A orillas del Nervión, los municipios de
Arakaldo y Arrankudiaga lindan al oeste con tierras alavesas, dominadas por el
importante núcleo urbano e industrial de Llodio-Laudio. El río es el hilo
conductor de comarcas de perfil accidentado, donde se suceden estrechos valles y
elevaciones generalmente modestas, y se funden de forma llamativa el mundo
rural y los polígonos industriales.
Justamente aquí muere el cordal que se
desprende del macizo del Ganekogorta en dirección a levante, y que finaliza en
el orgulloso cono de Goikogane, cuya inconfundible silueta domina el paisaje
ribereño. Una moderada ruta, muy montañera, nos acerca a esta cima desde
Arrankudiaga, abriéndonos la puerta al vistoso cresterío por el que podemos continuar
si la ruta nos ha resultado demasiado breve.
DISTANCIA: 8,4 km.
DESNIVEL: 575 m. (125-702)
DIFICULTAD: Media-Baja 8 (5-3-0)
ACCESOS: En coche desde Bilbao, AP-68 en dirección
Vitoria Gasteiz. Nada más pasar el peaje de Areta, tomar la salida a Llodio, e
inmediatamente, dirección Arrankudiaga por la BI-625. Se deja una primera
desviación por la izquierda y en la segunda, junto al cartel de fin de
Arrankudiaga, se encuentra el punto de inicio. Bizkaibus A3918 Bilbao-Orozko
(c/ Bailén) parada 3264 (Otxanduri) RENFE línea C3 estación Arrankudiaga o
Arbide
VIAS: Sendero de tierra
ENLACES CON
Más información:
http://www.mendiak.net/foro/viewtopic.php?f=46&t=29788
(otra ruta con fantásticas fotos)
Guía cartográfica de
Bizkaia mapas 42-51
Perfil (ida) |
Para allá vamos |
Siguiendo lo indicado en Accesos, según salimos de la autopista giramos a la derecha y
seguimos hasta ver por la izquierda un cartel con el límite territorial de
Arrankudiaga, una parada de Bizkaibus y un desvío con un camino de cemento.
Aquí se inicia nuestra ruta. Empezamos por subir esta rampa, y en unos metros
vemos por la derecha un camino que debemos tomar, compuesto por grandes
guijarros, que hacen muy incómodo el caminar.
Camino por el pinar |
VARIANTE: Efectivamente, podemos continuar de frente,
y quizá nos compliquemos un poco menos la existencia, aunque también
recorreremos unos 500 metros más. Sin abandonar en ningún momento el trazado,
describimos una amplia curva, y finalmente llegaremos al punto que indicamos
después, donde enlazamos con el trayecto que se describe.
Valla en el atajo |
Vista sobre Untzueta |
Así que en realidad hemos seguido una especie de
atajo, seguramente atravesando una antigua finca. Y a cambio de algún rasguño, no
sólo nos hemos ahorrado unos minutos de marcha, sino que hemos podido disfrutar
de una formidable imagen del cercano Untzueta, y la primera vista de nuestro
objetivo, tan cercano y potente como realmente es.
Ahora el sendero sigue un agradable llaneo, con
pequeñas subidas y bajadas, entre pinos jóvenes que a veces invaden el camino,
con vistas al barranco de Bealenerreka, en cuya otra vertiente se distinguen
varias pistas en las laderas desnudas por las talas. Vamos ladeando por la
parte baja del Goikogane, y se agradece lo suave del recorrido para reponer
fuerzas. Pasamos un bonito regato y atravesamos una especie de viejo vallado
abierto, con vistas cada vez más amplias sobre Upo y Artanda, y el Anboto y su
cordal que emergen por el fondo.
Camino por la ladera |
Siempre en subida, a veces moderada y otras más
fuerte, tras un tramo recto salimos otra vez del arbolado, y el camino se puebla
de piedras. Estamos ante otro trecho más o menos llano por la ladera norte de
nuestro monte, por donde proliferan grandes arbustos de brezo blanco, que
seguiremos viendo después. Pasamos otro arroyo, canalizado de aquella manera, y
llegamos a una especie de MIRADOR, con el Ganeko de frente y el cordal de
Kamaraka por la izquierda. Tras los árboles, apenas se puede ver el valle de
Zollo y a nuestra espalda queda el Goikogane, que todavía parece lejano y de
cuya cima nos separan bastantes metros de desnivel que habrá que remontar.
Cordal del Ganeko desde el sur |
Ya tenemos a la vista, por la izquierda, la última
txanpa para acceder a nuestro objetivo: un verdísimo cono de campas rasuradas y
surcadas por un estrecho y muy marcado sendero. Aunque la pendiente es fuerte,
tan cerca de la cima se hace sin sentir. Tras pasar lo que parece una trinchera
del Cinturón de Hierro (hay varias placas por aquí), en el último repecho llegamos
por fin al buzón con forma de cruz de la cima (GOIKOGANE, 702 m .), en poco más de una
hora desde el inicio. Por el lado izquierdo hay una empinadísima ladera con la
que hay que tener cuidado, y hacia Llodio se extienden los prados. En la arista
se sitúa la divisoria entre Arrankudiaga y Llodio, y por tanto, entre Bizkaia y
Alava.
Las vistas son fantásticas. En primer término el
Untzueta, algo por la izquierda los montes de Durango, y por la derecha el
Gorbea, con sus cimas más importantes, y el valle de Orozko a los pies. Hacia
el sur, la interminable línea recta de Sierra Gorobel/Salbada y bajo nosotros,
Llodio y la pequeña colina de Alpitzu. Hacia el Este vamos descubriendo Oiz,
Artanda y Upo, ya vistos antes, Sollube, Jata, Pastorekorta y el cordal del
Paga, donde destaca la gran masa rocosa bajo su cima… Sólo por el norte el
cresterío nos priva de la perspectiva. Una ikurriña se levanta unos metros más
abajo, casi en vertical sobre el valle, como coronando la torre de un castillo.
VARIANTE: Situados aquí, el cordal que enlaza con el
cercano Ganeko nos invita a alargar un poco la excursión con una visita a
alguna cima más. Volvemos a bajar hasta el collado anterior y cogemos el
senderito bien marcado que recorre la cresta en dirección oeste. Superamos una
zona donde aflora la roca y tras una bifurcación, accedemos a la primera cumbre
(Mugarriluze, 735 m.). Tras descender ligeramente, y siguiendo siempre el
cordal, remontamos de nuevo en un par de rampas algo más duras, para conquistar
la cima más importante del cresterío (Kamaraka, 800 m., centenario, por si interesa), en unos 20 minutos
desde el collado.
De no haber optado por prolongar la ruta, nos volvemos
por el mismo camino, tras haber completado un recorrido gratificante y variado,
que a buen seguro habrá satisfecho nuestro gusto por las mañaneras.
Realmente, Arrankudiaga no es un lugar que nos ofrezca actividades muy
emocionantes, pero podemos dar un paseíto por el apacible centro, tomar un
traguillo o echar un vistazo a alguno de los interesantes puentes que cruzan el
Nervión. Prácticamente desde cualquier punto del pueblo tendremos una hermosa
vista del monte que acabamos de visitar.
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