martes, 24 de septiembre de 2013

Astikurutz PR-BI-51

A caballo entre los Parques naturales de Gorbea y Urkiola, y muy cerca de las vías tradicionales que conectan con Álava, el núcleo urbano de Otxandio está escoltado por el sur por la pequeña elevación del Pagadoi (también llamado Pagadui o San Bernabé). Esta colina, que apenas levanta 200 metros sobre el valle, se ve a su vez rodeada por el embalse de Urrunaga y el curso del río Urkiola. En su interior, siguiendo el trazado del PR BI-51, encontramos bosques de impresionante belleza, además de  una antigua calzada, y la remozada nevera de Astikurutz, todo ello en un sencillo paseo para todos los públicos y en cualquier época del año.


DISTANCIA: 4,5 kms 
DESNIVEL: 110 m. (555-665)  
DIFICULTAD: Ninguna  2 (1-1-0) 
ITINERARIO: circular  Inicio y final: Plaza Nagusia (Otxandio)
            VIAS: Urbanas, pista de piedrilla, senderos, calzada
ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia hasta salida Vitoria-Gasteiz N-240. Se pasa Lemoa, Artea y Areatza, se sube a Barazar y tomar después la BI-3542 en dirección Otxandio. También por Urkiola, autopista dirección Donostia, salida Iurreta-Durango, tomando la BI-623 dirección Vitoria-Gasteiz, hasta Otxandio. Bizkaibus A3925
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 64




            Para empezar, diremos que, aunque le hayamos puesto la etiqueta de Gorbeialde, la zona que vamos a recorrer no pertenece en realidad al Parque natural del Gorbea, aunque sí se encuentra muy próxima, y de hecho la documentación sobre rutas del Parque incluye precisamente el PR-BI-51.

Señales en el inicio de la ruta
En la acogedora Plaza Nagusia de Otxandio se reúnen la hermosa iglesia de Santa María, un bolatoki y fuente con una estatua de Vulcano, nada menos, además de varios bares de los que tomaremos nota para la vuelta. Por el costado izquierdo de la iglesia tomamos la calle Mainerrota y en unos metros, ya encontramos la primera señal direccional que nos dirige hacia nuestro objetivo.

Seguimos un camino asfaltado por la zona de Atzekolandeta, pasando junto al algún caserón de aspecto indiano y, ya en terreno abierto, nos encaminamos hacia un puente sobre el río Urkiola. Al otro lado hay una casa con una bifurcación, donde tomamos el camino de la derecha.

Río Urkiola
Pegados al río, pasamos un túnel bajo la carretera y de inmediato nos encontramos con otro cruce. Aunque podríamos seguir cualquier de las dos direcciones, de momento tiramos para la derecha siguiendo la marcación blanca y amarilla del PR. Ya nos internamos por camino bajo arbolado que nos muestra los primeros ejemplares interesantes: espléndidas hayas trasmochas por la izquierda, y distintas especies de ribera junto al río. El muestrario es apabullante, pero sólo es el principio.

Fuente de Tella
Pasamos a camino de tierra y zahorra, bien cuidado, por el que pasamos una puerta, y seguimos a ratos con una barandilla de madera por la derecha. Por terreno algo más intricado, vamos rodeando el Pagadoi hacia el norte, y enseguida llegamos a la curiosa fuente de Tella, con bosque cerrado de coníferas a su espalda.

Tras una suave subida, una nueva puerta nos sitúa en la carretera BI-4543. Dejando el área de Presazelai al otro lado del río, giramos a la izquierda para seguir por el asfalto. El trayecto es tranquilo porque, aunque no hay arcén, el tráfico es muy escaso. Nos siguen acompañando algunas hayas dispersas, mientras por la derecha el apacible valle deja ver al fondo el pequeño cordal de Motxotegi

Cruce en Mekoleta
En cosa de 1 km. llegamos a un cruce, con el barrio de Mekoleta por la derecha y una señal de calle sin salida de frente. Aunque podríamos seguir recto en dirección al embalse de Urrunaga que se atisba al fondo (ver Variante), giraremos a la izquierda por un camino de tierra que asciende hacia el monte, siguiendo siempre la flecha indicadora del PR.

VARIANTE: Como hemos indicado, siguiendo recto hacia el pantano llegamos en unos 100 metros al barrio de Gordobil, donde también podemos tomar un camino a la izquierda, que nos conduce directamente a las proximidades de la nevera. Sin embargo, el camino que exponemos, dando un rodeo algo mayor, creemos que permite conocer mejor el hayedo y la calzada, como se indica a continuación.

El sendero no resulta muy visible en cuanto se inicia el otoño, pero se encuentra bien marcado, por lo que encontraremos sin problema la trayectoria correcta. Pronto descubrimos el empedrado de la calzada de Mekoleta, del siglo XVIII, que enlazaba este barrio con el centro de Otxandio.

Todo lo cubre el musgo, árboles y piedras, y según vamos subiendo, son cada vez más frecuentes de nuevo las fantásticas hayas, y todo un repertorio de formas inverosímiles que hace que parezca que estemos en un cuento de hadas. Un entorno mágico que invita a recorrerlo con calma, todo un paraíso para el amante de la fotografía.

La calzada entre las hayas

En cuanto hemos subido unos minutos, la calzada traza una línea recta con hileras de árboles a los lados, otra estampa inusual e impactante.

Nevera de Astikurutz
Llegamos a un cruce con nuevas señales, que indican hacia Astikurutz (en otros sitios, Astakurutz) y San Bernabé (la cima) por la derecha. Así que por aquí tiramos de nuevo hacia arriba, siempre con pendiente muy moderada. En esta zona el camino prácticamente desaparece, y hay que mantener siempre la dirección invariable y seguir ganando metros, hasta alcanzar la nevera de Astikurutz, en poco más de 600 metros desde el cruce.

VARIANTE: Desde la nevera, y sin variar la orientación Este, podemos seguir ascendiendo hasta la cima del Pagadoi o San Bernabé, que alcanzaremos en unos 20 minutos. A una altitud de 720 metros, podemos encontrar las ruinas de una antigua ermita destruida en la Guerra civil, y seguir disfrutando del entorno boscoso que domina casi toda la extensión del pequeño monte.

Camino de bajada
De vuelta al cruce anterior, retomamos el trazado del PR, ahora en dirección NNE para empezar a bajar. Encontrandonos en la vertiente norte, el camino estará seguramente aún más embarrado que el de subida, pero merece la pena. La pendiente es suave y el descenso bastante breve, pero habrá que sortear algunos regatos que cruzan el sendero, y ramas que a veces lo interrumpen.

Tras esta divertida travesía, desembocamos finalmente en la carretera BI-623 (que viene de Urkiola), con el pueblo de nuevo a la vista. No hay más que girar a la izquierda y seguir unos metros paralelos al asfalto para alcanzar el cruce por el que pasamos al principio. Giramos a la derecha para pasar el túnel, y regresamos al núcleo urbano tras cruzar el puente.

Lo sencillo y corto del paseo nos impulsa sin remedio a tomar unos potes en este Otxandio acogedor y tranquilo –aunque lo que quedarse a comer lo tendremos algo más complicado. Y nos volveremos para casa con la grata sensación de haber conocido un bellísimo rincón del extremo sureño de Bizkaia.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Camino '87 10ª Jornada: Sahagún-Mansilla de las Mulas (35,5 kms.)




De entrada, hay que subrayar que las etapas por las que discurre nuestro Camino no coinciden exactamente con las digamos tradicionales que contempla la guía de Millán Bravo y la mayoría de la literatura posterior. En concreto, la ruta habitual divide el largo trayecto de la etapa de hoy en dos partes, con intermedio en El Burgo Ranero, que veremos después.

También, ya que estamos, hay que reconocer que hemos tardado nueve entradas en darnos cuenta de que el mapa y el perfil van en sentido contrario: el primero de derecha a izquierda (de Este a Oeste) y el segundo al revés. Puede dar lugar a alguna confusión, pero son cosas de la técnica (edición de mapas y tal).

Nada más salir de Sahagún atravesamos el río Cea y rápidamente nos olvidamos del verde de este pequeño oasis para volver al paisaje mesetario que venimos sufriendo durante unas cuantas jornadas. Nuestro relator, intentando captar la dureza del entorno, se va nada menos que a Machado, citando -con ciertas libertades- del poema ‘Castilla’: ‘Por la terrible estepa castellana (…) polvo, sudor y hierro’, y continúa con ‘Castilla de los páramos sombríos, Castilla de los negros encinares’, que pertenece a ‘Desde mi rincón’. Pero echemos mano de no importa qué poema de ‘Campos de Castilla’ y nos servirá para ambientarnos mejor que cualquier otra cosa. Un poco de poesía para el trayecto, que nunca viene mal.

En unos 3 kms. estamos en CALZADA DEL COTO (km. 263,5), y en cinco más en BERCIANOS REAL DEL CAMINO (km. 269); pero no nos engañemos, porque pese al nombre de este último pueblo, el Bierzo queda todavía muy muy muy lejos.

El Burgo Ranero
Aquí giramos ligeramente a NW para enfilar, casi en línea recta, otros 10 kms. hasta EL BURGO RANERO (km. 278), pequeña localidad, prácticamente a mitad de etapa, de la que se destaca la iglesia del Salvador. Aunque resulte desesperante, estamos todavía en Tierra de Campos; tres días de camino y los mismos paisajes, pueblos parecidos, idénticas carreteras, y hasta la propia toponimia parece decir que las distancias son eternas, como en una pesadilla: por mucho que caminemos, parecerá que no avanzamos nada.

Cabe imaginar que en aquellos días ya tan lejanos, cuando el grupo salió de Santurtzi, animarían la marcha con las típicas canciones de montaña, como las llama nuestra teórica colaboradora; pero a buen seguro que a estas alturas, deambulando bajo el sol por estas extensiones infinitas, nadie tendría muchas ganas de entonar el Ikusi mendizaleak.

Algo que quizá sí ayuda a levantar la moral es ir observando, a lo largo de los días, cómo la credencial se va llenando de sellos. Y, como no lo hemos hecho antes, lo comentamos un poquito ahora.


La credencial es una cartulina con forma de díptico donde se van estampando los sellos de los lugares por donde se pasa (normalmente, uno al día) para acreditar que realmente estamos haciendo el Camino. Actualmente sirve para que nos acojan en los albergues, evitando (al menos, teóricamente) que se llenen de jetas en busca de alojamiento gratis. Y con ella, al llegar a Santiago, se obtiene (si queremos, claro) la compostela, que es el certificado eclesiástico de haber realizado la ruta, o bien un diploma acreditativo.

Aunque como credencial puede valer también un simple papel, generalmente se trata de un formato predeterminado, que nos facilitan en alguna de las asociaciones de amigos del Camino. Bueno, toda esta historia está mejor explicada por ejemplo aquí. Lo que sí quería contar es que para nuestra expedición del 87 hubo que pedir las credenciales a una asociación de ¡Estella! porque ni siquiera en Bilbao se podía conseguir. Para que nos hagamos una idea de la popularidad del Camino hace un cuarto de siglo.

Curiosas bodegas en Reliegos
Y seguimos.

13 kms. más nos separan de la siguiente población que, tras cruzar un par de arroyos, pasar VILLAMARCO y atravesar la línea del tren, será RELIEGOS (km. 291), donde parece que a mediados del siglo pasado cayó un meteorito (y no es coña). 

Otro tramo de 5 kms. nos sitúa ya en nuestro fin de etapa, MANSILLA DE LAS MULAS  (km. 295,5), localidad de corte medieval situada a orillas del río Esla, cuya sola visión reconforta tras la penosa y larga jornada de marcha, que uno de los participantes consideró la más dura de todas. El cronista cita la iglesia de San Martín (después reconvertida en Casa de cultura, como la de Melgar) y el antiguo convento de San Agustín, además de las notables murallas, a lo que nosotros añadimos los curiosos ‘cubos’ –una suerte de torres de vigilancia.

Antigua iglesia de San Martín




Muralla






La práctica totalidad de esta etapa tiene un recorrido paralelo por la llamada Vía Trajana, calzada romana que enlaza con otros itinerarios del mismo origen que vienen desde Burdeos. Lo cual plantea si en realidad el Camino pudo tener su antecedente en estas antiguas rutas de comunicaciones. Asunto que por supuesto dejamos para los historiadores.

Lo que nuestros amigos probablemente no sabían es que nada más salir de Mansilla pasarían al día siguiente justo por el punto intermedio del recorrido entre Santurtzi y Santiago. Seguramente nadie se dio cuenta, pero casi mejor. Después de diez días de caminata, con las penalidades meteorológicas y los puertos de las primeras etapas, y casi 200 kms. más de estepas y páramos incendiados por el sol, pensar que aún queda la mitad del trayecto debía ser bastante poco estimulante.

Porque lo que falta será muy diferente, pero también duro, lo vereis.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Kolitza

Situado en el extremo oriental de los montes de Ordunte, pese a contar con menos envergadura que sus cumbres vecinas, el Kolitza es el monte de referencia del sur de las Encartaciones. Desde su cima, que domina buena parte del occidente vizcaino, se llamaba a Juntas Generales a toda la comarca, por lo que se cuenta entre los cinco bocineros del territorio. Y es al mismo tiempo uno de los destinos montañeros clásicos, imprescindible para los aficionados a las carreras de montaña.

El ascenso más habitual parte de Balmaseda, en un recorrido asequible y variado que nos permite, una vez alcanzados los casi 900 metros de altitud, disfrutar de extraordinarias vistas que alcanzan hasta el Cantábrico y Picos de Europa.

DISTANCIA: 8,5 kms 
DESNIVEL: 600 m. (280-879)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Media-Baja  8 (5-3-0) 
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Bº Pandozales (Balmaseda)
VIAS:  Pistas de cemento y grava, senderos de tierra
ACCESOS: De Bilbao a Balmaseda, por el corredor del Kadagua. Hay que dejar por la derecha el casco urbano, circulando por la izquierda del río, hasta el puente nuevo. Aquí se retrocede hasta llegar a la zona peatonal, donde se gira a la izquierda, subiendo la carretera hasta Pandozales. Bizkaibus A0651 (Termibus) y FEVE estación Balmaseda, después unos 2 kms. a pie hasta Pandozales.
Más info:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 39-40





Por lo visto, Balmaseda fue la primera villa fundada en Bizkaia. De gran importancia comercial en la Edad Media, como lo atestigua su casco histórico y por supuesto el famoso Puente Viejo, su relevancia económica y estratégica fue oscilando con el tiempo, pero siempre manteniendose como cabecera de las Encartaciones e importante conexión con Castilla a través del cercano Valle de Mena.

Pandozales
Del mismo núcleo antiguo parte la carreterilla que asciende al barrio de Pandozales, donde fijamos el punto de inicio de la ruta. Se trata de un puñado de casas situado en la ladera norte del barranco que forma el arroyo Kolitza. Si hemos venido en coche, aquí se puede aparcar sin problema, junto a una campita con bancos y una pequeña ermita que parece recientemente restaurada. Al lado contrario de la quebrada tenemos el pequeño cordal de Sabugal, que parece desprenderse del propio Kolitza, con varias cumbres que rondan los 650 metros.

Camino de subida
Tomamos la pista de cemento que sube con un par de curvas, y unos metros más arriba hay un pequeño aparcamiento, por la derecha del cual sale un camino, que ignoramos. Continuamos unos minutos más por esta carretera, con vistas a nuestro objetivo, en el que podemos distinguir al fondo la inconfundible ermita cimera.

Enseguida (CRUCE-1) tenemos que torcer a la derecha, guiados por uno de los numerosos carteles que iremos encontrando, lo que deja clara la popularidad del recorrido. Subimos por una especie de torrentera por donde en época de lluvias baja abundante agua, con zonas anegadas que se combinan con piedra suelta y tramos embarrados, con lo que avanzamos de continuo sorteando los obstáculos. Pasamos una bifurcación donde seguimos por la derecha (CRUCE-2), y salimos a una pista más ancha, que tomamos hacia la izquierda (CRUCE-3).

Hay que decir que las indicaciones casi resultan ociosas, porque el camino está perfectamente marcado (y de manera profusa y muy visible) con la pintura roja y blanca del GR Vuelta a Bizkaia, además de diversos cartelitos en varios puntos, con lo que es imposible perderse. Seguramente la sucesión de indicaciones se debe a una romería que se celebra en la cima, con lo que quizá accede gente no muy habituada al monte.

Fuente de Las Pocillas
La pendiente no es fuerte, pero sí continua y, junto con lo algo tortuoso del firme, requiere algún esfuerzo. A cambio, el entorno resulta realmente agradable, circulando siempre bajo abundante arbolado por trazado muy montañero, aunque con escasas vistas.

En un cruce junto a la fuente de Las Pocillas seguimos el camino de frente (CRUCE-4), desechando el que baja por la izquierda, y siguiendo siempre las marcas. Volvemos a cruzar otra pista, y el siguiente tramo nos trae grandes lajas de roca desnuda que invitan al resbalón, encontrandonos en zona más bien sombría y húmeda.

El camino sale después a terreno algo más abierto, con pinos jóvenes, y ahora sí vemos con claridad por la izquierda la silueta del Kolitza, coronada por la ermita, con un cono final que promete diversión.

Cima a la vista
Dejamos por la derecha un desvío hacia La Estación (7 kms.), que no sabemos lo que es, por donde parece que sigue el GR, y luego otro por la izquierda hacia la fuente de Kalera, por donde debe estar también algo que tiene la inquietante denominación de Cruz de las Ánimas. Por esta zona encontraremos también varios mugarris, que marcan el límite entre Balmaseda y Artzentales (claro, la anotación geográfico-administrativa que casi nunca falta en el blog).

Tras un trecho a cielo abierto con sendero en que afloran las raíces, salimos a una pista de gravilla. Estas pistas suelen resultar aburridas cuando se circula mucho rato por ellas, pero en esta ocasión sirve de relax. Serán unos pocos metros, pero es camino digamos civilizado, con muy suave pendiente, y ya vemos dónde estamos: hemos recorrido la ladera norte del barranco y al otro lado del mismo reaparece el cordal que hemos visto al principio.

Dejamos la pista guiados por otro cartelito (DESVIO) y acometemos unas curiosas escaleras de piedra y madera, muy prácticas para evitar el patinaje sobre el barro. Por la derecha queda una charca vallada, y circulamos por la amable zona verde del Campo del Espino, collado que constituye el piedemonte del Kolitza. Por la derecha se ven un par de lomadas verdes, y otro tramo de escaleras nos conduce a una bonita fuente de piedra, con katilu pero sin caño.

Fuente y puerta
Por la izquierda arranca un sendero con una valla con escalera, y aquí se inicia la subida final, y lo más entretenido de toda la ruta. En efecto, vamos ganando altura rápidamente, por sendero estrecho y de buen desnivel, describiendo sucesivos zigzags, con panorámicas cada vez más amplias.

En realidad, vamos rodeando el monte hacia su vertiente norte o noroeste. Por detrás asoma ya el Burgueño, con sus 1.000 metros largos y su aspecto oscuro e intimidante. A su vez las palas, tras un pequeño llano, van siendo más severas, pero finalmente accedemos a la ermita por su parte trasera, tras atravesar otra puerta-escalera.

Estamos ya en la campita cimera (KOLITZA, 879 m.), con el correspondiente mojón, y la ermita de San Roque y San Sebastián, visible desde grandes distancias. El edifico, reconstruido después de la guerra, tiene un bonito pórtico –agradable para resguardarse cuando hace mal tiempo- y dos puertas, una que parece más antigua que la otra. El buzón está incrustado en el muro y hay varias placas.

Mojón y ermita en la cima

Si hablamos de las vistas, empezaremos por decir que cuando hicimos las fotos, lo que se veía hacia poniente era esto:

O sea, nada en absoluto. Pero a poco que acompañe la meteorología, las perspectivas son formidables. Hacia el oeste se extienden los montes de Ordunte: el más cercano, Terreros (que podemos alcanzar en pocos minutos de fácil camino), el ya visto Burgueño, y el cordal que sigue hacia Zalama, con Picos de Europa al fondo. Tras la depresión que cae hacia el Kadagua destaca la antena sobre la cima del encartado Garbea, y Ubieta algo más lejos. Por el sur, el valle de Mena y la sierra de la Magdalena, y hacia el norte, los montes que limitan el Gran Bilbao y, girando hacia poniente, los macizos de Armañón y los Jorrios, Peña Ranero…

Todo un fantástico panorama que nos resume la espléndida pano que nos tomamos prestada de 12meses12montes (link arriba), 


así como el video que, para no perder la costumbre, es de Biendealtura (hay otro más largo, pero con un zoom un poquillo mareante). Pero algún día cumpliremos la promesa de hacer nuestro propio video, palabra.



VARIANTE: Para el descenso, como alternativa al camino de subida, tenemos la pista de piedrilla por la que hemos transitado unos metros, que llega prácticamente hasta la cima por el collado que la separa del Terreros. Si la usamos para la bajada, evitaremos los fuertes desniveles del último tramo, y retomaremos la ruta en el Campo del Espino.

No deberíamos finalizar la jornada sin dedicar un rato a conocer mejor Balmaseda. Además del interés histórico que ofrece su casco antiguo, el acogedor ambiente de la villa encartada, donde podemos comer, pasear o tomar un cafecito u otro reconstituyente (Brutecil 500, que decía un amigo), hará posible que nuestro plan termine por rozar la perfección.