La localidad de Noja reúne cada año a
miles de veraneantes, atraídos por sus fantásticas playas y la belleza de sus
paisajes. Por la proximidad a nuestro territorio, una gran parte de los
visitantes procede de Bizkaia. Pero, al margen del bullicio y de la clásica
oferta turística, todavía atesora el encanto de algunas grandes fincas, casonas y
palacetes que todavía perviven, y ciertos rincones que, a pesar de todo, siguen ofreciendo imágenes inesperadas.
Uno de estos lugares es el camino que
enlaza las dos playas más famosas del municipio, Ris y Trengandín. Bordeando la
línea litoral, recorremos senderos arenosos, viejos pinares e insólitas calas,
para completar un sencillo paseo que nos sitúa en el mismo corazón del pueblo,
junto a la hermosa iglesia de San Pedro.
DISTANCIA: 3,1 km .
DESNIVEL: 0 m .
DIFICULTAD: Ninguna
(0)
ITINERARIO: lineal Inicio: Playa de Ris Final: Paseo de Trengandín
ACCESOS: Desde Bilbao, por la A-8 dirección Santander salida
184 Beranga-Noja-Isla. Se toma la
CA-147 en dirección a Noja. Al entrar en el casco urbano, en
la avda. de Santander hay que tomar la desviación a la izquierda hasta la playa
de Ris. Autobús de Alsa
desde Termibus: consultar en http://www.termibus.es/horarios.php?idi=es
VIAS: Urbanas, sendero
ENLACES CON Brusco
TRACK: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6832800
Más información:
Cartografía de Cantabria
mapa 4
Aparte de las características
archiconocidas por todos (playas, ambiente veraniego y marchón), el municipio
de Noja tiene algunas peculiaridades que resultan llamativas. Esta artículo las explica muy bien: por una parte, su
insalvable componente estival, por el que en plena temporada pasa de 2.000 a 70.000 habitantes,
nada menos, con la consecuencia lógica de que el resto del año es algo así
como un pueblo fantasma. Fijo que alguno se mosquea, pero si tienen Uds. dudas dense una vuelta en otoño, sin ir más lejos.
También es chocante que todo parece
(y es, en realidad) muy nuevo. No existe un casco antiguo como tal, y lo
poco que sobrevive anterior al boom turístico (o sea, a los años 60 ó 70) son
algunas casonas dispersas y ciertas impresionantes fincas con palacetes en su
interior, como podremos ver después.
Y finalmente, lo que más nos
interesa para nuestro paseo es que, a pesar de la tremenda presión urbanística
y la proliferación de segundas viviendas, la línea de costa no ha sufrido los
efectos devastadores de otras localidades, y los edificios dejan un espacio más
o menos razonable que permite disfrutar un poco del litoral.
Bueno, y tras el momento
sociológico-urbanístico, vamos con la ruta.
Comenzamos la marcha junto a la
espléndida playa de Ris, desde donde divisamos ya algunos islotes rocosos que
le otorgan personalidad y refuerzan la belleza de su entorno. El más
extenso, llamado San Pedruco, cuenta con una ermita, es accesible en marea
baja y merece la pena la visita. Por la parte derecha del arenal, el asfalto
continúa por la trasera del hotel Pineda, para salir enseguida al mismo borde
del mar. Aquí cerquita se encontraba el pub Cocolú, uno de nuestros favoritos
del pueblo -y hay muchos.
Alejandonos de la playa de Ris |
Enseguida caminamos junto a los
pequeños acantilados repletos de pliegues y hendiduras características de esta parte de la costa de Cantabria. Tenemos a la vista parte de la playa y sus
islotes, con la preciosa bahía cerrada por el oeste por Isla y cabo Quejo. Por
cierto, que uno de estos peñascos recibe el nombre de Moja el Rabo, dicho sea
sin otra intención que la mera curiosidad.
Bunker |
Las formaciones rocosas se suceden, y
observamos el trabajo de milenios del mar, abriendose paso entre las calizas, poderosas
y casi siempre cortantes. Llegamos así al punto más oriental de la ruta, la Punta de la
Mesa. Se trata de un pequeño cabo de roca desnuda, una especie de meseta que se interna en las aguas, cayendo en vertical en su parte más
sobresaliente. Tampoco hemos de pensar en alturas vertiginosas ni dimensiones
ciclópeas; el promontorio resulta modesto y no impresiona, pero presenta una
bonita silueta que explica por sí misma su nombre.
Inmediatamente, tenemos a la vista el
resto del recorrido: sucesivos salientes, con zona arbolada hacia el interior,
y el núcleo urbano de Noja al fondo, con la playa de Trengandín y el macizo de
Mijedo tras ella. Aunque el camino principal discurre unos metros tierra
adentro, los senderitos más arrimados al borde nos van conduciendo entre
roquedos y pequeñas manchas de encinar que resulta divertido atravesar, a veces
sorteando el ramaje en pasajes muy angostos.
Una de las calas |
Ya se va viendo que nos acercamos al
final, con las casas bastante próximas, y nos espera la cala más amplia. Un
inmenso eucalipto de tronco inabarcable en mitad del sendero nos conduce a un
camino menos agreste, que empieza a discurrir junto al vallado de la finca Arnaiz,
que parece no tener fin. Así pasamos junto a esta playita, de la que se
desprende el islote de Peña Pombera.
Junto a Peña Pombera |
Finalizado el paseo, tenemos la
posibilidad de enlazar por ejemplo con la ascensión al Brusco, en el link que
ponemos arriba, o con el camino que recorre toda la enorme playa -que es parte Trengandín, y parte Helgueras-, y del
que hablaremos en otra ocasión. Si tenemos que volver a Ris, podemos hacerlo
por el interior, por la calle Pinares, desde la que podremos contemplar algunos
magníficos ejemplos de la arquitectura civil que comentábamos al principio.
Y naturalmente, encontrandonos a un
paso del corazón de la villa, tenemos a nuestra
disposición toda la amplia oferta hostelera que puede esperarse de un municipio
turístico, aunque haríamos dos precisiones: 1) lo que decíamos al principio sobre el 'pueblo fantasma', si es que vamos fuera de temporada, y 2) ojito con la ORA y los parquímetros , porque los munipas tienen el lápiz bien
afilado, y más si tenemos matrícula o distintivos de Bilbao… aunque esto último
lo negarán siempre, claro.
Para terminar, en esta página hay un bonito video de Noja en general. Y decir también que nuestra ruta de hoy resulta que tiene la distinción de sendero azul, que es una cosa de la que no habíamos oído hablar hasta ahora.
Pero como aquí siempre estamos alerta sobre posibles disparates político-ambientales, contaremos también que, para no desentonar con la moda de hace unos años, también aquí, justo por esta zona, se proyectaba un puerto deportivo. Fijo que el éxito hubiera sido aún mayor que el de Laredo, y de paso se hubieran cargado estos magníficos paisajes que acabamos de recorrer. Es que no falla.
Pero como aquí siempre estamos alerta sobre posibles disparates político-ambientales, contaremos también que, para no desentonar con la moda de hace unos años, también aquí, justo por esta zona, se proyectaba un puerto deportivo. Fijo que el éxito hubiera sido aún mayor que el de Laredo, y de paso se hubieran cargado estos magníficos paisajes que acabamos de recorrer. Es que no falla.
Hola Jose Luis.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu aportación porque además soy muy aficionado a la cosa de la jardinería, aunque sea a nivel doméstico. Así que tendremos a mano tu blog, que a primera vista parece muy interesante. Y seguro que a nuestros amigos de las mañaneras también les mola.
Aquí nos tienes para lo que desees. Un saludo.