Karrantza es el municipio más extenso de
Bizkaia y, con permiso de Lanestosa, el más occidental. Aunque su núcleo
principal, Kontxa, se sitúa en el valle, por las laderas se desperdigan numerosos pequeños barrios, aproximandose a las diversas cordilleras que se
levantan especialmente hacia el oeste y el sur.
Desde uno de estos barrios, Aldeacueva,
y por entorno netamente ganadero alcanzamos Cotobasero, cima de altitud media
cuya posición central nos ofrece una espléndida panorámica sobre el valle y las
cadenas montañosas que dominan la comarca.
DISTANCIA: 8 kms
DESNIVEL: 335 m. (490-824) CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 6 (3-2-1) Dificultad de tránsito
ITINERARIO: ida y vuelta Inicio y final: Barrio de Aldeacueva
(Karrantza)
ACCESOS: De Bilbao a Karranza autopista dirección
Santander hasta salida Ampuero-Limpias. Se sigue N-629 en dirección Ramales y
poco antes de llegar se toma a la izquierda la CA-150 en dirección
Karranza, y después BI-4623. Pasado Molinar, en la gasolinera de Ambasaguas se gira
a la derecha en dirección Lanestosa. Se cruce un puente y se gira a la
izquierda en dirección Aldeacueva, hasta la iglesia. También autopista
dirección Balmaseda hasta Sodupe. En Gueñes, BI-3602 hasta Traslaviña y después
BI-630 hasta Ambasaguas (Karranza), hasta la gasolinera, donde se sigue el
trayecto anterior.
VIAS: Camino asfaltado, senderos de
tierra y campo a través
Más información:
Guía cartográfica de
Bizkaia mapa 38
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Perfil (ida) |
Ocurre con frecuencia que para hacer
una marcha sencilla se requiere meterse al cuerpo una buena ración de
kilómetros por caminos más o menos laboriosos. Si hablamos de Karranza, no
hace falta mejor ejemplo: vayamos por donde vayamos (desde Bilbao, se entiende),
nadie nos quitará una horita de coche y, llegados al pueblo, o disponemos de un
GPS en condiciones, o tendremos que tirar de paciencia y buenas dotes de
intuición para no perdernos por la enorme maraña de caminos vecinales que se
extiende por amplias zonas.
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San Bartolomé de Aldeacueva |
Pero, bueno, se supone que queremos
conocer sitios y disfrutar de la naturaleza, así que vámonos para allá.
Digamos que hemos llegado ya al pequeño núcleo de
Aldeacueva, al que me referiré a la vuelta. Lo primero que vemos es la iglesia
de San Bartolomé, un edificio de proporciones respetables que, según hemos leído, es una réplica
nada menos que de la catedral de México, hay que ver. Junto a ella hay una
agradable y recoleta área de picnic, y aquí mismo podemos dejar el coche,
porque nuestro camino empieza justo en el desvío que tenemos por la derecha.
Abandonamos por tanto la carretera por donde hemos llegado,
y tomamos el camino asfaltado en ligera subida hacia otro grupo de casas, probablemente llamado El Afal. Llegados a
otro cruce junto a unos buzones (DESVIO-1) giramos de nuevo a la derecha para seguir
ascendiendo. Entre grandes pastizales, empezamos a tener vistas interesantes,
en especial por nuestra izquierda. La carreterilla pasa a ser una pista de grava
y tras otra casa se bifurca, debiendo tomar el que sigue por la izquierda (DESVIO-2).
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Poderío |
Vamos subiendo con algunos tramos de mayor pendiente,
siempre en terreno despejado, y la panorámica es cada vez más amplia. Más o
menos hacia el SE, al picudo y fácilmente identificable Kolitza le siguen los
más poderosos vecinos de la sierra de Ordunte: el misterioso Burgueño,
Balgerri, Zalama... Del cresterío principal se desprenden dos más pequeños, el
más occidental de los cuales es el formado por Peñalta y Saltipiña, y va
perdiendo metros hasta enlazar con nuestro objetivo del día, que por cierto
todavía no vemos.
Dejamos por la izquierda otro caserío con un desvío y
continuamos por camino siempre flanqueado por alambradas. La sensación que uno
tiene es muy similar a la que proporcionan algunas rutas por las zonas agrarias
de Cantabria, con fincas valladas, verdes pastos y vacas aquí y allá. Bueno, y
el estiloso toro de la foto, que nos miraba con un punto de chulería.
Según ganamos metros se nos van descubriendo hacia
poniente nuevas cadenas montañosas, empezando por la Sía y los Tornos. Pasamos otra
casa de labranza más y el camino describe una amplia curva y se vuelve terroso
y muy desigual, con aspecto antiguo. Hasta ahora hemos venido rodeando una
especie de
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Llegando a La Cabezuela |
antecima llamada La
Cabezuela, y desde esta vertiente podemos ver ya nuestra
cima, una pelada loma bastante cercana.
Nos aproximamos a una especie de establo grande, el
último edificio del recorrido, y a buen seguro nos encontraremos con una muy
amplia zona encharcada. Este es el primer motivo de la ‘dificultad de tránsito’
que ponemos arriba. Son numerosas las escorrentías que por estos lares
descienden hacia los valles, no digamos si ha habido lluvias recientes, pero
esto ya sobrepasa lo habitual: al menos cuando el que escribe anduvo por allí,
la balsa de agua ocupaba por completo el camino y buena parte de los prados
colindantes. Hubiera hecho falta un estudio topográfico o un vehículo anfibio para
vadear el charco y, a falta de tales, hubo que echar mano de cierta creatividad
y buenas dosis de suerte para no terminar más que con una pierna hundida hasta
media caña. Así que ánimo.
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Camino junto al pinar |
Pasada esta casa todo es más fácil. La pendiente
prácticamente desaparece y el camino, que gira hacia la izquierda, pasa a ser
una vereda herbosa junto a un par de plantaciones de pino –único arbolado de
todo el trayecto. También por aquí corren algunos regatos, así que el sendero
se puede encontrar encharcado de trecho en trecho, aunque nada que ver con lo
anterior.
Falta el acceso a la última pala. Venimos bordeando un
vallado, y el camino continúa recto en suave descenso, pero en cuanto termina
la alambrada hay que hacer un giro brusco a la derecha (DESVIO-3) para continuar casi en
dirección contraria a la anterior. De inmediato nos encontramos con otro
cierre que hay que traspasar, y seguimos con rumbo norte.
A nuestra izquierda tenemos ya la última lomada del
Cotobasero, donde debe haber también un túmulo prehistórico de los varios que
jalonan el pequeño macizo de Mesada, pero tenemos que confesar que no lo hemos
llegado a ver.
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Desvío hasta la cima |
Tendremos que ir un poco atentos para encontrar un
punto de paso para atravesar la nueva alambrada que llevamos a la izquierda.
Nueva ‘dificultad de tránsito’. Primero veremos un paso tipo escalera, aunque
rodeado de una masa de argomas de tales dimensiones que lo hace completamente inútil. Y unos metros
después, un poste con una señal que indica hacia la cima y una especie de
portezuela desvencijada; pero quizá sea más difícil abrirla y volverla a cerrar
que buscar otro acceso o intentar una trepada heroica, con cuidado por la cosa
de los espinos. Y al final hablaremos del tema de las puertas.
Suponiendo que, en la forma que sea, hemos traspasado
la valla, no hay más que acometer la última pala, corta aunque con un buen
desnivel, que nos sitúa en la cima (COTOBASERO, 824 m.). Tenemos vértice
geodésico, pero no buzón, al menos hace unos meses no estaba. Quizá lo habían
retirado para restaurarlo pero, tratandose de un monte puntuable para el
Concurso de centenarios, daba pena ver cómo alguien había dejado la tarjetita
bajo una modesta piedra.
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Llegando, con vistas al Oeste |
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Peña Ranero y valle de Karranza |
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Montes de Ordunte |
Las vistas son excelentes, divisandose en todo su
esplendor lo que hemos venido viendo durante el trayecto, tanto hacia el sur (Ordunte)
como al oeste (Cantabria). Hacia el norte vemos nítidamente Peña Ranero a un
lado y la Peña
del Moro al otro, abriendose entre ambos la profunda garganta por donde
discurre el río Karranza. Distinguimos la ovalada balsa de La Cerroja y girando al Este,
el hermoso valle de Karranza, a cuya espalda se suceden las múltiples cimas de
las Encartaciones.
Por el mismo camino de subida, tras volver a atravesar
vallas y ciénagas, regresamos en apacible paseo hasta Aldeacueva.
Es el momento de dirigirnos a los caseríos de este barrio para, en unos pocos
metros, encontrar la notable caverna que da nombre al barrio, y que merece sin
duda la visita.
Puertas al campo
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Tipo escalera |
En alguna ocasión nos hemos referido a la
proliferación de cierres y vallados, en especial en zonas donde abundan
explotaciones ganaderas. Esto es muy frecuente en Cantabria y también en zonas
de Bizkaia, como ésta de Karrantza por donde hoy nos movemos. También diremos
que es normal: es el sustento de los vecinos de estas tierras, y tampoco es
cosa de que se les desperdiguen los animales, o se los roben.
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Langa |
Pero claro, a veces los propietarios se quejan de que
los senderistas o montañeros les tiran abajo los postes, o dejan los pasos sin
cerrar. Por otra parte, todos hemos visto puertas por completo impracticables,
de las que en esta excursión tenemos varios ejemplos notables. Y, ante la
dificultad de abrirlas, nada más lógico que la tentación de dejarlas sin
cerrar.
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Paso lateral |
Por lo tanto, comprendiendo la necesidad de que las
fincas estén cerradas, e igualmente el derecho de los excursionistas a atravesarlas pacíficamente ¿no sería mejor para todos hacer las cosas con algo
de sensatez? Es decir, los aldeanos, mantener los pasos en condiciones, y los
paseantes, poner cuidado en dejarlos bien cerrados. La mayoría de la gente hace
ambas cosas
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Puerta clásica |
correctamente, pero siempre hay también quien se empeña en poner
dificultades a todo el mundo que no sea él mismo.
Además, hay montones de tipos de pasos, con muy poco o ningún coste, que se ajustan a las características de los
distintos lugares, cumplen su función y no molestan a nadie, así que tampoco
hay que comerse mucho la cabeza. Y , como se ve, hemos dejado aquí un pequeño muestrario. Que aproveche, que es gratis.