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lunes, 30 de abril de 2012

Candiano

Quienes frecuenten la A-8 en dirección Santander reconocerán fácilmente el Candiano, aunque no sepan su nombre: es la pequeña pero esbelta elevación, coronada por una antena, que vemos por la izquierda cuando pasamos junto a Colindres. Como se ubica justo encima de  la ría de Treto y sus laderas visibles caen directamente sobre el curso fluvial, su silueta casi perfectamente cónica resulta vistosa e inconfundible.

Accedemos a su cima, también conocida como La Colina, en una excursión sencilla que nos permite apreciar fantásticas panorámicas especialmente hacia el norte, con la bahía de Laredo y la marisma de Santoña como principales atractivos.


DISTANCIA: 6,3 kms 
            DESNIVEL: 350 m. (150-500)
DIFICULTAD: Baja 5 (3-2-0) 
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Padiérniga (Voto)
VIAS: Pista asfaltada y de tierra
ACCESOS: Desde Bilbao, autopista dirección Santander salida Cicero-Treto. Se toma la N-634 hacia Treto (derecha). En Treto se toma la CA-268 hacia Carasa (derecha). Se sigue sin ninguna desviación en dirección Ampuero. Pasado el puente sobre la ría, tras una subida, se toma a la derecha la CA-682 en dirección a Padiérniga, junto al cementerio. Se continúa todo recto hasta llegar al cartel indicador de Padiérniga, donde se puede dejar el coche a la izquierda.
            Más información:
Cartografía de Cantabria PESC Mapa 3 en:



Perfil (ida)
                              

Punto de inicio de la ruta
El pequeño y montaraz núcleo de Padiérniga se asienta en un bucólico valle situado entre las dos discretas cordilleras que separan las rías de Rada y Limpias, que a su vez se unen poco más al norte formando un espectacular paisaje, para desaguar finalmente en la bahía. Aunque la mayor parte del caserío se dispersa por las verdes laderas, reúne unas cuantas casas alrededor de una iglesia. La imagen es arquetípica de la Cantabria rural y ganadera, tan próxima a las atestadas poblaciones costeras de veraneo.

Desvío
Según hemos llegado, al toparnos con la placa identificativa del pueblo, tenemos un espacio más o menos amplio para aparcar, junto a un camino que asciende por la izquierda hacia una granja. Iniciamos la ruta avanzando por la misma carreterilla hasta encontrar el primer DESVIO, donde giramos a la izquierda, siguiendo unas señales que indican la dirección hacia los barrios de Pinujo y Barieza.

Grupo de casas
Continuamos entre pastizales subiendo de manera casi imperceptible hacia un grupo de casas, entre las que tenemos que pasar, para continuar recto. El camino adquiere algo más de desnivel y en una curva pasa a ser de cemento, mientras vamos teniendo buenas vistas sobre el valle. Dejamos a la izquierda una casa y al fondo de una curva otra, coqueta y con balcón de madera, que será la última del recorrido.

Seguimos ganando altura, con pendientes muy moderadas, casi siempre teniendo a la vista el Collado Pico del Fraile, una elevación rocosa de formas atormentadas, con una torreta en la cima, que no debemos confundir con nuestro objetivo, error en que incurren algunas informaciones que hemos visto por ahí. Junto a una granja, situada en un bonito prado salpicado de rocas, dejamos por la derecha una desviación, y continuamos, con algo de arbolado por la izquierda, entre el que se empiezan a vislumbrar algunas perspectivas sobre el norte.

Camino y Collado Pico del Fraile
Dejamos después a la izquierda una borda, y el camino se empina con más decisión, pasando junto a un bosquete donde predominan los eucaliptus. Desde este punto tenemos por la izquierda la primera perspectiva de la cumbre de nuestro monte, con el antes citado Collado por la derecha. Será sólo un momento, porque enseguida la volveremos a perder de vista hasta bastante más adelante.

Tras otra curva, el camino llanea entre el praderío, casi siempre cuidadosamente vallado como es costumbre en la zona, y poblado por abundante ganado vacuno. Más o menos por aquí pudimos ver en una ocasión un par de cervatillos correteando y atravesando inopinadamente el camino, una de las imágenes más bonitas que hemos podido contemplar en el monte. Muy Disney, sí.

Sendero de tierra y cima
Seguimos siempre hacia arriba, pasando junto a una casa en ruinas, y poco después dejamos la derecha la última borda. Poco más adelante finaliza el asfalto, y el camino pasa a ser una pista de tierra, a veces con arena y casi siempre pedregosa, que hace el trayecto más montañero. Ahora casi siempre bajo arbolado, tras una curva cerrada, tenemos ya a la vista la cima en su plenitud, con la instalación repetidora sobre un pequeño promontorio rocoso. En una de las últimas revueltas del camino, dejamos por la derecha un sendero que se dirige hacia la cercana sierra de la Breña, con un pequeño cartel que indica la dirección al Candiano, ya muy próximo.

Vistas al norte
Remontamos el último tramo con una curva que nos sitúa en la vertiente norte, junto a una caseta con un poste. Aquí, unos pocos metros debajo de la cumbre, tenemos quizá la mejor perspectiva sobre la ría y la planicie litoral. Con el repecho final, ganamos ya la altitud de la antena (CANDIANO, 500 m.). Podemos bordear las instalaciones por la izquierda, por un senderillo pegado a la valla, con una importante pendiente que cae hacia el este. Detrás del repetidor se encuentra una bonita cruz metálica que señala el punto culminante, mirando hacia el sur.

La cima sobre Ampuero

La panorámica es extraordinaria, con la bahía y marisma de Santoña al norte, y Laredo de espaldas. Vemos cómo la ría de Treto se divide, pasado el puente sobre la autopista, entre las citadas de Rada (izquierda) y Limpias (derecha), con sus amplios y llanos islotes. Girando hacia el este y sur, Limpias y Ampuero anteceden a la multitud de pequeñas elevaciones que salpican el interior de Cantabria.

VARIANTE: Descendiendo por el camino de subida, podemos hacer una pequeña incursión para alargar la ruta. En el cruce del cartel anterior abandonamos la pista principal por la izquierda en ligero descenso. Poco después dejamos por la izquierda el camino que baja hacia el valle y continuamos en suave subida hasta la cima del Collado Pico del Fraile, que hemos tenido a la vista durante todo el camino, junto a un tendido eléctrico. Las vistas no mejoran a las del Candiano, pero ofrece una perspectiva algo diferente hacia el oeste, con los cercanos picos del Fraile y Negro y a lo lejos, el mucho más potente Rubrillo.

De no haber optado por la variante anterior, el regreso lo hacemos íntegramente por el mismo camino de subida, pudiendo -si el tiempo acompaña- redondear la jornada con un chapuzón en la fantástica y muy cercana playa de La Salvé, que todos conocemos como playa de Laredo.

Valle de Padiérniga

martes, 29 de noviembre de 2011

Cotoril

A pesar de su discreta altitud (451 m.), la cima del Cotoril (Peña Negra según algunas fuentes) ofrece buenas panorámicas, al situarse en un punto estratégico desde el que se domina la bahía de Laredo y la marisma de Santoña, así como la espalda de la franja costera de esta parte de la Cantabria oriental. Por lo demás, es una de las innumerables pequeñas elevaciones del prelitoral de la región, formando parte del algo disperso macizo que cierra por el norte el valle de Aras.

En esta excursión expondremos un acceso muy sencillo desde el cercano Campo La Cruz, aunque puede también hacerse una ruta más montañera desde el simpático pueblo de Secadura, en el fondo del citado valle.

DISTANCIA: 2,6 kms 
            DESNIVEL: 105 m. (345-451) 
DIFICULTAD: Muy baja 3 (1-0-2)  Dificultad de tránsito / Rampas del 30%
            VIAS: Pista asfaltada y campo a través
ACCESOS: Desde Bilbao, por la A-8 dirección Santander salida 184 Beranga-Noja-Isla. En Beranga se sigue unos metros la N-634 en dirección a Praves, y se toma la desviación hacia la izquierda hacia Hazas de Cesto (CA-269), después CA-266 hasta Solórzano, y CA-267 hacia Secadura, hasta llegar a Campo La Cruz. En total, unos 12 kms. desde Beranga. (El acceso es algo más corto  aunque más complicado saliendo de la autopista en Cicero-Treto)
            Más información:
            Guía Cartográfica de Cantabria Mapa 20
                         



El pequeño grupo de casas que constituye Campo La Cruz (término municipal de Voto) se sitúa en un collado que separa el Cotoril (Este) del alto de Mijarocos (Oeste), cerca del cual se ubica lo que creemos es un radar de AENA, bien visible si venimos desde Solórzano.

VARIANTE:  También podemos iniciar la marcha desde Secadura, donde llegamos siguiendo por la misma carretera en descenso hacia el valle. Partiendo junto a la iglesia, se pasa entre varias casas hasta un camino de cemento empinado que remonta hasta otra pista, que por la izquierda nos deja en la que después vamos a recorrer. En total, habremos ascendido unos 300 metros a lo largo de 2 kms. (más detalles en las páginas arriba indicadas)

Campo La Cruz desde el camino
Como desde el primer momento tenemos a la vista el último tontor de nuestro objetivo, no hay opción a equivocarse. A la izquierda según hemos llegado (Este) nace entre casas un camino asfaltado que se dirige directamente a la base del cono. Siguiendo esta vía, por la izquierda tenemos sucesivos pastizales en fincas valladas y por la derecha, tras el arbolado, podemos apreciar una bonita estampa del valle de Aras, cerrado por el sur por un pequeño cordal, a cuya espalda emerge la sierra de la Breña.

Vista sobre el valle

Casa abandonada y cima
Dejamos primero una desviación a la derecha y, en pocos minutos llegamos a una curva junto a una casa abandonada (izquierda), donde continuamos, desechando un sendero que sale por la derecha. Con la cima a la vista, observamos también que el último repecho se encuentra completamente rodeado por una valla electrificada. En este punto podríamos intentar traspasarla aprovechando una bañera-abrevadero que nos sirve de escalera; pero la idea –damos fe de ello- no es del todo buena, porque según nos vamos aproximando a la cumbre veremos que se encuentra al otro lado de otra alambrada, que no será sencillo franquear.

Vista hacia el Buciero
Es preferible continuar por la carreterilla, dejando a la izquierda una explotación ganadera, para ir bordeando lentamente la cara occidental. En este corto paseo tenemos buenas vistas sobre praderíos y casas diseminadas, y empezamos a ver al fondo algunas de las elevaciones más significativas de la zona costera: el Cincho, Montehano y Buciero. Por todos lados tenemos pastos con ganado, especialmente hermosas vacas y caballos.

Cuando hemos circunvalado la cima durante unos 700 metros, si miramos hacia arriba observamos que hay una zona arbolada; es el punto más apropiado (DESVIO) para cruzar la valla que delimita el camino y remontar por el verde el último repecho. El desnivel es pronunciado aunque la ascensión es muy corta, subimos apenas 50 metros dejando siempre por la izquierda una alambrada más que nos separa del bosquecillo, hasta alcanzar el vértice geodésico (COTORIL, 451 m.). Desde la cumbre tenemos buenas vistas sobre la marisma de Santoña, Laredo y los pequeños montes del litoral, que obviamente apreciamos mejor que desde el camino. Y hacia el interior, el valle de Aras en primer término, la sierra de la Breña y el sinfín de colinas que salpican la región, panorámica sólo parcialmente obstaculizada por los montes vecinos del Oeste.

Cima del Cotoril y vistas al norte

Ojo al cartelito
Hay que subrayar de nuevo el asunto de las alambradas. En esta zona de Cantabria, donde predomina la ‘media montaña’ (vean los colegas de Biendealtura que les sigo pirateando el término) no es tan fácil transitar por los montes como estamos acostumbrados en Euskadi. Será seguramente por eso que la afición no está tan extendida, y por lo que también es habitual no encontrarse con nadie en los caminos. Con la excepción de las zonas más agrestes, hay grandes superficies ocupadas por explotaciones ganaderas, cuyos propietarios delimitan muy celosamente sus fincas mediante vallas y alambradas en las que casi nunca encontraremos pasos. Son sus propiedades y su medio de vida, y están en su derecho, pero no cabe duda de que ésto no facilita precisamente el senderismo en la forma que conocemos.

Volviendo a nuestra excursión, si no nos hemos decidido a franquear los vallados, habremos disfrutado de algunas vistas desde el camino, aunque ciertamente el paseo nos puede haber resultado algo insulso. Sea como fuere, recomendamos terminar la salida bajando hacia el valle para conocer Secadura, un bonito pueblo en el que conocer de primera mano una buena muestra de la campiña cántabra. Aquí creo que en Semana Santa se celebra un festival folk o algo así y, lo que es más importante, cuenta con una estupenda y castiza taska al borde de la carretera, con posibilidad de tomar un pote en una campa rodeados de frutales.

Rodeada de buen pasto
Y una cosilla más. Cuando sea posible –o sea, seguramente dentro de mucho- haremos otra visita a nuestro monte de hoy, con dos objetivos: a) aportar más y mejores fotos, que ya sabemos que lo de quedarse sin batería es un clásico de este blog, y b) explorar algún otro posible acceso que no nos exija brincar sobre vallas electrificadas. Y a lo mejor de paso nos enteramos por qué demonios se llama a esto Peña Negra, porque lo que hemos conocido hasta ahora es más bien una colina redondeada y verde.