viernes, 19 de abril de 2019

Garaio PR BI-41

En las estribaciones occidentales del macizo de Legarmendi/Aramotz, mirando hacia el valle de Arratia, encontramos uno de esos parajes mágicos que salpican la montaña de Bizkaia. Entre los intrincados pliegues de diversas formaciones calizas, pequeños cauces de agua han tallado durante miles de años formaciones geológicas caprichosas y espectaculares. Asiento de poblaciones prehistóricas, esta zona de belleza espectacular alberga leyendas e historias de seres formidables que no es difícil imaginar moviéndose por la zona.

El PR BI-41, cuyo trazado seguiremos con algunas excepciones, dibuja un atractivo recorrido por estos lugares, con ascensión a Garaio, su cima más significativa. Incluso podemos enriquecer el itinerario con la visita a la cueva de Balzola y el túnel de Abaro, a los que ya hemos dedicado una entrada específica. En cualquier caso, una de los senderos PR más atractivos de Bizkaia, cuya visita no nos decepcionará.

            DISTANCIA: 6,8 km.
            DESNIVEL: 310 m. (266-574)  CENTENARIO
DIFICULTAD: Media-Baja 7 (3-2-2)  Dificultad de tránsito/Zonas de peligro (atajo en la cima)
            ITINERARIO (circular)  Inicio/Final: Indusi (Dima)
            VIAS: Carretera, senderos de tierra, karst
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, tomar la A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida BI-640 (Vitoria-Gasteiz). Se toma esta dirección pasando Bedia y Lemoa hasta encontrar el desvío a la izquierda por la BI-2543 dirección Dima-Otxandio. Se toma esta desviación, pasando Dima, hasta llegar a Indusi, donde se coge otro desvío a la izquierda señalizado a la Cueva de Balzola. Bizkaibus A-3925 parada Indusi
ENLACES CON Cueva de Balzola
             TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 58
IGN MTN50-087 Elorrio




Inicio del camino
En cuanto llegamos al barrio de Indusi, comienza el carrusel de sensaciones que nos van a rodear durante buena parte de la excursión. Con un espacio no muy grande pero generalmente suficiente para aparcar, estamos en una especie de pequeño y bucólico valle, observados por unos cuantos soberbios caseríos que se escalonan en la ladera. Junto a un poste de señales y un mapa, cruzamos un puentecillo sobre el arroyo que da nombre al barrio y tomamos un camino asfaltado que se dirige al solitario caserío que vemos unos metros más arriba (Gibelar, Gibiltar, u otras denominaciones, que dan ganas de asomarse y preguntar a los dueños). La pequeña carretera da un rodeo, pasamos por delante del caserío y vamos ya por camino de tierra.

Camino entre montañas
Aunque acabamos de empezar, aquí está una de las muchas imágenes espectaculares del paseo: nos internamos por una estrecha garganta como hacia las profundidades de las montañas que nos rodean: Kobagan de frente (enseguida veremos una de las bocas de la cueva), Urrustei y Garaio por la derecha, y Urrekoatxa a la espalda. Cruzamos una puerta metálica y un puentecillo, y seguimos por sendero pedregoso a la orilla del arroyo Koba Erreka. Como esta parte del camino ya la comentamos en la entrada Cueva de Balzola tampoco nos detendremos demasiado en las descripciones.

Jentilzubi
Enseguida tropezamos con el arco pétreo de JENTILZUBI, horadado en tiempos remotos por el propio arroyo, y siguiendo por camino ya bastante pedregoso, llegamos a la primera curva.

VARIANTE: Si tenemos interés en conocer el interior de la cueva de Balzola, lo mejor es abandonar el camino y tomar el senderito que sale a la izquierda en el fondo de la curva. Siguiendo el trayecto indicado en la entrada antes citada apareceremos en la boca principal, reuniéndonos con la ruta tras escasos minutos por un estrecho sendero.

Ahora empezamos a subir suavemente, y tropezamos con unas señales: si nos desviamos hacia la derecha, llegaríamos en unos metros al yacimiento arqueológico de Axlor (nada llamativo a la vista) o podríamos encaramarnos encima del Jentilzubi. Pero solo acabamos de empezar y casi mejor dejarlo para la vuelta. Un poco más arriba, otro poste informativo nos indica el camino a la cueva. Sin embargo, como vamos a seguir el PR dejaremos de lado ese desvío y seguiremos por la cómoda pista, recordando de nuevo que podríamos seguir el itinerario antes citado, seguir por Abaro (que merece la pena) y reunirnos cerca del barrio de Balzola como 1 km. más adelante.

Continuamos por tanto la pista de tierra, cómoda y sin desnivel, y en cuanto veamos por la izquierda un amable prado por donde serpentea el arroyo, llegaremos al punto donde nos reunimos con el trazado procedente del túnel. Por este tranquilo camino perdemos unos metros para atravesar de nuevo el mismo arroyo, esta vez sobre un puentecillo de madera, y vamos a dar a un camino asfaltado, que indudablemente nos conduce hacia el pequeño núcleo de Baltzola. Pasamos en ligera subida entre varios caseríos y enseguida nos reunimos con la carretera BI-4549 que conecta el barrio con Dima, desde donde se podría llegar en coche. Ahora giramos a la derecha, y por la izquierda tenemos ya la hermosa ERMITA de San Lorenzo, junto con la gruta de la Virgen de Baltzola. El Garaio se levanta justo por detrás de un caserío.

Garaio


Ermita de San Lorenzo

Bosquete
La siguiente cruz de señales nos envía por la derecha, indicando 2,2 kms. hasta Garaio, aproximadamente un tercio del recorrido, aunque será lo más duro. Seguimos por una pista de piedrilla y tierra bajo arbolado, y en la siguiente BIFURCACIÓN (ojo, que aquí las señales escasean) tomamos el camino de la derecha en ligera bajada. Tras perder unos 50 metros de cota, encontramos un arroyo -podría ser el mismo del principio, no sé- junto al que crece una hermosa aliseda. Por aquí debe estar la fuente de Pagokoiturri, y el camino gira lentamente hacia la derecha (sur) y empieza a remontar de nuevo, saliendo a cielo abierto. Con vistas momentáneas hacia Errialtabaso, llegamos a un nuevo cruce junto a la txabola de Olabarria donde, con una nueva señalización, giramos a la derecha para empezar a subir por el bosque.

En el primer repecho podemos salirnos de la pista para coronar una pequeña tachuela llamada Arbisola, pero luego es conveniente volver atrás para retomar el sendero. Más que nada porque enseguida vamos a hacer algo un poco disparatado.

VARIANTE (muy recomendable): No sigan ustedes la ruta que vamos a poner a continuación. Es mejor continuar el sendero para rodear la cima y atacarla por el punto indicado en el PR, de acceso bastante fácil. Pero para el que quiera, ahí va una propuesta un poco loca.

Empieza la cresta
Si es usted tan inconsciente como para no hacer caso al consejo anterior, seguimos contando cómo abandonamos por unos minutos el mucho más razonable itinerario del PR para alcanzar la cima por el sitio más estúpido. En el momento en que desde el sendero divisamos una cresta rocosa, nos vamos para allá campo a través. El arbolado se reduce a algunos pequeños espinos, seguimos por la campa y nos metemos de lleno en la arista rocosa. Eso sí, tenemos una vista espectacular del Gorbea, y el vecino Kobegan se ve unos cuantos metros por debajo de nosotros. Pero la cosa no es sencilla: estamos en una cresta cada vez más abrupta, con hendiduras importantes a las que hay que prestar mucha atención. Ni se nos ocurra con lluvia
Para arriba
o niebla. La cosa no presentaría mayor problema si no nos condujese a una especie de promontorio… desde el que vemos la auténtica cima a unos 100 metros de distancia y unos cuantos más arriba, al final de una arista quebradiza con bastante patio. Estamos a tiempo de dar la vuelta.


Último tramo

En caso contrario, disfrutamos de una soberbia vista de Leungane y la sierra de Legarmendi, y seguimos adelante. Hay que ir subiendo por la misma arista entre grandes calizas con sus correspondientes grietas, matorral duro por todas partes, arbolillos enanos, la mayor parte espinos y una pendiente bastante escalofriante por la izquierda. La cosa es ir muy poquito a poco, con mucha paciencia y extremando las precauciones, buscando siempre el paso más sencillo (o menos complicado), y quizá mejor escorándonos hacia vertiente norte (derecha). Y bueno, si usted ha llegado con todos los huesos en su sitio y ganas de ver paisaje, pues ya está en la cima (GARAIO, 574 m.), con los ilustres vecinos bien visibles: Itxina y Gorbea, Errialtabaso, Urrekoatxa…

Cima, con vistas a Legarmendi

Bajando por el karst
Desde la cima hay que continuar la misma dirección (oeste), siguiendo alguna marca y varios hitos, y bajando con buena pendiente por todo el karst con las precauciones habituales. Cruzamos una pequeña pedrera y nos dirigimos resueltamente hacia un pinar. Lo atravesamos, siempre con fuerte desnivel, y vamos a dar a la pista inicial, cerca del acceso
Por el pinar, hacia el camino
a la cueva.
 Tomándola a la izquierda, deshacemos el camino de subida, aunque no tengo muy claro si el PR toma el desvío por Axlor y Jentilzubi en vez del camino principal.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario