A la sombra del amplio circo que dibuja
la gran mole de Ganekogorta con sus cordales de Kamaraka al Oeste y Pagasarri al
Este, se recoge el valle de Zollo, salpicado por pequeños núcleos rurales y
caseríos aislados. En un paisaje apacible, numerosos arroyos descienden de las
cumbres cercanas formando modestas quebradas y ondulaciones, hasta que desaguan
en el muy cercano Nervión.
En este encantador entorno, los cauces
de varios de estos regatos se reúnen en un embalse que pone el contrapunto el
verde abrumador que lo rodea. El pequeño pantano es como una joya guardada
celosamente entre montañas, una sorpresa que descubrir en cualquiera de las
muchas rutas que cabe realizar por la zona, y que también podemos conocer en un
tranquilo paseo. No obstante lo escueto del camino que nos lleva al embalse, o
precisamente por ello mismo, proponemos tres alternativas para llegar a él. Cada
cual elija a su medida.
DISTANCIA: 7,20 km. (variante por el monte)
DESNIVEL: 140 m. (220-360) (id.)
DIFICULTAD: Muy Baja 3 (1-2-0)
ITINERARIO (circular) Inicio
y Final: Zollo (Arrankudiaga)
VIAS: Senderos de tierra, carretera
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista
dirección Vitoria-Gasteiz salida 1 (Arrigorriaga). Tomar la BI-625 en dirección
Llodio hasta Miraballes. Pasado el polígono Usila se toma por la derecha la
BI-4521 dirección Zollo. Seguir la carretera hasta el núcleo de Elexalde, donde
hay dos amplios aparcamientos. (El Bizkaibus A3613 Bilbao-Orozko, o la línea C3
de Renfe nos llevan hasta Miraballes, pero luego hay que andar casi 5 kms.
hasta Zollo).
TRACK: Wikiloc
Más información:
Guía Cartográfica de
Bizkaia mapa 42
IGN MTN50-061 Bilbao
Zollo-Elexalde |
El camino hacia el embalse ofrece varias alternativas.
Por
la carretera, desde esta hermosa barriada no hay más que seguir por el
asfalto para alcanzar primero el más pequeño núcleo de USTARA (hasta aquí se
puede llegar incluso en coche) y en unos 500 metros más estaríamos junto al
embalse, como luego contamos. Un paseíto que sumaría unos 2,5 kms incluida la circunvalación de la
lámina de agua. Para estirar las piernas.
Bifurcación |
Otra opción es atacar un pequeño rodeo para pisar
algo de tierra. En vez de seguir la carretera, giraríamos hacia la derecha para
pasar junto al cementerio, ganando unos metros y entrando en un sendero bajo
altos pinos. El paisaje se abre después, quedando claro que estamos en zona de
explotaciones forestales, lo que siempre supone un problema, con múltiples
caminos en todas direcciones. Seguimos siempre de frente hasta que encontramos
una BIFURCACIÓN, con un camino que baja por la izquierda y otro que sube por la
derecha. En esta segunda alternativa, optamos por el camino que baja, y en unos
pocos metros alcanzamos de nuevo la carreterilla anterior, poco después de los
caseríos con los contradictorios nombres de Etxetxikerra y Andikoetxea. De ahí
hasta el embalse, por asfalto como en el caso anterior.
Descenso por el pinar |
La tercera posibilidad es hacer una breve
incursión por el monte. Empezando junto al cementerio igual que en el
caso anterior, al llegar a la BIFURCACIÓN tomamos el camino de la derecha. El
camino va ganando altura por la ladera de Urduntzelai, quedando claro que habrá
que enfilar hacia el oeste (izquierda) para traspasar el arroyo Anibarri o
Kobeta. Para hacerlo hay que continuar en subida hasta una curva cerrada, con bastante
barro y un desvío. Aquí cruzamos el regato, girando a la izquierda, aunque
seguimos ganando altura.
Por la derecha queda la fuente de Gorostieta, y seguimos
subiendo por camino más amable, hasta encontrar un DESVIO por la izquierda, en
fuerte bajada con un cierre con palos de madera. En un descenso pronunciado,
llegamos a una txabola, donde hay que girar a la izquierda y continuamos ya por
camino mucho más claro, hasta dar… con la carretera del principio, justo en el
barrio de USTARA.
Hacia el embalse |
Aquí ya se reúnen los tres itinerarios propuestos, y
continuamos adelante rumbo al embalse. En la primera curva hay un cartel de
presa Kurtzeta (hay fuente), y el camino asfaltado continúa en recto enfilando
hacia el Ganeko y bajando suavemente. Tras pasar una puerta nos encontramos en
una bifurcación: hacia abajo por la izquierda baja y hacia arriba por la
derecha El primero nos llevaría a la parte baja del cierre del embalse, sin paso posible; así que tenemos que tirar por la derecha, lo que nos
lleva a la parte superior del muro, con un caseta con pintadas por la derecha.
Ganeko desde el muro |
Se pasa por encima de un curioso aliviadero lateral, y
una vez encaramados en lo alto, la presa tiene un aspecto realmente atractivo. Salvo
época de sequía, está a tope de agua, rodeado por mil tonalidades de verde
sobre pequeñas elevaciones, el agua aparentemente limpia (parece que hay
bastante pesca) y el Ganeko al fondo. Pasamos a la margen izquierda, junto a
lo que parece una vieja caseta de bombas, por donde parece se ahogó un chico hace algún
tiempo, y ahí mismo encontramos un bonito sendero que debemos tomar. Por cierto, que en un determinado punto de este tramo tenemos una sorprendente perspectiva nada menos que de Anboto, muy muy lejos pero inconfundible en el horizonte.
Dejando por la izquierda un camino bastante sucio,
tomamos una senda que discurre junto a lo que podríamos llamar una ‘playa’,
una apacible campita que se sumerge tranquilamente en las aguas del embalse.
Esta pequeña trocha circunvala completamente la superficie del agua, y por ella
continuamos, en ocasiones cogiendo unos metros de altura, y casi
siempre muy cerca
del líquido elemento. Realmente es un recorrido muy bonito, muy plástico, generalmente
bajo arbolado en donde se cuela el sol bajo del invierno, con el agua muy cerca
y también con algún tramo un poquito más expuesto por la irregularidad del
terreno, en especial ya cerca de cerrar el círculo. El pantano tiene una
segunda cola no visible desde el principio, lo que da para unos minutos de
agradable recorrido, y hay también algunas vistas sobre el Kamaraka, unos 500
metros por encima de nuestra cota.
Goikogane y Kamaraka |
Cuando hemos recorrido el perímetro del pantano, no hay más que volver a la carretera anterior, pasando por Ustara, desde donde podemos regresar a Elexalde, si queremos, sin abandonar el asfalto. En este trayecto, quizá no demasiado excitante, podemos entretenernos por supuesto con el paisaje, o con algunas cosas que van surgiendo por el camino, como la granja de pollos Luma Gorri, o una espectacular casa blasonada del siglo XVIII, ya en las cercanías de nuestro punto de partida.
Como se ve, en realidad la ruta es, como decía al principio, un
modesto paseíto que quizá no merece la pena complicar con el recorrido
pseudo-montañero del que hablaba antes, y cuyo principal aliciente es sin duda
la belleza del breve recorrido alrededor del embalse y el propio entorno de
estos barrios altos de Zollo, un paisaje bucólico dominado por el impresionante
perfil del Ganeko. Precisamente, una ruta interesante hacia el gigante
partiendo de aquí mismo es otra posibilidad bien atractiva que reservamos para
otra ocasión.
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