por la izquierda se puede seguir otro sendero que discurre más hacia el norte, junto al arroyo Urgozo. Aquí aprovecho para señalar que esta excursión fue un cúmulo de desgracias tecnológicas, por lo que fueron cascando sucesivamente GPS, cámara de fotos y móvil. Por este motivo las fotos de esta entrada son muy escasas. Afortunadamente, la ruta es sencilla y con mucha carretera, por lo que el track se ha podido reconstruir con facilidad.

Pasamos por sucesivas lomas en la zona de Sandeliz junto a numerosas casas, en una de las cuales hay curiosas ¿esculturas? realizadas con palos y otros elementos naturales, en el jardín y en las paredes de la casa. Descendemos después a Musaurieta, ya una especie urbanización con chalets más modernos, y ya se ve que la carreterilla nos lleva sin más hacia Txipio, nuestro punto de partida.