Dejamos Palas de Rei siguiendo la N-547 , que en seguida se abandona para tomar
caminos por entorno más natural. Nuestra particular bitácora cita entonces el
castillo de Pambre (la página incluye video para quien no lo conozca), y el pazo de Ulloa (se supone que relacionado
con la famosa novela); pero ponemos en duda la exactitud de lo señalado, porque
estos dos edificios históricos, aunque están dentro del municipio de Palas,
creemos que se encuentran bastante más lejos, fuera de la ruta.
Pasamos enseguida SAN XULIÁN (km. 535) y MATO-CASANOVA, para
después ascender el Porto de Bois, todo ello por senderos bastante solitarios, sumergidos
en la naturaleza. Por cierto, hemos leído en este blog que el tal Xulián mató por error a sus padres, y sólo al cabo de mucho tiempo
de trabajos y abnegación fue perdonado por la divinidad. Vamos, una historia que recuerda un montón al legendario Teodosio de Goñi, uno de nuestros personajes favoritos.
Un par de kilómetros después nos encontramos el primer mojón de la Diputación de A Coruña, otro acontecimiento. Entramos en la última de las seis provincias de la
ruta, a menos de 60
kilómetros de la meta. Esto ya es para no creerselo,
parecía imposible pero lo estamos consiguiendo, estamos ya ahí mismo.
En tierra coruñesa nos espera LEBOREIRO (km. 541), de donde el
relato destaca el ‘templo románico de
Santa María’ (de las Nieves, suponemos).
El bonito dibujo que hemos ‘capturado’ por ahí es una imagen típica de este
lugar, con un cabazo (gran cesto de funcionalidad similar al hórreo) delante de
la citada iglesia. El camino sale a terreno despejado para bordear un par de
zonas industriales y, pasando FURELOS, nos lleva a MELIDE (Mellid, km,
546), notable localidad a la que servidor recuerda haber llegado a las siete y pico de
la tarde, con el termómetro marcando 38º,
por lo que no guardo muy buen recuerdo.
Melide |
Habiendo recorrido unos 14 kms. desde Palas de Rei, estamos exactamente a
mitad de etapa lo que, coincidiendo con una población relativamente grande y
con servicios, se presta a escala técnica de cierta duración; aunque ya sabemos
que a los montañeros y senderistas que solemos llamar 'pata negra' no les gustan nada estas paradas,
porque dicen que se queda uno frío. Y en ocasiones hay que reconocer que tienen
razón.
Así que salimos en dirección paralela a la antes citada carretera N-547, a la que a veces nos
aproximamos, y de la que nos alejamos otras. Superamos PENAS y BOENTE, hasta
alcanzar, en unos 8 kms. desde Melide, CASTAÑEDA (km. 554). Vamos casi
siempre por un ligero tobogán, con pendientes suaves y cortas, pero que, a
fuerza de reiteradas, castigan las piernas.
Una subida especialmente dura (sobre todo por la carga de distancia que
ya llevamos) es la que debemos afrontar antes de bajar a RIBADISO. Pero,
superado este tramo más un par de kilómetros adicionales, incluida una
inolvidable recta por la desnuda carretera, arribamos finalmente a ARZÚA (km.
560), que no me dirán que no suena a nombre vasco total.
Iglesia de la Magdalena |
Este núcleo urbano es más o menos del mismo tamaño que Melide, y nuestra
hoja de ruta hace referencia a la iglesia de la Magdalena. A falta de más
datos, y como no conocemos el pueblo más que de paso, apuntaremos que tiene una
agradable plaza con arbolitos, lo que en verano resulta muy útil al caminante.
Vista aérea de Arzúa |
Sólo hace un par de jornadas dejábamos atrás el mojón de los 100 kms, y hoy
hemos entrado en A Coruña, parecía que todo estaba ya muy cerca; pero la etapa,
de casi 30 kms., resulta extenuante, y el largo camino nos va despojando, hora
tras hora, de la ilusión de los hitos superados. Es la dureza psicológica del
Camino, donde los éxitos son efímeros, y nos humilla una y otra vez,
obligandonos a sólo caminar, sin pensar en que vaya a ocurrir algo relevante
porque pasemos el siguiente pueblo, el siguiente río.
Ahora lo que nos puede matar es la ansiedad. Estamos a sólo 35 kms. del
destino final, pero no nos deben entrar las prisas. En el Camino, nunca.
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