En ocasiones no es necesario irse muy
lejos para disfrutar de un paseo mañanero y descubrir lugares diferentes. Un
buen ejemplo es el del embalse de Lertutxe (Lertutza según el mapa) y sus alrededores, una pequeña
vaguada que pasa inadvertida casi desde cualquier punto, encajonada entre
carreteras, a los pies del campus de la UPV en Leioa, y a muy pocos metros del
casco urbano de esta localidad. A decir de los entendidos, el paraje tiene
cierto interés ornitológico y permite un entretenido paseo, entre prados y
pequeñas manchas de bosque.
DISTANCIA: 3,7 km.
DESNIVEL: 60 m. (20-80)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (0-0-1) Dificultad de tránsito
ITINERARIO (circular) Inicio
y final: Bº Mendibile (Leioa)
VIAS:
Carretera, senderos
ACCESOS: Desde Bilbao, por la BI-637 en dirección
Getxo, en la recta de La Avanzada (Avda. Iparragirre) tomamos la vía lateral.
En la primera rotonda tomamos la calle Mendibilarri hacia los bloques de
viviendas y giramos después a la derecha en subida, hasta llegar al
aparcamiento, junto a la carretera hacia Santsoena y el parque. Bizkaibus
A-3414 (Termibus) parada Donibane-Conservatorio
Más información:
Guía Cartográfica de
Bizkaia Mapa 15
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Parque de Mendibile |
Al lado del aparcamiento al que hemos llegado se encuentra
un pequeño parque, con un caminillo que asciende hacia la carretera que lleva
al barrio de Santsoena. Accedemos a esta vía, siempre en suave ascenso,
buscando el primer desvío. Muy cerca -un poco más abajo del parque- se encuentra el
palacio Mendibile, dedicado a la promoción del txakolí de Bizkaia. Al fondo, tras los bloques de viviendas, asoman las cimas más cercanas al oeste de la ría, desde el Ganeko hasta los montes de Triano.
VARIANTE: Lo que viene a continuación es en realidad un
pequeño atajo para no circular siempre por asfalto. Si queremos una travesía
más tranquila, no hay más que seguir carretera arriba y tomar el primer desvío a la derecha.
A este segundo camino asfaltado llegaremos siguiendo la ruta que se indica a
continuación.
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Sendero y arroyo |
Encontramos el desvío atravesando un vallado (derecha), siguiendo
luego campo a través, en bajada, hacia unos árboles. Rodeamos por la derecha
una caseta y aparece de frente un sendero, se atraviesa sin problema un pequeño
regato y se vuelve a ascender hacia la vertiente contraria. El camino es cómodo, y
sale a un prado con algunos caballos. Cruzamos el prado y bordeamos una pequeña
arboleda, subiendo suavemente, para alcanzar un pequeño talud, que remontamos
junto a un pequeño mojón. Aquí salimos a otra finca y la bordeamos hacia un
vallado. Lo atravesamos para acceder a otra carreterilla (la de la variante),
que tomamos hacia la derecha.
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Por el bosque |
Por la izquierda hay otro bosquete donde se entrevén algunos
senderos y al fondo distinguimos la lámina de agua del embalse. Esto facilita
la orientación, así que abandonamos el camino y tomamos un sendero, en zona que
se suele utilizar como vertedero de basura (hay bastantes puntos así en nuestra
geografía, igual alguna vez le dedicamos algún comentario al tema). La senda es
entretenida, con continuas subidas y bajadas y algún desprendimiento. De
repente, salimos a campo abierto cerca de una torre eléctrica, y ahí está efectivamente
el
embalse.
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Cruzando el muro |
Casi toda la orilla está cubierta por una franja de
vegetación surcada por varios caminos, y nada nos impide internarnos por
algunos de ellos para aproximarnos al pantano y contemplarlo desde distintos
puntos de vista. Ya vemos el muro, y en la orilla norte un monumento que luego
veremos de cerca, con los edificios de la UPV en lo alto. Aprovecho para apuntar
que el embalse y sus alrededores son zonas de nidificación y refugio de numerosas aves, que se retiran hasta aquí desde su entorno habitual del Abra cuando se dan olas de frío. Dado que uno no tiene ni idea sobre ornitología, tengo que decir que esta información procede del libro
'Avifauna del Abra' (Icarus Estudios Ambientales), publicado por
el Gobierno vasco en 1.995. Es más, es ésta la fuente por la que me enteré de la
existencia misma del embalse.
Sin ninguna dificultad encontraremos el sendero ‘bueno’, que
se dirige hacia el muro. Hay que descender unos metros para cruzar el
aliviadero y tomar una escalera delimitada –como el propio muro- por una
barandilla de madera que parece bastante reciente. Sobre el cerramiento de
hormigón se extiende una alfombra de hierba, y enfilamos hacia el lado
contrario, observando siempre algunas aves que rondan por los alrededores. Hacia
el sur tenemos también una bonita perspectiva del Ganeko.
Nada más traspasar el muro giramos a la izquierda por un
sendero que se interna en el parque botánico llamado
Arboretum, vinculado al campus universitario, y que, dentro del mundillo de entendidos,
suscita por lo visto tanto entusiasmo en unos como rechazo en otros. Vamos
así rodeando el embalse hasta salir a unas campas rasuradas, donde contemplamos
las distintas especies arbóreas, catalogadas con cartelitos, y alguna
plataforma de observación.
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El Bosque de la vida |
Giramos de nuevo a la izquierda para cruzar un regato por un
puentecillo de madera y accedemos al monumento
El Bosque de la vida Se trata de un espacio destinado al mismo tiempo a homenajear a aquellas
personas que donaron su cuerpo a la ciencia, y a depositar sus cenizas cuando así lo han querido. Es un lugar francamente bonito, con un extraordinario olivo en
el centro, y que suscita el respeto del visitante. Ahora se podría remontar por
unos escalones de madera hacia la UPV, desde donde podemos tener algún
transporte público de vuelta, pero buscaremos un camino más natural.
VARIANTE: Como lo que viene ahora tiene algún grado de
complicación, podemos también subir hasta los edificios universitarios y girar
a la izquierda para encontrar sin más la carretera de Santsoena (la que tomamos al
inicio), por donde luego bajaremos.
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Sendero arriba |
Siguiendo con nuestro recorrido por las orillas, enfilamos
hacia el cercano arbolado, descendiendo unos metros, y enseguida descubrimos un
nuevo senderito. En una operación un poquillo engorrosa hay
que cruzar otro riachuelo, y empezamos a subir moderadamente entre la
vegetación. Aunque el camino parece cerrarse, podemos continuar tirando para
arriba por una especie de terraplén muy inclinado. Aunque son apenas unos
metros, hay que subir con cuidado porque la pendiente es muy pronunciada. Ni
qué decir tiene que es totalmente desaconsejable meterse por esta zona en época
de lluvias, porque puede resultar intransitable (en este caso, es mejor optar
por la Variante anterior).
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Jardines de la UPV |
Una vez arriba, prácticamente sin camino visible, accedemos
a un rellano con varias jaulas (ni idea de para qué sirven), y salimos de
inmediato a los jardines que rodean los edificios de la UPV. Siempre sin entrar
en el recinto, vamos a dar a un lugar extraño, con una escultura tallada en un
árbol –como un tótem africano- y accedemos
junto al edificio de la Unidad de Biofísica, donde ya no queda otra que volver
a la civilización. Por una carreterilla junto a una subestación eléctrica
enfilamos hacia la carretera, que tomamos girando a la izquierda, con buenas
vistas sobre la parte más alta del casco urbano de Leioa, y el Serantes al fondo. Aquí nos
reunimos con los que hayan optado por la última Variante, y bajamos sin más
desvíos hasta el punto de inicio.
Como a lo largo de la excursión nos hemos encontrado con
varias cosas llamativas -Arboretum, el Bosque de la Memoria, las jaulas, el
tótem- sobre las que no tenemos mucha información, sería interesante que
nuestros lectores pudieran ilustrarnos un poquillo al respecto.
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