En el sur del territorio de Bizkaia,
escoltado por las grandes moles de Oderiaga y Gorbea, se encuentra el macizo
kárstico de Itxina, biotopo protegido que asemeja a una meseta elevada sobre
grandes murallas rocosas. Es uno de los espacios naturales más espectaculares
de la montaña vasca, y sólo la contemplación de sus fantásticos paredones
exteriores ya resulta impresionante.
En la siguiente excursión solamente nos
asomaremos al interior de este mágico paisaje, penetrando por una puerta
natural, utilizada durante siglos por pastores, leñadores o carboneros: el Ojo
de Atxulaur, por el que, a decir de las leyendas, transitaron además ladrones,
brujas y todo tipo de seres fantásticos. La aproximación desde el barrio de
Urigoiti (Orozko) permite contemplar la fortaleza de Itxina durante todo el
trayecto, hasta penetrar en su interior.
DISTANCIA: 9,20
km.
DESNIVEL: 665 m. (450-1117)
DIFICULTAD: Media 10 (6-3-1) Rampas del 30%
ITINERARIO (ida y vuelta) Inicio
y final: Urigoiti (Orozko)
VIAS: Pista de
cemento y tierra, senderos, karst
ACCESOS: Desde Bilbao en coche, autopista A68 dirección
Vitoria-Gasteiz salida Llodio-Orozko. Se toma la BI-3513 en dirección
Artea-Areatza y, llegados a Ibarra, desvío derecha hacia Urigoiti. (El
Bizkaibus A-3613 nos deja en Ibarra, con lo que todavía faltan más de 3,5 kms. por
carretera, o 2,5 por sendero hasta Urigoiti).
TRACK:
Más información:
https://www.mendikat.net/com/mount/571 (Atxulaur Haitza)
http://www.bilbaoweb.com/vizcaya/bilbao/itxina.html
(en ambos
casos, primera parte)
http://miojomorado.blogspot.com.es/2009/12/la-magia-del-ojo-de-atxulaur-macizo-del.html#.WnX0WKjibIU
http://www.bizkaia.eus/home2/archivos/DPTO9/Temas/Pdf/Patrimonio_Natural/ca_Atxulaur.pdf?hash=f4ebf64c9db55296763033afb8edd292&idioma=CA
(Estas dos
rutas, desde Pagomakurre)
Guía Cartográfica de
Bizkaia mapas 57-63
IGN MTN50-087
Vamos a admitir que esto de
empezar la ruta a Atxulaur desde Urigoiti es una rareza: casi todos los
itinerarios que encontramos en internet parten de Pagomakurre, lo que supone
ahorrarse casi 400 metros de desnivel y un buen trecho de distancia. Así que avisados
quedáis. A cambio, la alternativa que presentamos permite, entre otras cosas,
conocer este montaraz barrio de Orozko. Realmente, una de las muchas
gratificaciones que proporciona hacer ibilkat –ninguna económica- es conocer
estos pequeños núcleos que se desparraman por las laderas de nuestros montes,
lugares tranquilos, con vistas bellísimas y extraordinarios caseríos de todos
los formatos. Sólo por eso merece la pena acometer estas excursiones. Pero, ya
que estamos aquí, vamos a patear un poco.
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Itxina, desde el principio |
Unos metros más arriba del barrio
encontramos un pequeño aparcamiento, con un cartel advirtiendo sobre la avispa
asiática, pero ni por esas vamos a echarnos atrás (bueno, siempre que no nos ataque ninguna). Nada más
empezar a andar, el camino se bifurca, y hay que tomar la pista de piedrilla de
la izquierda (puede que por la derecha también se pueda ir), pasando junto a una especie de txabola con el rótulo Bidatxe, o
algo asi. La pista tiene tramos de cemento, una pendiente a
veces moderada y su único aliciente son las vistas que tenemos a ratos. La
primera es la de las paredes de Itxina, que se yerguen, blancas e
inexpugnables, por la derecha. A la espalda se va abriendo la perspectiva sobre
los montes de Arno, donde enseguida se distingue el menhir de Kurtzegan y la
cima del Kolometa. Por lo demás, el tramo resulta aburrido y algo duro. Se
describe una amplia curva hacia el norte, y la panorámica por detrás se va
abriendo hacia el valle del Nervión, Untzueta, Ganeko, o el cercano Garaigorta.
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Vista atrás: Oderiaga y compañía |
Pasamos un poste con señales del
PR BI-33, ruta por los barrios de Orozko, y nos
vamos poco a poco acercando a la muralla de Itxina. Aunque el camino no resulta
demasiado atractivo, se compensa con la perspectiva, cada vez más cercana, de
las paredes rocosas, aunque todavía no podemos contemplar bien las atxas. Cruzamos
un vallado abierto con una aparatosa escalera lateral y, cuando llevamos unos
20 minutos de camino, un cartelito anuncia que falta una hora hasta Atxulaur
–aunque será un poco menos.
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Las Atxas |
Ahora vamos a campo abierto con
algunos espinos y rocas que afloran, un paisaje clásico de las zonas kársticas.
Muchos metros más abajo podemos distinguir el área recreativa de Larreder, en
la pista que lleva a Pagomakurre. Con un corto y duro repecho sobre cemento, la
pista finaliza y entramos en un amplio pasto con algunos caballos. A falta de
camino, aquí podemos seguir la rodada de coches, que conduce, sin dejar nunca
de subir, hacia el lateral de un vallado. Seguimos en paralelo al cierre y
ahora sí, las atxas son bien visibles, impresionantes, levantándose hasta casi los 1.000 metros, unos 300 por encima de donde nos encontramos.
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Viejas hayas |
Terminada la alambrada,
recuperamos una senda estrecha y serpenteante, con un desnivel bastante más
suave, y entramos en un hayedo. Aunque no tengo ni idea de hayas, estas que
vemos no son las esplendorosas que podemos ver en Otzarreta o en Upo, trasmochas
y con troncos enhiestos y firmes. Estas hayas parecen antiquísimas, sus ramas
crecen en desorden y tienen enormes troncos, chatos y nudosos, vencidas muchas
veces por el tiempo, tronchadas por la mitad, pero conservando vida en
cualquier rincón. Y tampoco tienen el monopolio, sino que conviven con otros
arbolitos de hoja caduca. El camino se ha vuelto más amable y mucho más bonito,
una entretenida trocha a los pies mismos de la muralla de Itxina, y hemos
dejado por la izquierda el camino que viene desde Pagomakurre, con un cartel
tirado.
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Último tramo |
Pero ahora falta llegar al Ojo, que
se encuentra cerca de una mancha de arbolado que se encarama hacia lo alto de
la cresta, una ventanita que enseguida podemos distinguir. Vemos un terraplén que sube recto hacia
nuestro objetivo, pero lo dejamos para la vuelta, pasamos de largo la vertical
del Ojo para describir una curva y acometer la subida por el flanco. Hay que
llegar hasta un cairn en medio del camino y allí torcer a la derecha, para
acometer la subida por un muy bonito y cómodo caminillo que va ladeando y
ganando metros sin esfuerzo.

Una vez alcanzado el objetivo, un
sendero nos lleva a un cruce señalizado desde el que podemos explorar el
atrayente entorno kárstico que tenemos a la vista, salpicado de pequeñas hoyas,
calizas repartidas de forma caótica y mil
recovecos que hacen de Itxina un
laberinto delicioso, aunque nada recomendable con meteorología adversa. Pero
como más adelante espero dedicarle una entrada específica, ahora nos dedicamos
a otra cosa.
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Por la cresta |
Por ejemplo, ya que estamos, una
cosa sencilla que podemos hacer es encaramarnos a la cima que tenemos justo
encima del arco. Aunque hay un camino más corto (y fácil), ya que estamos en el
cruce lo que hacemos es girar a la derecha para ganar –poco a poco y con
cuidado, como siempre en este tipo de lugares- la cresta rocosa que se extiende
desde la muralla hacia dentro. Según ascendemos vamos retrocediendo
hacia el
Ojo, pero ahora por la parte alta, paralelos al sendero, guiados por un par de
hitos. Así cresteando sobre roca relativamente sólida y sin hendiduras
peligrosas en esta zona, encontramos el minúsculo buzón de ATXULAUR HAITZA o
Atxulogana (1.117 m.), que está justo encima y a un lado de la puerta. Las vistas
son por tanto las mismas, pero incluso más espectaculares.
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Atxulaur Haitza |
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Anboto al fondo |
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Urigoiti |