De la gran mole de Ganekogorta se
desprende el cordal de Kamaraka hacia el sureste, en dirección al valle del
Nervión. Su perfil dibuja pequeñas cumbres y marca la divisoria entre
territorios y municipios: a un lado Laudio-Llodio (Alava), al otro, Arrankudiaga
(Bizkaia). A lo largo de su silueta se extienden las viejas trincheras y
fortificaciones del Cinturón de Hierro, y en su vertiente alavesa se sitúan
varios edificios religiosos entre los que destaca el santuario de Santa María
del Yermo.
Desde este punto iniciamos una ruta corta
y sencilla en la que conocemos varios de los elementos culturales e históricos
mencionados, en tanto disfrutamos de hermosos paisajes y perspectivas sobre la
geografía de esta zona, tan próxima a Bilbao.
DISTANCIA: 5,8 km.
DESNIVEL: 310 m. (484-797) CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (3-1-1) Rampas del 30%
ITINERARIO (circular) Inicio
y final: Santuario Sta. María del Yermo (Llodio)
VIAS:
Senderos de tierra
ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A68
dirección Vitoria-Gasteiz hasta salida 3 (Llodio) Una vez en Llodio, tomamos
dirección a Okondo y poco antes de abandonar el casco urbano, tomamos un desvío
a la derecha que indica hacia Santa María del Yermo.
Más información:
IGN MTN-50-61-Bilbao
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Santuario del Yermo |
La carretera que remonta desde Laudio-Llodio hasta Santa
María del Yermo –con desvío bien señalizado- es de esas que nos gustan,
revirada y con buenas pendientes, aunque los que suban en bici quizá no
compartan nuestro entusiasmo. Ya aproximándonos a los 500 metros
de altitud, encontramos primero la pequeña ermita de San Antonio, donde también
podríamos aparcar para iniciar la marcha, y junto a la cual parte el camino por
el que volveremos. Siguiendo por el asfalto, encontramos enseguida un par de
caserones y, junto a ellos, el complejo de edificios que constituye el
santuario del Yermo.
Como por aquí no estamos acostumbrados a encontrarnos edificaciones
de estas dimensiones en lugares tan recónditos, la verdad es que llama bastante
la atención. Se trata al parecer de una construcción del siglo XV, de estilo
gótico vasco, con un curioso campanario exento, y tiene adosada la vieja ermita de
Santa Lucía, motivo por el cual muchas veces se atribuye este nombre el propio
santuario. En la campa aledaña, salpicada de rocas y algunos árboles aislados,
un oportuno cartel indica la dirección hacia el Ganeko, y hacia allá nos
dirigimos, iniciando la ascensión. Se puede tomar como referencia una gran
higuera que dejaremos a la derecha para enfilar prado arriba más o menos en
recto, y con una buena pendiente.
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Llegando al alto |
En algunos tramos hay traza de sendero que luego desaparece,
aunque en nuestra ayuda vienen las balizas de la ruta del Cinturón de Hierro,
bien colocadas y que facilitan mucho la orientación. Pero bueno, está bien
claro que hay que subir y subir hasta ganar el cordal. Mientras el Gallarraga
parece desperezarse por nuestra izquierda, seguimos subiendo con una alineación
rocosa por la izquierda y un arbolado por la derecha. Hay que dirigirse hacia
el límite de este pinar para seguir la ruta buena. La subida es potente, aunque
sólo a veces llega al 30%, y el entorno es tranquilo y muy bonito. Todavía
vemos abajo alguna de las casas situadas junto al Yermo (Ermu).
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Placa y escultura, con Ganeko al fondo |
Vamos así a dar con un camino pedregoso que sube, y lo
tomamos junto a un panel informativo y otra cruz de señales. En un rinconcito
hay una placa dedicada a un montañero con las típicas flores, y una escultura
que creo que homenajea al lobo. El lugar es francamente bonito, con un vistoso peñasco y el Ganeko
ya desplegado a su espalda. En este punto (PANEL) tomamos el camino de la
derecha, dejando por la izquierda el que baja.
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Bunker junto al camino |
Ahora se trata de una pista cómoda entre pinares, y vamos
siempre por este camino principal, obviando
sucesivos desvíos. Encontramos ahora un bunker, con un acceso de escaleritas de
madera bastante conseguido, y lo que parece una trinchera a su espalda. Todo el
cordal que enlaza con el Ganeko está ocupado por los restos del famoso Cinturón
de Hierro que rodeaba Bilbao durante la Guerra civil. Gracias a distintas
organizaciones, poco a poco se van rescatando estas viejas fortificaciones y
disponemos además de rutas que las recorren, parte de las cuales estamos
encontrando en nuestro camino de hoy. En esta página disponemos de información sobre estas instalaciones de nuestro pasado
reciente.
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Ganeko, desde Arrañoatxa |
Poco a poco vamos aproximándonos al cresterío. Empiezan a
aparecer caminos por la derecha que sin duda se dirigen a la arista, pero
podemos ignorarnos para continuar unos minutos en dirección al Ganeko. Pronto
empezamos a tener vallados por la izquierda, y sorprende la impresión de que
esta zona alta está curiosamente más humanizada que la que hemos recorrido más
abajo, solitaria y silenciosa. Así, salimos finalmente a campo abierto encaminándonos
hacia la falda del gigante. Aunque obviamente podemos continuar todo lo que nos
apetezca, nuestra ruta se detiene en las campitas de ARRAÑOATXA, desde donde
disfrutamos de una estupenda panorámica: el muy cercano Gazteluzar, la subida
hacia el Ganeko por el collado Pagero, los cortados del Biderdi y, hacia el
lado contrario (sur) las sucesivas elevaciones que nos deben llevar al
Kamaraka, con Anboto y Lekanda al fondo.
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Últimos repechos |
Ahora retrocedemos para buscar nuestro camino y, tras pasar
junto a un mugarri, lo encontramos (DESVIO) tomando como referencia un cierre
metálico en el vallado de enfrente. Sigue ahora un tramo cortito y superchulo,
entre árboles y espinos, serpenteando por una trocha estrecha y divertida. Son sólo unos metros porque enseguida salimos
a cielo abierto a un camino de hierba casi rectilíneo que sigue junto a la
arista. Tras dejar por la izquierda un camino hacia Basakoetxe, no hay ya más
que seguir la cresta por la zona que
parezca más fácil, sin alejarse del borde y procurando evitar el sube-baja. Así que tomamos primero un trozo de camino herboso que se dirige hacia el interior
para después iniciar una subida campo a través hacia la primera loma, siguiendo
a veces caminos de cabras y otras veces nada.
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Cima |
Las vistas son cada vez mejores mientras atacamos una segunda
lomada que ya será la última, porque el mojón asoma en lo alto. Llegamos así a
la cima (KAMARAKA, 797 m., aunque creo que antes se medían 800 justos). La
panorámica es impresionante: además del Ganeko y Gallarraga, Eretza despunta
por detrás, vemos el Paga y Pastorekorta, Ganguren, Jata y Sollube, Oiz,
Mugarra, Anboto y, ahora sí, Gorbea, Untzueta que sale de entre la bruma, el
Txarlazo…
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Barrios de Okondo, Kiputxeta y Gallarraga |
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Valle de Zollo y Pagasarri |
Ahora hay que seguir en la misma dirección, donde se ven de
frente Mugarriluze y la punta de
Goikogane (bastante lejano), para
luego cambiar de dirección y empezar a bajar. Aunque podríamos girar casi en
cualquier momento, para mayor facilidad esperaremos hasta una señal (DESVIO-2), donde tomamos hacia la
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Camino de vuelta |
derecha otro sendero que va, ya en ligera bajada, casi en
dirección contraria a la de subida. Recuperamos las balizas del Cinturón de
Hierro y seguimos un tramo por senderito por la ladera con buenas vistas hacia
Llodio, para luego seguir por otro camino herboso que ya baja con más decisión.
Aunque el trazado es bastante evidente, encontramos más adelante una BIFURCACION que puede prestarse a confusión, pero ya las balizas indican que hay que
seguir por la izquierda, bajando.
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Ermita de San Antonio |
Continuamos entre pinos por camino bien fresco y agradable,
vamos, hasta el punto de detenerme a sacar en video la paz del lugar, solitario y
donde sólo se oye el trino de los pájaros (no lo pongo, además de por el escaso interés, porque no le hace justicia a la sensación in situ). Así
desembocamos de nuevo en el camino de subida junto al PANEL que vimos al subir. Salimos
ahora a un amplio sendero que baja con decisión, a ratos pedregoso y otra veces
más amable, donde vemos una nevera y -tras pasar junto a un buen casoplón- nos lleva a la ermita de San Antonio citada al
principio.
De nuevo en la carretera, en unos cinco minutos alcanzamos
el santuario del Yermo donde hemos iniciado esta marcha, realizada por cierto siempre por territorio alavés.
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