lunes, 19 de enero de 2015

Parajes secretos

Miguel Angulo es un conocido montañero, experto en los Pirineos y en la montaña vasca, asuntos sobre los cuales ha publicado un montón de trabajos. Vamos, que en asuntos de montes nos pilla muy pero que muy lejos. Pero hemos encontrado por casa una estupenda publicación de este veterano baionatarra, y vamos a comentarlo un poco. Y así de paso prestigiamos un poco el blog, y por unos minutos nos desprendemos de nuestro penoso marchamo de domingueros.

‘Parajes secretos del País Vasco’ es un precioso tomo publicado por Elkar en 1.987, que recoge en sus 288 páginas incursiones por 93 lugares más o menos recónditos de nuestra geografía montañera. Para cada uno de los destinos Angulo propone dos o tres posibles actividades, a veces más, desde lo que él llama ‘paseo fácil’ hasta ascensiones, rutas, escaladas o incluso exploraciones del subsuelo.

Claro está que los criterios de este señor son bastante diferentes de los nuestros, así que hay que imaginar que lo que llama ‘fácil’ quizá a nosotros nos podría costar un infarto.

El caso es que se nos proponen un montón de lugares sumamente espectaculares, sobre los que se desarrolla un trabajo exhaustivo de descripción, con mapas elaborados por el mismo autor (también publica cosas de cartografía) y todo tipo de datos. Y naturalmente, magníficas fotos que acompañan textos sobrios, pero que tampoco escatiman detalles.

Aunque nuestra capacidad no nos dé para hacer más que algunos de los recorridos más sencillitos, merece realmente la pena porque siempre se trata de localizaciones de un interés especial, más allá de la mera caminata o ascensión. Hemos hecho tres o cuatro de los (no muy numerosos) que se ubican en Bizkaia y, no obstante las diferencias en el concepto de dificultad que comentábamos, los parajes son fantásticas y la información, oportuna y enriquecedora.

Vamos, que el libro en cuestión siempre nos aporta algún punto de vista o variante que aporta cosas fuera de lo habitual, y de las podemos aprender, al tiempo que disfrutamos de las rutas y paisajes.

Tachasenderos

Hemos comentado en ocasiones –y lo haremos de nuevo un poco más adelante- que existe una normativa sobre senderos, en la que se fijan las condiciones para su homologación por las Federaciones de Montaña: características y mantenimiento, señalización, distancias, etc. Todo este tinglado determina la existencias de esas marcas, normalmente blanco-amarillas o rojiblancas, que nos encontramos por los caminos.

Lo cierto es que prácticamente toda la información que encontramos sobre los senderos de nuestro territorio reside en páginas web de ayuntamientos u organismos comarcales (Urdaibai, Enkarterri, P.N. Urkiola, Gorbeialde y así). Unos con más gusto y detalle que otros, exponen los datos de aquellos recorridos que atañen a su ámbito territorial.

Y resulta que hay por aquí cierta gente –entre la que nos contamos- que, lo mismo que algunos se ajustan al apelativo de ‘tachamontes’ (y no miro a nadie), se podría calificar como ‘tachasenderos’. O sea, que nos gusta meternos por caminillos a veces extraños en pueblos o montes para ir descubriendo lugares que nunca habíamos visitado, bosques y manantiales que no estaban en las rutas más usuales, caseríos, estradas, collados, pastos, rincones ignorados. Conocemos lugares nuevos, hacemos un poco de ejercicio, y además, sin pagar.

Así que, para facilitar las cosas, diremos que la Federación Vizcaína nos remite a la página Senderismo Bizkaia, donde hay un buen número de senderos referenciados, bastantes de los cuales con información adicional, mapas en pdf (mejorables) y tracks en formatos .kmz y .gpx. Sobre otros tantos, los deberes parecen estar sin hacer, y no tenemos ningún dato. Esto referido a los PR, porque sobre los GR que recorren Bizkaia sí que suministra información más completa.

También hemos encontrado este trabajo de la Universidad de Deusto que contiene un listado (página 61, para que nos os canséis de buscar), bastante exhaustivo, de los senderos del territorio, con o sin homologación. Es una simple lista, prácticamente sin ninguna información útil, pero nos puede servir como catálogo.

Porque lo cierto es que, para nuestra sorpresa, no existe un listado digamos oficial de senderos PR, completo, actualizado y con información de cada uno. No sería mala cosa que alguien de la Federación explicase el por qué de esta carencia. Pero la verdad es que lo echamos de menos, porque nos ahorraría el trabajo de ir investigando por fuentes tan dispersas.

Misterios sin resolver (III)

En esta nueva entrega de misterios encontrados en esos caminos de Dios, traemos dos cosas muy diferentes, tanto físicamente como en la fase de resolución de los respectivos enigmas.

Por una parte, tenemos que anunciar que el misterio incluido en nuestra segunda entrega pura y simplemente ha desaparecido. Esa cosa extraña (vuelvo a poner la foto, a modo de recuerdo) que podríamos llamar estructura, entramado, cuadrícula o cosa parecida, de hormigón, situada en una curva de la carretera de Artxanda, cerca del molino, ya no existe. Parece que ha sucumbido bajo el cincel hidráulico y la piqueta, quedando reducido a un montón de escombros que, salvo que hayan sido retirados en las últimas semanas, allí permanecen como único vestigio de la intrigante instalación.

Ahora se ha convertido en un punto relevante donde el bilbaino GR 228 abandona el asfalto para escurrirse monte abajo. Y para el que pase por el lugar, queda la sensación de que allí hubo algo, pero nunca se sabrá el qué.

Bueno, nos queda que, aunque el objeto ya no exista, alguien pueda aún hoy contarnos algo sobre el tema. Pero tampoco tenemos muchas esperanzas.

Y vamos con otra cosa. Hace unos meses vimos este extrañísimo arbolito con esa especie de globos amarillos y pinchudos, que no sé si son flores o frutos. Digo globos porque realmente lo son: se coge uno, se pincha y está hueco, como una pequeña pelota de caucho.

Como es evidente, no es un ejemplar silvestre, sino plantado en un jardín, quizá con fines decorativos, no sé.

Y también confieso que esta vez el misterio ya fue desvelado. Al amigo Manu parece que no se le resiste ningún secreto de la naturaleza, y en poco tiempo dio con la especie, tarea en la que servidor fracasó pese a haberle dedicado bastante tiempo a golpe de internet. 

Pero no, no voy a decir el nombre todavía. Os lo dejo como pasatiempo, a ver si alguien atina.



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