Mungia y el valle de Butrón al norte,
Derio y el Txorierri al sur, y entre ambas, esta pequeña y difusa alineación,
que llega hasta Gaztelumendi, y enlaza con Unbe y Munarrikolanda para prolongarse
hasta Uribe-Kosta. En ella, Berreaga constituye su máxima altitud, aunque solo
alcance poco más de 360 metros, y no sea fácil de distinguir entre las
numerosas ondulaciones que salpican la zona.
Un muy breve paseo, en su mayor parte
sin vistas, nos permite conocer esta cima, en cuyas lomas se han encontrado restos
arqueológicos de distintas épocas, lo que deja claro que ha conocido
poblamientos humanos desde tiempos remotos.
DISTANCIA: 4,2 km.
DESNIVEL: 160 m. (205-363)
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0) CENTENARIO
ITINERARIO (circular) Inicio/Final:
Berreagamendi (Mungia)
VIAS: Pista de tierra, senderos, camino
asfaltado
ACCESOS: En coche desde Bilbao, tomar la BI-631 en
dirección Mungia. Pasados loa accesos al aeropuerto, tomar la salida hacia Laukariz-Urbanización
Monte Berriaga y poco después el primer desvío a la derecha, pasando junto al
Palacio Urgoiti. Continuar subiendo hasta un grupo de chalets donde termina la
carretera en un aparcamiento. Bizkaibus A3517 desde Bilbao (Pl. San José)
parada Arritugane (unos metros antes del grupo de chalets)
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de
Bizkaia mapa 16
IGN MTN50-061-062
Desde el inicio: Jata, Sollube y Mungia |
Aunque puede parecer complicado entrar en el laberinto
de caminitos de la urbanización Monte Berriaga, la cosa no presenta mayor
problema: pasando junto al Palacio Urgoiti (inmenso vallado de lo que debe ser
un campo de entrenamiento de golf) hay que coger el primer desvío a la derecha,
con un cartel anunciador de una jardinería, pasamos junto a un invernadero y
nos encontramos de golpe ante un pequeño grupo de chalets. Ahí mismo termina la
carretera y hay un parking. No sé si el grupo se llama Arribiaga o Arritugane,
y hay una buena vista hacia el Este sobre la urbanización con un panel donde se
muestra la comarca, dominada al fondo por Jata y Sollube.
Entre eucaliptos |
También aquí mismo hay una descomunal columna con
antenas de telefonía, y junto a ella arrancan tres caminos. El de la derecha,
tras las casas, lo utilizaremos para la vuelta y el intermedio está cerrado con
una sólida barrera blanca (con ladridos de perro de fondo) que no invita
precisamente a atravesarla. Así que es el de la izquierda el que vamos a
seguir. Es un camino amplio, con zonas muy embarradas y otras relativamente
pedregosas, que progresa a la sombra de arbolado (mayormente, eucaliptos) y con
muy suave pendiente. En la primera bifurcación, un poste de señales del GR
BI-280 (Uribe-Kosta) nos indica con claridad que hay que tirar para la derecha.
Ojo a la señal |
El camino sale a zona más abierta y poco después
estamos ya en la primera curva de herradura, en la que dejamos por la izquierda
un camino herboso. Tras este primer giro ganamos un poco de luz, aunque el
camino se embarra irremediablemente cada vez que pierde la poca pendiente que
tiene. Un par de giros más y estamos ya en una trifurcación, en la que tomamos
el camino de la derecha guiados por otra oportuna flecha que indica 240 metros
hasta la cima. Por la izquierda quedan dos caminos más anchos, uno de los
cuales tomaremos después.
Cima y buzón |
Ahora hemos cambiado un poco de entorno. Seguimos bajo
arbolado con abundante maleza, pero este es un senderito, estrecho pero cómodo,
que claramente circula ya cerca de los altos. Un pequeño claro nos ofrece por
la izquierda la única vista del recorrido, teniendo a los pies la zona rural
que luego vamos a recorrer, y más allá el valle del Txorierri con Ganguren por
la izquierda. Unos metros más por esta sendita, a veces algo confusa, y estamos
sin darnos cuenta en la cima (BERREAGA, 363 m.), con un extraño buzón y un cartel
que indica ‘mirador’ a 210 metros.
Algunas vistas, no muchas |
Así que, alcanzada la cumbre con tan poca emoción, seguimos
adelante por la zona quizá más bonita, un senderito algo difuso que serpentea
bajo frondosa vegetación, hasta que de repente salimos a un claro, justo detrás
de un enorme cartel metálico, que es como un puñetazo en el ojo. No tengo ni
idea de qué anuncia. Pero la gracia está en que el senderito gira a la
izquierda y efectivamente va a dar a un pequeño mirador desde el que tenemos
prácticamente las únicas vistas de todo el recorrido: por allí anda Jata, el
valle de Mungia, por la izquierda la terminal del aeropuerto, y justo debajo la
urbanización de donde hemos partido. Detrás, entre arbolado que atravesamos con
alguna dificultad, aparece escondido un hito de piedras que no sé lo que pueden
significar.
El último caserío |
Volvemos atrás, pasando de nuevo por la cumbre, hasta
el cruce del cartel, y como hemos tardado muy poco en hacerlo todo –unos 25
minutos-, podemos hacer una circular por un barrio cercano. De los dos caminos
que antes dejamos por la izquierda, hay que tomar el de la derecha (el más
cercano al sendero final) Aunque sigue habiendo barro (zarzabarro sería el
neologismo para esta excursión), el sendero es algo menos sombrío y presenta
mayor pendiente que el de subida. Pasamos junto a una caseta y, con algunas
zonas abiertas a la ladera, iniciamos un nuevo zigzag en descenso hacia un
caserío, en la parte alta del barrio de Geldo, ya en Zamudio. Salimos así a un camino vecinal asfaltado, que tomamos hacia la
derecha. Dejamos un desvío a la izquierda hacia otra casa y pasamos por delante
de otro caserío para girar a la derecha y pasar por delante de un tercero, más
nuevo.
Ahora el camino empieza a subir moderadamente con el
arbolado cimero por la derecha. Dejamos por la izquierda un último caserío y
termina el asfalto. Sin ninguna complicación, enseguida divisamos la enorme
torreta junto a la urbanización inicial y, pasando tras las casas, vamos a dar
al aparcamiento de donde hemos partido.
No sé, quizá parecen muchas explicaciones para una
ruta tan sencilla. Efectivamente, es corta y no presenta más emoción que
aquello del barro y las zarzas, pero es también un buen plan para un paseíto
cómodo por un entorno más bien poco frecuentado. Y además, por esta zona ha
tenido lugar importes hallazgos arqueológicos de la Edad de Hierro, como se
comenta en este artículo, y un lote de monedas de oro y plata de los siglos XVIII y XIX, como se indica
en este otro documento. Así que anímense ustedes y agudicen la vista, que igual
tropiezan con algo valioso.
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