El muy playero municipio de Bakio se ve rodeado por dos formaciones montañosas de cierto relieve: Jata, un clásico de Bizkaia, por el Oeste, casi encima del núcleo urbano; y por el Este, algo más lejano y disperso, el macizo de Sollube, una de cuyas estribaciones se extiende por el Garbola y continúa por el pequeño brazo del Burgoa, que parece prologarse hasta el cabo Matxitxako.
La ruta parte de la carretera a Bermeo, junto a la encantadora ermita de San Pelaio, para ascender sin ninguna dificultad y con estupendas panorámicas hasta la cima, por donde nos asomamos al vecino Urdaibai, después del cual la costa continúa hacia levante.
DISTANCIA: 5,6 kms
DESNIVEL: 270 m . (180-450) CENTENARIO
DIFICULTAD: Ninguna 2 (1-1-0)
ITINERARIO: ida y vuelta Inicio y final: Ermita de San Pelaio (Bakio)
VIAS: Camino asfaltado, pista de tierra y cemento, sendero
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, BI-631 dirección Mungia y Bermeo. En el cruce de Larrauri BI-2101 dirección Bakio, y aquí BI-3101 dirección Bermeo. Justo después de la señal hacia la ermita de San Pelaio se encuentra a la izquierda el parking de Larrazain (‘01’). Bizkaibus A3518 hasta Bakio y A3524 hacia Bermeo con parada en San Pelaio.
Más información:
Guía cartográfica de Bizkaia mapa 4
La ermita románica de San Pelaio data al parecer del siglo XI ó XII, por lo que es una de las construcciones religiosas más antiguas de Bizkaia, junto a las de Abrisketa en Arrigorriaga o Zumetxaga, también en las inmediaciones de Bakio. Según se explica en un interesante panel informativo, los antiguos pobladores de la zona vivían sobre todo en las laderas de los montes para cuidar de sus huertas y su ganado (por lo visto, hace 1.000 años la playa y los bares no tenían mucho tirón), es decir, alejados del centro del pueblo y de su iglesia, razón por la que se construían estos pequeños edificios de culto en lugares aparentemente tan inhóspitos.
La cima desde el pórtico |
Sin ninguna desviación, vamos dejando por la izquierda varias antenas y un edificio verde, y pasamos un portillo de madera siempre abierto, para salir enseguida muy cerca de la carretera nueva hacia Bermeo. Por la derecha sale un camino con otra puerta de madera, que también desechamos. En todo momento tenemos a la vista primero una antena-torreta y más a su derecha la cima, por lo que el camino es evidente y no hay posibilidad de confusión.
Poco después el firme pasa a ser de tierra, teniendo por la derecha el barranco del arroyo Aumerreka, que nos ofrece el amplio repertorio de verdes de su intenso arbolado. Más o menos por aquí nos adentramos en el municipio de Bermeo, siempre con una pendiente muy benévola y prácticamente uniforme.
Jata, con Bakio a sus pies |
Gaztelugatxe y Aketz |
Torreta de Aznabarra |
Justo antes de alcanzar el vallado, junto al antepenúltimo poste sale por la derecha un camino irregular y pedregoso que desciende ligeramente, y con claridad se encamina hacia un el collado de Sanjoanoñetza, que separa Aznabarra de la última pala hacia el Burgoa, con un bosquecillo delimitando la vertiente que cae hacia Bermeo.
Collado y última rampa |
Bermeo, Izaro y estuario de Urdaibai |
Parapeto y mojón en la cima |
Y de nuevo nos acompaña el mítico video cimero que solemos tomar prestado de los colegas de Biendealtura (hasta que se enfaden y nos denuncien a la SGAE):
Nublado, verdad? Es que parece que todos esperamos a la meteorología un poco chunga para subir al pobre Burgoa. Con las imágenes tan extraordinarias que se nos pierden entre las brumas…
VARIANTE: Si la ruta se nos ha hecho corta, podemos prolongarla sin mucho esfuerzo para coronar el Garbola, cima principal de esta parte del macizo. No hay más que seguir la dirección que traíamos para descender primero y volver a subir unos 80-100 metros . El camino, de unos 2 kms., es cómodo y sólo hay que seguir el sendero principal, sin desviarse a derecha o izquierda, para acceder a la cumbre.
Playa de Bakio y costa oriental |
La continuación hacia San Pelaio nos ofrece la espectacular panorámica que a la idea tuvimos a la espalda, con los rompientes de la costa oriental, monte Ermua y Billano. Por ahí se esconden también -aunque algo se deja ver- las monstruosas instalaciones de la central de Lemoiz. En días claros, al fondo puede distinguirse la costa de Cantabria.
Tras el apacible descenso, tenemos a mano el simpático ‘01’, pegado al parking de Larrazain del que hemos partido, además del inevitable Eneperi, a unos pasos carretera adelante. Pero además abajo nos espera Bakio, uno de nuestros favoritos de la costa vizcaina, con su pedazo de playa, y oferta hostelera para todos los gustos, sobre todo en verano. Imprescindibles La Parra y La Bakiense. Gastrosenderismo de ibilkat, una vez más.
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