Ha sido muy divertido escribir este reportaje, relato o lo que realmente
sea. Me ha permitido conocer lugares, historias, anécdotas, y en muchos
momentos se me han entremezclado recuerdos propios con los datos que me iba
encontrando. Ha sido como vivir un poquito otra vez el Camino.
Como indicaba al principio, hemos intentado reconstruir lo que fue
aquel Camino de nuestros amigos santurtziarras hace 25 años. Hubiera estado
bien disponer de algún tipo de diario (a lo mejor hay alguno oculto
por ahí) para conocer mejor los detalles y encajar las situaciones en su justo
momento. Pero, con la sola base de eso que hemos llamado hoja de ruta –de
contenido escueto y casi siempre impersonal- y comentarios que hemos
ido recogiendo, se ha hecho lo que se ha podido.
Al hilo de esto, un pequeño comentario sobre la privacidad. Como se ha visto, no he puesto un solo nombre de nuestros protagonistas. No sé, a lo mejor les hubiese gustado o, más probablemente, les hubiese dado igual. Igual hay
gente de todas las opiniones. Pero como uno es especialmente escrupuloso con la vida privada de cada uno, ante la duda, los hemos convertido a todos
en anónimos. Al menos, hasta que alguien nos diga lo contrario.
Sí me han pedido expresamente que aproveche el viaje para dejar un recuerdo para Raquel, que estuvo en aquella aventura y nos dejó hace
unos años. Lo hago con muchísimo gusto porque, además, tuve la suerte de conocerle
personalmente.
Creo que estos chavales –ahora más mayorcitos, desde luego- tuvieron
mucho mérito en emprender semejante aventura en esas épocas, cuando nada
ofrecía la más mínima facilidad a los peregrinos, y el Camino era cosa de
lunáticos. Pero, sobre todo, creo que fue una experiencia única, algo que
vivieron ellos y prácticamente nadie más, y eso es algo muy grande, algo que no
se olvida nunca.
Aun sin el ingrediente de lo insólito que ellos disfrutaron (y también
sufrieron), cuando hoy es algo más o menos habitual, que todo el mundo conoce y
mucha gente hace, el Camino sigue siendo una experiencia excepcional. Como
actividad física, digamos deportiva, también cultural (para algunos, religiosa), pero sobre todo humana,
en términos tanto sociales como individuales o psicológicos, es algo que no
tiene parangón, al menos si nos referimos a actividades que están al alcance de
cualquiera.
La convivencia con personas de toda edad, nacionalidad, profesión o
ideología se combina con algo que –si se me permite la cursilería- se podría
llamar introspección personal, la experiencia de horas interminables con uno
mismo, con sus pensamientos, con su forma de vivir los paisajes, de sentir el
cansancio, de soñar con el siguiente pueblo… son sensaciones que sólo se
experimentan aquí.
Quienes han hecho el Camino saben bien de qué hablo, y los que no, harían
bien en conocerlo. Si toda esta serie ha podido servir para refrescar recuerdos
de los primeros, o para animar a los últimos a hacerlo, damos el pequeño esfuerzo por
bien empleado.
Un saludo y buen Camino.
Buenas:
ResponderEliminar¿Está el texto del diario -puro y duro- en algún sitio?
Gracias.
En realidad, salvo que alguien haya llevado un diario personal, que lo desconozco, existe eso que llamaba 'hoja de ruta', con comentarios sobre algunos lugares, la mayoría de los cuales he reproducido en todo o en parte. Había también algunas hojas con opiniones sobre la experiencia, escritos a posteriori, y que por supuesto no he incluido, por ser reflexiones personales. Pero aquella documentación digamos colectiva se repartió a los miembros de la expedición y nadie más la tiene.
ResponderEliminarDe todas formas, no creo que me equivoque si digo que lo que hemos publicado aquí es lo único que puede tener interés para cualquier lector, porque lo demás son temas personales que no incumben más que a los interesados.
En todo caso, si alguno de los protagonistas de la historia quiere dejar aquí alguna opinión o aportar datos o documentos, lo que sea, estaremos encantados de dejar constancia de ello.
Un saludo.
En realidad, lo que me interesaba era, precisamente, la parte más personal, cómo se había vivido la experiencia por parte de los protagonistas, pues escasean los diarios de peregrinos anteriores al boom que experimentó el Camino a finales del pasado siglo.
EliminarGracias, en todo caso.
Por cierto, que he estado curioseando en otros apartados del blog y me lo he pasado bien.
Saludos.