martes, 29 de noviembre de 2011

Cotoril

A pesar de su discreta altitud (451 m.), la cima del Cotoril (Peña Negra según algunas fuentes) ofrece buenas panorámicas, al situarse en un punto estratégico desde el que se domina la bahía de Laredo y la marisma de Santoña, así como la espalda de la franja costera de esta parte de la Cantabria oriental. Por lo demás, es una de las innumerables pequeñas elevaciones del prelitoral de la región, formando parte del algo disperso macizo que cierra por el norte el valle de Aras.

En esta excursión expondremos un acceso muy sencillo desde el cercano Campo La Cruz, aunque puede también hacerse una ruta más montañera desde el simpático pueblo de Secadura, en el fondo del citado valle.

DISTANCIA: 2,6 kms 
            DESNIVEL: 105 m. (345-451) 
DIFICULTAD: Muy baja 3 (1-0-2)  Dificultad de tránsito / Rampas del 30%
            VIAS: Pista asfaltada y campo a través
ACCESOS: Desde Bilbao, por la A-8 dirección Santander salida 184 Beranga-Noja-Isla. En Beranga se sigue unos metros la N-634 en dirección a Praves, y se toma la desviación hacia la izquierda hacia Hazas de Cesto (CA-269), después CA-266 hasta Solórzano, y CA-267 hacia Secadura, hasta llegar a Campo La Cruz. En total, unos 12 kms. desde Beranga. (El acceso es algo más corto  aunque más complicado saliendo de la autopista en Cicero-Treto)
            Más información:
            Guía Cartográfica de Cantabria Mapa 20
                         



El pequeño grupo de casas que constituye Campo La Cruz (término municipal de Voto) se sitúa en un collado que separa el Cotoril (Este) del alto de Mijarocos (Oeste), cerca del cual se ubica lo que creemos es un radar de AENA, bien visible si venimos desde Solórzano.

VARIANTE:  También podemos iniciar la marcha desde Secadura, donde llegamos siguiendo por la misma carretera en descenso hacia el valle. Partiendo junto a la iglesia, se pasa entre varias casas hasta un camino de cemento empinado que remonta hasta otra pista, que por la izquierda nos deja en la que después vamos a recorrer. En total, habremos ascendido unos 300 metros a lo largo de 2 kms. (más detalles en las páginas arriba indicadas)

Campo La Cruz desde el camino
Como desde el primer momento tenemos a la vista el último tontor de nuestro objetivo, no hay opción a equivocarse. A la izquierda según hemos llegado (Este) nace entre casas un camino asfaltado que se dirige directamente a la base del cono. Siguiendo esta vía, por la izquierda tenemos sucesivos pastizales en fincas valladas y por la derecha, tras el arbolado, podemos apreciar una bonita estampa del valle de Aras, cerrado por el sur por un pequeño cordal, a cuya espalda emerge la sierra de la Breña.

Vista sobre el valle

Casa abandonada y cima
Dejamos primero una desviación a la derecha y, en pocos minutos llegamos a una curva junto a una casa abandonada (izquierda), donde continuamos, desechando un sendero que sale por la derecha. Con la cima a la vista, observamos también que el último repecho se encuentra completamente rodeado por una valla electrificada. En este punto podríamos intentar traspasarla aprovechando una bañera-abrevadero que nos sirve de escalera; pero la idea –damos fe de ello- no es del todo buena, porque según nos vamos aproximando a la cumbre veremos que se encuentra al otro lado de otra alambrada, que no será sencillo franquear.

Vista hacia el Buciero
Es preferible continuar por la carreterilla, dejando a la izquierda una explotación ganadera, para ir bordeando lentamente la cara occidental. En este corto paseo tenemos buenas vistas sobre praderíos y casas diseminadas, y empezamos a ver al fondo algunas de las elevaciones más significativas de la zona costera: el Cincho, Montehano y Buciero. Por todos lados tenemos pastos con ganado, especialmente hermosas vacas y caballos.

Cuando hemos circunvalado la cima durante unos 700 metros, si miramos hacia arriba observamos que hay una zona arbolada; es el punto más apropiado (DESVIO) para cruzar la valla que delimita el camino y remontar por el verde el último repecho. El desnivel es pronunciado aunque la ascensión es muy corta, subimos apenas 50 metros dejando siempre por la izquierda una alambrada más que nos separa del bosquecillo, hasta alcanzar el vértice geodésico (COTORIL, 451 m.). Desde la cumbre tenemos buenas vistas sobre la marisma de Santoña, Laredo y los pequeños montes del litoral, que obviamente apreciamos mejor que desde el camino. Y hacia el interior, el valle de Aras en primer término, la sierra de la Breña y el sinfín de colinas que salpican la región, panorámica sólo parcialmente obstaculizada por los montes vecinos del Oeste.

Cima del Cotoril y vistas al norte

Ojo al cartelito
Hay que subrayar de nuevo el asunto de las alambradas. En esta zona de Cantabria, donde predomina la ‘media montaña’ (vean los colegas de Biendealtura que les sigo pirateando el término) no es tan fácil transitar por los montes como estamos acostumbrados en Euskadi. Será seguramente por eso que la afición no está tan extendida, y por lo que también es habitual no encontrarse con nadie en los caminos. Con la excepción de las zonas más agrestes, hay grandes superficies ocupadas por explotaciones ganaderas, cuyos propietarios delimitan muy celosamente sus fincas mediante vallas y alambradas en las que casi nunca encontraremos pasos. Son sus propiedades y su medio de vida, y están en su derecho, pero no cabe duda de que ésto no facilita precisamente el senderismo en la forma que conocemos.

Volviendo a nuestra excursión, si no nos hemos decidido a franquear los vallados, habremos disfrutado de algunas vistas desde el camino, aunque ciertamente el paseo nos puede haber resultado algo insulso. Sea como fuere, recomendamos terminar la salida bajando hacia el valle para conocer Secadura, un bonito pueblo en el que conocer de primera mano una buena muestra de la campiña cántabra. Aquí creo que en Semana Santa se celebra un festival folk o algo así y, lo que es más importante, cuenta con una estupenda y castiza taska al borde de la carretera, con posibilidad de tomar un pote en una campa rodeados de frutales.

Rodeada de buen pasto
Y una cosilla más. Cuando sea posible –o sea, seguramente dentro de mucho- haremos otra visita a nuestro monte de hoy, con dos objetivos: a) aportar más y mejores fotos, que ya sabemos que lo de quedarse sin batería es un clásico de este blog, y b) explorar algún otro posible acceso que no nos exija brincar sobre vallas electrificadas. Y a lo mejor de paso nos enteramos por qué demonios se llama a esto Peña Negra, porque lo que hemos conocido hasta ahora es más bien una colina redondeada y verde.

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