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viernes, 17 de marzo de 2017

Vía Verde de Galdames (Muskiz-Gallarta)

La minería fue durante décadas el motor de la economía de Bizkaia. La industria extractiva, ya conocida desde siglos atrás, experimentó una revolución en la segunda mitad del siglo XIX, y alteró por igual la demografía del territorio y la estructura orográfica de amplias áreas. Gran parte de su huella se puede todavía contemplar, aunque dulcificada por la naturaleza y reciclada por la actividad humana.

En este último aspecto cabe destacar los viejos itinerarios de los trenes mineros, que a finales del siglo pasado empezaron a ser recuperados para actividades lúdicas. Las Vías Verdes surcan ahora distintos rincones de Bizkaia, ofreciendo a los paseantes y ciclistas un ambiente natural, hermosos paisajes y caminos amables.

Desde el corazón de las Encartaciones arranca una de estas vías, que se aproxima a la costa y a la ría de Bilbao, donde se ramifica y conecta con importante poblaciones. Continuamos ahora el tramo anterior, llegando hasta Gallarta, localidad que es en sí misma todo un símbolo de ese esplendoroso y sufrido pasado minero.

            DISTANCIA: 9,5 km. 
            DESNIVEL: 150 m. (10-160)
DIFICULTAD: Muy baja 4 (1-3-0)
ITINERARIO  (lineal)  Inicio: Estación Renfe Muskiz Final: Gallarta
            VIAS: Urbanas, pista de tierra
ACCESOS: Hasta Muskiz, desde Bilbao Renfe línea C2 (final) En coche, autovía dirección Santander, salida Muskiz, y BI-3796
      Desde Gallarta, Renfe línea C2 Bizkaibus A-3340 (Bilbao) y A-3333 (Santurtzi)
ENLACES CON: Tramo Atxuriaga-Muskiz
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia Mapa 14



Está claro que vamos un poquillo lentos: publicamos el anterior tramo de esta Vía Verde hace algo más de ¡cinco años! Pero bueno, todo tiene su lado bueno: en todo este tiempo ha sido posible que se inicien y terminan numerosas reparaciones de túneles, viales y saneamientos, y a día de hoy creo que tanto el tramo anterior como el que vamos a conocer ahora están abiertos y practicables sin problema. Por cierto, que la ‘etapa’ que iniciábamos en Atxuriaga tampoco es la primera de la Vía Verde de los Montes de Hierro, que se remonta hacia el sur hasta Traslaviña. Así que dentro de otros cinco años igual arrancamos desde allí.

Subida hacia Santelices
Aclarado todo esto, vamos con nuestra ruta del día.

Para recuperar la ruta que viene desde el corazón de las Encartaciones nos vamos hasta Muskiz. La estación de Renfe se encuentra junto a la N-634 (carretera general), y desde aquí mismo tomamos la avenida Antonio Trueba, en dirección al barrio de Santelices (BI-2701). Desechamos un primer desvío a la izquierda, frente a la fábrica de PAL, y tomamos el segundo, siguiendo una señal que indica hacia el polígono de Santelices. Siempre por asfalto, vamos ascendiendo por sucesivas curvas, junto a diversos caseríos y chalets, superamos la zona industrial y continuamos hasta remontar los aproximadamente 150 metros de desnivel, que será el único del día.

Llegamos a la Vía Verde
Llegamos así a un cruce con unos postes metálicos para evitar la entrada a vehículos, un panel informativo, y un cartel que señala la dirección hacia el Museo de la Minería, que es justo hacia donde nos dirigimos. En este punto recuperamos el trazado de la Vía Verde que dejamos en la entrada anterior.

Entrada al túnel del Sobaco
A partir de aquí, el trazado ha estado en obras durante bastante tiempo, con el firme levantado, tuberías tendidas y túneles cerrados, aunque actualmente se encuentra de nuevo abierto en su totalidad (creo). Pasamos sucesivos desvíos hacia Kotorrio (izquierda), alguna casa aislada, y pronto llegamos al túnel del Sobaco. En lo alto de la boca de entrada hay una placa, en la que creo que se indica que el tren funcionó hasta 1.969. El túnel está en curva y la iluminación le quita algo de gracia. A la salida hay una fuente y un banco, mientras por la izquierda desciende un camino de tierra. Hacia el norte tenemos siempre vistas sobre Muskiz, Petronor y el Serantes, una vieja poza minera, y divisamos también hacia el Este el polígono del Campillo, cerca del que pasaremos luego, y Gallarta, hacia donde nos dirigimos.  

Vista sobre el Serantes
Nos vamos acercando a la parte baja del citado polígono industrial en muy suave descenso, y dejamos por la izquierda un sendero que se dirige al barrio de Putxeta. Pasamos alguna pequeña trinchera y más adelante una pequeña zona verde junto a una casa roja, en el barrio del Once, que toma el nombre de un pequeño arroyo. Encontramos aquí algunos grandes muros de piedra que deben ser restos de antiguas instalaciones mineras (cargaderos, líneas de vagonetas o cosas así).

Por el bidegorri
Ya en terreno más soleado, pasamos junto a otra zona verde con alguna barbacoa. Esto ya es una carretera normal con un bidegorri, y pronto llegamos a otro túnel, bajo una ladera revestida de cemento. En el siguiente barrio (La Balastera) reaparecen instalaciones mineras y después dejamos otro desvío a la izquierda, mientras vemos que Gallarta va quedando más cerca. Dejamos por la derecha una mina a cielo abierto que no se ve bien y pasamos después por una zona con arbolitos que le dan un aire menos árido. Las vistas son casi siempre las mismas hacia el norte. Como se puede suponer tratándose de un trazado ferroviario, el paseo es prácticamente llano y sin ninguna dificultad, apto para cualquier caminante e ideal para las bicis.

Mina Bodovalle
Casi de repente, salimos finalmente a la carretera BI-3756, que enseguida nos dejará en nuestro destino. Aunque el bidegorri sigue hacia la izquierda, nosotros continuamos por la derecha hacia el Museo minero. Tras una pequeña subida tenemos por la derecha el inmenso vacío de la mina Bodovalle. Realmente, las dimensiones colosales de la excavación se aprecian mejor desde la parte alta, junto a los pabellones industriales, pero también desde aquí la vista no tiene desperdicio. El fondo de la corta se sitúa más de 30 metros por debajo del nivel del mar, y se diría que cabría aquí el pueblo entero de Gallarta. Las fotos tampoco hacen justicia a semejante monstruosidad pero, a falta de las propias, hemos tomado prestada esta del blog Naturmendi.

Junto a la mina se encuentra el interesante Museo de la Minería del País Vasco, y aquí ya tomamos la carretera que nos conduce al casco urbano de Gallarta, donde podemos tomar las líneas de Bizkaibus que ponemos arriba, hacia Bilbao o hacia otros puntos de la Margen izquierda.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Pico Ramos

El castizo barrio de Pobeña, perteneciente al municipio de Muskiz, se acomoda en un pequeño valle, protegido al norte por las lomas que lo separan del mar, y recostado por el sur sobre pequeñas colinas que jalonan la franja prelitoral. El enclave, directamente comunicado con la marisma del Barbadun y la playa de La Arena, ofrece un animado ambiente los fines de semana, además del siempre atrayente carácter que imprime la fusión entre el mundo rural y el marítimo.

Además del muy conocido recorrido del paseo de Itsaslur, que también se inicia en Pobeña, podemos recorrer sin esfuerzo las modestas elevaciones que nos rodean por el interior, a través de caminos poco frecuentados. Completamos la ruta por otros barrios muskiztarras para obtener una imagen integrada de los elementos que componen su paisaje.

               DISTANCIA: 8,2 km.  
            DESNIVEL: 230 m.  (0-229) 
DIFICULTAD: Muy Baja  5 (2-3-0)
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Pobeña (Muskiz)
            VIAS: Urbanas, pista de cemento, senderos de tierra, campo a través
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Santander, salida Muskiz, y tomar desvío a la derecha hasta Pobeña. Bizkaibus A3335 (desde Muskiz) y A3336 (de Bilbao a la playa de La Arena, y de ahí unos 500 metros a pie)
            ENLACES CON Itsaslur
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 13-14



           
Albergue e iglesia en Pobeña
Pobeña se encuentra en el itinerario del Camino de Santiago –que continúa por el conocido paseo de Itsaslur- y cuenta con un coqueto albergue. Si hemos venido en coche, podemos dejarlo en un amplio parking junto a la iglesia de Nª Sra. del Socorro, aunque en fines de semana de buen tiempo, más nos valdrá llegar pronto, porque la cosa adquiere bastante complicación.

 Tomando como referencia el citado albergue, seguimos unos pasos hacia la iglesia y giramos a la derecha para cruzar el cauce del desangelado arroyo Harana (o Valles). Tomamos un camino que sube entre casas y de nuevo tiramos hacia la derecha, junto a algunos caserones de buen porte, para tomar una rampa de cemento que finalmente se convierte en sendero de tierra.

Rampa junto a la autopista
Dejamos por la izquierda la canalización de lo que debe ser el arroyo anterior y ya vamos a pasar bajo el tablero de la autopista, muchísimos metros por encima de nuestra cabeza. El camino gira a la izquierda y sube, en un entorno bastante degradado y poco apetecible. Detrás de Pobeña se distinguen muy bien las ruinas del antiguo lavadero de mineral de Campomar. Justo al lado de la autopista tomamos una rampa de cemento que sube con fuerza. La pala resulta dura, con una pendiente que andará por el 30%, junto a la carretera y sin una sombra, con lo que en días soleados debe ser un infierno, aunque tampoco es muy larga. A cambio, ya tenemos las primeras vistas sobre la playa de La Arena y Lucero, que luego veremos mejor.

Pobeña desde la subida
Lo que vamos a recorrer es una zona prácticamente copada por explotaciones ganaderas, lo que nos obligará a traspasar sucesivos cierres de fincas. Dicho y hecho: justo donde finaliza el cemento, en una curva aparecen dos vallados, uno por la izquierda, con una puerta metálica, y otro de frente, en formato alambrada, que es el que debemos atravesar.

Ahora empezamos a ascender, con la alambrada por la izquierda, y en unos 50 metros, junto a un grupito de árboles encontramos un paso, y nos vamos al otro lado del cierre. Seguimos subiendo, con la valla ahora a la derecha, por el trazado algo difuso de una trocha, hasta un nuevo cierre que atravesamos por una puerta practicable que deberemos cerrar correctamente. Porque estamos ahora dentro de una finca con unos cobertizos que constituyen una granja de cerdos. Los gorrinos se nos acercarán, quizá en busca de comida, aunque yo creo que no se les debe dar nada. La explotación porcina es algo bastante infrecuente en nuestros montes, aunque unos minutos después veremos otro ejemplo.

Últimas lomadas
Seguimos un senderito estrecho, siempre pegado a la alambrada, y ahora hay vacas al otro lado del cercado. Aquí tenemos una buena perspectiva sobre el extremo oriental de la costa de Cantabria, incluido el Cerredo, y por levante, sobre el Serantes, Montaño y Petronor, el paisaje durante prácticamente todo el trayecto. De frente aparece una nueva langa (VALLA), que también atravesamos, y ya queda claro que sólo nos resta una última lomada verde para alcanzar la cima.

Punta Lucero y playa de La Arena




Cima, con Montaño y Serantes al fondo
Enseguida distinguimos el mojón, y sin mucho esfuerzo alcanzamos la cumbre (PICO RAMOS, 229 m.), con el vértice roto, una placa conmemorativa y un buzón que tiene algo que ver con un castillo (quizá el cercano de Muñatones). Aparte de lo ya mencionado, contemplamos parte del casco urbano de Muskiz, con Mello al lado y más al Este las últimas estribaciones de Triano. 

De paso comprobamos que el nombre de 'Pico' no le cuadra demasiado bien a este montecito que, por el contrario, es verde, mullido y redondito. Y, ya que estamos, aprovechamos para decir que muy cerquita existe una pequeña cueva y un yacimiento arqueológico. Por lo visto, se encuentra como a media ladera en dirección NE, o sea, aproximadamente encima del barrio de San Julián que luego veremos.

Janeo y posible (?) bajada
Ahora toca bajar. En dirección Oeste vemos muy cercana una colina coronada con una antena: es el Janeo, bajo cuya falda circula un camino vecinal, que será por donde continuaremos. Para llegar a él, una primera posibilidad es bajar todo derecho hacia el camino, pero nos toparemos con dos alambradas que parecen más propias de Tijuana o la franja de Gaza; casi todo se puede conseguir, y habrá quien tenga habilidad para superar sin daño este monstruoso cierre, pero parece más lógico recular un poco y evitarlo. Así que retrocedemos hasta la puerta metálica que hemos cruzado antes (VALLA), y ahí tiramos hacia la izquierda, tomamos un sendero de tierra, y desembocamos finalmente en el camino principal, dejando por la derecha una granja de gran tamaño.

Llegando a El Haba
            Digamos que ahora ya se nos terminó lo que es monte propiamente dicho. Nuestro camino continúa por la pista cementada, aunque si queremos visitar la cumbre del Janeo (no nos aportará casi nada, aparte de tachar una nueva cima) tendremos que salirnos y continuar por un senderito paralelo a la izquierda del vallado, para después salvar un nuevo cierre. Pasamos así entre dos cobertizos y una nueva granja con cerdos, y seguimos en ligero descenso en dirección al montículo de La Haba, que se encuentra justo enfrente. Al pie de esta elevación tenemos una nueva cabaña.

            VARIANTE: Traspasando la enésima valla, si abandonamos el camino por la derecha, un sendero bastante difuso nos llevaría de vuelta a Pobeña en algo menos de 2 kms. La trazada es irregular y a veces poco visible, y en su último tramo podemos optar por seguir bien en las cercanías del cauce del arroyo Valles (izquierda), bien retornando al paso del primer vallado que pasamos al subir (derecha).

Camino hacia Cordillas
Continuamos por este camino vecinal, ya con viviendas y huertas cerradas a ambos lados, para realizar un brusco giro a la izquierda en cuanto llegamos al caserío CORDILLAS. Accedemos a una moderna urbanización de chalets, que tiene la virtud de disponer de bancos y alguna fuente, lo que agradeceremos de verdad si el calor aprieta, porque no disponemos de una sola sombra desde que partimos de Pobeña.  

Vamos faldeando los montecitos por los que hemos andado, y desembocamos después en otro camino asfaltado con un bidegorri, que desciende hacia el casco urbano de Muskiz. Llegamos así a la BI-3795, con la hermosa iglesia de San Julián por la derecha, y giramos a la izquierda.

Pico Ramos desde la carretera
El camino discurre paralelo al río Barbadun y a la carretera que bordea Petronor. Existe al otro lado del río un paseo peatonal que también podríamos seguir, pero la verdad es que está tan próximo a la refinería que me parece bastante poco agradable, así que lo ignoramos. Tras pasar junto al peculiar edificio donde se encuentra el restaurante Barbadun, en unos minutos de tranquila marcha llegamos al barrio de San Julián (por cierto, que Muskiz se llamaba antiguamente San Julián de Musques).

Camino antiguo en San Julián
En el centro del barrio vemos un cartel que pone ‘Camino antiguo’ y en esa dirección seguimos, atajando un tramo de carretera. Pasamos bajo el viaducto y enlazamos ya con el ramal que viene de la autopista. Con vistas sobre el río y la marisma, donde hay restos de antiguas construcciones, quizá algún molino (no hemos podido enterarnos), vamos de regreso a Pobeña, donde finaliza la excursión.

Como ya dijimos en otra ocasión, este agradable pueblo es el lugar perfecto para terminar una ruta pedestre: sitio tranquilo, juegos infantiles, paseíto hacia la muy cercana playa, bonita iglesia y marismas. Y, sobre todo, dos o tres bares excelentes para un aperitivo. Après-marche que le llamábamos.

miércoles, 30 de enero de 2013

Mello

La cima de Mello –también conocida como Rasa de Mello- se sitúa en la divisoria entre Bizkaia y Cantabria, al igual que la mayor parte del cordal al que pertenece. Esta elevación, situada encima del valle del Barbadun y Muskiz, parece formar parte de los montes de Saldamando, macizo en el que destaca la cercana cumbre de Alen.

De las múltiples rutas de acceso optamos por la más sencilla y breve, desde el alto de Ilso o Las Muñecas, desde donde el recorrido es un cómodo paseo para todos los públicos.

DISTANCIA: 6,6 kms 
DESNIVEL: 225 m. (410-633)   CENTENARIO
DIFICULTAD: Muy Baja 4 (2-2-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Alto de Ilso-Las Muñecas (Sopuerta)
VIAS: Pista de cemento y de tierra 
ACCESOS: Desde Bilbao a Muskiz por la A8 dirección Santander salida Muskiz. Se toma la BI-3794, y en Muskiz, primero la N-634 en dirección Bilbao y poco después (derecha), la BI-4701 en dirección Galdames-Balmaseda. Pasado Mercadillo-Arenao, BI-3703 hacia Las Muñecas (derecha), girando a la derecha en el cruce de Sopuerta-Baluga, en dirección Castro-Urdiales, por la BI-3601, hasta subir al alto de Las Muñecas. Hasta Sopuerta, Bizkaibus A3337 (desde Bilbao) y A3334 (desde Santurtzi)
TRACK: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3917725 
Más información:
http://www.pirineos3000.com
            Guía cartográfica de Bizkaia mapa 22




Por al apacible y hermoso barrio de Baluga (Sopuerta) ascendemos por la sinuosa carretera en dirección a Castro, hasta alcanzar la muga con Cantabria en el alto de Las Muñecas o de Ilso, a 410 m. de altitud. No hacen falta muchas matemáticas para saber que vamos a tener que remontar únicamente algo más de 200 metros para alcanzar la cumbre. O sea, un paseíto.

Avisamos de entrada que, gracias a nuestro hábil manejo de archivos y tarjetas de memoria, esta vez (como es costumbre cada cierto tiempo) nos cargamos prácticamente todas las fotos de la excursión, con lo que tiraremos de donde se pueda para ilustrar el relato. En la página de Pirineos3000 indicada arriba hay buenas fotos descriptivas, sobre todo de la última parte del recorrido.

Alto de Ilso-Las Muñecas
En el mismo puerto tenemos una explanada donde podemos aparcar, compartiendo espacio con pilones de troncos procedentes de las numerosas explotaciones madereras de la zona. Casi en sentido contrario al de nuestra llegada (Este, o sea, por la izquierda según miramos al asfalto), surge una amplia pista de cemento, que será por donde iniciemos la marcha.

Empezamos a subir muy suavemente rodeados de arbolado, donde pronto se advierte que por la derecha predomina algo que en nuestra incultura forestal podríamos llamar bosque mixto (robles, avellanos), y por la izquierda el pino. El trayecto es agradable y muy fácil, aunque sin apenas vistas. Sólo de vez en cuando distinguimos abajo algunas zonas de Sopuerta, y a lo lejos, hacia el oeste, algunas elevaciones de la parte cántabra del macizo y, más al sur, los montes de Triano.

Vistas al oeste
Vamos pasando varias curvas hasta encontrar por la izquierda una zona pelada donde emerge una gran torre eléctrica, y finaliza el tramo de cemento. Continuamos ahora por pista de tierra, aunque con las mismas características de antes: desnivel muy suave, sucesivas curvas y arbolado a ambos lados. Por la derecha cae una ladera en fuerte pendiente, con abundante sotobosque formado principalmente por helechos.

Se siente la soledad y nos acompaña el trino de pájaros; pero tampoco será raro toparnos con motos o quads que romperán el silencio y la paz del lugar. Uno entiende lo divertido de desplazarse a toda leche con estos vehículos por caminos de monte; pero quizá alguna vez alguien debería plantearse en serio limitar su tránsito, porque ya es casi imposible encontrar un sitio donde los senderistas podamos caminar sin tener que sufrir su estruendo, polvo y, en ocasiones, el peligro de su proximidad.

Más adelante, el arbolado cambia por la derecha. Vemos un primer ejemplar de una conífera y unos metros después un precioso bosquecillo que constituye el paraje más interesante de la ruta. Bajo un tupido arbolado que apenas deja pasar la luz, el suelo es una alfombra cubierta de hojillas marrones, que invita a explorar y disfrutar del punto misterioso del lugar.

Tras una curva más pronunciada, dejamos atrás el bosque anterior, y el paisaje se abre un tanto por nuestra derecha, pudiendo observarse a lo lejos otra torreta a donde llegan los cables de un tendido eléctrico atravesando una vaguada. Lo de las instalaciones eléctricas parece que es un tema caliente por esta zona. Por aquí se preveía el paso de una nueva línea de alta tensión, que también afectaba a parte de los montes de Triano; no sabemos si todas o algunas de estas torres pertenecen al proyecto, pero el hecho es que nos iremos encontrando unas cuantas –algunas de tamaño descomunal- a lo largo del itinerario.

Precisamente en la curva siguiente tenemos por la izquierda otro de estos monstruos, que conecta con la torre vista antes, siguiendo un espectacular cortafuegos. Avanzamos siempre muy próximos al cordal –ahora ladeando el Tojo- y por tanto siguiendo más o menos la divisoria de las dos comunidades.

En adelante, se empezarán a multiplicar los caminos que surgen a derecha e izquierda, algunos correspondientes a las instalaciones citadas, y otros seguramente a explotaciones forestales, porque aquí el pino ya es el rey absoluto. Pero basta con seguir siempre la pista principal sin desviarse, y no hay pérdida. Ni tan siquiera hace falta guiarse por las marcas de GR medio borradas que vamos observando.

Señales en el cruce
No muchos metros después de la torre anterior encontramos otra más, justo al lado del camino, que de tan cerca impresiona por su envergadura (una de tantas fotos perdidas). Ahora salimos a terreno más despejado, muy cerca de la torre que antes observamos de lejos, aunque ahora no la vemos. Estamos en un cruce múltiple con una cruz de SEÑALES indicando Las Muñecas, Muskiz y Mello (10’), con lo que tampoco hay lugar a error.

Seguimos nuestro rumbo y casi de inmediato dejamos un camino que sale por la izquierda; enseguida estamos ante una TRIFURCACIÓN. Los tres caminos nos conducen a la cima en pocos minutos pero, para no perder la costumbre, tomaremos el que va más directo, que es el central. En realidad, es una senda apenas trazada, una especie de camino medio desbrozado quizá para uso de los madereros. La ascensión entre helechos es bastante fuerte –sobre todo, comparando con lo plácido del resto del camino- y a veces la trazada medio desaparece, pero tampoco ofrece mayor dificultad.

Tras el repecho más duro, tenemos a la vista otra pista de tierra que tomamos hacia la izquierda, volviendo a llanear. Por la izquierda vemos el camino que dejamos antes y que ahora debe afrontar una buena pala para coger nuestra altura. De frente se atisba el claro donde distinguimos ya el mojón. (Vale, lo de los caminos parece un lío, pero es muy sencillo y si, en caso de duda, buscamos siempre la opción que más sube, es imposible perderse. Además, en el mapa, que para eso lo ponemos, se ve bastante bien)

Mojón y figura del castillo de Muñatones
Llegamos así a la cima (MELLO, 633 m.), en el límite oriental de Bizkaia, con vértice geodésico pintarrajeado, un pequeño buzón y otra cosa insólita que luego describiré. Estamos en efecto en una zona abierta, lo que por lo visto le da el nombre de Rasa de Mello, con un viejo pinar tras el que se observa una especie de charca y otra torre, que debe ser la que se ve coronando el monte desde gran distancia –tanto desde Cantabria como desde Bizkaia.

Aunque el arbolado circundante tapa parte de las vistas, hacia el Este se puede observar Punta Lucero, el Serantes y el Abra, con Petronor más hacia el Sur. Por la parte occidental las vistas se extienden hacia el interior de Cantabria, donde en días claros se aprecia una multitud de picos sucesivos.

Pinar junto a la cima



Detalle del castillo con araña










Vista sobre Punta Lucero

La rareza a que nos referíamos antes no es otra que un bonito castillo de Muñatones sobre un pedestal; nada especial, si no fuera porque tiene una especie de puerta custodiada por una enorme araña, tras la que se oculta una figura de la Virgen. La miniatura del castillo es bonita, pero lo de la araña produce un cierto mal rollo. También parece ser que ha existido alguna polémica por el buzón (que tiene un lauburu y una ikurriña) con algún alcalde o algo así. Cosas que pasan en las zonas fronterizas, sobre todo cuando la gente no tiene demasiadas cosas que hacer o en que pensar.

Para la ruta de vuelta tomaremos el camino más fácil, siguiendo hacia la derecha en ligera bajada la pista que está entre el pinar y la cima, con lo que daremos un pequeño rodeo para volver a la trifurcación anterior, y de ahí seguir sin más el camino por el que hemos ascendido.

Y, ya de regreso, no olvidemos dedicar un ratillo a visitar Sopuerta, localidad sumamente agradable que cuenta con zonas verdes, juegos infantiles y una acogedora plaza. Ah, y varios bares.

lunes, 1 de octubre de 2012

Vía Verde de Piquillo

El tramo de la costa más oriental de Bizkaia y su continuación por el litoral cántabro muestran abundantes restos de la actividad minera que se desarrolló en la zona hasta las primeras décadas del siglo XX.  Por aquí circulaban diversos transportes de mineral para su embarque y posterior exportación, a través de cargaderos que asomaban sobre el mar. La huella de esta industria nos ha dejado desmontes y túneles, viejas instalaciones y edificios a lo largo de varios kilómetros, que conviven con la belleza de los rompientes.

Un sencillo paseo enlaza la primera localidad cántabra (Ontón) con Kobaron, ya en Bizkaia, recorriendo la fachada marítima para contemplar sus recios paisajes.


DISTANCIA: 5,8 kms 
            DESNIVEL: 15 m. (30–55)
DIFICULTAD: Ninguna 1 (0-1-0)
ITINERARIO: ida y vuelta  Inicio y final: Antiguo cargadero de Ontón
VIAS: Pista asfaltada y de cemento
ACCESOS: En coche, de Bilbao a Ontón, autopista A8 dirección Santander salida 139 El Haya. Se toma la N-634 en dirección Santander, y antes de entrar en Ontón, tomar una carreterilla que sale por la derecha, pasando bajo la autopista y llegando al parking junto al inicio de la Vía Verde. Autobús Encartaciones (Termibus) Bilbao-Castro por Nacional
                 Si queremos partir de Kobaron, tomar la misma salida de autopista e inmediatamente la BI-3795, para encontrarnos en pocos metros en esta localidad. También Bizkaibus A3321 desde Portugalete
ENLACES CON Itsaslur
Más información:


El Piquillo –que no tiene nada que ver con los pimientos- es justamente el lugar del que partimos, una pequeña punta próxima a Ontón, junto a la Rada de Berrón, una cala visible si nos asomamos un poco hacia el oeste, en donde parece que se practica el buceo, como atestigua este video: 



Pero como nosotros somos del palo pedestre, nos fijamos en lo que hay en tierra firme. Aquí mismo ya podemos observar restos de antiguas instalaciones mineras, como la llamativa chimenea que se conserva en la misma explanada junto a la cual se inicia el camino. También distinguimos los muros de un cargadero, al parecer diseñado por Alberto Palacio (el del Puente Colgante) y destruido por una tempestad en los 80. Con estos elementos a la vista, y el Cantábrico a nuestros pies, ya estamos plenamente integrados en el ambiente por el que nos vamos a mover.

Chimenea e inicio del camino
Según miramos al mar, tenemos que seguir unos metros hacia la derecha para encontrar junto a unas casas unos paneles informativos que nos indican el comienzo de la Vía Verde. Por cierto, que acumulan tantas advertencias sobre acantilados, desprendimientos y adversidades meteorológicas, que dotan a la ruta de una emoción que en realidad no tiene… aunque si nos viniéramos por aquí un día de temporal duro, igual cambiábamos de opinión.

Avanzamos sobre los acantilados, delimitados por una valla de madera, rodeando la bonita ensenada de Ontón, mientras vemos delante el trazado del camino y al fondo, el túnel de la Galerna. Realmente, lo de los desprendimientos no es broma, porque en el camino se aprecia  alguna zona hundida y parcheada; y la propia mina de la Galerna –muy próxima al túnel al que da nombre- parece que terminó desmoronándose, lo que indica que el terreno debe ser bastante inestable.

Llegando al túnel
Llegados al túnel, además de nuevos carteles de advertencia, el aspecto de la boca resulta de por sí algo intimidante: asoma por ella un aparatoso entibado de madera que lo recorre en su totalidad, y las laderas están sujetas –como en algunos tramos anteriores- por redes metálicas. El túnel está completamente a oscuras, y las paredes rezuman agua. Con todo, y aunque pueda parecer una atracción de parque temático, tiene uno la convicción de que todo es bastante real, con lo que el pasaje impone cierto respeto, pese a su escasa longitud.

Y salida
A la salida se aprecia también algún voladizo a modo de visera y una zona apuntalada, lo que confirma la sensación de inestabilidad.

A partir de aquí las emociones se reducen considerablemente. El camino continúa bordeando los acantilados, con buenas vistas sobre el este, con protagonismo de Punta Lucero y sus molinos. Los rompientes dejan ver pliegues geológicos notables y también algunos hundimientos.

Pasamos un cepo que impide la entrada a vehículos, y después dejamos a la izquierda un caserío. Nos vamos alejando del litoral, y poco después de pasar junto a una chabola (derecha) cruzamos sin enterarnos la muga entre Cantabria y Bizkaia.  

La costa hacia Bizkaia
Se van sucediendo algunas casas de labranza y, tras otra curva que nos aproxima de nuevo a la costa, nos volvemos a dirigir tierra adentro, ahora en línea recta hacia un edificio en ruinas, seguramente de origen minero. Poco más adelante surge por la izquierda uno de los varios caminos que cruzan, y que se dirige a la zona de Aguadulce.

VARIANTE: Podemos hacer una pequeña incursión en esta dirección, para contemplar la pequeña cascada de un arroyo que vierte directamente al mar.

Zona minera del Hoyo
Enseguida estamos junto a los viejas construcciones mineras de la zona de El Hoyo, y continuamos hacia el interior bordeando una vaguada con abundante vegetación por donde discurre el arroyo de la Sequilla. Junto a un pequeño recinto rodeado de altos setos salimos a un parking muy bacheado, y ya no tenemos más que seguir la carretera hacia el grupo de casas que tenemos a la vista, para llegar a Kobaron, punto final de la excursión.

VARIANTE: Si queremos enlazar con la ruta de Itsaslur, junto al seto hay que girar a la izquierda y seguir el camino hacia un pinar con un nuevo aparcamiento, donde ya tomamos la parte vizcaina de la ruta. También desde Kobaron podemos tomar (por la izquierda, según llegamos) un camino interior que nos conduce a Pobeña por la zona de Campomar, aunque por aquí el tránsito es algo más complicado y menos espectacular.

La ruta nos lleva poco más de media hora (ida), que esta vez sí que lo hemos controlado, y en Kobaron, además de un parquecillo con juegos infantiles, tenemos varios bares agradables donde picar algo, una cosa imprescindible cuando una se da un paseo respirando los aires marinos.

lunes, 9 de enero de 2012

Vía Verde de Galdames (Atxuriaga-Muskiz)

Como todo el mundo sabe, las Vías Verdes son antiguos trazados ferroviarios recuperados para su utilización como rutas pedestres o de BTT. Muchas de ellas corresponden a trenes mineros, como el que enlazaba las explotaciones de Galdames con la zona industrial y portuaria de Sestao. Por su propia naturaleza, son recorridos más o menos largos y de suaves pendientes, que nos permiten un muy asequible paseo por rincones a veces olvidados de nuestra geografía.

En Bizkaia están catalogadas como tales cuatro Vías Verdes, siendo la de Galdames (también llamada de los Montes de hierro) la más larga. Nuestro trayecto coincide con el tramo inicialmente acondicionado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2003, entre Atxuriaga y Muskiz.


DISTANCIA: 10,7 kms 
            DESNIVEL: 60 m. (100-160)  
DIFICULTAD: Muy Baja  4 (0-4-0) 
ITINERARIO: lineal  Inicio: Parque Atxuriaga-La Aceña (Galdames)
                               Final: Muskiz
VIAS: Pista de piedrilla, carretera y vías urbanas  
ACCESOS: Ida: Desde Bilbao, por la A-8 dirección Santander salida Muskiz, para tomar la BI-3794 en dirección a esta localidad. Allí se cruza la N-634 para tomar la BI-2701 hacia Santelices y Galdames, y luego la BI-3632 hasta La Aceña. También (más complicado) por la autopista del Kadagua dirección Balmaseda salida Gueñes. Se toma la BI-3631 en dirección Galdames y luego la BI-3632, pasando San Pedro, hasta La Aceña. Se deja a la derecha este barrio, tomando la primera desviación a la derecha para entrar en el parque de Atxuriaga.
A Muskiz también RENFE línea C2, y de aquí a Atxuriaga en Bizkaibus A3323 y A3334. Al estar comunicados los puntos de inicio y final mediante el Bizkaibus, puede optarse por cualquier combinación entre ellos.
            Vuelta: De Muskiz a Bilbao, mismos accesos de ida, más Bizkaibus A3336 y A3337
            Más información:
Muchas otras páginas se refieren a esta ruta, generalmente en bici, e incorporando otros tramos.
Guía Cartográfica de Bizkaia mapas 23 y 14






Parque de Atxuriaga-La Aceña
Como a veces ocurre, quizá lo más complicado de la ruta puede ser el acceso al punto de partida, en especial si la iniciamos, como en este caso, desde el recóndito parque de Atxuriaga, en Galdames. Nos encontramos en el estrecho valle del río Barbadun, cuyo curso seguiremos a cierta distancia, en las estribaciones orientales de los Montes de Hierro.  El parque es una hermosa extensión verde que ocupa los terrenos de las desaparecidas instalaciones auxiliares de las explotaciones mineras.

Acceso al túnel de Villegas
 Tenemos que recorrer hasta el final el amplio aparcamiento, dejando atrás una zona de columpios con fuente, y enseguida encontraremos por nuestra derecha una pista que se dirige hacia unos pabellones industriales. Por su parte trasera accedemos a la Vía Verde propiamente dicha, a través del túnel de VILLEGAS –cuyo acceso parece haber estado limitado o cerrado en época reciente.

El túnel es más bien corto, pero tiene el atractivo de la bóveda en roca viva, con el clásico envoltorio vegetal en entrada y salida. Tras él, nos encontramos ya en un entorno completamente natural, rodeado de arbolado, con vistas intermitentes hacia el valle y los montes próximos. El camino de zahorra (que era de cemento en el túnel) facilita el paseo y la circulación de bicis.

Túnel de Malpeña
Muy poco después, atravesamos un paso canadiense y encontramos el segundo túnel (Malpeña), más largo e iluminado con unos feos neones. Poco después de abrirse esta ruta, los túneles se veían frecuentemente encharcados, por lo que se acometieron mejoras en el firme; ahora no presentan ninguna dificultad para atravesarlos, pero también es cierto que con estas modificaciones y la instalación de luces artificiales perdieron parte de su encanto.

Cada cierto tiempo encontramos señales de cruce con pistas forestales, y vamos observando mayor presencia de bikers que de paseantes a pie. Contemplamos también algunos restos de muros y pasadizos de piedra de las antiguas instalaciones mineras, similares a los existentes por ejemplo en Mendikosolo. Algunas granjas con animales y alguna pequeña repoblación forestal, junto con perspectivas ocasionales sobre el valle y las elevaciones circundantes nos van amenizando el cómodo recorrido, jalonado también por hitos kilométricos que nos orientan sobre la progresión de nuestra marcha –aunque hay que añadir como otro km. adicional correspondiente a la aproximación desde el parque.

Vista del camino
La pista es prácticamente llana, discurriendo siempre sobre una cota que ronda los 150 metros, acomodandose el trazado a los entrantes de las laderas; en algunos de ellos se puede escuchar el murmullo de pequeños arroyos, que se dejan ver entre la vegetación, y que terminan desaguando en el Barbadun. Resulta curioso imaginar los viejos vagones circulando, cargados de mineral, rodeados de una naturaleza seguramente mucho más castigada que ahora. Durante buena parte del recorrido tenemos a la vista, en la vertiente contraria del valle, el pequeño barrio de Montellano, en las estribaciones del monte Mello.

Nos adentramos después en la curva más amplia del trayecto, que rodea la vaguada creada por el arroyo Agurriaga, el más significativo del camino, lo que nos permite disfrutar de perspectivas algo más amplias hacia las montañas encartadas del sur. Aquí abandonamos el municipio de Galdames y nos adentramos en Muskiz, mientras sobre nosotros se sitúan las cimas de Peña Helada y Ventuña, formando un pequeño circo abierto hacia el valle por el oeste. Nada más completar este giro, aproximadamente a 6 kms. del inicio, nos encontramos otro de los sucesivos cruces que vamos viendo (POBAL); hacia la derecha se asciende hacia la barriada de Las Cortes, y por la izquierda el camino baja hacia el río, dirigiendose a la cercana y muy conocida ferrería del Pobal.

VARIANTE: Podemos abandonar nuestro camino y dedicar un rato a visitar la ferrería, reconvertida en museo. Más info en http://www.bizkaia.net/home2/Temas/DetalleTema.asp?Tem_Codigo=3030. La ruta de la página de ISB indicada arriba finaliza precisamente en este punto, que también dispone de transporte público.

El valle y montañas hacia el sur

Primeras vistas sobre Muskiz
Unos minutos después, advertimos que el valle se va abriendo y circulamos por una zona más despejada. Más adelante, tras pasar la última curva por la zona de Bilotxi (nada que ver con el Mississippi), nos adentramos en terreno de nuevo arbolado, y ya empezamos a vislumbrar una de las chimeneas de Petronor, lo que indica que nos aproximamos al final de nuestro recorrido por la Vía Verde.
Cruce cerca de Santelices
Pronto empezamos a tener también vistas sobre Muskiz y las instalaciones de la refinería y, en unos 100 metros nos encontramos ante un cruce múltiple, delimitado con postes metálicos (SANTELICES). Tomamos entonces la carretera asfaltada en fuerte bajada hacia la izquierda y enseguida vemos que por nuestra derecha el antiguo trazado ferroviario continúa en dirección a Gallarta (es la parte acondicionada más recientemente); pero nosotros nos vamos a dirigir hacia Muskiz, para lo que continuamos descendiendo por la revirada carretera para descender hacia los pabellones del polígono El Campo, en el barrio de Santelices.

Pasamos después junto a varios chalets de gran porte y salimos finalmente a la BI-2701, que tomamos hacia la derecha para aproximarnos al casco urbano. Conviene tener cuidado –además de con el tráfico rodado, porque no hay arcén- con lo que podríamos llamar el síndrome del Camino de Santiago, ya se sabe: tras la caminata realizada y a la vista de una población, suponemos que la meta está ya alcanzada, cuando aún nos queda un buen trecho, en nuestro caso el tramo más urbano y por tanto menos agradable.

De todas formas, bastará con recorrer unos 800 metros más para llegar al centro de Muskiz, donde accedemos sin problema al transporte público de regreso, si es el caso.

Y por lo demás, podemos completar la jornada acercandonos a la playa de La Arena (mejor sin coche) o al agradable barrio de Pobeña, o bien conocer el cercano castillo de Muñatones, por ejemplo. (Vale, esta vez no he hecho loas de la hostelería del municipio como suele ser usual, pero es que confieso que, salvo un par de sitios de Somo, no conozco bien la oferta. Pero bueno, intentaremos poner remedio a esta carencia en cuanto sea posible)