En la parte más oriental de las Encartaciones, donde el Kadagua ya enfila el tramo final hacia la ría de Bilbao, Sodupe (municipio de Gueñes) ocupa un estrecho espacio rodeado de algunos de los montes más emblemáticos de la zona: Eretza por el norte y Gallarraga hacia el Este levantan sus imponentes perfiles invitando a aventuras montañeras al tiempo que dan carácter al paisaje que se divisa desde el casco urbano. De manera que estamos en uno de esos lugares estratégicos de los que parten numerosas rutas de distinto calibre.
En esta ocasión optamos por un destino más bien modesto, un ascenso bastante asequible al Aguilatos, cima digamos secundaria aunque con excelentes vistas que nos permite conocer parte de este entorno y quizá servir de aperitivo para objetivos más ambiciosos.
- DISTANCIA: 8,1 kms.
- DESNIVEL: 610 m. (56-667)
- DIFICULTAD: Media-Baja 11 (6-3-2) Rampas del 30%/Desnivel continuado
- ITINERARIO (ida y vuelta) Inicio y final: Sodupe
- VIAS: Pista de cemento y tierra, senderos
- ACCESOS: En coche, desde Bilbao, BI-636 (autopista) dirección Balmaseda, salida Sodupe. Se sigue un tramo por la general y se gira a la izquierda hacia el centro urbano, cruzando un paso a nivel. Bizkaibus A-0651 (Termibus) hasta Iorgi o Sodupe-Geltokia. FEVE Bilbao-Santander (Concordia) parada Sodupe.
- TRACK: Wikiloc
- Más información:
- Mendikat
- Guía Cartográfica de Bizkaia mapa 41
- IGN MTN50-0061 Bilbao
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La iglesia y el Eretza |
Sodupe es uno de esos pueblos que nos gustan, limpio y tranquilo, con su iglesia y sus zonas de bares (igual de apetecible para potear al mediodía, tomar un agradable café por la mañana o unas animadas cervezas por la tarde), su estación de tren (que eso siempre mola mucho) y no uno, sino dos ríos (o un río y su afluente) que siempre alegran el corazón. Junto a su cauce caminaremos precisamente unos metros antes de empezar a subir a este monte algo extraño, pequeño, siempre a la sombra del colosal Gallarraga, pero fácilmente identificable desde la distancia.
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El río y Gallarraga al fondo |
En los alrededores de la plaza, junto a la iglesia de San Vicente Mártir, es donde fijamos el punto de partida. Suele ser posible aparcar por la zona sin mucho problema si hemos venido en coche, y el transporte público también nos dejará a unos pocos pasos. Tras la torre de la iglesia ya se observa la cima del Eretza, cuyo perfil nos acompañará la mayor parte del camino, y de inmediato tenemos también a la vista el afilado Gallarraga y a su izquierda el más modesto Aguilatos hacia donde nos encaminamos. Pasando junto a la iglesia, hay que dirigirse por la parte trasera hacia el río que no sé si es Herrerías o Izalde, y que poco más abajo verterá al Kadagua. Cruzamos un puentecito para dirigirnos al barrio de Elubarri, para lo cual nos ayudan unos carteles, primero blancos y luego verdes, que nos indican la dirección correcta, girando dos veces a la derecha para enfilar paralelos al río.
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Barrio de Elubarri |
Pasamos bajo un puente, con la silueta del Lizaso al fondo, y en este rincón podemos detenernos a contemplar los patitos y escuchar el croar de las ranas que habitan en el cauce. Nada más pasar bajo este puente hay que girar a la izquierda, con otro cartel indicado del barrio bien visible. Y aquí empezamos a ascender sin que encontremos prácticamente ningún reposo hasta la cima (claro, subimos unos 600 metros en un trayecto de menos de cuatro kilómetros, lo que da una pendiente media por encima del 20%). Elubarri es un barrio curioso, con casas de dos alturas flanqueando la respetable cuesta y un pequeño mirador desde el que naturalmente volvemos a disfrutar del poderoso perfil del Eretza. Tras un ligero el camino pasa bajo la carretera y, tras perder algunos metros más, viene a dar a un rincón junto al acceso a la autopista, donde cruzamos sin verlo el arroyo Miñaur, junto a grandes pilas de troncos cortados.
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Camino por la Moriza |
En este punto hay dos caminos de cemento que ascienden por la derecha, de los que hay que coger el segundo. El desnivel es potente, pasamos bajo una tubería que forma un sifón que salva en barranco y, tras un par de giros entre sol y sombra, finaliza el cemento y nos encontramos ante dos puertas metálicas, en la zona conocida como la Moriza. Cualquiera de las dos nos lleva al mismo punto, la primera más directamente aunque atravesando un prado con riesgo de molestar a los animales (o de cabrear a algún perro pastor), la segunda (izquierda) dando un pequeño rodeo por terreno más llano. Atravesando esta segunda puerta, quizá más recomendable, y dejándole cuidadosamente cerrada, continuamos por camino algo herboso, giramos a la derecha bordeando la finca anterior y pasando junto a un tendido eléctrico.
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Rampa y Gallarraga |
El camino se reúne con otro que también sube, junto a un cartel que indica la dirección a Sodupe, que será útil al bajar. Tomamos por tanto la pista que sigue subiendo, pasando ahora un par de curvas por terreno más soleado, y dejando a la derecha otra alambrada. Más o menos debemos haber entrado en terreno alavés (Okondo), en ese raro entrante que alcanza hasta el Kadagua. Hay un extraño claro por la derecha, con roca oscura (seguramente, arenisca), un buen número de madroños, y unas flores amarillas de largo tallo que parecen flotar. Aunque por la derecha podemos atajar un trecho, es más sencillo seguir la pista describiendo un par de curvas. Ya se ve que hemos ganado altura, el pueblo queda ya muy abajo, pero todavía nos queda bastante, y el terreno es ahora más o menos abierto y el camino pedregoso y algo incómodo.
Continuamos ahora por camino de nuevo verde y más sombrío, que gira a la derecha, pasamos junto a una bañera-abrevadero, cruzamos un regato afluente del Miñaur y pasamos una puerta para ir a dar a otra pista, que naturalmente sigue subiendo. Aquí aparece el fantástico perfil del Gallarraga, oscuro y lejano, impresionante, y el tramo que nos espera recupera una pendiente considerable con abundante piedra suelta.
En la primera bifurcación, ya junto a un pinar, tiramos por la izquierda. Sin dejar nunca de subir, dejamos un camino que sale por la izquierda y afrontamos el último tramo más potente. Tras un giro cerrado y unos metros llanos, picamos de nuevo para arriba en lo que puede parecer la última pala… pero no lo será. Curiosamente, ahora debemos estar de nuevo en Bizkaia. Termina el arbolado y salimos a un claro junto a un pequeño cierre metálico con otra estupenda vista sobre el norte (Eretza y Ganeroitz). Pero lo que parece un cómodo cresteo llano exigirá un último aunque muy moderado esfuerzo. En DESVIO tomamos una sendita que progresa entre helechos y, ahora sí, alcanzamos finalmente la cima (AGUILATOS, 667 m.), en cosa de hora y media, puede que algo más.
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Cima, con los gigantes al lado |
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Vista al Noroeste |
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Sodupe, allá abajo |
Desde esta afilada arista, con rocas planas que caen hacia el interior, las vistas son espectaculares: Gallarraga y Ganeko forman un conjunto imponente y por el lado contrario el Eretza, Ganeroitz, Mendibil y el Abra al fondo; hacia el Oeste, Sodupe ya muy abajo y las Encartaciones, donde se distingue bien Ubieta, y al fondo Tologorri, Castro Grande y los montes de la Peña.
La bajada la hacemos por la misma vía, con dos únicos temas a destacar: andarse con algo de cuidado en los tramos más pedregosos (dar con el culo en estos terrenos no hace demasiada gracia) y procurar no perder el camino principal a no ser que tengamos muy claro a dónde nos llevan los atajos, porque la zona está repleta de caminos en distintas direcciones y podemos meternos un buen rodeo sin darnos cuenta. De todas formas, si hacéis uso del track hay un par de variantes por las que se puede optar.
Lo cierto es que esta subida al Aguilatos se plantea casi siempre como la parte inicial de rutas más exigentes (por desnivel y por longitud) hacia el Gallarraga y/o Ganeko, incluso de travesías hasta el mismo Bilbao. Cosas de un nivel bastante más alto que el que manejamos en este blog, pero que puede que en algún momento nos animemos a presentar aquí.