Incluso la parte más humanizada de la
costa de Bizkaia conserva, a duras penas y en pequeñas proporciones, rincones
que escapan a la saturación urbanística y playera. Justo encima de la ría de
Plentzia y la extraordinaria bahía, Barrikabaso es uno de esos lugares todavía
ajenos a la civilización, aunque seriamente amenazado en los últimos años.
Lo conocemos en un corto paseo en el que
disfrutaremos de perspectivas muy poco habituales, además de admirar la belleza
de la ría y la cercana marisma de Txipio, todo ello inmejorablemente comunicado, y conectado con el casco urbano de la villa marinera.
DISTANCIA: 3,9 kms
DESNIVEL: 60 m . (0-60)
DIFICULTAD: Ninguna
ITINERARIO: ida y vuelta Inicio y final: Metro Bilbao estación
Plentzia
VIAS: Sendero de tierra
ENLACES CON Plentzia-Gorliz, Larrabasterra-Barrika
Más información:
Guía cartográfica de
Bizkaia mapa 3
Paseo junto a la ría |
Pero de momento, nos abstenemos de
cruzar a la orilla opuesta, y nos dirigimos al paseo de madera que, en línea
recta y en paralelo a la carretera, avanza hacia nuestro objetivo pegado al
curso de la ría. Desde el primer momento es una gozada caminar por esta
pasarela contemplando los viejos caserones en la otra margen, y las decenas de
txalupas que dan colorido a las aguas. Hace muy poco hemos leído que se
pretende ordenar mejor el amarre de embarcaciones; no dudo que
tendrá su lógica, pero tampoco se podrá negar que perderemos el encanto de los
botes desperdigados por todo el cauce.
Marisma de Txipio |
Siendo sinceros, hay que admitir que
para un profano en materias ambientales una marisma no es algo visualmente muy
atractivo, pero tampoco negaremos el valor ecológico que destacan los expertos
y la necesidad de conservar estas zonas, cada vez más escasas. Ahora mismo
parece que se van a iniciar actuaciones para su recuperación. Pero sigamos
adelante.
En la curva, a la derecha |
Ahora seguimos por la trasera de dos bloques de
viviendas, mientras el camino va perdiendo la hierba, que queda sólo en la
mediana, y nos vemos envueltos por la vegetación, donde conviven bastante pino,
otras especies de menor porte y algunas extensiones invadidas por el plumero
argentino.
Paseo y puerto de Plentzia |
Nos adentramos después en un tramo donde domina el
eucalipto, omnipresente en grandes extensiones de la costa desde aquí hasta
Bakio, y que en esta ocasión sirve para proporcionarnos una buena sombra de la
que hemos carecido hasta ahora. Estamos en pleno bosque de Barrikabaso, en esa
especie de península elevada llamada Txurrua o Txurruapunta, cuyo perfil dibuja
la última curva de la ría. La pendiente es siempre muy suave, casi
imperceptible. Cuando el arbolado se abre, ya tenemos de frente una estupenda
vista sobre los acantilados de Antekera-Astondo y las estribaciones del Ermua,
entre las cuales emerge claramente el blanco faro de Gorliz, quedando claro que
estamos llegando al final.
Sobre la bahía |
Playa de Plentzia |
El paisaje es espectacular: a nuestros pies la ría
desagua en el mar junto a la playa de Plentzia, de la que tenemos una
panorámica bastante insólita; y aunque el arbolado obliga a que asomarse un poco a los lados,
vemos parcialmente la bahía, y de frente la punta de Astondo.
Punta de Gaztelu y playa de la Cantera |
Así que, si alguien no nos propone algo más
interesante, nos volvemos por donde hemos venido. Y como en menos de una hora
hemos tenido tiempo de sobra para ir, volver y admirar con detenimiento todo
tipo de paisajes, no sería mala cosa aprovechar el viaje para hacer una visita
al poco conocido casco histórico de Plentzia, justo al otro lado del puente.
Subiendo entre las callejuelas ajenas al mogollón veraniego (nos puede ayudar este mapita) encontraremos el corazón del pueblo, tan diferente de la imagen habitual. La
tranquila plaza de la iglesia nos espera con un par de agradables terrazas y,
bien en ellas o en alguna de las calles cercanas, podemos cumplir con la
tradición y disfrutar de un grato aperitivo. Aunque con lo que hemos sudado hoy, no lo merezcamos mucho.
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