En la costa oriental de Bizkaia,
Lekeitio es una localidad que deslumbra por su belleza. Además de contar con un patrimonio
arquitectónico notable, se asienta entre las dos pequeñas colinas de Otoio y
Lumentza, junto a la desembocadura del río Lea, y está bañada por el mar en la playa
semiurbana de Isuntza. Su puerto y su casco histórico invitan a recorrer
callejuelas y tabernas y conocer rincones encantadores.
La ascensión al modesto promontorio de
Lumentza se completa en pocos minutos, por lo que proponemos combinar el paseo
con una pequeña ruta por el litoral. Un trayecto sencillo que sirve de
aperitivo para conocer con más detenimiento este hermoso pueblo de Bizkaia.
DISTANCIA: 2,3 km.
DESNIVEL: 115 m. (0-114) TECHO
MUNICIPAL (Lekeitio)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (1-0-0)
ITINERARIO (lineal) Inicio:
Playa de Karraspio Final: Iglesia
de la Asunción
VIAS:
Carretera, vías urbanas, sendero de tierra
ACCESOS: En coche desde
Bilbao, autopista A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida Amorebieta.
BI-635 dirección Gernika y BI-2238 hasta Lekeitio. Bizkaibus A3513, A3512 y
A3523
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de
Bizkaia mapa 12
Playa de Karraspio |
Desembocadura del Lea y puente |
VARIANTE: Podemos hacer una
pequeña incursión tomando el camino contrario, hacia la izquierda, para en unos
minutos de trayecto echar un vistazo a un viejo molino de mareas y la hermosa
zona de marismas que se encuentra aguas arriba.
La avenida Santa Elena nos conduce
casi sin darnos cuenta junto a la playa de Isuntza, aunque recomendaría dejar
para la vuelta un paseo más tranquilo para admirar este nuevo arenal, justo
enfrente de la isla de Garraitz (San Nicolás), a la que también podemos llegar
en marea baja a través de una curiosa pasarela.
Basílica de la Asunción |
Subimos una primera rampa hacia la puerta del cementerio y
seguimos luego bordeándolo por la derecha. Nos encontramos aquí con una imagen
de la Dolorosa, que da un poquito de cosa. Seguimos subiendo muy suavemente
entre la tapia del cementerio y otra de una finca, hasta que encontramos la
primera de las cruces del Via Crucis, que en realidad es la nº II. De inmediato
pasamos a un sendero rural-montañero entre dos vallados y
enseguida llegamos a
un viejo depósito de aguas, grande, macizo y con ese aire severo y un poco
intimidante que tienen este tipo de instalaciones antiguas. En una escalerilla
tiene una inscripción que pone algo así como ‘Casto de Zabala Arquitecto’.
Sendero |
Por el encinar |
Cruces en la cima |
Vista sobre el puerto y Garraitz |
Vista aérea |
Ciertamente, la subida no tiene mucho valor en su vertiente
montañera. Pero son tantos los atractivos que nos encontramos a lo largo de
esta pequeña ruta, que bien merece la pena acercarnos a conocer esta magnífica
localidad costera, y disfrutar, de una tacada, de todos ellos. Una visita más
detenida a la playa y el puerto, y un paseíto tranquilo por sus calles,
descubriendo nuevos puntos de interés (sin olvidar sus bares,
claro), harán de esta excursión una jornada inmejorablemente aprovechada.
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