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sábado, 7 de marzo de 2020

Embalse de Zollo


A la sombra del amplio circo que dibuja la gran mole de Ganekogorta con sus cordales de Kamaraka al Oeste y Pagasarri al Este, se recoge el valle de Zollo, salpicado por pequeños núcleos rurales y caseríos aislados. En un paisaje apacible, numerosos arroyos descienden de las cumbres cercanas formando modestas quebradas y ondulaciones, hasta que desaguan en el muy cercano Nervión.

En este encantador entorno, los cauces de varios de estos regatos se reúnen en un embalse que pone el contrapunto el verde abrumador que lo rodea. El pequeño pantano es como una joya guardada celosamente entre montañas, una sorpresa que descubrir en cualquiera de las muchas rutas que cabe realizar por la zona, y que también podemos conocer en un tranquilo paseo. No obstante lo escueto del camino que nos lleva al embalse, o precisamente por ello mismo, proponemos tres alternativas para llegar a él. Cada cual elija a su medida.   

            DISTANCIA: 7,20 km. (variante por el monte)
            DESNIVEL: 140 m. (220-360) (id.)
DIFICULTAD: Muy Baja 3 (1-2-0) 
            ITINERARIO (circular)  Inicio y Final: Zollo (Arrankudiaga)
            VIAS: Senderos de tierra, carretera
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista dirección Vitoria-Gasteiz salida 1 (Arrigorriaga). Tomar la BI-625 en dirección Llodio hasta Miraballes. Pasado el polígono Usila se toma por la derecha la BI-4521 dirección Zollo. Seguir la carretera hasta el núcleo de Elexalde, donde hay dos amplios aparcamientos. (El Bizkaibus A3613 Bilbao-Orozko, o la línea C3 de Renfe nos llevan hasta Miraballes, pero luego hay que andar casi 5 kms. hasta Zollo).
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 42
IGN MTN50-061 Bilbao




Zollo-Elexalde
 Cuando cogemos la carreterilla BI-4521 que sube desde Miraballes hasta Zollo encontramos una zona paradisiaca, con el coloso Ganeko al fondo, prados y bosquetes con caseríos aquí y allá. En el núcleo principal de Elexalde, junto a la hermosa iglesia de San Martín Obispo (una vez más), hay un par de amplios aparcamientos.

El camino hacia el embalse ofrece varias alternativas. Por la carretera, desde esta hermosa barriada no hay más que seguir por el asfalto para alcanzar primero el más pequeño núcleo de USTARA (hasta aquí se puede llegar incluso en coche) y en unos 500 metros más estaríamos junto al embalse, como luego contamos. Un paseíto que sumaría unos 2,5 kms incluida la circunvalación de la lámina de agua. Para estirar las piernas.

Bifurcación
Otra opción es atacar un pequeño rodeo para pisar algo de tierra. En vez de seguir la carretera, giraríamos hacia la derecha para pasar junto al cementerio, ganando unos metros y entrando en un sendero bajo altos pinos. El paisaje se abre después, quedando claro que estamos en zona de explotaciones forestales, lo que siempre supone un problema, con múltiples caminos en todas direcciones. Seguimos siempre de frente hasta que encontramos una BIFURCACIÓN, con un camino que baja por la izquierda y otro que sube por la derecha. En esta segunda alternativa, optamos por el camino que baja, y en unos pocos metros alcanzamos de nuevo la carreterilla anterior, poco después de los caseríos con los contradictorios nombres de Etxetxikerra y Andikoetxea. De ahí hasta el embalse, por asfalto como en el caso anterior.

Descenso por el pinar
La tercera posibilidad es hacer una breve incursión por el monte. Empezando junto al cementerio igual que en el caso anterior, al llegar a la BIFURCACIÓN tomamos el camino de la derecha. El camino va ganando altura por la ladera de Urduntzelai, quedando claro que habrá que enfilar hacia el oeste (izquierda) para traspasar el arroyo Anibarri o Kobeta. Para hacerlo hay que continuar en subida hasta una curva cerrada, con bastante barro y un desvío. Aquí cruzamos el regato, girando a la izquierda, aunque seguimos ganando altura.

Por la derecha queda la fuente de Gorostieta, y seguimos subiendo por camino más amable, hasta encontrar un DESVIO por la izquierda, en fuerte bajada con un cierre con palos de madera. En un descenso pronunciado, llegamos a una txabola, donde hay que girar a la izquierda y continuamos ya por camino mucho más claro, hasta dar… con la carretera del principio, justo en el barrio de USTARA.

Hacia el embalse
Aquí ya se reúnen los tres itinerarios propuestos, y continuamos adelante rumbo al embalse. En la primera curva hay un cartel de presa Kurtzeta (hay fuente), y el camino asfaltado continúa en recto enfilando hacia el Ganeko y bajando suavemente. Tras pasar una puerta nos encontramos en una bifurcación: hacia abajo por la izquierda baja y hacia arriba por la derecha El primero nos llevaría a la parte baja del cierre del embalse, sin paso posible; así que tenemos que tirar por la derecha, lo que nos lleva a la parte superior del muro, con un caseta con pintadas por la derecha.

Ganeko desde el muro
Se pasa por encima de un curioso aliviadero lateral, y una vez encaramados en lo alto, la presa tiene un aspecto realmente atractivo. Salvo época de sequía, está a tope de agua, rodeado por mil tonalidades de verde sobre pequeñas elevaciones, el agua aparentemente limpia (parece que hay bastante pesca) y el Ganeko al fondo. Pasamos a la margen izquierda, junto a lo que parece una vieja caseta de bombas, por donde parece se ahogó un chico hace algún tiempo, y ahí mismo encontramos un bonito sendero que debemos tomar. Por cierto, que en un determinado punto de este tramo tenemos una sorprendente perspectiva nada menos que de Anboto, muy muy lejos pero inconfundible en el horizonte.






Dejando por la izquierda un camino bastante sucio, tomamos una senda que discurre junto a lo que podríamos llamar una ‘playa’, una apacible campita que se sumerge tranquilamente en las aguas del embalse. Esta pequeña trocha circunvala completamente la superficie del agua, y por ella continuamos, en ocasiones cogiendo unos metros de altura, y casi
siempre muy cerca del líquido elemento. Realmente es un recorrido muy bonito, muy plástico, generalmente bajo arbolado en donde se cuela el sol bajo del invierno, con el agua muy cerca y también con algún tramo un poquito más expuesto por la irregularidad del terreno, en especial ya cerca de cerrar el círculo. El pantano tiene una segunda cola no visible desde el principio, lo que da para unos minutos de agradable recorrido, y hay también algunas vistas sobre el Kamaraka, unos 500 metros por encima de nuestra cota. 


Goikogane y Kamaraka
Cuando hemos recorrido el perímetro del pantano, no hay más que volver a la carretera anterior, pasando por Ustara, desde donde podemos regresar a Elexalde, si queremos, sin abandonar el asfalto. En este trayecto, quizá no demasiado excitante, podemos entretenernos por supuesto con el paisaje, o con algunas cosas que van surgiendo por el camino, como la granja de pollos Luma Gorri, o una espectacular casa blasonada del siglo XVIII, ya en las cercanías de nuestro punto de partida.

Como se ve, en realidad la ruta es, como decía al principio, un modesto paseíto que quizá no merece la pena complicar con el recorrido pseudo-montañero del que hablaba antes, y cuyo principal aliciente es sin duda la belleza del breve recorrido alrededor del embalse y el propio entorno de estos barrios altos de Zollo, un paisaje bucólico dominado por el impresionante perfil del Ganeko. Precisamente, una ruta interesante hacia el gigante partiendo de aquí mismo es otra posibilidad bien atractiva que reservamos para otra ocasión.

viernes, 27 de enero de 2017

Kamaraka

De la gran mole de Ganekogorta se desprende el cordal de Kamaraka hacia el sureste, en dirección al valle del Nervión. Su perfil dibuja pequeñas cumbres y marca la divisoria entre territorios y municipios: a un lado Laudio-Llodio (Alava), al otro, Arrankudiaga (Bizkaia). A lo largo de su silueta se extienden las viejas trincheras y fortificaciones del Cinturón de Hierro, y en su vertiente alavesa se sitúan varios edificios religiosos entre los que destaca el santuario de Santa María del Yermo.

Desde este punto iniciamos una ruta corta y sencilla en la que conocemos varios de los elementos culturales e históricos mencionados, en tanto disfrutamos de hermosos paisajes y perspectivas sobre la geografía de esta zona, tan próxima a Bilbao.

               DISTANCIA: 5,8 km. 
            DESNIVEL: 310 m. (484-797) CENTENARIO
DIFICULTAD: Baja 5 (3-1-1) Rampas del 30%
ITINERARIO  (circular)  Inicio y final: Santuario Sta. María del Yermo (Llodio)
            VIAS: Senderos de tierra
ACCESOS: En coche, desde Bilbao, autopista A68 dirección Vitoria-Gasteiz hasta salida 3 (Llodio) Una vez en Llodio, tomamos dirección a Okondo y poco antes de abandonar el casco urbano, tomamos un desvío a la derecha que indica hacia Santa María del Yermo.
ENLACES CON: Goikogane
TRACK: Wikiloc
Más información:
IGN MTN-50-61-Bilbao




Santuario del Yermo
La carretera que remonta desde Laudio-Llodio hasta Santa María del Yermo –con desvío bien señalizado- es de esas que nos gustan, revirada y con buenas pendientes, aunque los que suban en bici quizá no compartan nuestro entusiasmo. Ya aproximándonos a los 500 metros de altitud, encontramos primero la pequeña ermita de San Antonio, donde también podríamos aparcar para iniciar la marcha, y junto a la cual parte el camino por el que volveremos. Siguiendo por el asfalto, encontramos enseguida un par de caserones y, junto a ellos, el complejo de edificios que constituye el santuario del Yermo.

Como por aquí no estamos acostumbrados a encontrarnos edificaciones de estas dimensiones en lugares tan recónditos, la verdad es que llama bastante la atención. Se trata al parecer de una construcción del siglo XV, de estilo gótico vasco, con un curioso campanario exento, y tiene adosada la vieja ermita de Santa Lucía, motivo por el cual muchas veces se atribuye este nombre el propio santuario. En la campa aledaña, salpicada de rocas y algunos árboles aislados, un oportuno cartel indica la dirección hacia el Ganeko, y hacia allá nos dirigimos, iniciando la ascensión. Se puede tomar como referencia una gran higuera que dejaremos a la derecha para enfilar prado arriba más o menos en recto, y con una buena pendiente.

Llegando al alto
En algunos tramos hay traza de sendero que luego desaparece, aunque en nuestra ayuda vienen las balizas de la ruta del Cinturón de Hierro, bien colocadas y que facilitan mucho la orientación. Pero bueno, está bien claro que hay que subir y subir hasta ganar el cordal. Mientras el Gallarraga parece desperezarse por nuestra izquierda, seguimos subiendo con una alineación rocosa por la izquierda y un arbolado por la derecha. Hay que dirigirse hacia el límite de este pinar para seguir la ruta buena. La subida es potente, aunque sólo a veces llega al 30%, y el entorno es tranquilo y muy bonito. Todavía vemos abajo alguna de las casas situadas junto al Yermo (Ermu).

Placa y escultura, con Ganeko al fondo
Vamos así a dar con un camino pedregoso que sube, y lo tomamos junto a un panel informativo y otra cruz de señales. En un rinconcito hay una placa dedicada a un montañero con las típicas flores, y una escultura que creo que homenajea al lobo. El lugar es francamente bonito, con un vistoso peñasco y el Ganeko ya desplegado a su espalda. En este punto (PANEL) tomamos el camino de la derecha, dejando por la izquierda el que baja.

Bunker junto al camino
Ahora se trata de una pista cómoda entre pinares, y vamos siempre por este camino principal, obviando sucesivos desvíos. Encontramos ahora un bunker, con un acceso de escaleritas de madera bastante conseguido, y lo que parece una trinchera a su espalda. Todo el cordal que enlaza con el Ganeko está ocupado por los restos del famoso Cinturón de Hierro que rodeaba Bilbao durante la Guerra civil. Gracias a distintas organizaciones, poco a poco se van rescatando estas viejas fortificaciones y disponemos además de rutas que las recorren, parte de las cuales estamos encontrando en nuestro camino de hoy. En esta página disponemos de información sobre estas instalaciones de nuestro pasado reciente.

Ganeko, desde Arrañoatxa
Poco a poco vamos aproximándonos al cresterío. Empiezan a aparecer caminos por la derecha que sin duda se dirigen a la arista, pero podemos ignorarnos para continuar unos minutos en dirección al Ganeko. Pronto empezamos a tener vallados por la izquierda, y sorprende la impresión de que esta zona alta está curiosamente más humanizada que la que hemos recorrido más abajo, solitaria y silenciosa. Así, salimos finalmente a campo abierto encaminándonos hacia la falda del gigante. Aunque obviamente podemos continuar todo lo que nos apetezca, nuestra ruta se detiene en las campitas de ARRAÑOATXA, desde donde disfrutamos de una estupenda panorámica: el muy cercano Gazteluzar, la subida hacia el Ganeko por el collado Pagero, los cortados del Biderdi y, hacia el lado contrario (sur) las sucesivas elevaciones que nos deben llevar al Kamaraka, con Anboto y Lekanda al fondo.

Últimos repechos
Ahora retrocedemos para buscar nuestro camino y, tras pasar junto a un mugarri, lo encontramos (DESVIO) tomando como referencia un cierre metálico en el vallado de enfrente. Sigue ahora un tramo cortito y superchulo, entre árboles y espinos, serpenteando por una trocha estrecha y divertida.  Son sólo unos metros porque enseguida salimos a cielo abierto a un camino de hierba casi rectilíneo que sigue junto a la arista. Tras dejar por la izquierda un camino hacia Basakoetxe, no hay ya más que  seguir la cresta por la zona que parezca más fácil, sin alejarse del borde y procurando evitar el sube-baja. Así que tomamos primero un trozo de camino herboso que se dirige hacia el interior para después iniciar una subida campo a través hacia la primera loma, siguiendo a veces caminos de cabras y otras veces nada.

Cima
Las vistas son cada vez mejores mientras atacamos una segunda lomada que ya será la última, porque el mojón asoma en lo alto. Llegamos así a la cima (KAMARAKA, 797 m., aunque creo que antes se medían 800 justos). La panorámica es impresionante: además del Ganeko y Gallarraga, Eretza despunta por detrás, vemos el Paga y Pastorekorta, Ganguren, Jata y Sollube, Oiz, Mugarra, Anboto y, ahora sí, Gorbea, Untzueta que sale de entre la bruma, el Txarlazo…
Barrios de Okondo, Kiputxeta y Gallarraga

Valle de Zollo y Pagasarri








Ahora hay que seguir en la misma dirección, donde se ven de frente Mugarriluze y la punta de Goikogane (bastante lejano), para luego cambiar de dirección y empezar a bajar. Aunque podríamos girar casi en cualquier momento, para mayor facilidad esperaremos hasta una señal (DESVIO-2), donde tomamos hacia la 
Camino de vuelta
derecha otro sendero que va, ya en ligera bajada, casi en dirección contraria a la de subida. Recuperamos las balizas del Cinturón de Hierro y seguimos un tramo por senderito por la ladera con buenas vistas hacia Llodio, para luego seguir por otro camino herboso que ya baja con más decisión. Aunque el trazado es bastante evidente, encontramos más adelante una BIFURCACION que puede prestarse a confusión, pero ya las balizas indican que hay que seguir por la izquierda, bajando.

Ermita de San Antonio
Continuamos entre pinos por camino bien fresco y agradable,
vamos, hasta el punto de detenerme a sacar en video la paz del lugar, solitario y donde sólo se oye el trino de los pájaros (no lo pongo, además de por el escaso interés, porque no le hace justicia a la sensación in situ). Así desembocamos de nuevo en el camino de subida junto al PANEL que vimos al subir. Salimos ahora a un amplio sendero que baja con decisión, a ratos pedregoso y otra veces más amable, donde vemos una nevera y -tras pasar junto a un buen casoplón- nos lleva a la ermita de San Antonio citada al principio.

De nuevo en la carretera, en unos cinco minutos alcanzamos el santuario del Yermo donde hemos iniciado esta marcha, realizada por cierto siempre por territorio alavés.



lunes, 13 de enero de 2014

Goikogane

A orillas del Nervión, los municipios de Arakaldo y Arrankudiaga lindan al oeste con tierras alavesas, dominadas por el importante núcleo urbano e industrial de Llodio-Laudio. El río es el hilo conductor de comarcas de perfil accidentado, donde se suceden estrechos valles y elevaciones generalmente modestas, y se funden de forma llamativa el mundo rural y los polígonos industriales.

Justamente aquí muere el cordal que se desprende del macizo del Ganekogorta en dirección a levante, y que finaliza en el orgulloso cono de Goikogane, cuya inconfundible silueta domina el paisaje ribereño. Una moderada ruta, muy montañera, nos acerca a esta cima desde Arrankudiaga, abriéndonos la puerta al vistoso cresterío por el que podemos continuar si la ruta nos ha resultado demasiado breve.

                DISTANCIA: 8,4 km.
            DESNIVEL: 575 m. (125-702) 
DIFICULTAD: Media-Baja 8 (5-3-0)
ACCESOS: En coche desde Bilbao, AP-68 en dirección Vitoria Gasteiz. Nada más pasar el peaje de Areta, tomar la salida a Llodio, e inmediatamente, dirección Arrankudiaga por la BI-625. Se deja una primera desviación por la izquierda y en la segunda, junto al cartel de fin de Arrankudiaga, se encuentra el punto de inicio. Bizkaibus A3918 Bilbao-Orozko (c/ Bailén) parada 3264 (Otxanduri) RENFE línea C3 estación Arrankudiaga o Arbide
            VIAS: Sendero de tierra 
ENLACES CON
Más información:
http://www.mendiak.net/foro/viewtopic.php?f=46&t=29788 (otra ruta con fantásticas fotos)
Guía cartográfica de Bizkaia mapas 42-51


Perfil (ida)

       
Para allá vamos
    Bueno, pues de estas tierras limítrofes de complicada orografía eran mis abuelos, y de Arrankudiaga en concreto mi aitita, a quien me referí hace una temporada. Así que, trantandose de subir al Goikogane, no había duda sobre el punto de partida. Por cierto, que en algunas zonas de Bizkaia decimos ‘aitita’ y no ‘aitite’, así que no se trataba de ninguna errata.

Siguiendo lo indicado en Accesos, según salimos de la autopista giramos a la derecha y seguimos hasta ver por la izquierda un cartel con el límite territorial de Arrankudiaga, una parada de Bizkaibus y un desvío con un camino de cemento. Aquí se inicia nuestra ruta. Empezamos por subir esta rampa, y en unos metros vemos por la derecha un camino que debemos tomar, compuesto por grandes guijarros, que hacen muy incómodo el caminar.  

Camino por el pinar
Pasamos junto a una caseta de aguas y después junto a una pequeña granja. El firme se va haciendo más amable, terroso y con algo de hierba y, sin perder el camino principal, nos internamos bajo arbolado. En pocos minutos llegamos a un claro, donde giramos a la izquierda. Esta parte de la ruta resulta agradable, ganando metros suavemente. Entre los árboles divisamos una casa solitaria, algo más que una casa de labranza y algo menos que un caserío, que es la chabola de Artetxe. Poco más adelante, encontramos un DESVIO por la derecha, que vamos a tomar, aunque de frente veamos un cairn que nos invita a no desviarnos.

VARIANTE: Efectivamente, podemos continuar de frente, y quizá nos compliquemos un poco menos la existencia, aunque también recorreremos unos 500 metros más. Sin abandonar en ningún momento el trazado, describimos una amplia curva, y finalmente llegaremos al punto que indicamos después, donde enlazamos con el trayecto que se describe.

Valla en el atajo
Viene ahora un tramo algo más confuso, con abundantes argomas y el camino un poco desdibujado, como antiguo. Nos encontramos una puerta metálica ‘modelo mallazo’ (VALLA-1), con una especie de cierre por un costado, aunque tampoco hay mucho problema en trepar y saltar al otro lado.  Al otro lado de la valla, el trazado es cada vez más difuso y sembrado de pinchos y zarzas. En unos metros, nuestro rumbo gira a la izquierda y el sendero pasa después a perderse definitivamente. Aquí hay que tirar un poquillo de intuición para buscar las zonas más limpias sin dejar de ganar metros, en general diríamos hacia nuestras 2. Tras un recorrido corto aunque algo penoso, recobramos otra senda que nos conduce a una nueva puerta (VALLA-2). Por aquí
Vista sobre Untzueta
salimos a otro camino, que tomamos en subida hacia la derecha. Por aquí llegaremos si hemos seguido la variante.

Así que en realidad hemos seguido una especie de atajo, seguramente atravesando una antigua finca. Y a cambio de algún rasguño, no sólo nos hemos ahorrado unos minutos de marcha, sino que hemos podido disfrutar de una formidable imagen del cercano Untzueta, y la primera vista de nuestro objetivo, tan cercano y potente como realmente es.

Ahora el sendero sigue un agradable llaneo, con pequeñas subidas y bajadas, entre pinos jóvenes que a veces invaden el camino, con vistas al barranco de Bealenerreka, en cuya otra vertiente se distinguen varias pistas en las laderas desnudas por las talas. Vamos ladeando por la parte baja del Goikogane, y se agradece lo suave del recorrido para reponer fuerzas. Pasamos un bonito regato y atravesamos una especie de viejo vallado abierto, con vistas cada vez más amplias sobre Upo y Artanda, y el Anboto y su cordal que emergen por el fondo.

Camino por la ladera
Llegamos a una trifurcación (CURVA), con un pequeño recodo verde donde por la derecha llega el camino desde el barrio de Gorosarri, una vía un poco más usual que la nuestra para subir desde Arrankudiaga. Giramos aquí a la izquierda, casi 180º, y tomamos el camino que sube con más fuerza, un sendero terroso bajo más pinos.

Siempre en subida, a veces moderada y otras más fuerte, tras un tramo recto salimos otra vez del arbolado, y el camino se puebla de piedras. Estamos ante otro trecho más o menos llano por la ladera norte de nuestro monte, por donde proliferan grandes arbustos de brezo blanco, que seguiremos viendo después. Pasamos otro arroyo, canalizado de aquella manera, y llegamos a una especie de MIRADOR, con el Ganeko de frente y el cordal de Kamaraka por la izquierda. Tras los árboles, apenas se puede ver el valle de Zollo y a nuestra espalda queda el Goikogane, que todavía parece lejano y de cuya cima nos separan bastantes metros de desnivel que habrá que remontar.

Cordal del Ganeko desde el sur
Efectivamente, este es un buen punto para dedicar unos minutos al paisaje y a tomar un respiro, porque ahora viene lo bueno. Hay que girar a la izquierda, en dirección sur, por una muy respetable rampa pedregosa, con un potente desnivel. Se pasa una curva en herradura y seguimos ganando metros, para llegar finalmente a un agradable COLLADO que separa nuestro monte del resto del cordal.

Mugarriluze y Kamaraka desde el collado



Último tramo de subida

Ya tenemos a la vista, por la izquierda, la última txanpa para acceder a nuestro objetivo: un verdísimo cono de campas rasuradas y surcadas por un estrecho y muy marcado sendero. Aunque la pendiente es fuerte, tan cerca de la cima se hace sin sentir. Tras pasar lo que parece una trinchera del Cinturón de Hierro (hay varias placas por aquí), en el último repecho llegamos por fin al buzón con forma de cruz de la cima (GOIKOGANE, 702 m.), en poco más de una hora desde el inicio. Por el lado izquierdo hay una empinadísima ladera con la que hay que tener cuidado, y hacia Llodio se extienden los prados. En la arista se sitúa la divisoria entre Arrankudiaga y Llodio, y por tanto, entre Bizkaia y Alava.






Las vistas son fantásticas. En primer término el Untzueta, algo por la izquierda los montes de Durango, y por la derecha el Gorbea, con sus cimas más importantes, y el valle de Orozko a los pies. Hacia el sur, la interminable línea recta de Sierra Gorobel/Salbada y bajo nosotros, Llodio y la pequeña colina de Alpitzu. Hacia el Este vamos descubriendo Oiz, Artanda y Upo, ya vistos antes, Sollube, Jata, Pastorekorta y el cordal del Paga, donde destaca la gran masa rocosa bajo su cima… Sólo por el norte el cresterío nos priva de la perspectiva. Una ikurriña se levanta unos metros más abajo, casi en vertical sobre el valle, como coronando la torre de un castillo.  

VARIANTE: Situados aquí, el cordal que enlaza con el cercano Ganeko nos invita a alargar un poco la excursión con una visita a alguna cima más. Volvemos a bajar hasta el collado anterior y cogemos el senderito bien marcado que recorre la cresta en dirección oeste. Superamos una zona donde aflora la roca y tras una bifurcación, accedemos a la primera cumbre (Mugarriluze, 735 m.). Tras descender ligeramente, y siguiendo siempre el cordal, remontamos de nuevo en un par de rampas algo más duras, para conquistar la cima más importante del cresterío (Kamaraka, 800 m., centenario, por si interesa), en unos 20 minutos desde el collado.

De no haber optado por prolongar la ruta, nos volvemos por el mismo camino, tras haber completado un recorrido gratificante y variado, que a buen seguro habrá satisfecho nuestro gusto por las mañaneras.

Realmente, Arrankudiaga no es un lugar que nos ofrezca actividades muy emocionantes, pero podemos dar un paseíto por el apacible centro, tomar un traguillo o echar un vistazo a alguno de los interesantes puentes que cruzan el Nervión. Prácticamente desde cualquier punto del pueblo tendremos una hermosa vista del monte que acabamos de visitar.