Emergiendo desde el oeste sobre el mismo
casco urbano de Castro Urdiales se levanta el monumento a la Virgen, también
conocido como La Ermita, o el Sagrado Corazón. Es en realidad una gran columna
erigida en 1956 sobre una antigua ermita, y su ubicación le permite dominar
este simpático núcleo de población, con algunas vistas interesantes sobre la
costa. Un sencillo paseo nos conduce a esta atalaya, pasando en unos minutos
del bullicio de las calles y la autopista a la tranquilidad de los prados por
donde deambula tranquilamente el ganado.
DISTANCIA: 5,1 km.
DESNIVEL: 190 m. (10-203)
DIFICULTAD: Ninguna (1-1-0)
ITINERARIO (ida y vuelta) Inicio
y final: Parque de Bomberos de Castro Urdiales
VIAS: Camino asfaltado, sendero
ACCESOS: En coche, desde
Bilbao, autopista dirección Santander, primera salida (sur) a Castro Urdiales.
Tomamos la CA-520 en dirección a Sámano, justo después de pasar bajo la
autopista, frente a los Bomberos tenemos un pequeño espacio para aparcar. Desde
Bilbao (Termibus) hay autobuses casa media hora.
Más información:
Y comentarios de lo
más variados, aquí:
IGN MTN50-036-Castro
Urdiales
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Subida por el asfalto |
Todo es comodidad en esta pequeña excursión. Nuestro punto
de partida está al lado mismo de la salida de la autopista, en dirección a
Sámano. Frente al parque de bomberos hay un pequeño espacio para aparcar, y ahí
mismo comenzamos la marcha, guiados por unas señales que indican hacia el
barrio de Pando y la ermita. Sobre un pequeño puente cruzamos el arroyo Sámano
y unos metros después el camino se bifurca. Debemos seguir por la izquierda,
por asfalto, para pasar junto a un edificio abandonado.
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Entre eucaliptos |
Estamos en una carreterilla estrecha y con curvas, que va
pasando junto a varios chalets, en subida suave. Tras unos 500 m. o algo más,
hay un desvío por la izquierda con un cartelito que indica ‘ermita’, y aquí
abandonamos la vía anterior. Se cruza un paso canadiense y se toma una pista de
cemento que sube entre eucaliptos. Después de un tramo más frondoso, salimos a
zona despejada, dejando en una curva un camino de hierba que desciende. En
otros 100 metros
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Santullán y altos de Anguía |
hay otra bifurcación, con una valla de madera, donde tomamos
el camino de la derecha, que asciende suavemente. Remontamos un tramo corto y
encontramos un nuevo cruce. Otro cartelito señala por la izquierda hacia el
Cerredo, y nosotros seguimos de frente.
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Llegando arriba |
Por la derecha tenemos varias fincas y una bonita vista
sobre Santullán, pasamos a camino de tierra de nuevo bajo eucaliptos, y ya
empiezan a verse las primeras calizas que afloran sobre el verde, lo que indica
que falta muy poco. Por esta zona ya será frecuente encontrar vacas pastando,
la panorámica se abre bastante más, y se distingue el monumento en lo alto. De
aquí no queda más que remontar el último repecho, y llegamos por fin a la cima
(LA ERMITA, 203 m.), en una amplia extensión sembrada de blancas rocas.
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Castro Urdiales |
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El monumento |
En mi opinión, el monumento visto de cerca no es nada
bonito, aunque también reconozco que estos mamotretos colocados en los montes nunca me hacen ninguna gracia. Y las vistas, pues quizá un poquillo limitadas. Sí es verdad que estamos justo sobre Castro, con una buena panorámica sobre el pueblo y el puerto, con la bonita iglesia formando una estampa vistosa. Por la derecha vemos la península de Cotolino –medio tapada por el arbolado-, la pequeña elevación de Cueto y
los tres montes de Zierbena (Montaño, Serantes y Luzero) previos al
superpuerto. Al fondo, hacia el Este, se distingue hasta cabo Billano. Por el
lado contrario asoma la cima de Cerredo, y las vistas son también apreciables
hacia el sur, con los altos de Anguía cerrando el valle de Sámano.
Para el camino de vuelta, hay una alternativa posible que
nos lleva directamente al pueblo, descendiendo digamos de frente para tomar
después un sendero que conduce hasta el casco urbano. Como no conozco esta
variante, en nuestra ruta utilizamos sin embargo el mismo camino de subida.
Y bueno, pues Castro es una población bien agradable,
tenemos allí varios buenos amigos, un paseo por la playa de Brazomar hasta la zona
antigua, el puerto y la iglesia es un buen plan, y ya a última hora de la
tarde, todo rebosa ambiente y estupendos bares. Con eso ya estamos contentos.
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