Los parajes montañeros adquieren un
atractivo especial cuando se sitúan a corta distancia del litoral. Esa
proximidad les dota de una personalidad especial, su vegetación se puebla de
especies endémicas de la costa, y el aire salino se percibe con claridad desde
las laderas. A cambio, nos ofrecen altitudes muy modestas que a menudo nos
saben a poco.
Los escasos 400 metros de Otoio siempre
aparecen vinculados al municipio de Lekeitio, cuya extensión domina y de donde
parten la mayoría de las rutas, aunque en realidad pertenece por entero a Ispaster. Aunque el recorrido más habitual incluye un tramo
costero, en esta ocasión proponemos un itinerario totalmente interior en el que
conocemos pequeñas zonas boscosas variadas y de enorme atractivo.
DISTANCIA: 2,7 km.
DESNIVEL: 250 m. (150-399)
CENTENARIO
DIFICULTAD: Muy Baja 3 (2-0-1) Rampas del 30%
ITINERARIO: circular Inicio y final: Bº de Zatika (Artika)
(Ispaster)
VIAS: Senderos de tierra
VIAS: Senderos de tierra
ACCESOS: En coche desde
Bilbao, autopista A8 dirección Donostia-San Sebastián hasta salida Amorebieta.
BI-635 dirección Gernika y BI-2238 dirección Lekeitio. Zatika se encuentra a la
izquierda de la carretera antes de bajar hacia Lekeitio. Bizkaibus A3513 tiene
parada en Zatika, A3512 y A3523 llegan hasta Lekeitio
TRACK: Wikiloc
Más información:
Con variante por la
costa:
Guía cartográfica de
Bizkaia mapa 11
Como Uds. verán, inauguramos el 2.015 con una imagen de la ruta en silueta, modelo Google Earth. ¿A que mola?
Lekeitio (y cable eléctrico) desde Artika |
Seguimos la indicación del PR BI-145 hacia Izpaster, en
dirección al monte, y tomamos un camino que surge por la izquierda pegado al
lateral de una casa. El sendero no está muy pisado, y en la primera bifurcación
tiramos para la derecha por donde más sube (ley universal). Después
el firme se
vuelve pedregoso y asciende con pendiente bastante fuerte junto a un tendido
eléctrico. Hay algunos tramos de desnivel duro, que alternan con otros más
suaves, como cambiamos sucesivamente entre el encinar y algunos pinares.
Por el pinar |
Último tramo |
Aunque recientemente se han talado los árboles más
cercanos al mojón, puede decirse que no tenemos ninguna vista; sólo se atisban
algunos montes hacia el oeste, entre ellos Bustarrigan o Bizkargi, como indica
una mesa de orientación, por lo demás totalmente inútil. Al menos, el denso
arbolado oculta casi por completo la descomunal antena, situada a muy pocos
metros de nosotros.
Vértice y buzón en la cima |
Senderito por el bosque |
Muy pronto empezamos a encontramos tramos de pendientes potentes, que salvamos con la ayuda de las rocas que salpican el sendero. No
obstante, nos vendrá bien disponer de bastón, y en todo caso puede no ser muy
recomendable hacer este descenso en época de lluvias abundantes, que pueden
convertir el sendero en un tobogán resbaladizo.
Encinar |
Pasamos un tramo algo más rocoso y salimos a campo
abierto. Aunque los árboles bajos apenas dejan ver mucho más, se divisa parte
de Lekeitio y un buen tramo
de costa hacia el este, con multitud de pequeñas
elevaciones que jalonan el litoral de Gipuzkoa.
Escalones |
Seguimos una estrecha sendita por zona herbosa, y
pasamos otro CRUCE, donde volvemos a girar a la derecha. Unos metros
entre eucaliptos, y otra vez al encinar, unos minutos de pinos y encinar de
nuevo, con zonas abruptas, para aparecer en un lugar curioso de verdad: nuestro
camino confluye con otro que corre más de un par de metros por debajo, con lo
que hay que descender unos escalones de piedra, que cuesta creer tanto que sean
naturales como que no. Es realmente un lugar digno de verse. Y aquí, claro,
volvemos a dirigirnos hacia la derecha.
El bosque, sin perder su carácter abrupto y relativamente
cerrado, muy vistoso, nos muestra por la izquierda un lindero junto a algunos
verdes pastizales. Y unos pocos metros más adelante, casi sin darnos cuenta, paf!
nos volvemos a encontrar en nuestro barrio de Zatika, de donde habíamos partido.
El recorrido por este precioso lugar -que a veces
parece un pequeño parque temático- es tan cortito que nos sabrá a muy poco.
Pero como hemos hecho el plan tan cerca de una población como Lekeitio, tenemos
tiempo de hacerle una visita que merece mucho la pena: la isla de San Nicolás,
la basílica de la Asunción, el faro de Santa Catalina, las playas, el puerto y
el casco antiguo (ojo a los bares), o el paseo junto al Lea nos darán material
para ver y disfrutar durante el día entero.
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