sábado, 19 de noviembre de 2016

Akarregi

La comarca de Lea-Artibai es la más oriental de Bizkaia, y los ríos que le dan nombre descienden desde la gran mole de Oiz, serpenteando entre numerosas elevaciones que, en general, no superan los 500 metros. De ellas, Akarregi es la más cercana a la encantadora localidad de Markina-Xemein.

En las afueras de este pueblo, que reúne un aire señorial con arquetipos de la arquitectura vasca tradicional, encontramos la curiosa ermita de San Miguel de Arretxinaga, que conocemos en la ascensión que comentamos a continuación. En el recorrido, junto a caseríos y amplias plantaciones de pinos, disfrutaremos de algunas buenas perspectivas sobre el valle de Artibai y los montes que flanquean su cuenca.  

               DISTANCIA: 7,1 km.  
            DESNIVEL: 350 m. (85-433) CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (3-2-0)
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Ermita de San Miguel de Arretxinaga (Markina)
            VIAS: Carretera, senderos de tierra
ACCESOS: En coche desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida Abadiño/Markina. Tomar BI-633 dirección Markina/Ondarroa, hasta Markina. Bizkaibus A3512, A3915, A3916
ENLACES CON
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 28
IGN MTN-50-63-Eibar



Interior de la ermita
No me resisto a contar que mi recuerdo más antiguo de Markina es de un viaje familiar, del que se me quedó la imagen de la agradable zona peatonal ligeramente inclinada junto al parque, y la Universidad de la Pelota, que me parecía una cosa extraordinaria. Pero, yendo a lo nuestro, diré que, una vez llegados a esta localidad y situados en la margen derecha del río Urko, entre la iglesia de Santa María y la ermita de Arretxinaga podemos encontrar espacio para aparcar sin problemas. La avenida de Xemein nos lleva, siempre cerquita del cauce fluvial, hasta la muy curiosa ermita de San Miguel, también conocida por mí en aquella lejana ocasión. Con su planta hexagonal, casi todo su interior lo ocupan tres enormes rocas que se mantienen en un equilibrio imposible. Como es evidente, todo a su alrededor son mitos y leyendas de distinto tipo, y es un lugar que no debería dejar de conocerse. Pero nosotros vamos al monte.

Camino (izquierda) y torre de Barroeta 
Por la trasera de la ermita se inicia el camino junto al río. Unas balizas señalan una ruta de ‘nordic walking’, pero la ignoramos para encontrar poco después una señal direccional, que indica 50’ hasta la cima. De momento, vamos por carretera sin apenas pendiente, bueno para calentar las piernas. Por la derecha un desvío se dirige a la bonita torre de Barroeta. La carretera se dirige hacia los caseríos de Oxillain (izquierda), pero por la derecha encontramos un DESVIO, que debemos tomar.

Pasamos junto a un cobertizo y el camino ya es de cemento, con algunas vistas sobre los montes del otro lado del valle (Ituiñomendi, Zapola) El camino empieza a empinarse más, y enfilamos una rampa larga y recta, para pasar después un paso canadiense. Estamos bordeando el pequeño alto de Arkiligana, con un barranco por el norte al otro lado del cual se eleva la colina de Gurbiztigana.

Para arriba
En una bifurcación (DESVIO-2), tomamos el camino de la derecha (el que más sube), y pronto encontramos el primer mojón del Camino de Santiago, que seguiremos un rato en sentido inverso. Ya por camino de tierra junto a una alambrada, vemos la loma de Egierregana, que se desprende del propio Akarregi hacia donde nos dirigimos. Pasamos sucesivos cruces tirando siempre por la derecha y entramos de lleno en zona de pinares en explotación, mientras el camino se va haciendo más irregular.

VARIANTE: Si tomamos por la izquierda el desvío más evidente, situado en un pequeño rellano, daríamos un pequeño rodeo por la vertiente norte. Girando luego a la izquierda (sur), no hay más que ir cumbreando para remontar cómodamente los 60 o 70 metros que nos separan del Akarregi.

Entre pinos
Salvo la anterior variante, es mejor no tomar ningún desvío poco claro, porque podemos encontrarnos con caminos muy cerrados que tal vez nos obliguen a un zarzing poco agradable o (mucho mejor idea) a darnos la vuelta. Es lo que suele ocurrir cuando uno intenta ser creativo.

Tras un tramo tranquilo y prácticamente llano de unos 400 metros, desembocamos en un camino de cemento (CARRETERA), que suele ser la subida más habitual desde el casco urbano, y que utilizaremos para el regreso. Una señal marca 6’ a la cumbre, y subimos con buena pendiente y camino poco vistoso, pasando junto a un mugarri que delimita este pueblo y Etxebarria. Un nuevo desvío, también señalizado, nos envía hacia la izquierda hasta que, junto a un tendido de baja tensión, vemos por la izquierda un senderito que arranca junto a una curiosa cruz de piedra.

Cima y buzón
Está claro que ya no queda casi nada. Ascendemos por una trocha cada vez más cerrada y rodeada de vegetación, sin duda la parte más bonita del camino, y de repente nos encontramos en la cima (AKARREGI, 433 m.): un claro de poco más de una docena de metros cuadrados con un buzón con la forma de la ermita de Arretxinaga, todo ello rodeado de árboles y matorral, absolutamente carente de ninguna vista. A salvo de que, en una de esas matarrasas que acostumbran, nos despejen de repente la panorámica, no me ahorraré decir que es posiblemente una de las cimas menos vistosas que he pisado. Al lado contrario de nuestra llegada se ve una sendita bastante cerrada, que es por donde llega la variante antes comentada.  

Vista desde el descenso
Para la bajada, deshacemos el último tramo y continuamos sin desviarnos por el camino de cemento que, en principio, se dirige hacia el visible alto de Irazabal. Ahora seguimos parcialmente el PR-22 que une Markina con el alto de Urkaregi y, ahora sí, disponemos de algunas vistas. En el primer desvío tiramos para la derecha en bajada, siguiendo el PR, que abandonamos enseguida, otra vez por la derecha. Tras un tramo que en ocasiones puede dar la impresión de ser dudoso, terminamos en una pista de cemento que, por la derecha, nos sitúa junto a la iglesia de la Asunción, desde donde retornamos a nuestro punto de partida.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Lumentza

En la costa oriental de Bizkaia, Lekeitio es una localidad que deslumbra por su belleza. Además de contar con un patrimonio arquitectónico notable, se asienta entre las dos pequeñas colinas de Otoio y Lumentza, junto a la desembocadura del río Lea, y está bañada por el mar en la playa semiurbana de Isuntza. Su puerto y su casco histórico invitan a recorrer callejuelas y tabernas y conocer rincones encantadores.

La ascensión al modesto promontorio de Lumentza se completa en pocos minutos, por lo que proponemos combinar el paseo con una pequeña ruta por el litoral. Un trayecto sencillo que sirve de aperitivo para conocer con más detenimiento este hermoso pueblo de Bizkaia.

               DISTANCIA: 2,3 km.  
            DESNIVEL: 115 m. (0-114) TECHO MUNICIPAL (Lekeitio)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (1-0-0)
ITINERARIO  (lineal)  Inicio: Playa de Karraspio Final: Iglesia de la Asunción
            VIAS: Carretera, vías urbanas, sendero de tierra
ACCESOS: En coche desde Bilbao, autopista A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida Amorebieta. BI-635 dirección Gernika y BI-2238 hasta Lekeitio. Bizkaibus A3513, A3512 y A3523
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 12




Playa de Karraspio
No nos podemos resistir. Cuando encontramos un monte más o menos cerca del mar, hay que inventar algo para combinar los dos entornos: hacer la ascensión –casi siempre son pequeños- justo antes o después de haber pisado las arenas de una playa nos parece un plan fetén, inigualable, lo más.  Y ésto, fíjate: Lekeitio, uno de los pueblos más atractivos de nuestra costa, donde a veces se deja ver el bueno de Andoni (y su hermana, jeje), con una preciosa playa (y otra justo al ladito), isla accesible, montecito apto para la abuelita, río, marismas, puerto, bares con ambiente y pintxos… para qué más.

Desembocadura del Lea y puente
Así que, si a ustedes les parece, arrancamos de la playa de Karraspio, una gozada total, perteneciente al vecino municipio de Mendexa. La recorremos en dirección a Lekeitio (oeste) hasta la desembocadura del Lea, donde continuamos en paralelo al río hasta el puente de Isuntza, que cruzamos, con una estupenda vista sobre el cauce fluvial. Aquí nos reunimos con el trazado del PR BI-142 y, una vez en la margen contraria, giramos a la derecha hacia el casco urbano.

VARIANTE: Podemos hacer una pequeña incursión tomando el camino contrario, hacia la izquierda, para en unos minutos de trayecto echar un vistazo a un viejo molino de mareas y la hermosa zona de marismas que se encuentra aguas arriba.

La avenida Santa Elena nos conduce casi sin darnos cuenta junto a la playa de Isuntza, aunque recomendaría dejar para la vuelta un paseo más tranquilo para admirar este nuevo arenal, justo enfrente de la isla de Garraitz (San Nicolás), a la que también podemos llegar en marea baja a través de una curiosa pasarela.

Playa de Isuntza e isla de Garraitz

Basílica de la Asunción
Y ya estamos junto a la impresionante basílica de Santa María de la Asunción (o la Asunción de Santa María, no sé). Sin abandonar la calle por donde hemos llegado, justo enfrente de la iglesia arranca una pequeña peatonal en subida, con un cartelito que indica hacia el Lumentza.  Así que no hay lugar a dudas.

Subimos una primera rampa hacia la puerta del cementerio y seguimos luego bordeándolo por la derecha. Nos encontramos aquí con una imagen de la Dolorosa, que da un poquito de cosa. Seguimos subiendo muy suavemente entre la tapia del cementerio y otra de una finca, hasta que encontramos la primera de las cruces del Via Crucis, que en realidad es la nº II. De inmediato pasamos a un sendero rural-montañero entre dos vallados y
Sendero
enseguida llegamos a un viejo depósito de aguas, grande, macizo y con ese aire severo y un poco intimidante que tienen este tipo de instalaciones antiguas. En una escalerilla tiene una inscripción que pone algo así como ‘Casto de Zabala Arquitecto’.

Por el encinar
Ahora nos adentramos en un entorno habitual en zonas costeras: el encinar cantábrico, con un pequeño sendero serpenteando entre las abigarradas ramas de los árboles de pequeño porte y rocas que afloran en el suelo, a ratos cubiertas de musgos. El camino describe varios lazos ganando metros muy poco a poco, y pasando sucesivas cruces, no sabemos si deben ser doce o trece. 

Cruces en la cima
Hay también varios pequeños tramos de escaleras de piedra y, casi sin darnos cuenta, junto a una cruz (no sé qué número es), es obvio que hay que girar a la derecha para acceder fácilmente a la cumbre (LUMENTZA,  114 m.), coronada como corresponde por tres cruces con una barandilla de madera. Cortito, eh? Que para eso es una de las elevaciones más pequeñas (quizá la más pequeña) de las catalogadas como montes en Bizkaia.

Vista sobre el puerto y Garraitz
Arriba tenemos una explanada despejada con algunas vistas, aunque limitadas por la escasa envergadura del montecito y el arbolado que lo rodea: vemos básicamente el casco urbano de Lekeitio, el puerto, la isla de San Nicolás (Garraitz), parte de la playa de Isuntza y la citada pasarela. Tierra adentro (Oeste) se levanta Otoio, que desde esta escasa altura parece incluso algo serio.

Vista aérea
Para bajar hay un atisbo de sendero alternativo, aunque se reúne con el de subida junto al depósito de aguas, en cuyas cercanías se encuentra también la cueva de Garraitz, por lo visto de cierta importancia arqueológica –aunque no tanta en comparación con los muy recientes descubrimientos realizados en otra cavidad en el mismo casco urbano.

Ciertamente, la subida no tiene mucho valor en su vertiente montañera. Pero son tantos los atractivos que nos encontramos a lo largo de esta pequeña ruta, que bien merece la pena acercarnos a conocer esta magnífica localidad costera, y disfrutar, de una tacada, de todos ellos. Una visita más detenida a la playa y el puerto, y un paseíto tranquilo por sus calles, descubriendo nuevos puntos de interés (sin olvidar sus bares, claro), harán de esta excursión una jornada inmejorablemente aprovechada.