Jata es uno de los destinos clásicos de la
montaña vizcaína, y el más destacado de los que pueblan nuestro litoral. Su
poderosa presencia ejerce como abrigo de la localidad de Bakio, y domina una
amplísima perspectiva sobre la costa, desde Cantabria hasta más allá del límite
oriental de Gipuzkoa. Solo por estas características, ya es un monte que no se
puede dejar de visitar, preferiblemente en un día claro que permita deleitarnos
con las vistas..
En esta ocasión lo atacamos desde el
norte, donde el acceso por carretera nos permite ahorrarnos unos cuantos metros
de subida, y en el camino encontramos la cima secundaria de Jatatxiki, lo que
permite una ascensión en dos escalones. Un paseo agradable y poco exigente que
nos recompensará con algunas imágenes espectaculares de nuestra costa.
DISTANCIA: 7,8 km.
DESNIVEL: 370 m. (230-598) CENTENARIO (Jata) Techo municipal Bakio y
Lemoiz (Jatatxiki)
Techo municipal Mungia y Maruri (Jata)
DIFICULTAD: Baja 6 (3-2-1) Rampas del 30-40%
ITINERARIO (ida y vuelta) Inicio/Final:
Mirador BI-3152
VIAS: Carretera, pistas de tierra y
gravilla, senderos
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, BI-631 dirección
Mungia y Bermeo. En el cruce de Larrauri BI-2101 dirección Bakio. Poco antes de
entrar en el pueblo (km. 25), después de la gasolinera, tomar la BI-3152 en
dirección Armintza, hasta el mirador (unos 3 kms.) Bizkaibus A3518
Bilbao-Mungia-Bakio parada Otsategi (unos metros más delante de la gasolinera),
y de ahí a pie hasta el punto de inicio.
Más información:
Guía Cartográfica de
Bizkaia mapa 4
IGN MTN50-038 Bermeo
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Camino junto a la carretera |
En la poco frecuentada carretera que une Bakio con
Armintza, este viejo mirador de donde partimos –un poco perjudicado por el
arbolado- parece recordar tiempos mejores, porque es claramente un lugar
vetusto al que nadie parece haber hecho caso desde que se urbanizó. Desde aquí
tenemos que continuar carretera arriba unas decenas de metros, pasamos una
curva con una pequeña explanada por la derecha (ahí también puede ser posible
aparcar) y justo después arranca por la izquierda un camino de tierra muy
visible, que es el que debemos tomar para abandonar el asfalto.
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Mucha piedra |
El camino, con una pendiente moderada, es abrupto,
descarnado e irregular la mayor parte del tiempo, muy de ‘tipo Jata’,
flanqueado por pinos y eucaliptos. Pronto descubrimos que forma parte de un GR
(no estoy seguro si es el 280 de Uribe-Kosta), muy bien señalizado, de forma
que, aunque hay numerosos desvíos aquí y allá, no hay duda sobre la ruta a
seguir. Estamos bordeando la pequeña elevación denominada Arrastakulo, y ahora
enfilaremos directamente hacia el sur. En algunos tramos aflora la roca entre profundas
hendiduras, que en ocasiones parecen haber sido rellenadas con gravilla fina,
aunque también podría ser natural, no sé.
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Bakio desde el área recreativa |
Tras un tramo algo sinuoso, salimos a terreno abierto
y pronto accedemos a una pequeña ÁREA RECREATIVA y mirador, con un par de bancos,
una fuente y una parrilla. La vista es exactamente la misma que desde el
mirador de la carretera, aunque más amplia por los metros que hemos ganado.
Tenemos Bakio a nuestros pies, con Gaztelugatxe bien visible, Burgoa y Garbola
enfrente y Sollube algo más al sur (derecha); siguiendo esta dirección
encontramos muy al fondo la inconfundible mole rocosa de Anboto. Junto al área
de picnic hay un cruce múltiple donde hay que prestar atención: tenemos que
seguir la dirección que traíamos para tomar una pista en ligera bajada, que se
dirige hacia otra de cemento en la que giraremos a la izquierda. Todo es muy
sencillo siguiendo las marcas rojiblancas.
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Bifurcación de pistas |
Por esta nueva pista llegamos a una segunda área
recreativa, que tiene su singularidad: en cierta ocasión encontramos los
poquitos bancos existentes en medio de un auténtico barrizal, una especie de
ciénaga que parecía provocada por el desbordamiento de la arqueta que se
encuentra justo al lado. No sé si ese será el estado habitual de este lugar,
pero no entran precisamente ganas de sentarse ahí a descansar. Dejando los
bancos por la izquierda, junto a un cartel del circuito Valentín Uriona para
bicis, la pista se bifurca. El camino de la derecha nos llevaría tranquilamente
hasta la falda de la cima de Jata, pero a nosotros nos gusta complicarnos un
poco la vida, así que tomaremos una opción más montañera: desde esa pista de la
derecha, nos desviamos por un sendero (DESVÍO) que sale por la derecha bajo el pinar.
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Una buena pala |
Por
ahí seguimos apaciblemente, prácticamente en llano, con alguna vista sobre el
mar, para salir a una zona de repoblaciones. Llegado a un mugarri donde se
reúnen los municipios de Bakio, Lemoiz y Jatabe-Maruri, el GR sigue por la
derecha en bajada, y aquí lo abandonamos para seguir de frente.
Unos metros después trazamos una curva y nos
encontramos de golpe ante una muy respetable pala que sube en recto a nuestra
izquierda: el típico cuestón recto, unos 400 metros de longitud con una
pendiente entre el 30 y el 40% sobre suelo pedregoso, áspero, irregular. Un bombón,
de esos que nos gustan. Pues nada, que regulando un poquito y sin prisas,
superamos la pequeña dificultad, recompensados por las vistas, ya espléndidas,
y que aún mejorarán.
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Buzón de Jatatxiki |
Llegados arriba, describimos una curva y, de golpe y
porrazo, nos encontramos en la cima de JATA TXIKI (555 metros), también
conocido como Jatatxikerra o Jatainardi, con un gracioso buzón en forma de
ermita. Por cierto, es el techo municipal de Bakio y Lemoiz, porque Jata
pertenece a Mungia y Maruri. Apenas hay vistas, tapadas por el arbolado, y la
cumbre está justo en el mismo sendero, por el que seguimos adelante, en busca
del hermano mayor.
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Hacia el Jata grande |
Ahora perdemos unos pocos metros y en unos minutos ya
tenemos a la vista el cono cimero de Jata, con la antena-bola despuntando por
detrás. Poco después, ya bajamos con decisión hacia el collado de Jatabeinerdi,
donde ya queda claro que habrá que remontar un buen trecho hasta la cima.
Cruzamos la pista que da servicio a la antena y tomamos un camino de tierra
amplio, que enseguida presenta por la derecha el senderito que hay que tomar.
La subida, por terreno despejado, es durilla pero asequible.
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Cima de Jata |
Así llegamos por fin a la cima (JATA, 598 m.), con
vértice, buzón-cohete e ikurriña, todo ello con frecuencia batido por fuertes
vientos. Las vistas son sencillamente colosales: con cielos limpios, vemos la
costa completa desde cabo de Ajo (incluido el Cincho o Montehano, por ejemplo)
hasta el mismísimo Larrun, ambos al fondo a Oeste y Este, lamentablemente no visibles
en foto. Vemos el Gorbea, Anboto, Bilbao, parte de los Picos de Europa, en fin,
prácticamente todo en 200 kms. de franja costera y 50 o 60 al interior. Merece
la pena dedicar unos minutos a sorprenderse con cada detalle y cada
descubrimiento, mejor con unos buenos prismáticos o cámara con zoom.
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Hacia el Oeste: desde Eretza hasta Cabo de Ajo |
Para la vuelta la cosa está muy clara. Hay que bajar
hasta el collado y ahí –salvo que queramos desandar todo el camino de subida-
podemos tomar la pista que baja suavemente hacia la derecha. En un descenso
cómodo y casi recto llegamos sin más al cruce junto al área de bancos y la
arqueta, y de aquí, ahora sí, regresamos por el camino inicial sin ninguna
complicación hasta el punto de inicio.
Y si nos hemos quedado con ganas, en el enlace que ponemos arriba se puede ver cómo bajar por otra ruta un poco más larga.
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