domingo, 31 de marzo de 2013

Camino '87 2ª jornada: Balmaseda-Bercedo (28 kms.)



El arranque del segundo día de camino no suele ser malo. Se levanta uno con el cansancio de la primera jornada encima, pero con un cierto ánimo, las ampollas seguramente todavía no han hecho su aparición y el asunto ya no nos pilla de sorpresa, sabemos lo que tenemos por delante… o creemos saberlo.

Apeadero cerca del Berrón
De Balmaseda se sale en dirección sur, siguiendo la BI-636, siempre pegados al Kadagua y próximos al trazado del tren de La Robla, junto al que vamos a circular casi todo el día. En unos minutos salimos del casco urbano y poco después abandonamos Euskadi para entrar en la provincia de Burgos.

La práctica totalidad de la jornada anterior hemos avanzado sin desniveles apreciables, remontando desde Santurtzi algo más de 200 metros en todo el recorrido; es decir, nada. Pero ahora habrá que empezar a comerse pendientes de más enjundia.

Foto con perro
Pasamos El Berrón, siguiendo ahora la CL-629, bordeando Peña Torriba. Por la derecha queda, relativamente cerca, el pantano de Ordunte. Seguimos por Maltrana y Entrambasaguas, lugares que resultarán familiares a la gente que se desplaza a pueblos tan bilbainizados como Medina o Villarcayo; y de hecho, el cronista indica que en algunos sitios reciben el saludo y la compañía de veraneantes de Santurtzi o cercanías, lo que no será raro por estas zonas.

Villasana
En 15 kms. desde Balmaseda alcanzamos VILLASANA DE MENA (km. 43), buen sitio para hacer una parada generosa. Llegar a una población de cierta entidad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por una parte, se dispone de más servicios y se encuentra uno diríamos localizable y en lugar civilizado; pero esta circunstancia hace también que nos sintamos como que ya hemos llegado a algún tipo de meta, con lo que puede venir el relajo, quizá dedicar demasiado tiempo al descanso y en consecuencia, perder el ritmo de la marcha.

Pero en este caso la pausa no vendrá mal, porque ahora viene lo complicado.

Salimos de Villasana y la ruta gira hacia el oeste, siguiendo el valle, con los montes de Ordunte por el norte y la Peña por el sur. Por la izquierda queda Lezana de Mena, que Charly conoce muy bien de sus correrías por los alrededores; pero como nos lee nunca, no se dará por aludido, el tío. Enseguida la cosa se pone fea, porque tenemos que enfrentar las primeras pendientes serias; nos espera el PUERTO DEL CABRIO.

Santuario de Cantonad
Hemos venido ganando altura desde hace rato, pero a partir de Vivanco ya tenemos pendientes de alrededor del 10% No parece gran cosa, pero cuando uno lleva unos 18 kms. encima, el asunto no es tan sencillo. Con el santuario de Cantonad por la izquierda, si echamos la vista atrás, tenemos una estupenda panorámica del valle de Mena al completo. Tras un pequeño tramo de llaneo, tras pasar Leciñana, ya no encontramos descanso, y remontaremos otros 300 m. a campo abierto hasta el alto. La página de Altimetrías, que a veces consultamos, ilustra bien el perfil.

Valle de Mena desde la subida
Pero esto no es todo, porque cuenta el narrador que ‘en el Cabrio nos cogió una tormenta que nos caló hasta los huesos’. Hay que imaginar el panorama: un aguacero en lugar tan inhóspito y desprotegido, con la pateada acumulada y los desniveles del puerto, es fácil suponer que alguien pueda pensar en rajarse: ‘Por nuestra mente voló el fantasma del abandono y volver a casa’. Como para extrañarse, y más teniendo en cuenta que sólo se llevan dos días de Camino, cuando todavía echarse atrás es una opción muy razonable.

Por si fuera poco, hay que apuntar otra circunstancia. El actual trazado del Cabrio es relativamente reciente; la antigua subida era bastante más dura, con sucesivas horquillas y desniveles más pronunciados.

Imagen antigua de la llegada a Bercedo
El caso es que, pese a todo, la comitiva termina llegando a BERCEDO (km. 56). Qué remedio, claro, no se iban a quedar lamentandose en medio de la nada. Termina así la segunda jornada, con una buena mojadura, las fuerzas bajo mínimos y seguramente también la moral, tras haber remontado un desnivel de 600 metros. Por cierto, que los 28 kms. de la hoja de ruta a nosotros nos salen algo más de 29.

Desconocemos dónde pernoctaron los caminantes pero, aunque los recuerdos son confusos, bien pudo ser en una especie de garaje medio inundado, lo que a su vez nos da pie para contar otra anécdota.

Parece ser que la comitiva iba acompañada de un perro llamado Lucky (casi seguro el de la foto). Nos cuentan que en cierta ocasión (bien pudo ser aquí en Bercedo) el pobre bicho, hecho polvo por la caminata, se acomodó a dormir sobre una silla porque el suelo estaba encharcado. En el transcurso de la ruta, parece que el animal se desplazaba adelante y atrás del grupo, como a veces acostumbran los perros, con lo que en realidad recorría quizá el doble de distancia y pronto acabó deslomado. Así que al cabo de las primeras etapas hubo que repatriarlo.





El sello estampado en la credencial –de la que hablaremos más adelante- es del Ayuntamiento de la localidad. Y, sin nos fijamos bien, vemos que el diligente funcionario establece la llegada en ¡las nueve de la noche!, lo que nos hace pensar dos cosas:
  • que nuestros amigos llevaban un horario muy poco montañero (arrancar al amanecer y esas cosas), o bien que se eternizaron, sea en las paradas intermedias o bajo la tormenta del Cabrio
  • y que, en la actual época de recortes y aumento de la productividad, el ciudadano que puso el sello nos sirve como ejemplo de dedicación a la cosa pública sin atender a horarios, Convenios ni derechos adquiridos.
Hay que imaginar esa noche, con la peña tiritando, y los más aguerridos tirando de motivación como Guardiola con los ‘300’ en la final de la Champions.

No hay comentarios:

Publicar un comentario